Wenceslao Peñate Castro dirige un grupo de investigación para el estudio de la agorafobia. Foto: PULL

«Las personas más vulnerables son aquellas que temen ser evaluadas»

Ciencias de la Salud

Wenceslao Peñate Castro es catedrático en el Departamento de  Psicología Clínica, Psicobiología y Metodología de la Universidad de La Laguna. Director del Máster en Psicología Clínica y de la Salud, compagina esta faceta con la de ser coordinador del programa de doctorado en Psicología. Pero también investiga. Lo hace de la mano de un proyecto en vigor sobre la neuroimagen en personas con fobias específicas y cambios en la actividad cerebral por la vasta exposición a la realidad virtual.

Desde que nacemos, comenzamos a tenerle miedo a determinadas cosas como el mar, la oscuridad, los insectos… ¿Cómo se detecta una fobia? «Una fobia es un miedo intenso e irracional hacia estímulos (objetos, situaciones, contextos…). En principio, no tienen la propiedad de provocar ese miedo intenso. En ese sentido, es una respuesta no adaptativa. El modo en que las personas las combaten es usualmente la evitación. Esto es, evitar las situaciones en las que esos estímulos temidos puedan aparecer. Los mecanismos de adquisición son similares a los mecanismos por los que interiorizamos otros comportamientos».

¿Qué alteraciones pueden repercutir sobre quien lo siente?  «Es importante para una persona en la medida en que interfiere en su vida. En ese caso, esa respuesta desadaptativa condicionará aspectos importantes como puede ser su vida familiar, social o laboral. Así, una persona limita su vida doméstica y el ocio en familia, su vida social y su desarrollo profesional. Cuando se evita un estímulo fóbico no solo se evita dicho estímulo sino todo el contexto que le rodea. Algo que conlleva a reducir el disfrute de lugares, personas, actividades o trabajos por el hecho de que puede encontrarse con él».

«Cuando se evita un estímulo fóbico no solo se evita el estímulo sino todo el contexto que le rodea»


¿Cómo se clasifican las fobias? «Hay tantas como fobias hay. Desde el punto de vista psicopatológico, se suelen clasificar en específicas (a animales, a las alturas, a la sangre…), fobias sociales (timidez, miedo a hablar en público, a sentirse observado…); y agorafobia. Esta es la más incapacitante. Las personas tratan de evitar todas las situaciones donde sospechan que pueden tener una crisis de ansiedad. Si no se trata a tiempo, tiende a generalizarse a muchas situaciones, por lo que los pacientes terminan recluidos en sus casas».

En la actualidad, ¿qué fobias son las más comunes?  «Las más frecuentes suelen ser las específicas: miedo a las alturas, a la sangre, miedo a los insectos/pequeños animales, a las tormentas… Las más incapacitantes suelen ser las sociales y la agorafobia. Como señalé antes, son fobias que hacen que las personas terminen limitando sus vidas a espacios donde se sientan seguros y protegidos».

Por lo que el desarrollo de una fobia tiene relación con el estilo de vida, la personalidad, el carácter… «Evidentemente pueden existir fuentes de vulnerabilidad derivadas de nuestro temperamento y nuestra personalidad. Por ejemplo, siendo muy sensibles a la sudoración, palpitaciones o sofocos. Las personas más vulnerables son aquellas que temen ser evaluadas por los demás. De la misma manera que existe una tendencia a desarrollar más unas que otras o a que existan fobias ‘familiares’, heredadas de padres a hijos.  Sin embargo, no nacemos con ellas. Las adquirimos por los mismos mecanismos de aprendizaje que con otras acciones. Y eso es una buena noticia para su tratamiento psicológico».

La neuroimagen: rama que facilita el estudio del miedo


¿Qué es la técnica de la neuroimagen y cómo podría definirse? «Son métodos que permiten simular la estructura y el funcionamiento del cerebro. Existen diferentes, siendo la Resonancia Magnética Nuclear  (RMN) una de las más conocidas y precisas. Para nosotros, la fórmula más interesante es la neuroimagen funcional, que permite representar  la activación cerebral en respuesta a un estímul, en este caso,  los fóbicos».

¿Qué aporta esta herramienta a la psicología? «Las aportaciones y el alcance de la neuroimagen son muy amplias: desde permitir profundizar en las bases neurobiológicas del comportamiento, pasando por facilitar el diagnóstico de muchos problemas de salud, hasta alcanzar la determinación de las bases psicológicas que pueden hacer más eficaces los tratamientos en pacientes».

 

 

 

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