Con motivo del Día Mundial del Trabajo Social se ha celebrado la segunda sesión de las Jornadas de Trabajo Social. César González González y Delia Dévora Sosa, técnicos del área de Juventud del Ayuntamiento de Los Realejos, impartieron el taller “La Participación”: Si plantamos metodologías participativas, recogemos procesos, ayer martes 10 de abril en el aula magna Tomás y Valiente de la Facultad de Derecho. Durante el ciclo recalcaron la necesidad de tener feedback constante de los jóvenes para descubrir donde hay que mejorar la educación.
González González explicó que lo más usual es que las Casas de la Juventud se asocien al ocio: “La Concejalía nos regaló una mesa de ping-pong, un futbolín y una diana, pero hay formaciones no formales que podemos impartir”. Este centro forma parte del proceso de búsqueda del Ayuntamiento de Los Realejos de planes más educativos para sus jóvenes.
“Para nosotros esto es muy serio porque así se está educando”
Uno de los puntos por los que mostraron preocupación fue la música que escuchan los alumnos de 2º de la ESO, con los que trabajan. Analizaron la letra de Te lo meto yo de Pepe Quintana y la compararon con Mátala de Alejandro Fernández para demostrar que las canciones arrastran un trasfondo sexista desde hace tiempo: “Para nosotros esto es muy serio porque así se está educando y tenemos que intentar empezar a tener unos espacios donde se oigan otras cosas”, afirmó el técnico del ayuntamiento.
Los trabajadores colaboran con los estudiantes desde que comienzan 2º de Secundaria hasta que cursan 1º de Bachillerato para inculcar valores de forma continua y a largo plazo. Las unidades didácticas evolucionan cada año con la ayuda de los jóvenes, pues son sus demandas las que cambian los temas que se tratan. “Hacemos una especie de entrenamiento para la vida adulta” comentó González González.
“La metodología es fundamental, si no sabemos como hacer las cosas no conseguimos nada”
Debido a los recortes, el presupuesto de la Casa de Juventud dejó de manejar 120 000 euros para contar con 20 000 euros. Por ello, se tomó la decisión de reducir las actividades socio-culturales y aumentar aquellas que tenían como base fundamental la educación en valores. Estos proyectos didácticos, a largo plazo, finalmente requieren menos presupuesto que otras tareas.
Dévora Sosa finalizó el taller con la proyección de varios vídeos, donde se mostró que para generar un proceso y conseguir la participación constante de los jóvenes se necesita una técnica: “La metodología es fundamental, si no sabemos cómo hacer las cosas no conseguimos nada”.