Un grupo de alumnas presentó ayer viernes 16 de marzo la denuncia requerida para que el rector Antonio Martinón active el protocolo y comience el procedimiento para investigar un presunto caso de acoso sexual por parte de un profesor, el mismo que fue increpado en la jornada de huelga del 8 de marzo y que trascendió a los medios de comunicación. Este suceso provocó, tal como informó PULL, que la Universidad emitiese un comunicado el día 13 defendiendo la inocencia del docente, ya que “resulta condición esencial la existencia de una denuncia por escrito y no una cadena de rumores o un linchamiento público sin fundamento o prueba legal”. Ante la polémica generada, la ULL aseguró que cuenta con un protocolo contra estos casos y que está en vigor desde comienzos de 2015.
Pues dicho y hecho. Las estudiantes implicadas iniciaron ayer el procedimiento, el cual, para la directora del Instituto Universitario de Estudios de la Mujer de la Universidad de La Laguna, Inmaculada Perdomo Reyes, es el cauce más apropiado para la actuación en casos de acoso, porque «garantiza la protección, la recogida de testimonios y evidencias, y ofrece garantías para el proceso de toma de decisiones en relación a posibles sanciones finales».
A raíz de la denuncia, Inmaculada Perdomo declaró esta mañana a este diario «que la comunidad universitaria debe tomar conciencia de la gravedad del acoso sexual y sexista, y defender el protocolo como instrumento para la actuación en estos casos, pero también como herramienta de prevención. Es fundamental que nos comprometamos a trabajar por generar espacios libres de todo tipo de hostigamiento en nuestra universidad».
«El instrumento más adecuado»
Para Perdomo, “el protocolo es el instrumento más adecuado porque garantiza la protección de la víctima al prever la puesta en marcha de medida cautelares desde el primer momento”. En la elaboración del texto que recoge el procedimiento de actuación se implicaron la Unidad de Igualdad, el Instituto, el Servicio de Prevención de riesgos, y se generó un gran consenso acerca del mismo. Además, es un escrito que permite la posibilidad de reformar o introducir algunas cuestiones, si la práctica va mostrando que puede mejorarse.
La directora del IUEM aclara también que, desde la comunicación de un posible acoso, la víctima no está sola y existe la posibilidad de que denuncie otra persona perteneciente a la comunidad universitaria, pero siempre debe ser ratificada por la afectada para que se dé por válida y así poder poner en marcha las medidas preventivas.