Una de las fiestas más tradicionales y antiguas que no pueden faltar en el carnaval canario es, sin duda alguna, Los Indianos. El origen de esta parodia reside en el siglo XIX con la llegada de los isleños emigrantes a Cuba y Latinoamérica, y es característica de la isla de La Palma. A pesar de ello, la fiesta donde los polvos de talco son los protagonistas indiscutibles, no ha estado exenta de polémica con el paso de los años. Nos remontamos al año 2009, fecha en que el debate estaba servido a raíz de la celebración del acto de Los Indianos en el carnaval de Las Palmas de Gran Canaria. Ante esto, el Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma redactó una declaración institucional en la que defendía la exclusividad de la fiesta, ligada históricamente a la isla.
A pesar de que este hecho fue uno de los más mediáticos, la cruda realidad es que la temática y celebración de Los Indianos se ha exportado prácticamente a todas las islas del Archipiélago. Por ejemplo, en La Gomera se denomina Día de los Polvos Talco y Añil, y en Fuerteventura, Carnaval Blanco. ¿Dónde queda entonces lo representativo y único de esta festividad si se extiende como si de un virus se tratase?
Esta fiesta no se ha de globalizar al resto de islas
Considero que esta fiesta no se ha de globalizar al resto de islas, simplemente con el único fin de preservar la identidad cultural de un pueblo que ha trabajado por mantener esta costumbre. Hay que dejar de lado las copias baratas y los intentos de extenderlo todo. Hay que optar por la distinción y defender una marca o tradición. Con esta expansión y versiones 2.0 de Los Indianos estamos contribuyendo voluntariamente a quitar importancia a las tradiciones ajenas que merecen un respeto por ser eso mismo, tradiciones.
Desviemos esas fuerzas y ese ingenio para copiar y hagamos honor a nuestra cualidad de pueblo canario humilde y solidario. Trabajemos conjuntamente en defender lo que es nuestro, solo nuestro. Optemos por priorizar la calidad de un acontecimiento y las sensaciones que siendo único nos puede ofrecer, cosa que sus imitaciones no harán ni por asomo. Seamos coherentes y no dejemos que Los Indianos muerdan el polvo.
