Rosa Aguilar demandó la implicación directa del presidente canario, Ángel Víctor Torres, en la resolución del conflicto. Foto: Emeterio Suárez

«¿Dónde está el problema?»

ULL

La rectora de la Universidad de La Laguna, Rosa Aguilar, solicitó ayer martes, 19 de octubre, en el acto de apertura del curso académico, que el presidente del Gobierno de Canarias, Ángel Víctor Torres, se implique directamente en la aprobación del nuevo título del Grado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, bloqueado hasta el momento por el Ejecutivo autonómico pese a la gran demanda social y el apoyo del colegio profesional del sector.

Aguilar demandó la implicación directa de Ángel Víctor Torres para resolver el conflicto, «dado que el Centro académico ha cumplido con todos los pasos establecidos para su aprobación y, hasta el momento, no ha sido así». Señaló que tiene la conformidad de los órganos de gobierno de la Universidad, el expreso apoyo del Colegio Oficial de Profesionales de Educación Física y Deporte de Canarias y el acuerdo de las universidades canarias en su implantación, dado que el número de solicitudes que recibe la ULPGC para este título es muy superior al número de plazas que se ofertan.

«En resumen», apostilló la rectora, «hay demanda social y laboral, existe consenso entre las universidades y hasta el colegio profesional lo ve pertinente y adecuado. ¿Entonces, dónde está el problema? Le pido, señor presidente, que tome este asunto de su mano, como sé que tiene intención de hacer, y arregle este desaguisado incomprensible. Los universitarios y universitarias no entendemos de pleito insular, ni nos interesa lo más mínimo», aseveró.

«Los universitarios y universitarias no entendemos de pleito insular, ni nos interesa lo más mínimo»


En un Paraninfo con aforo restringido, la rectora tuvo, además,  un momento de recuerdo para el alumnado de La Palma, solidarizándose con él y comentando que se ha abierto una convocatoria de ayudas de más de 300 000 euros para que los afectados por la erupción volcánica no abandonen sus estudios, al tiempo que felicitó al presidente del Gobierno regional por su liderazgo y empatía en esta tragedia.

Aguilar hizo de la igualdad tema central de su intervención, comenzando por las mujeres afganas que, en su opinión, han quedado abandonadas a su suerte. Recordó en este punto que la Conferencia de Rectores ha solicitado que se adopten medidas urgentes para asegurar la vida y trayectoria académica de docentes, personas investigadoras, estudiantes e integrantes de la sociedad civil de Afganistán.

La rectora dio la bienvenida, también, a los más de 80 profesores y profesoras que se incorporarán este año al centro académico, y cuya convocatoria de plazas proviene de los propios fondos de la Universidad. A ellos se sumarán 36 plazas más que están ahora mismo gestionándose antes de proceder a su convocatoria. «Con todo, estas incorporaciones no cubren ni de lejos la necesidad de contar con un plan de plantillas para cubrir la gran cantidad de jubilaciones que se producirán a corto plazo, y que suponen una pérdida de talento y liderazgo científico», añadió.

El Paraninfo de la ULL acogió un año más la apertura de curso. Foto: E. Suárez

Investigación para el desarrollo humano


La alocución de la rectora vino precedida de la lectura del resumen de la memoria académica por parte de la secretaria general, Elvira Afonso. Seguidamente tuvo lugar la ya tradicional lección inaugural a cargo del catedrático Víctor Sotero García Martín, sobre los avances de la química orgánica sintética y lo que esta ciencia esencial ha supuesto para la humanidad.

El investigador realizó un repaso de la evolución de su disciplina citando como hecho fundamental el hallazgo accidental que realizó Wöhler en 1838, quien logró sintetizar la urea y, de este modo, demostró que, contrariamente a lo que se creían hasta entonces, no era necesaria la acción de un ser vivo para fabricar moléculas y comenzó el camino de la química y síntesis orgánica como disciplina científica.

El ponente repasó algunos hitos en esta área, poniendo especial atención a la química de los productos naturales, es decir, la obtención de moléculas con propiedades de diferente tipo obtenidas a partir de seres vivos. Esta práctica ha permitido obtener fármacos tan comunes y esenciales como el ácido acetil salicílico o la penicilina, y vivió un gran desarrollo a partir de la Segunda Guerra Mundial.

Sotero finalizó con una prospección futura, indicando que muchos de los problemas venideros deberán encontrar su solución en la química, si bien reconoció que bajo esta disciplina en la actualidad es ya «un pariente lejano de la química de hace 50 años».

 

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