Desde su niñez, Miguel Juan Arocha sabía que el lienzo y el pincel iban a formar parte indispensable de su vida. Ahora, tras años de lucha por ver cumplir su sueño y un amplio recorrido en la profesión, es considerado uno de los referentes más importantes de la cultura artística canaria. Su curiosidad y afán de superación han hecho que sus ilustraciones lleguen a distintas partes del mundo. Todo ello sin contar con otro de sus grandes talentos: la música. Esta faceta brindó al pintor la oportunidad de integrar el grupo Rockambole y compartir escenario con artistas de la talla de John Mayall.
¿A qué edad comenzó a pintar? ¿Recuerda su primer cuadro? «Con seis o siete años ya dibujaba El príncipe Baltasar Carlos a caballo, de Velázquez. Empecé haciendo retratos desde bastante joven, no recuerdo cual fue el primero, pero desde los 12-13 años ya les hacía retratos a mis amigos».
¿Qué es para usted la creatividad? «La creatividad está en todo. Creo que si Leonardo da Vinci hubiera sido médico, habría sido un médico brillante. Lo mismo que Einstein, si él hubiera sido pintor, habría sido un pintor tremendo. Considero que la creatividad está en todos los campos del saber y en la persona, en esa curiosidad por desvelar aquello que desconoce y por profundizar en aquello que le interesa. En una ocasión me preguntaron si el lienzo era un reto para mí: el reto es una constante en mi vida y el lienzo es testigo de ello. Sin embargo, una vez terminas una obra, deja de tener ese interés para ti. El lienzo se convierte en una especie de laboratorio en el que investigas, vas mejorando y vas descubriendo cosas, una vez has subido ese peldaño ya te estás encontrando con otro».
Dicen que la experiencia es un grado ¿Ocurre lo mismo en el marco creativo? «Creo que la madurez en el campo creativo se alcanza cuando adquieres una forma determinada de entender o tienes una visión pictórica muy personal donde no hay compartimentación; hagas lo que hagas, lo haces bajo tu forma de actuar. Así se empieza a crear y componer, se deja de tener cierta preocupación por aquellos aspectos técnicos, materiales e instrumentales para dedicarte, sin distracción, a aspectos puramente creativos: la mancha por la mancha, el color por el color…».
«El dibujo reduce la información a lo esencial»
¿Cómo puede estimularse la creatividad con la práctica del dibujo? «Estamos teniendo un problema y yo lo estoy notando en los últimos dos o tres años una barbaridad: el mal uso que se hace del móvil. Se está copiando y así no se aprende ni a dibujar, ni a entender los cuerpos o el entorno en el que estos se desarrollan. Por lo tanto, flaco favor nos está haciendo nuestro desenvolvimiento físico en la vida. Leonardo da Vinci decía que el arte consiste en que la mano obedezca al entendimiento. Hay que comprender y solo se comprende mediante los dibujos al natural y la visión binocular que nos permite ir recorriendo las superficies, conociendo cómo se desarrollan los cuerpos y cuál es la estructura de estos».
¿Qué ventajas ofrece el dibujo al natural? «Es curioso, a principio de curso suelo preguntar si hay algún medico en la clase de Anatomía artística y me han levantado la mano en dos o tres ocasiones, precisamente, han sido esos alumnos los que, a final de curso, se acercaron a mí y me dijeron: gracias Miguel, ahora sí que puedo decir que sé anatomía. Esto sucede porque han dibujado huesos y músculos y eso les ha obligado a conocerlos, a recorrerlos visualmente. El dibujo reduce la información a lo esencial y prescinde de todo aquello que es anecdótico o superficial».
¿En qué consiste la Anatomía artística? ¿Qué técnicas emplea? «Entre los objetivos principales está el de interesar al alumno por la estructura de todos los cuerpos a través de la anatomía humana: los movimientos, las articulaciones, la actitud, las proporciones y, sobre todo, aquello que tiene que ver con las cualidades dinámicas y estructurales del cuerpo que intervienen en la actitud y posturas del modelo. Las soluciones de la arquitectura, la ingeniería o la mecánica están todas en el cuerpo humano».
