Las III Jornadas de Genealogía que están teniendo lugar en el Archivo Histórico Provincial de Santa Cruz de Tenerife llegan hoy a su fin. Fernando Rossi, fundador de la Sociedad de Estudios Genealógicos y Heráldicos de Canarias (Segeheca), fue el encargado de presentar, este miércoles, 23 de octubre, la conferencia Acogiendo al expuesto, en donde expuso su investigación sobre los Expósito, niños abandonados en el siglo XVIII y que se les llevaba a casas cuna. Los puntos más importantes de Tenerife donde ocurría esto eran La Laguna, Los Realejos y el puerto de Santa Cruz. Asimismo, es el coordinador del evento desde hace una década.
En primer lugar, felicitarle por estos diez años. Debe ser un orgullo… «La verdad es que sí. Cuando comenzaron las jornadas en Arona, se planteó como un reto. Teníamos un objetivo y se ha ido cumpliendo diez veces más».
¿Cómo ven las jornadas este año? «Partiendo de la idea de que el número de plazas ofertadas eran cien y lo hemos superado con creces, estamos realmente encantados».
¿Se piensa ya en la edición del próximo año? «En realidad, antes de inaugurar esta ya estamos pensando en quién traer o qué temas podemos tratar».
¿Tienen alguno en mente? «Sí, pero no podemos desvelarlo aún. Ja, ja, ja…».
«Tras investigar mi historia familiar he podido situarme en el mapa»
José Antonio González, el director de estas jornadas, dijo en otra entrevista para este medio que han significado un antes y un después en la investigación genealógica en Canarias. ¿Está de acuerdo? «Por supuesto. No se puede hablar de genealogía en este momento sin acordarnos de la labor que ha realizado la Segeheca y la influencia del evento que hoy pone fin a su tercera edición».
Como también le preguntamos a González, ¿qué le aportó investigar su historia familiar? «Situarme en el mapa. Saber de dónde vienes es fundamental para cualquier ser humano. En definitiva, conocer un poquito más todo aquello que en el fondo eres tú».
¿Con qué tipo de trabas te puedes encontrar durante una investigación? «El principal inconveniente es no disponer de la documentación necesaria. En caso de tenerla, puedes encontrarte con que no tiene los datos necesarios para continuar».
«Puede haber gente que se lleve una sorpresa al descubrir su ascendencia»
Tras cerrar una investigación, ¿se han quedado con la sensación de que han dejado cabos sueltos? «En realidad una investigación nunca se acaba. Siempre hay algo por lo que puedes continuar. Cuando terminamos con una rama, continuamos en otra».
¿Es habitual que la gente se arrepienta tras conocer su árbol genealógico? «En líneas generales, no. Asimismo, puede haber personas que intentan reafirmar su origen aristocrático y se llevan una sorpresa cuando el archivo diocesano les comunica que no descienden del señor, sino de su ayuda de cámara».
En la Conferencia afirmó que para investigar la historia de los niños Expósito se recurrió a a documentos eclesiásticos. ¿Son más fiables que los civiles? «Depende del periodo histórico en el que nos encontremos. En ese momento, siglo XVIII, no había registro civil y se recurría a distintas instituciones religiosas».
¿Podríamos decir que todos los Expósitos de Tenerife proceden de ese preciso instante? «El periodo estudiado es demasiado corto, por lo que no podemos afirmar eso. De hecho, no todos los Expósito acabaron llevando ese apellido».
Las casas cuna disponían de una buena ayuda económica y aún así se desconoce el paradero de muchos de esos infantes. «Ya… Lo que pasa es que no todos provenían de familias pobres, sino que era un embarazo de una relación que no estaba cristianizada y había que ocultarlo».