Ernesto Pereda, catedrático de Ingeniería Eléctrica y vicerrector del área de Investigación, Transferencia y Campus Santa Cruz y Sur de la ULL, cuenta cómo se está viendo perjudicado el campo de la investigación en la Universidad de La Laguna por el estado de alarma en España. Tras la decisión de la rectora, Rosa Aguilar, de suspender definitivamente las clases presenciales en este curso, la vida académica ha cambiado radicalmente.
Se le ha visto muy activo por redes sociales comentando el problema de la suspensión de las clases de manera presencial hasta fin de curso. ¿Cree que la Universidad está actuando de manera adecuada? «Las universidades canarias son las únicas de España que tienen prácticas externas obligatorias en todos los grados, debido al Decreto del Gobierno de Canarias de 2008. Al principio parecía que sería algo temporal, pero ya ha quedado claro que se terminará el curso de esta manera. Es un escenario nuevo para el alumnado, profesorado y PAS. Estamos haciendo todos los esfuerzos para que las medidas de transición sean lo más consensuadas y suaves posible. Se trata de minimizar el impacto de una medida que no se había vivido en nuestro país desde la Guerra Civil».
¿Cómo se está viendo afectada el área de Investigación de la Universidad de La Laguna? «Todos los proyectos de investigación que requerían uso de laboratorio o salidas de campo se han visto afectados. Solo se han podido mantener, aunque en mínimos, aquellos que incluían experimentos con organismos vivos, que se han considerado dentro de las excepciones del estado de alarma. Eso representará un retraso algo mayor que lo que dure la alarma, porque en muchos casos habrá que reiniciar lo que estaba ya en marcha y no será sencillo».
«La I+D es esencial para la modernidad de un país y su economía»
¿Piensa que todo lo acontecido hará que el Gobierno cambie de política y apueste por una mayor inversión en el campo de la investigación? «Creo que ahora ha quedado más claro que nunca que la I+D es esencial para la modernidad de un país y su economía. El ejemplo más evidente es del de Corea del Sur. En los años ochenta del siglo pasado iniciaron una política de aumento de fondos de la I+D y hoy en día es uno de los países más avanzados. Allí el número de infectados y de muertos ha sido mucho menor debido al test masivo inicial y a la geolocalización. Alemania, con cerca de medio millón de test por semana gracias a una industria biomédica potente en I+D, es otro ejemplo. Además, el impacto sobre su economía será mucho menor porque no dependen de la movilidad externa (turismo), como nos pasa aquí».
Si tuviera capacidad de decisión, ¿qué medidas prácticas tomaría para potenciar la investigación en España? «Lo primero, que es lo fundamental, asegurar una carrera investigadora clara y competitiva en sueldo y condiciones, para que el personal de investigador de talento que hay en España pueda realizar su labor en condiciones dignas y no tenga que optar por irse a otro país. Además, es fundamental un aumento progresivo de la inversión en I+D desde el 1,2 % del PIB (0,47 % en Canarias) hasta llegar a la media europea (2 %)».
¿Cómo valora la investigación que se realiza desde la ULL? «Tenemos bastantes proyectos en marcha en los diferentes ámbitos del saber, desde las energías renovables y la inteligencia artificial hasta el estudio de la historia antigua tanto en nuestro territorio como en Europa y América; aplicaciones a nuevas tecnologías en educación, enfermedades neurodegenerativas y un largo etcétera. Por suerte, tenemos un grupo importante de profesorado activo en investigación al que hay que intentar ayudar en lo posible para que este paréntesis en la vida normal, que ha supuesto el COVID, tenga el menor efecto posible».
