El grupo de manifestantes encerrado en el Rectorado de la Universidad de La Laguna desde el pasado lunes, 9 de noviembre, ha abandonado el inmueble. Según la Plataforma de Estudiantes de Tenerife (PET), la decisión se tomó hoy viernes tras conocer las nuevas restricciones adoptadas por el Gobierno de Canarias para frenar el avance de la Covid-19 en la isla de Tenerife. Por su parte, la rectora de la Universidad, Rosa Aguilar, asegura que se encuentra «satisfecha» con la decisión del desalojo.
De acuerdo con el comunicado publicado este mediodía por la PET a través de las redes sociales, «esta nueva realidad requiere de nuestra responsabilidad y consciencia para poder ser efectiva». Aún así, la Asamblea asegura que «nos vamos sabiendo que podemos volver».
«Las nuevas normas requieren de cambios conductuales»
Así, según la Plataforma, la decisión de abandono de la sede de la Institución tras cinco días de encierro se ha precipitado pues «las nuevas normas requieren de cambios conductuales si queremos conseguir que este contexto tan desagradable para todas finalice».
La marcha de los estudiantes, sin embargo, no está motivada por la petición oficial de la ULL para que desalojaran el edificio. A través de un comunicado de la Universidad, difundido ayer jueves, 12 de noviembre, a través del correo institucional, el equipo de gobierno aseguraba que «cualquier solución ha de pasar por el previo desalojo del edificio».
En este mismo aviso, la Universidad denunciaba que no se estaban cumpliendo las medidas de seguridad y de distanciamiento social. La PET, por su parte, asegura, a través del comunicado emitido hoy, que han sido «consecuentes con la situación de la Covid». En este sentido, la asamblea difundió ayer jueves un vídeo para «desmentir los bulos» que, según la Plataforma, el equipo de gobierno de la ULL se había inventado sobre la ocupación del edificio.
«Hemos dormido con mascarilla e higienizado el inmueble. Estás medidas hoy ya no son suficientes»
Asegura la Plataforma que se ha intentado mantener el espacio limpio y ventilado, al tiempo que han dormido «con mascarilla» y se ha guardado la distancia social «en la medida de lo posible». No obstante, apunta que «estas medidas a día de hoy ya no son suficientes».
El abandono del Rectorado, sin embargo, no va acompañado de una renuncia de las peticiones que lleva haciendo la Plataforma desde el inicio de las manifestaciones. En este sentido, asevera que «los objetivos siguen siendo claros».
Además, subraya que seguirán reclamando el pago de las segundas matrículas y que no se «olvidarán» de las prácticas militares desarrolladas en el parquin de la Facultad de Bellas Artes. Con todo, la Plataforma exhorta a la rectora, Rosa Aguilar, y a su equipo de gobierno, a dimitir, pues son «inequívocamente responsables».
«El siguiente golpe está preparado»
El grupo de manifestantes afirma que tenían «muchos proyectos de resistencia y convivencia en mente con este lugar que estábamos haciendo y sintiendo nuestro». «Hemos ocupado un espacio que legítimamente nos pertenece y que hasta ahora nos habían hecho sentir como ajeno», sentencian.
Por otra parte, la PET recoge el guante que lanzó la rectora Aguilar el pasado jueves, 12 de noviembre, para establecer una mesa de diálogo tras el desalojo del edificio. «No vamos a olvidar su promesa, aunque estemos cansados de escuchar sus mentiras. Le tomamos la palabra», asevera la Plataforma.
Por último, la PET dice que «el siguiente golpe está preparado», y añade que no van a abandonar ni a ceder en sus exigencias. «De aquí salimos más fuertes, más organizadas y con orgullo por todo lo construido», concluye.
Aguilar: «Quiero manifestar mi satisfacción por el desalojo»
Tras conocer la decisión de desocupación del inmueble, la rectora Aguilar envió un comunicado, a través del correo institucional, en el que trasladaba su satisfacción «por el desalojo voluntario del Rectorado». En él, además, agradece el apoyo mostrado por el personal funcionario y personal laboral de la sede institucional, quienes vieron «interrumpido su quehacer de forma presencial».
La rectora Aguilar concluye reafirmando que «el diálogo ha de ser la única vía para la resolución de cualquier tipo de conflicto», y asegura que «las posiciones intolerantes y poco edificantes no ayudan a construir en modo alguno la Universidad que queremos».