Lo que se cuenta en los perfiles públicos de Internet no siempre se corresponde con la realidad. Foto: PULL

La cara oculta de las redes sociales

Opinión

Siglo XXI, la era de las nuevas tecnologías. Vivimos sumergidos en lo tecnológico, toda gira en torno a Internet y, concretamente, alrededor de los perfiles sociales. Pero, ¿realmente tenemos claro su uso?, ¿sabemos el alcance que tiene subir una de nuestras fotos a la web? Las redes sociales sirven como una herramienta que facilita la comunicación y la diversión por todo el mundo y en ellas podemos compartir momentos sentimentales, importantes. Además nos podemos expresar hacia los demás sin tener que avergonzarnos.

Sin embargo, no todo es publicable, se deben tener siempre unas determinadas precauciones aunque a veces nos intentemos engañar pensando en que nunca nos va a pasar nada por subir una simple foto. Voy a poner un ejemplo para que se entienda mejor. Si subes una foto a Facebook, tus amigos pueden verla, descargarla o simplemente reaccionar al verla y darle un me gusta o incluso llegar a comentar dicha foto. Pero hago la siguiente pregunta que puede dar lugar a la reflexión: ¿somos conscientes de las consecuencias que tiene vivir sumergidos en una red social? La respuesta es sencilla: no.

Estas plataformas surgieron como un medio de unión entre individuos que pueden tener los mismos gustos, forma de pensar, estilos de vida o simplemente estar relacionados entre sí por personas en común o por tener una mentalidad, una idea u opinión semejantes a la de ellos. Según un estudio realizado por la Universidad de Harvard  en 2012, la exposición a ellas activa las mismas zonas del cerebro que el consumo de drogas. No obstante, esta nueva forma de relacionarse ha acabado siendo una sociedad virtual a la que cada vez se dedica más tiempo llegando, en algún caso, a sustituir completamente la del mundo real. Los excesos siempre son malos, estar pendiente de la información o lanzar mensajes a tus amigos virtuales puede hacer que desatiendas tu vida «de verdad».

Espejismo de la realidad


Es alarmante llegar a pensar que pueda haber personas que tengan una vida paralela en las redes sociales, pero desgraciadamente sucede más de lo que parece. A esto se le suma el “falso estado de alegría”que se intenta mostrar en momentos puntuales para transmitir a tus seguidores que tu vida es ideal, cuando en el fondo te puedas llegar a sentir vacío. Sorprende incluso la facilidad con la que numerosas personas se retratan en público o en esa privacidad fingida de las redes. Todo esto es alarmante. No hay conciencia de lo temerario que resulta contar tu vida con todo lujo de detalles o dar pie a que la gente conozca el sitio exacto en el que te encuentras o los lugares por los que sueles moverte con frecuencia. Da miedo.

No cabe la menor duda que los jóvenes, me incluyo, somos más vulnerables ante este fenómeno porque hemos crecido con ellas y hemos sido participes de la evolución que han tenido al cabo de los años. Pero bajo mi punto de vista, y con esto concluyo, debemos ser conscientes que somos humanos y también tenemos que relacionarnos con personas físicas y no llevar una vida social al margen de la realidad.

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