El beso, una tormenta química

Hoy, 13 de abril, se celebra el Día Internacional del Beso. Un beso es mucho más que una simple muestra de cariño que compartimos con nuestros seres más queridos. Se trata de una de las mayores revoluciones químicas que se producen en nuestro cuerpo, así como si de una tormenta eléctrica se tratase. Cada beso consume como mínimo doce calorías, mueve hasta 36 músculos y acelera el ritmo cardiaco de 60 a 100 latidos por minuto. Su impacto refuerza el sistema inmunitario y activa la parte central del cerebro que mitiga el dolor y favorece el buen funcionamiento del corazón, el estado de ánimo, el tórax, el abdomen y los genitales. Aunque no está reconocido de forma oficial, el 13 de abril se ha convertido en una fecha que señalar en nuestro calendario para recordar a Ekkachai y Laksana Tiranarat, la pareja que batió el récord universal del beso más largo de la historia en 2013 al durar 58 horas, 35 minutos y 58 segundos.