Juan Carlos Santamarta es doctor en Ingeniería Hidráulica y Energética. Tras sus últimos hallazgos, explica el objetivo de su última investigación, premiada con el IX Premio de Investigación Agustín de Betancourt, así como su experiencia como decano del Colegio de Ingenieros de Montes en Canarias. Este galardón tiene especialmente en cuenta la calidad de la investigación, tanto a nivel científico como social, la aplicabilidad real a medio-corto plazo o su utilidad e interés para el entorno socioeconómico, entre otros aspectos.
La investigación por la cual se le reconoce con el Premio de Investigación Agustín de Betancourt 2018, se denomina Minería del agua en islas y terrenos volcánicos. ¿Podría explicarnos cuál es el objetivo de esta investigación? «Más que una investigación, son varias que confluyen en una: la mejora del conocimiento y explotación de los recursos hídricos subterráneos. No solo en Canarias, si no en cualquier parte de Mundo que cumpla dos condiciones: ser una isla y tener origen volcánico. Por ese motivo, los resultados de estas investigaciones tienen aplicación en numerosos estados y regiones, como Azores, Madeira, Islas Reunión, Cabo Verde y Hawái. Pero lo más importante de estos trabajos es que el conocimiento se ha generado en Canarias, que es un laboratorio hidrogeológico impresionante a nivel mundial. También ha sido fundamental la participación de las personas que se dedican al agua».
¿Cómo quienes? «Los trabajadores de las galerías, los ingenieros de minas, las comunidades de agua… Es un trabajo de todos, por eso, el mérito es de ellos también. Otra cuestión positiva del trabajo es que se puede consultar gratuitamente en internet. Es decir, no solo este, sino todos mis trabajos, libros, apuntes y artículos están colgados en Internet, para que cualquiera que quiera consultarlo pueda hacerlo sin ninguna traba burocrática o económica. Es de justicia hacerlo así porque la mayoría de la financiación de los proyectos de investigación es pública y por lo tanto los resultados nos pertenecen a todos los ciudadanos».
Es un proyecto con varios objetivos… «Se trata de recuperar la cultura del agua, el ahorro del recurso hídrico y la formación de los más jóvenes. Por otro lado, están las técnicas básicas de eficiencia en el uso del recurso. Un ejemplo simple es el cierre del grifo cuando nos lavamos los dientes, el aprovechamiento en algunos casos del agua de lluvia en zonas rurales, la reducción de la descarga de las cisternas en los baños (solo con eso en Canarias se ahorrarían cuatro millones de euros en costes relacionados con el agua). También hay que abrir el debate, como en otras regiones de recursos hídricos limitados, de la regeneración y reutilización de aguas residuales».
«La mayoría de la financiación de los proyectos de investigación es pública y por lo tanto los resultados nos pertenecen a todos los ciudadanos»
¿Qué tipo de iniciativas resaltaría de las que se están llevando a cabo desde el Comité de Energía y Recursos Naturales del Instituto de la Ingeniería de España? «Desde el Instituto se tratan temas relacionados con la energía y los diferentes recursos naturales, entre ellos el agua, para su obtención y almacenamiento. El objetivo es construir un discurso sólido en torno a las diferentes cuestiones energéticas que se nos plantean hoy en día. Por ejemplo, en las últimas reuniones se ha desarrollado una serie recomendaciones sobre la transición energética en España. También se organizan numerosas jornadas y seminarios. Considero que Canarias debe estar representada en todos los foros posibles y este es uno de ellos».
Muchas veces este tipo de instituciones no son visibilizadas en los medios de comunicación. ¿Podría hablarnos del Colegio de Ingenieros de Montes en Canarias y su aporte al desarrollo del Archipiélago? «Con esta pregunta no puedo ser imparcial, dado que desde hace ocho años soy el decano de este histórico colegio profesional. Considero que a pesar de contar con poco más de sesenta colegiados, durante los últimos cien años se han hecho muchos proyectos que han mejorado la vida de los canarios en las Islas. Cito unos ejemplos más visibles: las repoblaciones de la corona forestal de Tenerife, de las zonas de cumbre de Gran Canaria o los pinares de Binto en el Hierro».
¿Qué importancia poseen? «Esos bosques creados son la puerta de entrada de los recursos hídricos en las Islas, dado que las masas forestales mejoran la infiltración del agua en el terreno y captan también la famosa precipitación horizontal. Por otro lado, están también las correcciones hidrológico-forestales desarrolladas, es decir, trabajos para reducir la erosión hídrica y transporte de materiales que acaban en los barrancos y, cuando llueve, en las zonas urbanas».
¿Y ahora? «Actualmente, somos reconocidos por la defensa de incendios forestales y emergencias, la gestión de las cuencas hidrográficas, las energías renovables, como la biomasa, la gestión de los parques nacionales, el territorio y los espacios naturales. En definitiva, todo lo que tiene que ver con la gestión e ingeniería del medio natural y su aprovechamiento sostenible».
«No hay nada más satisfactorio que encontrarme a un antiguo alumno aportando su grano de arena para mejorar la sociedad»
Por último, echando la vista atrás, tras más de 20 años de experiencia ¿qué resaltaría en el campo de la docencia y de la investigación? ¿Sería capaz de elegir uno de los dos? «Es una pregunta compleja de responder, pero lo voy a intentar. La investigación no deja de ser la carta de presentación de un profesor universitario, me gusta, pero tengo que confesar que me encanta la docencia, me da muchas satisfacciones y alegrías. Obtuve varios premios y reconocimientos en este sentido como el de innovación docente universitaria en 2013 y el que me dieron mis alumnos de agrónomos en los años 2015 y 2016».
Una larga trayectoria… «Sí, además, llevo desde el año 1996 dando clase en diferentes niveles, aquí en Canarias comencé en la Universidad de La Laguna, en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Civil e Industrial, y actualmente estoy en la Escuela Politécnica Superior de Ingeniería, donde imparto clase en la sección de Ingeniería Agraria, donde me siento muy bien acogido por el alumnado y el profesorado. No hay nada más satisfactorio que encontrarme a un antiguo estudiante ejerciendo de ingeniero y aportando su grano de arena para mejorar la sociedad».