El proyecto de investigación ATMOZ (Traceability for Atmospheric Total Column Ozone), cuyo objetivo es establecer la trazabilidad las medidas del ozono, es una iniciativa de la Asociación Europea de Institutos Meteorológicos Nacionales (EURAMET) en la que participan varias instituciones de la UE, incluida la Universidad de La Laguna. Varios de sus investigadores están estos días en Tenerife para realizar varias observaciones en Izaña, la cuales terminarán el próximo 30 de septiembre.
El Observatorio Atmosférico de Izaña acoge esta campaña de ATMOZ en la que participan más de veinte científicos de diez países diferentes, que comparan sus medidas de ozono durante estas tres semanas, a la vez que ponen a punto sus instrumentos en los laboratorios anfitriones.
ATMOZ tiene como objetivo evaluar los errores en la medida de ozono teniendo en cuentas los errores asociados al espectro extraterrestre, la sección eficaz de ozono y los errores debidos a la transferencia en la calibración. Los trabajos de la ULL están coordinados por el profesor Manuel Jesús Rodríguez Valido, del Departamento de Ingeniería Industrial, y en ellos es esencial el uso de los espectroradiómetros ubicados en Izaña.
La referencia de ozono la proporciona la triada de espectrofotómetros tipo brewer que hay en el Centro Regional de Calibración Brewer para Europa (RBCC-E)-Iberonesia, que se ubica, precisamente, en el Centro de Investigación Atmosférica de Izaña.
Redes de observación
La Comisión Internacional del Ozono ha puesto de manifiesto la importancia de las medidas del contenido de ozono de la atmósfera. Para ello, es esencial el mantenimiento de las redes de observación tanto desde tierra como desde satélites, pues ayudan a entender mejor las interacciones entre la capa de ozono y el cambio climático.
La Agencia Estatal de Meteorología, AEMET, tiene una participación destacada en estas redes de observación, pues cuenta con una potente red de observaciones y lidera la red europea de espectrofotómetros Brewer (EUBREWNET). En dicha red participan 18 países europeos a los que se han ido sumado instrumentos de otros continentes (entre otros de Estados Unidos, Australia, Argentina, Argelia…). Su objetivo es facilitar de forma homogénea y consistente las medias de ozono, radiación ultravioleta espectral y espesor óptico de aerosoles que proporcionan los espectrofotómetros.
Desde el establecimiento del tratado de Montreal en 1987, la colaboración entre científicos, gobiernos, organizaciones no gubernamentales y la industria para controlar la producción de las sustancias que destruyen la capa de ozono ha sido capaz de frenar su destrucción y en la actualidad empiezan a mostrarse los primeros signos de recuperación.
Tras la adopción del tratado, la capa de ozono dejó de disminuir a final de los años noventa, mostrándose estable a partir de entonces en unos niveles 2-3 % inferiores a los niveles de anteriores a los años ochentadel pasado siglo. El último informe del panel de expertos de la Organización Meteorológica Mundial de 2014 muestra signos de recuperación en niveles altos de la atmósfera.
Esta recuperación se debe a partes iguales a la reducción de las sustancias destructoras de la capa de ozono (SDO) y al enfriamiento de la estratosfera debido al cambio climático. Los últimos estudios indican también una recuperación del agujero de ozono antártico. Debido a la larga vida de las SDO, se estima que van a pasar varias décadas para la completa recuperación de la capa de ozono y su recuperación va a depender de cómo evolucionen los gases que provocan el cambio climático.