La sala cultural de Los Realejos, situada en la calle de San Vicente, dedica hasta finales de este mes de julio un homenaje al Correíllo La Palma. Se trata de un barco con más de un siglo de historia en el archipiélago canario que sigue, a día de hoy, sometiéndose a un proyecto de restauración. Su atraque actual es el puerto de la capital tinerfeña.
192 fue el número de construcción que le dio en Middlesbrough (Inglaterra) la compañía, W. Harkess & Son Ltd, el 12 de abril de 1912 por encargo de la Compañía de Vapores Correos Interinsulares Canarios a este buque enviado a La Palma ese mismo año que, curiosamente, coincidió con la misma semana en la que se produjo el hundimiento del Titanic.
Cubrir las necesidades comerciales a principios del siglo XX era el principal objetivo de este buque diseñado al estilo inglés con formas específicas y únicas utilizando como referencia el mar del Archipiélago. Otra de sus peculiaridades era el casco de acero remachado de proa recta y popa redonda que permitía el transporte regular de pasajeros entre islas.
Varios de los instrumentos utilizados en este navío de última tecnología en su época son mostrados, en su estado original, en el municipio norteño. Flotadores, cuerdas, sextantes y algunas de las banderas que utilizaban para comunicarse entre naves están a la disposición de ser vistas para cualquier interesado.
Matriculado en Santa Cruz de La Palma, el Correíllo, tras realizar su última viaje en 1976, quedó desamparado pendiente de ser enviado al desguace. Para que no ocurriera esto, el cabildo de la Isla Bonita trató de donarlo a Gran Canaria, que no dio respuesta dejando así a la embarcación libre de compromiso. Fue el Cabildo de Tenerife quien, tras dos semanas de trámite, aceptó la donación con el objetivo de iniciar un proyecto de reforma y así poder llevarlo al mar de nuevo.
Para profundizar y dar a conocer el presente y el futuro del Correíllo, el espacio cultural ofrece el documental: El Correíllo La Palma un centenario en el mar. Jesús Alarcón, uno de los ingenieros encargados de la restauración, participaba en él, asegurando que la reparación, aún por terminar, era muy complicada de lograr y de no ser por el apoyo recibido por compañías como Lloyd Register la iniciativa no hubiera tenido futuro.
Los casos de incompatibilidad de algunas piezas han supuesto para los ingenieros navales numerosos problemas a la hora de completar la restauración. Por ello, varios expertos, aseguran que la renovación sigue realizándose mediante modificaciones previamente analizadas en buques actuales.
El 13 de junio de 2008, el proyecto da un gran paso consiguiendo devolver al barco a la mar en el puerto de Santa Cruz de Tenerife. La fundación Canaria del Correíllo La Palma confía en que en los próximos años pueda hacer viajes entre Islas y así poder devolver este Patrimonio Cultural Marítimo a la vida.