El salón casi vacío espera a la proyección. El ambiente huele a cine. El aire acondicionado está muy alto. Los paquetes de comida resuenan y la gente habla bajito, excepto un pequeño grupo de frikis de la cinematografía que comenta, ríe, bromea… Charlas de cine ha vuelto este mes con el ciclo del Disney Negro. La sala 1 de Multicines Tenerife es el santuario de los amantes de este arte. Por eso, ayer los aficionados se reunieron para proyectar El retorno a Oz. Esta creación se estrenó en 1985 y fue dirigida por Walter Murch. Fue su primera y última telilla como director.
La estancia poco a poco continúa llenándose. Saludos a diestra y siniestra. Los envoltorios de chocolatinas crujen, ahora con más intensidad. Los frikis siguen hablando de realizadores y productores con nuevos integrantes en la conversación. La coordinadora de la charla da la bienvenida. Todos atienden y suena la banda sonora. Comienza El retorno a Oz.
Dorothy es una niña que vive con sus tíos. Tienen problemas económicos y su casa está medio destruida por un tornado. Por eso, la jovencita entra en un manicomio hasta que sus tíos regresen. Allí se encuentra con Ozma, una pequeña que viaja desde Oz para advertirle de que corre peligro y tiene que huir. Ambas salen del asilo y se dirigen a Oz: la Ciudad de Esmeralda está devastada y sus amigos ahora son de piedra. Dorothy debe salvarlos y emprende una aventura de terror y fantasía.
La magia de la gran pantalla se apaga y la luz de la estancia se enciende. Los asistentes permanecen sentados hasta que termina la sinfonía de la membrana. Mientras, se oye un murmullo de impresiones compartidas con el de al lado. La moderadora, Sofía Ramos, se dirige al público. Es el momento del debate. La periodista Vanesa Bocanegra y los escritores Víctor Conde y Jorge Fonte son los invitados especiales al coloquio. Algunos visitantes prefieren irse, pero aún así la sala sigue llena. Parece que Dorothy ha dejado mucho de qué hablar.
“Disney siempre tiene un lado oscuro”
Los presentes intentan entender cómo un filme tan escalofriante y sombrío puede ser destinado a los pequeños: “Disney siempre tiene un lado oscuro, depende de cómo lo mires”, explica Bocanegra. “Toda la trama y la manera de enfocarlo era terrorífico, pero, aunque sea tétrico, los niños pueden disfrutarla”, agrega. Fonte no discrepa, considera que la película va en la línea de producto familiar porque es muy disneyana.
Con estas reflexiones sobre la cinta, a lo mejor las láminas de terror para niños son una opción. Pero, la idea no gustó en la época de su lanzamiento. ¿Por qué? El auditorio intenta aclararlo. La pregunta es para Víctor Conde. Y este asegura que el proyecto no funcionó porque no llevaba un encuadre Disney. “No es un musical, es de acción y de terror. Es una fantasía con ese lado oscuro, por eso a la gente le resultó demasiado confuso”, asevera. Baja el micro y se queda satisfecho.
La charla continúa, los oyentes se preocupan por el estado psicológico de Dorothy. Se comenta que podría estar loca por imaginarse un mundo que solo ella ve. Pero un aficionado refuta y aclara que la niña adoptó ese papel macabro para evadirse de los problemas de su familia. Otros recuerdan que Oz no era un lugar imaginario porque en la historia original existía. ¿Por qué Dorothy viaja a Oz? La duda permanece. El diálogo se alarga ya más de quince minutos y muchas manos de los espectadores siguen levantadas. La organización cierra la velada. Poco a poco se abandona el refugio. Y así, la sala 1 se apaga esperando los abrazos y los reencuentros cinematográficos. Será en otra sesión.