Desde pequeña, Sara ha soñado con ser tenista profesional y viajar por todo el mundo compitiendo contra las mejores jugadoras. Pablo no se separa de su balón, está mejorando su técnica de toques, y su sueño es jugar en un gran club de fútbol. Como Sara y Pablo hay muchos chicos que tienen el deseo de llegar a ser deportistas de élite e imitar a sus ídolos. Hoy en día, los héroes de los más jóvenes, y de los que no lo son tanto, son los deportistas. Personas que viven entrenando, que proyectan valores de respeto, competitividad, trabajo en equipo y honestidad. Son todos aquellos que han luchado y se han esforzado para estar en lo más alto del deporte mundial. No son perfectos. Al fin al cabo son humanos, aunque algunos parezcan venir de otro planeta.
Horas de entrenamiento, sudor, lágrimas y sufrimiento, pero también triunfos, alegrías y satisfacción. Todo lo que merece la pena solo se puede conseguir con el máximo esfuerzo y superándose día a día. El camino de un deportista de élite no es nada fácil: detrás de cada uno hay una historia de superación y lucha por conseguir sus sueños. Por todo esto, se han convertido en un ejemplo a seguir.
Nuestros ídolos son esas personas a las que admiramos por lo que hacen y por lo que han conseguido, pero también por su personalidad y por los valores que transmiten. Puede ser desde un cantante hasta un cocinero, cada persona se sentirá más identificada con uno u otro dependiendo de sus preferencias. Pero la mayoría coincidirá en admirar a todos aquellos que proyectan una imagen que demuestra el trabajo y la pasión que sienten por lo que hacen.
¿Qué valores están enseñando los youtubers a sus jóvenes seguidores?
El ejemplo de Sara y Pablo había sido hasta ahora algo común entre los jóvenes. Pero las generaciones van cambiando, y poco a poco los deportistas están siendo reemplazados por los famosos youtubers, quienes saben desenvolverse muy bien ante una cámara y entretienen a sus seguidores hablando sobre cualquier tema.
Es cierto que no todos podemos tener los mismos gustos, ni todos tenemos habilidades para ser deportistas o músicos, pero habría que plantearse si realmente es apropiado que los niños tengan como modelo a seguir a personas que juegan a videojuegos, o dicen cualquier cosa que se les ocurra en un vídeo de diez minutos.
Hace pocos años, cuando se le preguntaba a un niño qué quería ser de mayor, generalmente contestaba futbolista, cantante o bailarina. Ahora es común escuchar a los pequeños diciendo que quieren ser youtubers. No sabemos qué ocurrirá en un futuro, ni cuáles serán las consecuencias de este fenómeno, pero ¿qué valores están enseñando a sus jóvenes seguidores?
No sería mala idea que los niños, quienes son el futuro de nuestra sociedad, se esforzaran por superar sus propios límites, por ser individuos íntegros y comprometidos con su trabajo. No necesitamos a personas que quieran ganar millones tan solo por hablar. A lo mejor Sara y Pablo no serán la próxima Garbiñe Muguruza o el nuevo Andrés Iniesta, pero seguro que habrán aprendido unos valores que no se pueden adquirir en un vídeo de diez minutos.