La Asociación Inclúyeme y el Cabildo de Tenerife apuestan por eliminar barreras cognitivas. El pasado miércoles, 23 de junio, fueron adaptados los primeros pasos de peatones de Canarias, una medida que busca la mayor autonomía e independencia de la población con movilidad reducida o algún tipo de Trastorno del Espectro Autista (TEA). El municipio de Güímar fue el elegido para acoger las primeras secuencias de pictogramas ubicadas en las franjas blancas del cebreado.
Se trata de una adaptación que trae consigo la impresión de una sucesión de cuatro instrumentos visuales estampados en las bandas más cercanas a la acera de cada paso peatonal. Además de unos iconos en azul, color representativo del TEA, esta señalización irá acompañada con las siguientes palabras para facilitar su lectura: para, mira, coche parado y cruza. Se espera adaptar sesenta en una primera tanda, priorizándose aquellas calles recién asfaltadas, siendo el objetivo llegar a todos los municipios tinerfeños en los próximos meses.
Estas representaciones gráficas pretenden conseguir espacios accesibles y seguros con los que facilitar la vida de personas con este trastorno. Un proyecto que ha sido desarrollado por el grupo granadillero y apoyado por numerosas organizaciones como Apanate. El beneplácito por parte de la institución insular conforma un paso hacia la igualdad en las calles tinerfeñas, sumándose a otros elementos como el pavimento táctil, cuya finalidad es alertar a viandantes con discapacidad visual de determinados peligros.
Una condición que afecta a uno de cada cien habitantes
Las personas con autismo presentan una variación en el desarrollo neurológico que tiene consecuencias en el sistema nervioso, así como en el funcionamiento cerebral, reflejándose en el comportamiento y la forma de comunicarse y relacionase con el resto. Aunque se trata de una situación diferente para cada una, todas comparten dos características englobadas en el espectro: alteraciones en las interacciones sociales y la repetición de rutinas o rituales con los que crean un entorno predecible y estable.
Asimismo, destacan por sus habilidades visuales y su aprendizaje se basa en Sistemas Aumentativos y Alternativos de Comunicación (SAAC), entre ellos los símbolos gráficos o los recursos tecnológicos. Resultan de gran utilidad por su legibilidad, puesto que se explican por sí mismos, y por no ser necesario interpretarlos para comprenderlos.
«Sabemos que no es una medalla olímpica, pero debe ser algo parecido»
La idea de incluir pictogramas en los pasos peatonales para favorecer la seguridad vial inclusiva comenzó a gestarse, junto a muchas otras, en 2019 debido a la gran acogida que tuvo un festival benéfico llevado a cabo en Los Abrigos. Organizado por la Comisión de Fiestas de San Blas e Inclúyeme, contó con el apoyo de un gran número de colectivos y clubes deportivos de la zona para brindar a sus asistentes una tarde llena de actuaciones, garantizando la accesibilidad a quienes contaran con dificultades en la interacción. Esto iría más allá, pues se acabaría creando un equipo destinado a conectar a agentes de cambio por una sociedad con cada vez menos desigualdades.
«Brincamos, lloramos, reímos y repetíamos como loros: ¡Por fin!». Así se vivió el día en el que se le notificó a la Asociación la aprobación de una idea que, hasta el momento, solo había sido presentada a varios ayuntamientos y apoyada por unos pocos. Por ello, muestran su gratitud al organismo ante un logro que equiparan a ganar un Nobel por la sensación «indescriptible» que suscita en sus impulsoras: «Sabemos que no es una medalla olímpica, pero debe ser algo parecido».