¿Qué le suele inspirar para sus cuadros? «Busco la belleza. Trabajo en el campo del realismo mágico porque juego con la abstracción de elementos que salen al escenario, se encuentran y, una vez ahí, construyen. El dibujo natural del cuerpo humano es lo que más me gusta, de hecho, la figura humana se ha utilizado desde siempre para enseñar a dibujar por los movimientos, las posturas… A través de este tipo de dibujo desarrollamos otras capacidades como la de síntesis, sensibilidad, percepción y representación a tres dimensiones».
«Velázquez llegaba a desproporcionar intencionadamente los cuerpos buscando un resultado estético»
¿Son los retratos capaces de reflejar la personalidad del retratado? «Sí, tanto que podríamos hacer un retrato de una persona por su mano. Marilyn Monroe movía la mano, la dejaba caer y ¡era una belleza! Todo tiene que ver con la composición, los dedos son una serie de elementos que pertenecen a una forma mayor que es la mano y, por lo tanto, esta se compone según la posición de los dedos. Así se aplica con todo. Lo de los retratos es fascinante, ya no solo por conocer todos aquellos rasgos que tienen que ver con la tipología facial, sino por todos aquellos que tienen que ver con la expresión. Cuando miro un rostro veo colores, rasgos de sinceridad, superficies bondadosas, cañadas en la piel… Es un disfrute».
Presentó en Madrid la exposición Homenaje a Velázquez, también realizó una conferencia en el Museo del Prado sobre Los dibujos de Velázquez ¿Es un referente para usted? «Sí. Velázquez llegó a entender la pintura con un puro hecho de investigación pictórica y se adelantó más de 200 años al fenómeno de la abstracción: las manos de Las Meninas están resueltas con tan solo tres pinceladas. La tesis que hice sobre sus dibujos me sirvió para demostrar que Velázquez llegaba a desproporcionar intencionadamente los cuerpos buscando un resultado estético. Cuando pintaba un cuerpo vestido, en su cabeza estaba el cuerpo desnudo. Por mi parte, he hecho numerosas interpretaciones de sus cuadros que han resultado ser reconocidas a nivel internacional. Hubo una que tuvo mucha repercusión, entre otras cosas por la originalidad y la valentía de desnudar a las vírgenes y a Jesucristo en la cruz».
¿Cuál es su obra más significativa? «Hay una obra que hice con mucho interés y se encuentra en la Sala de la Constitución. Se trata de una alegoría sobre la Constitución de 1812, un díptico de tres metros por dos de altura con un desnudo de mujer en posturas, acompañada de otros elementos propios de la época como el bastón de mando, el libro en la cadera, etcétera. No es un desnudo total porque tiene un paño que cubre partes y el escenario es típico canario. Es una de las obras que más satisfecho me ha dejado».
«Un reconocimiento a nuestra historia»
El pasado 11 de abril se inauguró la galería pictórica de retratos de rectores del centro académico. ¿Cómo surgió esta idea? «Era algo necesario porque es un reconocimiento a nuestra historia. El proyecto de la galería pictórica de retratos para mí ha sido un honor, no solo por ser el encargado (por la experiencia y el estudio previo), sino también por haber podido desarrollarlo compartiendo la experiencia con pintores conocidos y que han sido profesores de dibujo aquí, en la Facultad de Bellas Artes. Esto último ha facilitado las cosas ya que, al estar en contacto con la pintura natural, comprenden y utilizan el material fotográfico como un referente para interpretar y no para hacer una copia. No ha sido fácil, pero es un proyecto muy bonito en el que todos han colaborado».
¿Qué busca transmitir a través de sus creaciones? «Una vez me pararon por la calle para decirme: Miguel, ayer estuve cinco horas delante de un cuadro tuyo y aquello me transmitió una tranquilidad tremenda, además, iba descubriendo cosas nuevas según lo observaba. ¿Me pregunta qué busco? Busco que me digan eso, es lo más bonito que hay».