El taller El plurilingüismo y la cultura en contexto francófono se realizó este pasado miércoles, 6 de abril, en la Facultad de Educación de la Universidad de La Laguna. En él se impartieron dos charlas en francés sobre la lengua y tradición marfileña, y acerca de la escritora senegalesa Aminata Sow Fall. El atelier, que fue organizado por el vicerrectorado de Proyección, Internacionalización y Cooperación, contó con las ponencias de Amadou Coulibaly, estudiante de Matemáticas, y Marie Diouf, doctoranda de Erasmus.
La directora de Relaciones Extracomunitarias y Cooperación, María del Carmen Marrero, y la alumna del Grado en Estudios Francófonos Aplicados, Alba Pérez-Cíes, fueron las encargadas de planificar y asegurar la eficacia del evento. La primera intervención se enfocó en los rasgos identitarios de Costa de Marfil. Amadou Coulibaly, de origen africano, se ocupó de explicar las costumbres, crisis migratorias y etapas históricas del país.
Costa de Marfil nació a partir de la llegada masiva de inmigrantes, que se refugiaban de las guerras en los países vecinos. La conformación del territorio se caracteriza por la riqueza de etnias, religiones y lenguas. Existen dos capitales distintas: una es la económica y financiera, Abiyán, mientras que la segunda es la política, Yamusukro.
La nación está compuesta por habitantes evangélicos, católicos, musulmanes, budistas, y dividida por diferentes climas y sistemas de producción. El norte posee unas condiciones climatológicas de sabana: muy calurosas y en las que tienen éxito las plantaciones de algodón. El sur tiende a las abundantes precipitaciones por ser más tropical, siendo el motivo por el que los mayores cultivos de cacao o café se localizan en esta zona específica.
La lengua oficial del país es el francés, debido a su pasado colonialista, pero en pequeñas regiones se habla y aprende bambara. La población lo hace a través de proverbios y poemas, como detalló Amadou Coulibaly. Los refranes africanos reflejan la importancia que le conceden a sus raíces y caminos futuros: «Quand tu nages, on voit ton dos», que significa de forma literal «Cuando tú nadas, vemos tu espalda», es decir, de dónde venimos y adónde vamos.
La negritú fue la literatura propia de Costa de Marfil que defendió los derechos de las personas negras. Supuso la apertura de la conciencia africana en el mundo de Occidente y sirvió para sensibilizar sobre la descolonización de los países dominados. El propósito era globalizar la poesía del continente y alcanzar la deseada libertad y emancipación.
La paz, un comportamiento humano y no una verdadera palabra
La segunda intervención fue liderada por Marie Diouf, quien centró su interés en el análisis descriptivo del libro La grève des bàttu (La huelga de los mendigos) de la escritora senegalesa Aminata Sow Fall. La literatura africana poscolonial expone el caos, la pobreza y la pérdida cultural cuando terminaron las ocupaciones.
La fusión de lenguas autóctonas y grupos étnicos chocó con la civilización occidental. Y las letras tuvieron la misión de expresar y dejar constancia de la búsqueda de identidad de la ciudadanía de África. Los escritos muestran la marginalización que se produjo, la represión por parte de los gobiernos y las muertes a causa de la inanición.
La oradora detalló el proceso de sacrificio, desesperanza y victoria que sufrió el pueblo senegalés. La huelga de quienes mendigaron y pasaron humillación logró su triunfo. Las nuevas generaciones, en las que la ponente se incluyó, conservan esa lección histórica y demuestran el orgullo por su país. Luchan por la autonomía total y no quieren la dependencia de la antigua metrópolis, en este caso Francia. Sí apoyan el respeto y la colaboración.
Marie Diouf: «Las colonias anglosajonas están más desarrolladas y son más libres que las colonias francófonas»
El seminario finalizó con las reflexiones de Amadou y Marie con respecto a la situación de neocolonialismo en África. Según sus aportaciones, el país galo sigue ejerciendo una fuerza administrativa en sus antiguas demarcaciones y China está adquiriendo poder con los negocios económicos. Marie Diouf recalcó que «la condición francesa no es la misma que la senegalesa», en otras palabras, que dichos países son muy distintos y no pueden aplicar modelos políticos iguales.