Cleia Montesdeoca es enfermera social y sexóloga. Cuando se le pregunta por mitos de las relaciones afectivo-sexuales, afirma que «muchas veces se relaciona lo masculino en oposición a lo femenino». La experta declara que las ideas preconcebidas sobre la sexualidad establecen como temática principal la erótica y «parece que toda la educación sexual pasa por la penetración». Montesdeoca dice que no, que se habla de la emoción, del cuerpo, de lo que nos inquieta, de qué sentimos cuando nos gusta alguien y cómo podemos gestionarlo. Con ello, se puede abordar una enseñanza en coherencia con lo que las personas deben tener: vivir plenamente y como seres sexuados.
La sexóloga piensa que se debería desarrollar una asignatura acerca de este tema en el currículum escolar, puesto que contribuiría a fortalecer la sociedad y su crecimiento en asuntos de igualdad, diversidad y respeto. Esta opinión la comparten mas profesionales como José Luis Martínez Álvarez.
Este profesor de la Universidad de Salamanca divulgó en la Revista de Estudios de Juventud que «las intervenciones se limitan a charlas puntuales, cursos breves impartidos por personas ajenas a los centros educativos o algunos talleres organizados por profesionales de la orientación educativa, en el mejor de los casos». Añade que este fenómeno es posible porque son las comunidades autónomas las que determinan los objetivos y contenidos de la educación sexual en función de su perfil ideológico.
«Una persona consta de buena educación sexual cuando se conoce y se acepta»
La experta Montesdeoca declara que una persona consta de buena educación sexual cuando conoce su cuerpo sexuado, sus emociones y se acepta. Un objetivo que está condicionado por las barreras del entorno. La sexóloga advierte que la juventud de hoy en día heredó la falta de conocimiento afectivo-sexual de sus progenitores. La información expuesta en los talleres sigue enfocada en las ITS y las ETS, una enseñanza proveniente de las crisis del sida y que se convirtió en la pedagogía del miedo. Sin embargo, cree que es factible expandir la sabiduría desde la virtud, colocando el placer en el centro y teniendo presente que la seguridad forma parte del disfrute.
La LOMLOE o Ley Celaá es la que rige las instituciones educativas actuales. En el Artículo único, apartado l), incluye el derecho a la educación afectivo-sexual adaptada al nivel de maduración, y en el Artículo 19.2. también la recoge como parte de la educación para la salud. No obstante, estos conocimientos se imparten puntualmente. En materia de contenido, la sexóloga coincide con que los programas están pensados para parejas heterosexuales que se identifican con su género, desplazando a la comunidad LGTBIQ+ y a las personas con diversidad funcional.
Asimismo, otro desafío es la inclusión del alumnado procedente de otra cultura. «Tiene que haber una formación sexual interseccional para no dejar a nadie atrás», apunta Montesdeoca. Sin embargo, no será tolerable la inclinación hacia argumentos que vayan en contra de los derechos humanos y la dignidad personal.
En España se estima que el 50 % de la población universitaria ha combinado sexo y alcohol
Alexandra Morales y José Espada, del grupo de investigación AITANA, recalcan los comportamientos sexuales de la ciudadanía joven, en especial las actitudes de riesgo, como la ausencia de protección. En el uso del preservativo, ambos investigadores concluyen que las mujeres jóvenes sufren mayores impedimentos por razones emocionales, como el sentimiento de vergüenza en la compra o su utilización. Sin embargo, los chicos difieren de su uso al identificar aspectos negativos y considerar que interfieren en su placer.
El alumnado adolescente que posee un nivel bajo de información elabora acciones desfavorables hacia el profiláctico. El investigador José P. Espada elaboró otro estudio donde revela que en este país el 50 % de la juventud ha mezclado sexo y alcohol. De igual manera, Morales y Espada mencionan otros estudios donde se desmienten creencias populares. Uno de esos mitos es la convicción de que hablar sobre sexualidad fomenta que las personas adolescentes tengan relaciones sexuales precoces, pero las encuestas muestran que la edad del primer coito y el uso del condón aumenta cuando la juventud está correctamente informada.
El contenido de interés
En 2020, la organización Save the Children publicó un informe sobre la pornografía y la adolescencia. Los resultados fueron que 7 de cada 10 la consumen con frecuencia y para el 30 % es la única fuente de información sobre sexualidad. Para la enfermera Montesdeoca, el porno no generaría ninguna controversia si existiera la capacidad crítica para «discernir que una cosa es lo que vemos en la ficción y otra lo que vamos a emprender en la realidad».
¿Cuáles son las mejores referencias para educarse en materia afectivo-sexual? La sexóloga asegura que hay una gran variedad. La psicóloga Isabel Duque, o también llamada lapsicowoman, es una de ellas. Igualmente, contamos con las cuatro guías para jóvenes sobre derechos sexuales y reproductivos de Noemi Parra, editadas por el Instituto Canario de Igualdad. Estas recogen aspectos sobre qué se puede hacer si se produce el embarazo, las fantasías, el consentimiento, las realidades trans, la intersexualidad, las prácticas de riesgo, etc. El bebé verde y Sexo es una palabra divertida son otras dos lecturas recomendadas.
«Todo esto es un tabú increíble», señala la profesional. Los contenidos tienen carencias en cuanto a sexología feminista, resolución pacífica de conflictos, inteligencia emocional o ayudas para saber gestionar una ruptura: «Está todo tan encorsetado que si salimos de ahí nos entra el miedo».