El fútbol femenino tanto en Canarias como en el resto de España no para de crecer en todos sus ámbitos. No obstante, hasta hace menos de una década no nos podíamos imaginar el nivel que tendríamos actualmente. Y si hay un responsable directo dentro de este proceso deportivo es la fundación del Granadilla Egatesa por parte de Andrés Clavijo, Eduardo Chinea y Sergio Batista. Desde que el Club del sur de Tenerife comenzó su escalada hacia el éxito y se instauró en la élite, nuestro balompié femenino ha presentado cambios significativos casi imposibles de surgir sin este factor.
La historia nos dice que el gran impulsor de este deporte en las Islas fue Manuel Lorenzo Reina. Él fue fundador, propietario y director del Colegio Inglés de Canarias, institución de enseñanza desde donde promovió esta práctica deportiva desde la década de los 60. A partir de entonces, y una vez que se observó socialmente que la práctica del fútbol en mujeres estaba empezando a verse ‘aceptada’, comenzaron a llegar los primeros equipos, partidos y competiciones.
Haciendo un repaso histórico a sus inicios, cabe destacar dos encuentros amistosos que disputó la Selección de Canarias en 1980 ante la Selección de Dinamarca, campeonas del Mundo en aquel instante, y el Lindas BK, equipo de la Segunda División sueca. Lo importante nunca fue el resultado, sino foguearse contra equipos de un nivel superior y profesional para observar donde estaba el listón al que había que llegar.
El combinado también se vio las caras ante el Penya Barcelona, al que venció por 3-1 tras un choque que dejó claro el talento que atesoraba el conjunto canario. Más tarde, CD Rayco, Unión Risco, Fasnia Brisas del Teide, Herbania, Orientación Marítima o Perdoma fueron algunas de las primeras escuadras que se fundaron. Algunas de ellas fueron grandes dominadoras.
El despegue social, estructural, competitivo y hasta mediático que se alcanzó ya entrados en los años noventa y principios del dos mil se demostraba en distintos factores. Entre los más visibles fueron: el incremento de clubes femeninos, la instauración de competiciones ya federadas y jerarquizadas en niveles y la implicación de los principales medios de comunicación regionales de la época. Eco de Canarias, La Provincia o El Diario de Las Palmas fueron de los más implicados. Estos informaban semanalmente acerca de lo más destacado, aunque fuera de una forma un tanto discreta ya que solo ocupaban una página dentro de su subsección de deportes ‘deporte base y aficionado’. El grado de aceptación y la afición por el fútbol femenino aumentaba.
Logros como el primer campeonato nacional de selecciones sub-18 que obtuvieron las canarias en el 2001 de la mano de Andrés Clavijo, seleccionador autonómico, revelaron la línea ascendente que mostraba el fútbol femenino de la tierra. Ese mismo año, se añadió una nueva división: Primera Nacional. Sería el escalón inferior a la Superliga, máxima categoría del fútbol femenino español, que actualmente se llama Liga Iberdrola de Primera División, y estaría por encima de la Regional Preferente y la Regional Primera.
Este nuevo grupo, que a su vez se dividió en seis subgrupos distribuidos geográficamente, llegó con el objetivo de potenciar el nivel de competición español y lo logró con creces. Hoy en día, el segundo escalafón lo ocupa la liga Reto Iberdrola desde hace dos campañas, y, a renglón seguido, se encuentra la anteriormente nombrada, Primera Nacional.
Granadilla Egatesa
La necesidad de tener un equipo referente de cara al futuro inmediato del fútbol femenino era cada vez más evidente. Era el siguiente paso a dar y Andrés Clavijo estaba convencido de que Canarias tenía el talento necesario para instalar un conjunto en la élite, y que, por ende, sirviera de referente para todo el ecosistema del balompié femenino. Es por ello, que una vez desmantelada la sección femenina del CD Charco del Pino, club del que fue entrenador y con el cual disputó varios ascensos a Primera División, le propone dicho proyecto a una multitud de equipos, aunque sin suerte ya que ninguno de ellos lo veía económica ni deportivamente viable.
