Ramon Sanahuja, director de Atención y Acogida de la Inmigración del Ayuntamiento de Barcelona, acudió a la Facultad de Económicas de la Universidad de La Laguna a dar una ponencia sobre la gobernanza de la política de asilo e inmigración en Europa y, concretamente, en España. Según los datos que facilitó el ponente, en 2015 se denegó un 85 % de las 15 000 peticiones de asilo que se presentaron en nuestro país.
Con la guerra en Siria, esto está cambiando lentamente. “El año pasado, el Gobierno se comprometió a acoger a 17 337 personas. En el mes que nos encontramos, apenas se ha llegado al 2,5 % de lo prometido”, subrayó Sanahuja. Además, el conferenciante indicó que España ha recibido 330 millones de euros del Fondo Europeo sobre Asilo, Migración e Integración y 262 millones del Fondo de Seguridad Interior, para utilizar entre el 2014 y 2020. Sin embargo, las administraciones locales no recibieron nada de este dinero.
Sanahuja hacía una distinción entre inmigración y refugio, señalando que en el primer caso los protagonistas llegan “voluntariamente”, en busca de oportunidades laborales. En el segundo, huyen de su lugar de origen porque sus vidas peligran. Los refugiados sirios entrarían en otro grupo, el de protección subsidiaria, que es el que se aplica en casos de conflicto armado. El director explica que se utiliza un sistema multinivel para su tratamiento; empieza con el Estado, que controla las fronteras, y termina con la población civil, factor clave en la convivencia e integración. Denuncia que es un “claro ejemplo de cómo no hay que hacer las cosas”, ya que hay nula comunicación entre los diferentes niveles, lo que provoca un gran impacto en la comunidad.
Los problemas del Programa Estatal de Atención a Refugiados son muy numerosos. Su rigidez e inflexibilidad, la nula coordinación con las ONG’s y la excesiva centralización son solo algunos de ellos. Las ayudas a refugiados en las distintas comunidades son todas iguales, sin tener en cuenta que los gastos en una gran ciudad serán mucho más elevados que en un pueblo.
En Barcelona, cuenta el ponente, están desarrollando varias iniciativas muy interesantes para intentar ayudarles. La más importante es Barcelona Ciutat Refugi. Es una Ciudad Refugio donde dan cobertura sanitaria, formación educativa, consejo legal y ayudas de traducción de manera totalmente autónoma con el Ayuntamiento y voluntarios. Han invertido medio millón de euros en dar alojamiento a personas en solicitud de asilo, con más de 100 plazas de viviendas y dos específicas para personas LGTBI, ya que consideran que es un colectivo especialmente vulnerable. En el resto de Europa, 27 de los estados más ricos y desarrollados han acogido a poco más de 7000 refugiados, cifras que distan de sus compromisos iniciales.