Agustín Valenzuela Fernández es profesor titular de Farmacología en la Facultad de Medicina de la Universidad de La Laguna. Asimismo, forma parte del Instituto de Enfermedades Tropicales y Salud Pública de Canarias. Junto a su grupo de investigación, Inmunología Celular y Viral, busca desarrollar herramientas tecnológicas para entender por qué el virus de Zika infecta, cómo lo hace y por qué genera esa toxicidad a nivel neuronal u otro tejido.
¿El Zika se considera una enfermedad tropical ‘desatendida’? «La infección por el virus Zika (ZIKV) y el síndrome congénito asociado no se enmarcan entre las enfermedades tropicales desatendidas (ETD). Sin embargo, como podemos ver en programas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), las ETD se engloban en la misma lista que las enfermedades infecciosas transmitidas por vectores. Ahí es donde se puede encontrar la infección por ZIKV junto a otras arbovirosis como el Dengue o el Chikungunya».
¿Cuál es el criterio para definir a una enfermedad como ‘desatendida’? «Las ETD están muy vinculadas a poblaciones o comunidades de pobreza extrema, sin acceso a servicios de salud, sin higiene adecuada ni agua potable. Estas enfermedades infecciosas, también llamadas olvidadas, son uno de los problemas de salud pública más importantes del mundo. Causan en el paciente desde desfiguraciones a discapacidad y amputaciones, y lleva a la familia tras de sí a un ciclo interminable de pobreza y enfermedad».
¿Cómo se transmite el virus de Zika? «El ZIKV es un virus de ARN monocatenario de sentido positivo perteneciente a la familia Flaviviridae y que se transmite a los seres humanos a través de los mosquitos Aedes aegypti y Aedes albopictus, portadores de este flavivirus. Otra vía preocupante de infección y transmisión es la transplacentaria de la madre al feto y, de forma menos predominante, por contacto sexual a través del semen infectado. Aún está en estudio si es posible mediante la sudoración».
«Comprender la complejidad de la infección, la transmisión y la patogénesis del ZIKV representa un desafío urgente»
¿Sigue sin existir un fármaco que actúe contra él? «A día de hoy no disponemos de ningún fármaco antiviral que actúe en específico sobre el ZIKV como podría ser un viricida, que reconozca y desestructure directamente su morfología completa o alguno de los complejos moleculares que conforman la partícula viral. Tampoco existen virostáticos que actúen sobre el ciclo vital del virus cuando está en plena replicación, evitando así la infección, multiplicación y propagación del virus».
Aún así, las investigaciones para conseguir un medicamento y antiviral efectivo no cesan… «En efecto, están en proceso varias moléculas candidatas a ser consideradas como anti-ZIKV. Aunque muchas de ellas son realmente potenciales antivirales de ‘amplio espectro’ y se están desarrollando a su vez contra otros virus. Esto ocurre con fármacos como la nitazoxanida en fase de desarrollo clínico para el tratamiento de la gripe en pacientes y en estudios in vitro frente a infecciones respiratorias como el Coronavirus del Síndrome Respiratorio del Medio Oriente».
Debido a su situación geográfica, ¿son las Islas Canarias susceptibles a su transmisión? «El virus puede encontrarse e introducirse en la región ya sea a través de personas infectadas o mediante el mosquito que porta el virus. Bien es cierto que la globalización, el transporte de bienes y mercancías unido al comercio internacional, el turismo de masas y el cambio climático juegan un papel fundamental en la expansión de los vectores y en la amplitud de los episodios epidémicos por el ZIKV, así como por otros arbovirus. Este hecho hace, por tanto, susceptible a nuestras Islas de sufrir eventos de transmisión por el ZIKV».
«El ZIKV se aisló del suero de un mono Rhesus en 1947 durante el estudio del virus de la fiebre amarilla»
La carencia o servicio deficiente de agua potable ayuda a la proliferación de mosquitos, ¿cómo influye la pobreza en las enfermedades infecciosas? «La infección por el ZIKV, al igual que otros virus transmitidos por vectores, se enmarcan en programas de salud pública y de lucha contra la pobreza. Las enfermedades infecciosas transmitidas por mosquitos están ligadas a las deficiencias en estructuras urbanas. Es un factor determinante asegurar la potabilización del agua y la higiene para disminuir la presencia de vectores, los virus que transmiten y el impacto que ejercen sobre las familias y regiones más pobres».
En España el mosquito tigre está presente y en plena expansión, ¿cree que los gobiernos son poco sensibles a las orientaciones de la OMS? «Los informes de la OMS y del Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC) se emiten cada año e informan y alertan a la población sobre los brotes y su evolución. ¿Por qué nuestros gobernantes no actúan en consecuencia? Desconocen, incluso, estos programas e informes y, por tanto, ignoran una de las amenazas que vamos a afrontar en el siglo XXI. Lo que demuestran los hechos es que la cultura y preparación científica de nuestra clase política es muy pobre o nula, en general».
¿Y cómo es la cultura científica de la sociedad? «La de la sociedad va de la mano. No distingue la información correcta de la falsa en casos de emergencia como la actual pandemia por SARS-CoV-2. Además, la percepción de que las enfermedades por virus pueden afectar a nuestro país es baja. Se asocian con la pobreza, con otras regiones, lejos. De hecho, en España no se reconoce el área de conocimiento Virología. Ocurre lo mismo con Enfermedades Infecciosas, que son parte de Medicina Interna sin ser una especialidad médica en sí misma en nuestro país».
«Se debe financiar la investigación, la industria y a la comunidad científica en todos los campos del saber»
En un mundo globalizado, ¿habría que atender las enfermedades infecciosas de otra forma? «Sí, absolutamente. Estamos adoptando un enfoque demasiado estrecho para manejar una pandemia por un nuevo coronavirus letal, tratándola como una enfermedad infecciosa pasajera. Nuestra forma rápida de vivir y explotar los recursos del planeta es el motor que aflora y expande las enfermedades emergentes. Ante estas crisis globales hay que anticiparse, estar preparados y, sobre todo, evitar la reacción. No podemos ir detrás del agente patógeno y reaccionar a los brotes porque es demasiado tarde».
¿Existe una relación entre el cambio climático y el aumento de enfermedades infecciosas? «Sí, está demostrado científicamente. No hay más que leer el informe Un mundo en peligro para darse cuenta de cómo aumentan los brotes por nuevos microorganismos infecciosos y reemergen organismos ya conocidos en episodios epidémicos anteriores con mayor frecuencia. El uso de tierras para la agricultura y ganadería intensiva, la pérdida de recursos hídricos y la migración forzada de animales salvajes a hábitats nuevos hace que entremos en contacto con nuevas especies y con sus microorganismos endémicos».
¿Cree que el impacto mediático del virus de Zika se corresponde con su gravedad? «Sí, sin duda alguna. La OMS declaró la alerta de salud pública mundial, una de las pocas que ha declarado, relacionada con la epidemia por el ZIKV en 2014-2015. No hay que olvidar que por esa época Brasil, país muy afectado por el episodio epidémico, fue anfitrión de dos eventos globales de gran importancia económica y mediática como la Copa Mundial de Fútbol y los Juegos Olímpicos de verano. No cabe duda de que esto ayudó a dar visibilidad a la infección y a movilizar con rapidez medios para combatir el virus y la compleja enfermedad asociada».