Eduardo González es artista, caricaturista, humorista gráfico e ilustrador de cómics reconocido en las islas Canarias. Se graduó en la carrera de Bellas Artes en la Universidad de La Laguna en 1993. Desde entonces ha publicado, entre otras cosas, tiras humorísticas en La Opinión de Tenerife; ha ilustrado la adaptación al formato cómic del famoso libro canario Mararía, de Rafael Arozarena; y ha pintado novelas gráficas, como Dentro de la noche. Muchos de sus proyectos se muestran en su blog Tirón de Ojeras.
¿Cuándo supo que quería ser dibujante? «En primer lugar quiero decir que todas las personas somos dibujantes. Cualquiera lo hace incluso antes de saber escribir. El dibujo es expresión gestual, ya que son solamente líneas sobre un papel. Es como la huella dactilar, son tu seña de identidad porque eres la única persona que elabora esos dibujos. Supe que quería serlo cuando tenía quince años. Estaba de vacaciones de verano en El Médano, mientras hablábamos de lo que quería hacer yo dije que lo que me gustaba eran los cómics y dibujar. Mi padre siempre me decía: dedícate a aquello que te hace feliz o al menos inténtalo. Entraba dentro de mis posibilidades y traté de hacerlo».
¿Le gusta ilustrar cómics? «Sí, me gusta, aunque el dibujo de cómic es lo más desagradecido, porque si la gente pasa las páginas rápido y la lectura es fluida significa que has hecho bien tu trabajo. En el cómic pones tus dibujos al servicio de una historia, cuanto menos se noten será mejor. A veces tienes que trazar cosas que no quieres, como casas, coches, árboles… Generalmente te sacan de tu zona de confort, por eso prefiero hacer otras facetas donde puedo explayarme más».
Sin incluir los cómics, ¿solo dibuja personas o caricaturas? «Dibujo de todo, también he hecho algunos paisajes. Me encanta como lo hace el pintor Tomás Sánchez. Mis paisajes se parecen a los suyos. Para mí el centro es la figura humana, tiene que estar. El 90 % de la historia del arte es el cuerpo humano y la gente siempre lo ha reproducido. Por eso dibujo personas o cosas que se le parezcan. Me gustan las caricaturas esquemáticas. Suelo hacerlas en blanco y negro de la gente que ha muerto. Para las demás pongo masas de color».
Caricaturas y viñetas de Eduardo González. Foto: V. Reyes
“Es como si en Canarias estuviéramos aislados”
¿Cree que al ser dibujante en Canarias tiene más desventajas que al vivir en una gran ciudad? «Por supuesto, es una gran desventaja. Cuando era joven la única forma que tenía de ponerme en contacto con una editorial era mandando un sobre. Normalmente se perdían o si llegaban no te contestaba nadie, era una locura. Al vivir aquí no podías coger un coche, tenías que coger un avión. Ahora con la era digital han cambiado mucho las cosas, son más fáciles y más ágiles. Están las redes sociales o la posibilidad de mandar un email, pero no es lo mismo que tener trato personal con el editor. Es como si en Canarias estuviéramos aislados».
Si es tan difícil, ¿no ha pensado en mudarse a la Península? «Ahora no, hace unos años a lo mejor debería haberlo hecho. Pero es todo una aventura coger la mochila e irte. Conozco a personas que lo hicieron y les fue bien pero hay mucha diferencia. Además, necesitas un dinero ahorrado para poder establecerte y no te garantiza tener trabajo. Se trata de un mundo muy incierto. Es trabajar en algo que siempre ha estado en la cuerda floja».
¿Cómo se sintió cuando le pidieron ilustrar la adaptación de Mararía? «No me lo esperaba. En la pandemia me llamó el editor que tiene los derechos del libro y me preguntó si me atrevía con eso. Fue una sorpresa. Si me lo hubiese preguntado unos años antes quizás lo hubiera rechazado, pero en ese momento sí me sentía preparado. Fue un reto porque nunca había hecho una adaptación literaria. Me apetecía porque es una novela icónica de la literatura canaria, es de las más leídas e incluso está en las listas escolares. Tuve la suerte de que el editor me dejó toda la libertad del mundo. Que te digan algo así es increíble».
«La técnica pura requiere mucho más tiempo»
¿Está en algún nuevo proyecto? «Sí. Es la historia de un periodista sobre un libro que escribió hace tiempo. Es más pequeño y tiene un estilo totalmente distinto al de Mararía, pero para mí cada historia merece ser contada de forma distinta. El trabajo me lo ofreció Paco Pomares, el editor. Me dijo que la ilustración del cómic del famoso libro canario fue una buena experiencia y le gustaría que yo realizara este trabajo».
¿Nota diferencia en la forma de aprender a dibujar con las nuevas tecnologías? «Hoy en día hay muchas herramientas nuevas con las que ni siquiera podía soñar. En YouTube hay un tutorial para todo: cómo entintar algo; cómo hacer una perspectiva; cómo poner sombras, etc. Yo adquirí muchos conocimientos en bellas artes, con asignaturas como la de anatomía pude aprender cómo dibujar cada músculo y ver movimientos precisos. Pero la técnica pura requiere mucho más tiempo, aunque todos los programas de ordenador facilitan mucho las cosas».
¿Qué técnica le gusta más usar? «Lo que más me gusta es trabajar digitalmente, pero tras haber conocido las técnicas tradicionales para poder aplicarlas. Si has empezado directamente con lo digital reproduces una serie de vicios de forma mecánica, por ello es recomendable tratar primero con lápices, tinta y acuarelas y así adquirir unas bases. Lo mejor de la tecnología es que te permite corregir y cambiar el dibujo sin necesidad de desperdiciar un folio y sin obligarte a comenzar desde el principio».