El colirio de tropicamida, dentro del ámbito de la oftalmología, se utiliza para dilatar las pupilas y permitir la evaluación de la retina y otras estructuras del fondo del ojo. Sin embargo, en los últimos años se han notificado diversos casos en los que se hace un uso incorrecto del medicamento. Esta sustancia se ha empezado a suministrar de manera intravenosa con el objetivo de obtener efectos euforizantes o de satisfacción. No obstante, su inadecuada administración puede poseer grandes riesgos.
Soraya Paz, profesora de Toxicología en la Universidad de La Laguna, comenta que el uso de este colirio por vía intravenosa resulta ser un complemento a una droga principal, sobre todo en personas que consumen opiáceos de manera habitual. Los datos apuntan a que las personas que lo consumen suelen presentar un largo historial en lo que a sustancias de abuso respecta.
«Su uso extendido se focaliza entre las personas que consumen heroína»
La sustancia, en dosis elevadas, puede causar euforia, estado de confusión, delirios y alucinaciones visuales. También produce un aumento de las intoxicaciones en personas que lo combinan con otras drogas. El motivo es que potencia el efecto de otras sustancias como la heroína. «El efecto de esta droga se manifiesta con parestesias, sensación de calor y aumento de los efectos propios de la heroína», añade.
Hiperactividad locomotora, temblores, ansiedad, agresividad, náuseas y sudoración son algunos efectos de esta práctica. Soraya Paz afirma que la tropicamida bloquea los receptores muscarínicos, dilata la pupila y paraliza la capacidad de enfocar de los ojos. «Además, se ha relacionado con trastornos de personalidad y problemas psiquiátricos en personas que consumen tropicamida con otra droga», concluye.
La profesora titular de Toxicología en la Universidad de La Laguna María del Carmen Rubio y las doctoras en Ciencias Médicas y Farmacéuticas integrantes del Área de Toxicología de la ULL Daida Alberto y Verónica Hernández aseguran que si este medicamento se consume de forma abusiva y por una vía de administración distinta a la autorizada para su uso médico, las personas que lo consumen se exponen a riesgos adicionales.
La droga llega a Canarias como fruto de la precariedad salarial y debido al nivel de pobreza de la población. Su bajo coste y la facilidad de obtención ha hecho que se popularice entre la población. «En el argot callejero se le conoce como Heroína casera o Heroína para pobres», incluyen las expertas.
La receta médica es obligatoria
Tener receta médica es indispensable y obligatorio para la dispensación de este medicamento, tal y como viene descrito en el cartonaje del envase. Sin embargo, las expertas en toxicología aseguran haber detectado un uso irracional del producto. «Nos consta que algunas oficinas, en su actividad de farmacovigilancia, han notificado a las autoridades competentes la sospecha de un consumo abusivo y un uso inseguro de esta especialidad farmacéutica», añaden.
La mezcla que se inyecta sin ningún proceso de purificación ha ganado gran popularidad entre la juventud. Puede ocasionar daños graves en los tejidos, flebitis y gangrena y muchas veces la amputación de extremidades. «En la intoxicación grave, la estimulación central puede conducir a la depresión del Sistema Nervioso Central (SNC), al coma, a insuficiencias circulatorias y respiratorias e, incluso, a la muerte», incluyen.
Las especialistas recomiendan que ante estas situaciones se debe confiar en el Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones y su Sistema Español de Alerta Temprana (SEAT). Su objetivo es desarrollar y mantener un sistema rápido de alerta para la detección, intercambio de información, evaluación y respuesta frente a la aparición de nuevas sustancias que puedan generar un problema de salud pública.