Has vuelto.
Sí, has vuelto envuelta de colores inefables.
Dejando ventanas y puertas abiertas,
a contracorriente, insaciable.
Has vuelto en forma de domingo,
maquillada de insomnio y vestida de madrugada.
El reloj marca las 6,
pero si no fuera por ella otro gallo cantaría.
Saluda cálida tras el fulgor de un viento
huracanado que golpea mi ventana.
Sabe que se ha hecho derrogar…
En plena fiesta pagana ha vuelto al hogar.