Comenzaba la noche, la música se escuchaba desde fuera del local. El portero avisó que el aforo del bar se iba a llenar, y poco a poco se pudo observar cómo entraba más gente. Habían tantos clientes que era imposible pedir una consumición en la barra, había dos camareras que iban pasando para servirles. Mientras, un ambiente festivo, con una canción de Michael Jackson, Thriller. Técnicos y componentes del grupo empezaron a preparar el escenario. Un integrante de la banda se sitió frente al teclado, otro se colocó la guitarra, el batería se preparó también. La audiencia estaba lista y emocionada por que empezara la actuación.
Rondando las 23.30 la música cesó y se pudo escuchar el bullicio de la gente. En ese momento, el vocalista del grupo saludó a toda la audiencia: “Buenas noches Búho, buenas noches familia”. Comenzó la primera canción, Oye mi amor, y la gente aplaudió al ritmo de la música. Una vez más, Iván, el vocalista del grupo, aludió al público que es un placer estar con ellos esta noche. Al finalizar la canción, los aplausos inundaron el lugar y los confetis sobrevolaron a la gente. Asimismo, tiene lugar la segunda canción, Manda una señal, en la que los cantos de la gente complementaban al vocalista y éste cedió el paso al público para que continuasen la canción. “Hay gente que vino con ganas de mover las caderas”, adviertió Iván. Y con esta frase, da paso a la siguiente canción, Corazón espinado. Todo el local bailó al ritmo de la música y siguiendo los pasos del vocalista que no se quedó atrás en dar unos contoneos a su cadera mientras cantaba el gran tema de Maná.
La siguiente canción no se presentó, pero al ver que la voz principal del grupo cogió una armónica, el público empiezó a gritar. Cantaba Vivir sin aire. Al ver la respuesta de la gente ante la canción, el vocalista cedió una vez más el turno a la audiencia para que cantaran con él. Personas grabando, otros con los brazos en alto, otros que no podían parar de cantar y mirar al grupo en este escenario tan alto que no permitía la invisibilidad por muchas personas que hubieran. En el muelle de San Blas fue la siguiente melodía del grupo. A mitad de la canción, los dos guitarristas salieron al frente del escenario y protagonizaron un solo de guitarra en el que los silbidos y aplausos inundaron el pub.
«¿Nos dejan entrar Tenerife?»
La siguiente canción, muy conocida por todos los seguidores de Maná y los no tan seguidores porque ¿quién no ha escuchado Labios compartidos? El vocalista asombró a más de una persona por el gran parecido que tiene a Fher, la voz principal de Maná, y así lo comentan entre ellos. A continuación, Iván Almazan hizo un pequeño inciso para preguntar si lo estaban pasando bien a lo que la audiencia no dudó en responder con aplausos, silbidos y gritos que sí. Seguidamente, invitaron a todo el mundo a coger sus móviles y encender las linternas, venía un tema más lento: No ha parado de llover. Continuó el concierto con la canción: Eres mi religión. El cantante principal la interpretó con pasión y euforia, y así lo transmitió al público. Un verdadero placer escuchar una vez más la esencia de una banda que ha estado en silencio tanto tiempo.
El evento siguió con una canción que no cambia el ambiente festivo y risueño de la gente, Me vale. Esta melodía hizo que un percusionista del grupo bajara corriendo las escaleras del escenario y se situara junto al público. Cuando la canción acabó, el vocalista presentó su siguiente canción: «¿Nos dejan entrar Tenerife?». Y así es como dio lugar al tema Déjame entrar. La siguiente canción volvió a ser de las lentas, y se notó en el ambiente. Cantaban Ángel de amor. Como un par de canciones atrás, los guitarristas salieron al frente del escenario y se marcaron un solo que dejaba en admiración a todo el público.
Para cambiar el ambiente melancólico, dieron comienzo a una canción que es inevitable no bailar. Perdido en un barco sonaba mientras Iván agradecía a El Búho el poder estar allí. Continuó cantando El rey tiburón y Si no te hubieras ido. Cuando el evento terminó, los aplausos eran eternos y los “bravo” incontables. Gracias a El Búho y a Chamán por hacer renacer la esencia de una banda que tanto ha marcado la música pop-rock en España.