Pablo Federico Gaudio nace en Montevideo, Uruguay, un 20 de Febrero de 1988. En 2003, con 15 años, cruza el Atlántico y aterriza en Tenerife, donde terminará sus estudios secundarios y se graduará como fisioterapeuta por la Universidad de La Laguna. Es en esta isla donde su camino y el del trail running se cruzan. «Empiezo a correr una noche en la que buscaba que el dolor físico supliera el dolor que sentía en el corazón por un hecho de mi vida. Luego fui descubriendo que aunque no fuera el más rápido, tenia mucha constancia y cabeza, y eso lo podía aplicar en mi día a día», reconoció.
Y así lo hizo, porque este joven uruguayo ha sido finisher de SainteLyon 2013, una carrera de 75 kilómetros que une las ciudades de Saint Ettiene y Lyon, en pleno invierno, de noche y con el 75% del recorrido sobre nieve. Ha vencido los 75 kilómetros y 4 250 metros de desnivel positivo de La Palma en 3 ocasiones, siendo así finisher de una de las ultramaratones más exigentes del mundo, Transvulcania. Ha corrido en los Alpes durante la Frison Roche, ha sido finisher del Ocean Lava TriSantaCruz y ha superado el kilómetro vertical de Belmaig, con 1 000 metros de desnivel positivo en 6 kilómetros. A esto hay que añadirle más de 15 trails de media distancia y diferentes proyectos personales como los 320 kilómetros que unen León y Santiago de Compostela, un viaje interrail por Europa corriendo la media maratón en 4 ciudades: Roma, Praga, Budapest, Ljubjana y 8 días en Isla Reunión recorriendo sus montañas.
¿Qué momento o competición revivirías si fuera posible? «Si tuviera que volver a vivir un momento sería Transvulcania 2015. Bajé una hora mi mejor tiempo en la carrera y me di el lujo de estar acompañado por toda mi familia y entrar en meta con mi sobrina Martina. Sin embargo, las carreras que no he podido acabar son las que me han enseñado mas», confiesa desde Francia, lugar en el que reside desde el año 2010.
¿Cómo y por qué nace Ve a por Tu Macedonia? «Pues coincidiendo con el nacimiento de mi sobrina Martina. Teniéndola en mis brazos me di cuenta que nuestro deber como adultos es sacar de ellos su mayor potencial, invitarlos a que luchen por sus sueños porque solo así en el futuro contaremos con una sociedad mejor. Hoy en día, creo que el principal problema es la falta de ambición, la falta de ilusión de las personas. Nos esforzamos por buscar la felicidad y creemos que esta viene de conseguir grandes cosas. De ahí nace Ve A Por Tu Macedonia, de la creencia de que la felicidad se encuentra mezclando todos los pequeños ingredientes que a cada uno le hace ser feliz”.
«Cuando haces un ultramaratón te sientes desnudo, eres tú y tu cuerpo, en ocasiones te sientes el eslabón más débil y en otras la persona más fuerte del mundo»
Una de las cosas más bonitas de este proyecto es cómo involucra a diferentes personas para participar en retos deportivos, ¿cuál es el secreto? “Poco a poco la gente va comprendiendo el mensaje del proyecto y que solo pedimos una cosa: participar. Todos los que han participado en una prueba lo han hecho con gran esfuerzo y gran corazón. Han dedicado tiempo a prepararse, han pagado la inscripción a una carrera y han dedicado unos minutos a hacer un vídeo explicativo. Todo eso queda más que recompensado en ver los vídeos de nuestros niños en sus terapias, en sus avances y en tanto cariño de sus familias. Eso es lo bonito del proyecto. Que aparca el ego a un lado y actúa de corazón. Muchas veces nos quedamos lejos de los objetivos económicos que buscamos, pero nada se nos puede reprochar, ya que lo hacemos de corazón y de una forma totalmente transparente”.
Sin duda alguna, el momento mas importante que ha vivido este ‘hijo’ tuyo ha sido la aparición en la revista Trail Run, la más importante de España. ¿Cómo consigue Ve A Por Tu Macedonia tener presencia en esta revista? «En la vida las cosas siempre tienen una razón de ser. Durante el desafío del camino de Santiago, luego de 190 km en 3 días, sufrí una lesión en el tobillo, por lo que tuve que acabarlo en bicicleta. Cuarenta días más tarde y sin haberme recuperado del todo, me planté en la salida del Ultra Trail Guara Somontano con 103 kilómetros por delante y más de 6.000 metros de desnivel positivo. En el kilómetro 66 mi tobillo dijo basta. Esa ‘mala suerte’ hizo que en la meta me encontrara a mi amiga y colaboradora del proyecto, Miriam, hablando con Depa, que es el speaker de las carreras de montaña más importante de España y director de la revista. Le contamos el proyecto y me dio su email para que le escribiera. Un par de horas después de escribirle, me respondió. Él y Daniel Sanabria nos escribieron ese precioso artículo. Sin duda, dos personas con un corazón enorme”.
«Si todos corriéramos alguna vez un ultra, más de uno se ahorraría una sesión de terapias»
Sería impensable que esto ocurriera en otros deportes… ¿qué tiene el mundo del trail que permite que esto ocurra? “Seas Pablo, María, o el mismísimo Kilian Jornet… El dolor, la soledad, el cansancio, las temperaturas extremas… Todo esto nos toca de una forma u otra. Cuando haces un ultramaratón te sientes desnudo, eres tú y tu cuerpo, vas saltando continuamente de un lado a otro de la línea que te hace sentirte el eslabón más débil a la persona más fuerte del mundo. Si todos corriéramos alguna vez una ultra, seguro que más de uno se ahorraría alguna que otra sesión de terapias. Esta vivencia hace que sientas lo mismo siendo el primero que el último. Todos los grandes corredores, campeones del mundo, conquistadores de récords, etc. Son personas muy cercanas, humildes y eso es algo que no se ve en otros deportes”.
¿Cómo le explicarías a alguien que no haya probado nunca esto qué se siente al correr por La Palma o por el Mont Blanc? “Creo que es imposible de explicar porque cada imagen, cada olor, cada sensación viene unida a un sentimiento. A mí, en concreto, me hace sentirme un privilegiado. La montaña es dura, pero te deja imágenes grabadas en la retina que son inigualables. Es energía pura”.
Energía pura y fuente de inspiración para quienes le rodean, eso es lo que es este uruguayo de 29 años al que merece la pena sentarse a escuchar horas y horas de anécdotas. «Este año en Transvulcania arrastraba problemas gástricos y veía que no iba a llegar, me estaba apagando por la deshidratación. En medio de todos esos fantasmas y maldiciendo todo lo que pasaba, me adelanta Juanjo López, el primer deportista amputado en completar una ultramaratón. No solo dejé de quejarme y de cabrearme con la situación, sino que agradecí el hecho de estar tan jodido para tener la suerte de ver a ese genio con mis propios ojos«, concluyó.