La Caravana Abriendo Fronteras es una plataforma conformada por diversas organizaciones y colectivos del Estado español. Nació en 2016 con el objetivo de denunciar la gestión griega y europea de la llegada de personas refugiadas, sobre todo sirias, a Grecia. Su mensaje, en aquella ocasión, criticaba las mismas acciones políticas por las que viaja a Canarias del 17 al 24 de julio: bloqueo migratorio, vulneración de los derechos humanos y hacinamiento en macrocampamentos con condiciones indignas e insalubres. En sus años de andadura, ha llevado a cabo otras cinco giras por distintos puntos de España y Europa.
Con el hashtag #CanariasNiCárcelNiTumba y el manifiesto De la sal a la tierra. Sin vida y sin nombre, este nuevo viaje a las Islas se centrará en denunciar públicamente las desapariciones y muertes que se han producido en los últimos meses en la Ruta Canaria, conocida por su peligrosidad. Una ruta a la que se sigue recurriendo debido al aumento de los controles fronterizos y cierre de otros límites con Europa más seguros.
1922 muertes en seis meses en la Ruta Canaria
Según Caminando Fronteras, 2087 personas murieron durante el primer semestre de 2021, de enero a junio, tratando de llegar a España. Dicha cifra supone un 526 % más de fallecimientos que durante el mismo periodo de 2020. De ellas, 1922 fallecieron en la Ruta Canaria. Solo el 4,17 % de los cuerpos llegan a ser recuperados, mientras que el resto desaparecen en el mar, al igual que ocurre con las 42 embarcaciones desaparecidas en esta etapa de 2021 y de las que no se encuentra ningún cadáver.
Las denuncias de la Caravana también van enfocadas a las políticas migratorias y al racismo institucional. La vulneración de los derechos humanos, el expolio de recursos naturales y la venta de armas, así como la participación activa de Europa en guerras del continente africano, son fuertemente denunciadas. Además, critica la externalización de fronteras y la repetición de un modelo migratorio que, según expresa su manifiesto, fomentan el racismo y los discursos de odio.
Por ello, su lista de demandas es larga: asunción de responsabilidades por parte de los gobiernos, apertura de vías legales y seguras para migrar, regularizaciones, cierre de los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE) y garantías específicas para colectivos migrantes vulnerables, entre otras. Todo ello, resaltando la solidaridad de la sociedad canaria y el empoderamiento y resistencia de los pueblos africanos que deciden migrar.
Una semana cargada de reivindicaciones
350 participantes de distintos puntos de España se han sumado a la Caravana, que llevará a cabo multitud de actividades. Su programa, sujeto todavía a posibles cambios, contará con dos etapas. La primera se desarrollará en Gran Canaria, del 17 al 20 de julio. La segunda, en Tenerife, a partir del día 21 y con fecha de cierre cuatro días después. Ambas Islas llevan meses inmersas en protestas migratorias por la libre circulación y unas condiciones de vida dignas de las que se ha hecho eco una buena parte de la sociedad canaria.
El acto de apertura de la Caravana será en La Isleta, Gran Canaria, el próximo sábado, 17 de julio, donde se llevará a cabo un acto reivindicativo-festivo con actuaciones y piezas artísticas. Al día siguiente se hará una manifestación en la playa de Las Canteras, seguida de la proyección del documental Mujeres de sal, hombres de humo de Iris Carballo sobre migraciones a Cuba. La tercera jornada estará cargada de concentraciones en varios puntos: el centro Canarias 50, la sede grancanaria de Frontex, el CIE de Barranco Seco y la Subdelegación del Gobierno.
El último día en la Isla, y para finalizar el primer periodo, se reavivarán las movilizaciones comenzando por, una vez más, la Subdelegación del Gobierno. También, la Caravana pasará por la sede del diario La Provincia, San Fernando, el Puerto de Arguineguín -donde se ha concentrado a migrantes en malas condiciones durante meses-, y el Cementerio Agüimes, en el que hay un importante número de tumbas anónimas de inmigrantes que murieron durante la travesía por el mar.
Una vez en Tenerife, el plan comienza con una manifestación antifranquista y contra la militarización que terminará en la Plaza Weyler. Después, se llevarán a cabo actos culturales en El Fraile de la mano de artistas del continente africano. Al día siguiente, se realizará otra protesta partiendo de Las Américas hasta Los Cristianos. Desde allí se irá a unas concentraciones en un CIE y en la prisión que se utiliza como recurso alojativo. Para acabar la jornada, se harán actividades en el Campamento de Las Raíces junto con los grupos de inmigrantes allí alojados.
El 23 de julio comenzará con una doble marcha que partirá simultáneamente del Campamento de Las Raíces y del de Las Canteras hasta confluir en la Plaza del Adelantado para hacer un acto, donde anteriormente ya se han llevado a cabo otras protestas con la misma causa. Las actividades cerrarán al día siguiente con una manifestación antirracista que empezará en Taco y concluirá en el Parque de La Granja a través de un acto especial de clausura. Así, el 25 de julio, tras haber pasado la última noche en Canarias, y según el programa, se plantea que sea el día de «vuelta a casa… o no».