Tras todas estas negativas, Clavijo se reúne con Eduardo Chinea (miembro en aquel entonces de la Federación Tinerfeña de Fútbol, representante de varios futbolistas profesionales tinerfeños y exconsejero del CD Tenerife) para elaborar de forma conjunta el posible presupuesto que podría tener su idea. Ya terminado, se dio cuenta que necesitaba a otra persona y se acordó de Sergio Batista, reputado abogado y hombre de fútbol tinerfeño que había sido miembro de la directiva del CD Tenerife hasta en dos ocasiones.
Batista sabía cómo funcionaba un club desde dentro y conocía todo lo que había detrás del deporte rey a nivel directivo, organizativo y económico. Además, disponía de los contactos suficientes con los que poder arrancar el proyecto. Con su sí, se creaba el CD Akeki Granadilla, la base sobre la que se apoyaría en el futuro próximo la UD Granadilla Egatesa.
La fundación del Club supuso muchísimas cosas, pero fundamentalmente permitió vislumbrar una apuesta firme por el fútbol femenino, donde las jugadoras se sintieran respaldadas, amparadas y protegidas por una entidad que de verdad creyera en ellas. Cualquier deporte requiere de un referente y de unos ídolo al que admirar. El Egatesa fue para todas las niñas canarias un espejo donde poder mirarse e imaginarse siendo futbolistas profesionales.
Hasta las propias futbolistas tienen la sensación de que, una vez se instalaron en la máxima categoría, su entorno comenzó a cambiar. Ana González, jugadora de la UD Granadilla Egatesa desde 2013 hasta la actualidad, está convencida de que la clave del crecimiento de esta rama del deporte rey en los últimos años viene precedido de la llegada del equipo a Primera en la temporada 2014-15. Refrenda que «a raíz del ascenso y asentamiento del equipo en la élite, se ha ido creando poco a poco una filosofía de cantera que antes no existía en el Archipiélago».
En esta línea, Berto Mata, periodista deportivo en la Cadena Cope, no tiene dudas en afirmar que «ha sido de largo la puesta a punto para el desarrollo del fútbol femenino en Canarias». Encontrar y formar mejores jugadoras a día de hoy es más fácil que antaño en buena medida por el éxito de este club. González también coincide en el hecho de que, gracias a ese acontecimiento, muchas niñas aficionadas al fútbol tienen por fin un espejo donde mirarse. Las Islas merecían una entidad que trabajara por y para esta sección.
Provocaron el deseo de las más jóvenes por jugar a fútbol y se vio especialmente reflejado en el crecimiento de las fichas federativas por parte del bando femenino. Según Statista, desde 2014 hasta 2019 hemos pasado de contar con 44 873 fichas de futbolistas federadas a contar con 71 276, casi treinta mil más en tan solo cinco años lo que supone un incremento del 58 %. Si nos centramos en Canarias, en 2019, ocupábamos el octavo lugar en CCAA en relación con este campo con unas 1200.
Asimismo, a más gente, más equipos femeninos se crearon y clubs masculinos que comenzaban a sacar secciones para el sexo contrario. Además, periódicos, portales digitales deportivos, radios y hasta las televisiones empezaron a darles la repercusión y relevancia que merecían. Del mismo modo, crearon un sentimiento de pertenencia sobre sus aficionados, instauraron un modelo a seguir para el resto de conjuntos femeninos e hicieron ver a las grandes entidades políticas que el fútbol femenino había pasado a otro nivel en Canarias.
Dani Cerdeña, periodista deportivo en Deporpress, explica que «toda causa emergente tiene un proceso. El fútbol femenino va ganando en repercusión y reputación, tanto a nivel mediático como deportivo, pero todavía está en fase de crecimiento». Falta educar, crear arraigo y generar identidad con los clubes femeninos de la Isla para que, con el paso de los años, las futuras generaciones cojan ese testigo en forma de afición y provoquen un aumento en masa social de este tipo de conjuntos.
No todo gira alrededor del Egatesa, hay otros proyectos como el de establecer un fútbol base femenino que piden paso. Para Andrés Clavijo lograrlo será la clave para evolucionar y mejorar nuestro fútbol femenino.