En una guerra es imposible mantenerse en una posición neutral y más cuando hay miles de personas afectadas. En este caso, el deporte se ha manifestado en contra de Rusia o más de bien de Putin. Por conflictos bélicos que nada tienen que ver con el espíritu deportivo, el sueño de representar a tu país está siendo interrumpido por cuestiones políticas. La política no debería mezclarse con el mundo del deporte, sin embargo, esta es una muestra de como lo afecta.
Pena que incidentes entre territorios perjudiquen a deportistas y se les prive de participar en eventos importantes. Ante estos problemas, diversas organizaciones deportivas, como el Comité Olímpico Internacional (COI), apoyan un veto para deportistas de países implicados en la guerra.
Es por ello que diversas disciplinas se han unido al COI y han anunciado sus medidas, del fútbol al baloncesto, pasando por la fórmula uno o el atletismo. Wimbledon fue el primer torneo de tenis en vetar a deportistas rusos y bielorrusos. A raíz de este anuncio, Nadal o Djokovic se posicionaron en contra de Wimbledon censurando la decisión.
«En los últimos siete años no he podido participar en cuatro grandes competiciones internacionales»
Por otra parte, deportistas implicados a favor de la guerra se han quedado a las puertas de participar en los Juegos Paralímpicos de Invierno de Pekín 2022, a causa de la decisión tomada por el COI de vetar a profesionales rusos y bielorrusos.
Por este motivo, tanto el gobierno de Rusia como de Bielorrusia piden soluciones para que sus estrellas del deporte puedan competir cuanto antes, con bandera neutral como posible alternativa.
«En los últimos siete años no he podido participar en cuatro grandes competiciones internacionales», afirma la atleta rusa Maria Lasitskene. Además, se queja porque nunca se ha dopado y tampoco está de acuerdo con la invasión a Ucrania. Pero, pese a ello, por su nacionalidad el rechazo la golpea de lleno.
