El Ayuntamiento de La Laguna comenzó esta semana el embellecimiento de la calle Heraclio Sánchez, cortada al tráfico desde mayo de 2020. Su peatonalización es un proyecto que llevaba años en planteamiento, pero que finalmente se llevó a cabo debido a la llegada de la pandemia. Visto el éxito de la propuesta, tras casi un año de prueba, se procederá a pintar un mural en el suelo, teniendo en cuenta la identidad lagunera y las ideas de más de 200 personas de los comercios cercanos y vecindad que participaron telemáticamente en una de las fases de diseño.
La pintura, diseñada por Óscar Lorenzo e Iker Muro, constará de cuatro tramos compuestos de frases positivas, personajes famosos y otros iconos. No se ha hecho pública con el fin de generar expectación y sorpresa, así como para avivar y alegrar la circulación por la ciudad. También se colocarán jardineras y bancos.
En esta primera semana se comenzó por el replanteo, que consiste en pasar del diseño en papel a físico, a través de marcas en el suelo, para ver el resultado y, después, pintar. Se está llevando a cabo en la cuarta sección, la más cercana al Campus Central de la ULL, tras eliminar las marcas viales de la carretera y limpiar la zona.
Un proyecto deseado
Tanto la peatonalización como el embellecimiento siguen las pautas del urbanismo táctico, que consiste en intervenciones de bajo coste y con gran flexibilidad. Suelen transcurrir años desde su inicio hasta su término, ya que requieren de un periodo de prueba antes de hacer el cambio oficial. Entre algunos casos de éxito se encuentra el de Times Square, en Nueva York, así como en numerosas calles cercanas a colegios en Barcelona, como son Balmes o Bailèn.
La concejala de Comercio, Turismo y Movilidad Sostenible de La Laguna, María José Roca, explica que lo ideal sería finalizar en seis semanas, pero que es muy poco probable, ya que «siempre puede pasar algo que lo retrase. Que llueva, que el suelo esté húmedo, que haya un accidente… Además, es un proceso muy delicado con diseños por secciones, no a brocha gorda».
Roca comenta que, aunque las propuestas nunca son bien acogidas al 100 %, «esta era una gran demanda general que fue muy bien recibida, sobre todo entre comerciantes», debido a que genera más circulación y, por tanto, más consumo.
En ese grupo se incluyen los muchos bares y restaurantes de la calle que han podido aprovechar la peatonalización para abrir terrazas y mantener la facturación pese a las restricciones sanitarias. También se han podido realizar más eventos culturales, entre ellos los de la Librería Lemus, que ha llevado a cabo presentaciones de libros y otros actos en el exterior del recinto durante los últimos meses.
«Parece que, al principio, el cambio cuesta a las personas propietarias de las tiendas, pero al final se dan cuenta de que funciona. Yo estoy muy contento, creo salimos ganando y puede quedar muy bonito», comenta Francisco González, propietario del negocio.