Luis San Vicente, natural de México, es ilustrador y diseñador gráfico. Cuando era joven comenzó los estudios de Arquitectura, pero enseguida se dio cuenta de que eso no era lo suyo, así que decidió comenzar de cero en Bellas Artes. Allí conoció a Enrique Martínez, un famoso ilustrador cubano, el cual fue el responsable de introducir a San Vicente en este mundo. Desde hace diecisiete años trabaja a tiempo completo en el periódico mexicano Reforma. Además, cuenta con más de treinta libros ilustrados, al igual que revistas, periódicos y cortos animados para televisión y cine. Como ponente de talleres y conferencias, estuvo presente en el Festival Internacional del Cuento de Los Silos celebrado a principios de este mes de diciembre.
¿En qué momento se da cuenta de que la ilustración es el camino que quiere seguir y que de verdad vale para eso? “Siempre hay una bifurcación en nuestras vidas. En algún momento más atrás, en la preparación antes de elegir la carrera, yo siempre quise ser doctor. Me llamaba la atención la medicina y admiraba a un primo mayor que tenía y era doctor. Aún así, yo siempre he dibujado. Entonces, un día vio un dibujo mío y se sentó a hablar conmigo: ‘No te metas a médico, Dios nos da un don y ese es el que debes aprovechar’. En ese momento cambié el rumbo hacia las artes”.
¿Considera que la ilustración es un trabajo complicado a la hora de conseguir salidas laborales? “Yo creo que sí, pero tampoco considero que sea más difícil que cualquier otro trabajo. Es decir, si es lo que te gusta y lo que quieres hacer, vas a tener que ser constante, profesional, dedicarle tiempo, pero no se trata de un asunto exclusivo de esta disciplina. Si es verdad, desde mi punto de vista, que la ilustración está muy mitificada, es decir, te van a decir: ‘de esto no puedes vivir’, ‘ya hay muchas personas trabajando’,’va a ser difícil que sobresalgas’, pero si miras a tu alrededor, compruebas que está casi todo ilustrado. Y hoy en día, con los procesos multimedia, todavía hay mucho más campo para explotar en este sector”.
«El ilustrador es un comunicólogo, el intermediario entre un texto, que debe vender una historia, y el público, a quien debe atrapar»
¿Cómo llegó el Festival Internacional del Cuento de Los Silos a su vida y desde cuándo participa en él? “Llegué al Festival por casualidad. Este año ha sido la tercera vez que vengo. La primera fue porque un narrador mexicano muy bueno, que se llama Emilio Lomen iba a publicar un texto en Diego Pun Ediciones, y de alguna manera puso la condición de que para que se publicara debía ser yo quien lo ilustrase. A partir de ahí, comencé a entablar química con Ernesto y le trabajé varios libros como El pirata Malodor. Fue ese mismo año cuando me pidieron realizar la imagen del Festival y como regalo, él mismo me invitó. Eso fue hace siete años, la segunda vez que vine fue hace dos y, esta edición, la tercera».
Por tanto, ¿qué ha pretendido transmitir a todos los visitantes durante estos años? “Pues en cualquier libro, siempre está el mensaje escrito, pero hay un lenguaje gráfico también, el lenguaje de la imagen. Mi objetivo es sensibilizar de cómo es ese lenguaje, cómo desmembrarlo y hacerle ver al público interesado que hacer ilustración también requiere un proceso como leer o escribir, ya que presenta un lenguaje propio. El ilustrador es un comunicólogo, el intermediario entre un texto que tiene la necesidad de vender una historia y el público, a quien debe atrapar, ya sea un niño o un adulto. Yo le doy imagen y sentimiento».
Hablando de adultos, ¿qué opina de que las ilustraciones y los cuentos son solo para niños? “Pues mira, por ejemplo, cuando suelo dar talleres en México, siempre pregunto a los asistentes que para quién creen que va dirigido un álbum ilustrado. La mayoría me contesta que para niños, pero yo les digo: ‘No, porque ¿quién compra el cuento? Los padres’. Al final son estos los que deciden si ese cuento en particular es el que va a funcionar, o sea que sí, debe ser del gusto del niño, pero mi verdadero público es el adulto”.
«Este festival es especial porque es muy humano. Estamos todos juntos hablando el mismo idioma y unidos por un sentimiento»
¿Cree que un texto puede transmitir lo mismo si no lleva ilustración? “Depende. Yo creo que la ilustración es como los efectos visuales o el soundtrack de una película. La emoción refuerza la historia y ese es el papel de la ilustración. Esta no compite con un texto, sino más bien lo refuerza, van de la mano”.
Usted es de México, ¿qué tiene de especial el Festival Internacional del Cuento de Los Silos para recorrer tantos kilómetros? “He estado en muchos festivales de todo el mundo, pero este es especial porque es muy humano. Podemos estar todos juntos, al mismo nivel, hablando el mismo idioma, unidos por un mismo sentimiento. Existen diversos ejercicios para fomentar la creatividad, eso es lo que queremos y lo que me gusta de este festival, porque, por ejemplo, los narradores están a tu lado, en la plaza, en la casa o en un patio, y para mí eso es el espectáculo mayor”.
En una palabra, ¿cómo definiría su experiencia en el Festival? “Increíble”.