«La composición es uno de los aspectos más importantes de la obra. Sin ella un buen concepto se puede arruinar»
Ángel Mateo, también conocido por su apodo artístico Motroco, es un artista canario que desde los 16 años se dedica a la fotografía. Su pasión busca transmitir emociones que la sociedad tiende a demonizar. El artista define su trabajo como una ciencia conceptual, una rama del arte gráfico que prioriza la idea de la obra y no los materiales que se suelen usar. En el 2014, compró una GoPro para hacer fotos de bodyboard. Sin embargo, una amiga le prestó su cámara profesional réflex. Al utilizarla sintió algo totalmente nuevo, «una felicidad diferente». Así, se adentró en el mundo de los retratos pese a que no era su especialidad. «Acabó siendo algo mágico», asegura.
El fotógrafo ha colaborado con artistas canarios como Koset y Og Gara. En la actualidad, está trabajando en Road to hip hop, un proyecto nuevo enfocado en el teatro y la danza. Motroco considera que la mejor de sus obras es el set de Lo que lloran los muertos, un trabajo que le llevó catorce horas de edición. Tras un breve repaso de su vida artística, comenta que le gustaría trabajar con Elena Sheidlina, una artista rusa que edita fotos con un estilo muy conceptual. «Saldría algo muy interesante», afirma.
«Desde que soy pequeño tengo la necesidad de crear»
Ángel Mateo explica que le gustaría realizar un proyecto en el que mezclar la fotografía, la escultura y la pintura. De esta forma, pretende esculpir digitalmente algunas de sus obras y convertirlas en busto. «Desde que soy pequeño tengo la necesidad de crear. El arte es lo único que no está inventado, es la herramienta para sacar las ideas de mi mente», subraya.
Motroco trabaja con la pintura en miniatura y la impresión 3D. Además, comenzó a esculpir digitalmente, «nunca es tarde para empezar», señala, para añadir que «desde los catorce años me dedico a la fotografía, es algo que me llena. No me veo dejando atrás esa etapa, pero sí combinándola con otras artes como la pintura».