José Rosario Godoy es un artista grancanario que cumple cuarenta años de trayectoria en este mundo de las formas y los colores. Cuando trata de definir el arte tiene que hacer una pausa, pues su definición es compleja y diversa. Rosario Godoy enfoca su respuesta en la característica principal de esta destreza: la intención. El pintor lleva cinco años elaborando diversas series artísticas en las que fijar un objetivo y transmitir un mensaje han sido los elementos clave para su elaboración.
Su último trabajo, En el borde de una isla, se expuso hasta el 13 de enero en el Centro de Arte de La Regenta, en Gran Canaria. La isla a la que se refiere se trata de un concepto que el artista define como un espacio tanto físico como mental. Un lugar en el que el ser humano se refugia en su intimidad y decide si asomarse a ese borde y mostrarse al mundo o encerrarse en uno mismo.
Con figuras geométricas, colores llamativos y la madera como material por excelencia, José Rosario no quiere presentar de manera sencilla un mensaje. Por el contrario, prefiere un público activo. Entre la obra y quien la observa debe situarse un pensamiento reflexivo que evoque una conclusión personal de lo que se está percibiendo a través de los sentidos. Aunque críticos de sus obras aseguran que se trata de un artista empeñado en transmitir exactamente sus ideas, el pintor asegura que le gusta jugar con su público. «Mi objetivo es inquietar, que no se queden igual cuando ven una de mis piezas», subraya.
Canarias, musa de sus trabajos
Su inspiración proviene de la isla que lo ha visto crecer. El pintor aprovechó el hundimiento de la sociedad durante la pandemia para desarrollar tres series artísticas. En una época en la que no se sabía cuándo se volvería a flote y la incertidumbre del futuro inundó la mente de la ciudadanía recurrió al arte.
En el borde de una isla es un ejemplo de que el ser humano no es ajeno al entorno, sino que es un resumen de su época. En el caso del artista, su musa es su isla. Nacido en el municipio de Agaete y siempre rodeado de mar y de los vientos alisios que caracterizan al archipiélago canario, asegura estar condicionado por sus experiencias vitales en este lugar. Así, su proceso creativo parte de una línea de trabajo que evoluciona con él. Le preocupa el entorno que le rodea desde el punto de vista de la abstracción. Se centra en la búsqueda de la luz y del espacio.
Las nuevas tendencias
Lo bueno del arte contemporáneo, comenta Rosario Godoy, es que permite la expresión de cualquier manera y formato. Pese a la variedad de materiales y soportes se declara amante de la pintura. «Es lo que me motiva y emociona para hacer mi trabajo», añade. Asimismo, le gusta pintar en formatos y superficies poco convencionales. Quiere incluir la pared y las sombras que se forman como parte de sus obras.
A José Rosario le gusta su relación con sus piezas. Se sienta frente a ellas y está en contacto con los materiales que usa. «Lo que me gusta es mancharme de pintura y sentir la brocha», asegura. Aún así no descarta variar de formatos en un futuro siempre que le sirva para expresarse: «Me parece maravilloso añadir nuevas técnicas, creo que todo debe incorporarse a esta ciencia porque es el momento que vivimos».
Cuando se le pregunta por una definición del arte habla de la intención: «Para que exista debe haber una idea que se quiera plasmar». Para el artista observar una obra implica también conocer el trasfondo de quien la crea y responder a la pregunta de, ¿qué quería transmitir? Además, menciona su relevancia en la sociedad, «el arte no te cambia la vida, pero puede alterar tu visión de las cosas».
