Como cada 3 de mayo desde 1993, hoy se celebra el Día Mundial de la Libertad de Prensa. Todos los años, la UNESCO invita a sus países miembros a reflexionar sobre este tema, así como a rendir tributo a todos los profesionales de la información que, alrededor del mundo, abogan por mantener el libre flujo de contenidos. Uno de ellos es Samuel Toledano, periodista y profesor del Grado Periodismo en la Universidad de La Laguna. Además de haber desarrollado sus conocimientos en diversos países desempeñando varios roles (redactor freelance, consultor político, etc.), actualmente combina la docencia con su participación en dos proyectos de innovación educativa: Revista 360 y Mapa de Poder Político en Canarias.
Toledano define la libertad de prensa como «la capacidad que tiene el público de recibir datos veraces que satisfagan su derecho a conocer la actualidad». En torno a esta cuestión, hace hincapié en que esto no se refiere a la capacidad de los periodistas o los medios para hacer lo que quieran, sino al derecho del pueblo a exigir una comunicación de calidad: «La independencia periodística parte de la ciudadanía».
Siguiendo por esta línea, describe el periodismo como la labor de buscar la realidad que está sucediendo en cualquier momento y lugar para transmitirla al ciudadano. Asimismo, añade que estos hechos deben tener explicación, es decir, que no solo se reciban los titulares. «Y lo más importante es que no puede haber ningún tipo de cortapisa a la labor: debe hacerse sin presiones políticas ni económicas», subraya.
«El derecho a la información es totalmente fundamental»
Toledano habla de cuatro sujetos a la hora de garantizar la libertad de información. En primer lugar, afirma que es necesaria la existencia de trabajadores «con una formación y criterio lo más avanzado posible», recalcando que hay que tener claro siempre que se escribe para la audiencia, no para uno mismo ni para una entidad externa. Junto a esto, expone que otro factor imprescindible es que se demanden esos conocimientos.
Menciona, además, las otras dos «patas»: las empresas y la administración pública. Sobre esta última, dice que «al igual que comprueba con controles sanitarios, aduaneros y veinte tipos más que la comida que consumimos está en buenas condiciones, con las noticias no lo está haciendo. Y realmente, esta debería tener una serie de controles. No es manipulación ni censura, solamente control».
Remata esta cuestión argumentando que, sin menospreciar otras profesiones, «el derecho a la información es totalmente fundamental, por lo que se necesita que cuando se esté fabricando el producto se tenga mucho rigor».
«Estamos viendo propuestas alternativas a los medios corporativos que hacen un periodismo de mucha calidad»
Pese a estas declaraciones, se muestra positivo al evaluar la situación de hoy en día: «En la actualidad, en España, se está haciendo buena comunicación, pero lamentablemente son excepciones». Narra que el panorama informativo ha cambiado por completo, ya que las grandes marcas de comunicación están muy necesitadas de una pervivencia económica, y por ello, «se están vendiendo a la publicidad».
De forma paralela a este fenómeno, explica que «estamos viendo propuestas alternativas a los medios corporativos que hacen un periodismo de mucha calidad». Define estas opciones como pequeñas empresas formadas por personas que, o bien han sido expulsados de otras mayores, o bien son estudiantes recién graduados.
Samuel Toledano habla de la vía tradicional y la innovadora. Para responder a la cuestión de por cuál es más viable decantarse, aclara que «no hay una línea periodística tradicional frente a la innovación». De lo que se trata finalmente, según comenta, es de buscar lo que sucede y además «rascar», es decir, que dar lugar a nuevas fuentes y enfoques. Y ahí es donde sí se pueden añadir herramientas, como las nuevas tecnologías o narrativas, para introducir la innovación. «Pero el periodismo en sí, aunque se utilicen diversas herramientas, siempre tendrá el mismo objetivo: ofrecer información de calidad».
Para conseguirla, aclara que se debe volver a controlar la agenda informativa. «Lo que no puede seguir pasando es que cuando llegue una lista de actos a las siete de la tarde, el redactor se limite a pensar ¿a qué rueda de prensa voy mañana? No. Tiene que ser él quien busque su propio tema para marcar la agenda», afirma el profesor.
«Ética, ética, ética y más ética»
Para sintetizar y aunar todos los conceptos expuestos, Toledano no duda acerca de las cualidades que debe tener un buen periodista: «Ética, ética, ética y más ética. Y, a partir de ahí, formación, habilidades comunicativas y de recursos, saber desenvolverse, capacidad crítica… Pero lo fundamental, aunque sea un tópico repetirlo, es la ética».
Ultima que es imprescindible tener siempre en cuenta que se está al servicio de la población. «Si utilizas esta profesión para servir tus propios intereses económicos, los de una empresa, partido o institución, dedícate a otra cosa porque no estás haciendo lo que crees. Estarás haciendo propaganda, publicidad o como lo quieras llamar. Pero periodismo, no», sentencia.