Daniel Quiñoy es el dueño del Furancho de Dani una tasca de comida gallega que se fusiona con la gastronomía canaria. Está situada en el municipio de Santa Úrsula y abrió sus puertas en febrero de 2020, tan solo cuarenta días antes del inicio de la pandemia de COVID-19. Los furanchos son locales tradicionales de Galicia que se asemejan a los guachinches canarios, son muy comunes en Pontevedra y se encuentran en viviendas privadas.
Los guachinches surgieron en el norte de Tenerife con la idea de vender el vino de cosecha propia de las familias. ¿Cuál es la historia detrás de los furanchos en Galicia? «Es muy similar a la del guachinche tradicional. En Galicia hay furanchos y loureiros, que son locales pequeños, situados en la bodega de las casas. Durante algunos meses del año se vende la producción propia del vino y se prepara una terraza improvisada con las sillas o los bancos que se tengan a mano para recibir a los clientes. Además, no siempre se cobraba la comida».
«Para alguien de fuera de Galicia es difícil llegar a un furancho»
¿Dónde se suelen situar los furanchos? «Depende mucho de la provincia. Yo soy de Santiago, por esa zona no hay tanta tradición. Donde más hay es en Pontevedra. Además, suelen estar en sitios bastante alejados. Para alguien de fuera de Galicia es difícil llegar, te tiene que acompañar una persona que sepa».
¿El furancho y el loureiro es lo mismo? ¿En qué se diferencian? «En el loureiro también se vendía el vino que sobraba, pero la clientela llevaba sus propios alimentos para acompañar la bebida. Estas casas se identificaban con una rama de laurel en su entrada, de ahí el nombre. La principal diferencia es que en el furancho te sirven la comida, como se hace aquí con los guachinches, y en el loureiro no».
¿Cuáles son los platos más típicos en estos establecimientos? «Lo principal que se sirve es vino. Luego es muy típica la zorza, que es carne de cerdo marinado con pimentón de la vera. También hay tortilla, queso, jamón u orella. Cosas simples que no dé mucho trabajo prepararlas para acompañar el vino. Cabe añadir que en un furancho no vas a encontrar pulpo ni mariscos».
«Santa Úrsula es un sitio en el que hay mucha diversidad gastronómica»
¿Por qué decidió abrir el local en Santa Úrsula? «Elegí Santa Úrsula porque es un sitio en el que hay mucha diversidad gastronómica. Puedes encontrar guachinches, comida griega, libanesa, italiana, mexicana. Y pues gallega también, por supuesto».
¿Estaba usted familiarizado con el mundo de la restauración o había tenido algún otro establecimiento antes? «Sí, desde que nací. Toda mi familia ha estado relacionada con el mundo de la restauración. Mi padre abrió su primer negocio a los dieciocho años y tuvo al menos cuatro más. El Furancho de Dani fue el último que abrió. Cuando él se jubiló, yo tomé el relevo. Aunque mi oficio realmente es ser cantero, me he criado en la cocina y siempre la he tenido muy presente».
¿Cómo definiría usted su local? «Lo mío es más bien una tasca gallega, porque no la llevo de manera tradicional, me gusta la creatividad. Cogí el nombre como un reclamo comercial, para que fuera algo nuevo, diferente, que llamara la atención».
¿De dónde surge la idea de abrir un furancho en Tenerife? «Yo viví en Irlanda durante algunos años y me dedicaba a la cantería. Luego me mudé a Canarias, primero a Lanzarote y luego a Tenerife. Mi padre fue quien abrió el negocio originalmente, él era el cocinero, luego al año se retiró y yo me hice cargo».
«En Canarias gustan mucho las salsas»
Este establecimiento puede resultar algo nuevo para la gente de la Isla, que quizás no conoce la mayoría de sus recetas. ¿Cuál fue la respuesta que obtuvo al inicio por parte de la clientela? «A la gente le encantan las recetas, yo las adapto al gusto de la mayoría. Es un gusto que a mí me resulta peculiar, pero que es muy sabroso porque en Canarias gustan mucho las salsas. Son muy amantes del pan y el mojo, aunque el pan gallego es algo único que no he encontrado en las Islas».
¿Cómo consigue atraer a la clientela local? «En general, me adapto a la gente, pero siempre dando un toque gallego. Yo se los explico todo cuando llegan y me suelen preguntar por los platos más típicos. Lo que hago es una fusión entre eso y lo que tenéis aquí, porque no todos los platos de Galicia funcionan igual en Canarias, ya sea porque a la gente no le gusta o porque no se encuentran los ingredientes».
Entonces, ¿qué hizo para adaptar la comida gallega a los productos y la cocina canaria? «Mi secreto es estar abierto a cualquier sugerencia gastronómica, especialmente si viene de alguna persona anciana de las Islas y buscar la versión más sabrosa. También la intento elaborar sin desatender mucho la presentación, aunque aquí lo que más nos importa es el sabor y los productos frescos y de calidad».
¿Qué recetas o qué cambios surgieron? «He tenido que ir modificando bastantes cosas. Por ejemplo, en cuanto a carne, hay algunos cortes que aquí no se trabajan, así que los he tenido que sustituir. Tengo un amigo que es cocinero y suelo preguntarle cómo se llaman algunos alimentos aquí, porque no es igual y entonces no se vende de la misma manera, sobre todo porque la clientela no sabe lo que es. Una vez que lo adapto la aceptación es muy buena».
¿Cómo decide qué platos añadir a la carta? «No tenemos siempre los mismos platos, la carta la voy moviendo. Intento ir añadiendo cosas nuevas y originales. Muchas veces pruebo algo de aquí e intento imaginar cuál sería la versión gallega de esa comida. También teniendo en mente qué le gusta a la gente. Pero a pesar de eso, lo que más se vende es pulpo y empanada».
«La Isla tiene muy buena cultura gastronómica»
En su opinión, ¿cree que la comida fusión tiene un buen recibimiento en el Archipiélago? «La comida fusión siempre tiene un recibimiento muy positivo. Eso sí, hay que respetar los gustos locales y no ser demasiado extravagante. Yo estoy muy sorprendido para bien porque la Isla tiene muy buena cultura gastronómica».
¿Cuál ha sido su experiencia general con el restaurante? «Nosotros solo llevamos tres años y hemos pasado de lleno por la Pandemia, además de unas obras de casi nueve meses en el municipio, muy cerquita del local. Pero poco a poco, la gente nos conoce por el boca a boca. En Canarias, y en particular en Tenerife, saben comer bien, disfrutan de una buena comida y un buen vino. En eso, se parecen mucho con Galicia».