Violeta Jiménez Santana es una joven grancanaria de 23 años que, a raíz de la pandemia del coronavirus, empezó su proyecto En proceso de creación. Mientras cursaba sus estudios en Lenguas Modernas en la ULPGC, comenzó a comercializar las pinturas que hacía en sus macetas. Hasta el momento participó en numerosos mercadillos artesanales y la Universidad Popular ha contactado con ella para dirigir talleres artísticos.
¿Cómo empezaste en el mundo del arte plástico? «El dibujo es un espacio donde explicarme sin usar palabras. No recuerdo un punto concreto en el que decidiera meterme en el mundo del arte. Creo que llevo en ese mundo desde que tengo uso de razón. En mi familia siempre fueron muy originales y fomentaron ese aspecto en mí dándome un lápiz y un papel cuando estaba aburrida. Mi madre y mi padre me enseñaron a normalizar el aburrimiento y a ponerle remedio. Ahí empecé a dibujar mis fantasías, mis historias, etc. Pasó de ser algo para matar el aburrimiento, a ser una forma de expresión y conexión con el mundo y conmigo».
¿Por qué decidiste dedicarte a pintar, en su mayoría, macetas? «Durante el confinamiento todo el mundo se centró en aquello que le apasionaba y le dio la importancia que se merece. Yo hice exactamente lo mismo. Para mí las plantas se convirtieron en algo que yo tenía que cuidar. Me dije a mí misma que las plantas tenían el mismo derecho que yo a tener una casa bonita. Así que, quise darles un hogar bonito».
¿Qué te llevó a empezar a comercializar aquello que, en un principio, pintabas para ti? «Cuando vi el resultado de las macetas que había pintado para mis plantas, pensé que a la gente podrían gustarles, así que publiqué cuatro en redes sociales y volaron enseguida. A raíz de eso seguí haciéndolas».
«Se están abriendo espacios más grandes al comercio artesanal»
¿Cómo consideras que es la situación actual en Gran Canaria respecto al pequeño comercio artesanal? «Se están abriendo espacios más grandes al comercio artesanal, en general. Aunque hay gente que no está dispuesta a pagar lo que valen estos productos. Se hacen a mano y se dedica mucho tiempo e inversión para tener un pequeño comercio. Cada vez hay más conciencia sobre esto, pero no tanta».
¿Cómo te sientes al poder recrear vivencias de otras personas en tu arte? «Sinceramente, es la parte que más me gusta de este proyecto. Cuando descubro qué hay detrás de lo que me piden, se me llena el corazón. Por ejemplo, mucha gente que perdió a su abuelo y le regalan una maceta pintada con su foto a la abuela. Para mí es vincular un recuerdo, o un momento, al crecimiento de una planta. Pienso en raíces, en crecimiento».
¿Tienes una meta concreta a la que llegar? «No tengo ninguna meta. Mi proyecto se llama En proceso de creación, para mí es un proceso. Estoy disfrutando eternamente del camino, no tengo ningún sitio al que llegar. Mi único objetivo es ser buena profesional y que la gente esté contenta con mi trabajo».
«Tengo el privilegio de poder permitirme invertir en este proyecto»
¿Existen obstáculos en el mercado artesanal que te hayan hecho pensar en dejar de lado tu proyecto artístico? «No. Dificultades hay siempre, sobre todo económicas y de tiempo, pero no han conseguido quitarme la idea de la cabeza. Me gusta mucho lo que hago y creo que hay que luchar contra lo que se ponga por delante. Soy consciente de que tengo el privilegio de poder permitirme invertir en este proyecto, y lo haré todo el tiempo que pueda».
Dedicar tantas horas a tu proyecto debe hacerse difícil en algunas ocasiones. ¿Qué te anima a seguir haciéndolo? «La verdad es que sí resulta difícil, y más cuando tienes otras cosas que hacer. Yo empecé cuando estaba en la universidad, y ahora que estoy trabajando, sigo haciéndolo. No te voy a mentir, no todo es fantasía y color. A veces estoy cansada y tengo que utilizar mis pequeños ratos libres para ponerme a pintar, pero cuando pienso en todo el apoyo que he recibido desde que empecé, me invade una sensación de agradecimiento que me anima a seguir».
¿Qué artistas te inspiran a la hora de pintar? «Me inspiran todas aquellas personas que crean arte hoy en día. Cuando entro a redes sociales y veo el trabajo de diferentes artistas, me vienen ideas. Creo que lo que hago tiene un poquito de cada cosa que veo y me gusta. Eso es lo bueno de tener una comunidad, que te empapas de todo lo que ves y puedes sacar cosas originales».
¿Qué es lo que más disfrutas de pintar y compartir aquello que haces? «Lo que más disfruto es el proceso. Al mirar las primeras macetas que hice, noto los logros que voy consiguiendo. Además, una de mis cosas favoritas es el cariño y el apoyo que recibo cuando intento cosas nuevas. Hace que me sienta realizada y supla mis inseguridades. Es una sensación que no cambiaría por nada».