Nayra Bajo de Vera – Periodismo ULL https://periodismopre.ull.es Diario digital de la Universidad de La Laguna Tue, 06 Sep 2022 12:35:10 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.6.2 https://periodismopre.ull.es/wp-content/uploads/2016/04/cropped-PULL_Redondo-1-32x32.png Nayra Bajo de Vera – Periodismo ULL https://periodismopre.ull.es 32 32 Soy joven, soy mujer, soy estudiante, pero no tonta https://periodismopre.ull.es/soy-joven-soy-mujer-soy-estudiante-pero-no-tonta/ Tue, 06 Sep 2022 07:14:57 +0000 https://periodismo.ull.es/?p=224880 No podría contar con todos mis dedos la cantidad de veces que me han tomado por tonta. Soy joven, soy mujer, soy estudiante, y parece que eso da licencias a muchos para que me traten de forma condescendiente y paternalista. No solo a mí, sino a muchas otras mujeres jóvenes. Soy joven, soy mujer, soy estudiante, pero mi trabajo conlleva un esfuerzo y una preparación que no son para tomar a la ligera. Tampoco para aprovecharse de lo que hago.

Hace algunos meses, escribí un reportaje sobre la soledad de personas mayores en Canarias. Lo publiqué en diciembre de 2021 en PERIODISMO ULL. Lo trabajé mucho, hice muchas entrevistas y quedó un resultado no perfecto, pero sí bueno. Lo presenté a la XXIV Edición Premios Tiflos de Periodismo de la ONCE, un poco para ver lo que pasaba, sin muchas expectativas. Efectivamente, no gané. Pero me dieron una mención especial.

Desde entonces, en estos meses, ya son tres hombres quienes han tratado de aprovecharse de ese trabajo, publicado en este diario, sin darme crédito. Por supuesto, tratándome de forma paternalista.

También me ha pasado en el ámbito literario. No tengo palabras para explicar lo terrible que es que te reduzcan a ser jovencísima, cuando se supone que tendrían que estar hablando de tu obra. Más todavía en espacios dedicados a, en teoría, el feminismo y la literatura. Espacios presentados por hombres, en teoría enfocados al feminismo, que se atreven a tratar a las mujeres de forma paternalista y a hablar en nuestro nombre, creyendo que están haciendo algo bueno por la igualdad. Les daré una pista: no lo están haciendo.

Tengo, como estas, muchas más anécdotas. Seré breve. Escribo esto con rabia, preguntándome si sucede porque soy joven, porque soy mujer, porque soy estudiante o por todas ellas a la vez.

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Deporte para la reinserción social: un proyecto de Aprendizaje-Servicio https://periodismopre.ull.es/reinsercion-social-a-traves-del-deporte-un-proyecto-de-aprendizaje-servicio-en-la-ull/ Mon, 22 Aug 2022 15:01:47 +0000 https://periodismo.ull.es/?p=219409 Diversos estudios empíricos avalan, desde hace décadas, que las prácticas deportivas pueden contribuir a la reinserción social de colectivos privados de libertad. Bajo esa óptica se mueve el proyecto de Aprendizaje-Servicio de encuentros sociodeportivos de la ULL, en colaboración con el Centro de Internamiento Educativo de Menores (CIEM) Valle Tabares. El alumnado del Máster de Profesorado de la Universidad, en la asignatura de Aprendizaje y enseñanza de la educación física, organiza actividades deportivas junto a los menores con medidas judiciales del Centro.

A cargo de esta iniciativa están los docentes Francisco Jiménez Jiménez y Jorge Miguel Fernández Cabrera. Por su desempeño, recibieron el X Premio a la Innovación y Transferencia Educativa de la ULL. Juntos imparten la materia en la que integraron los encuentros sociodeportivos a partir del curso 2017-2018. Para ellos, esta fue una oportunidad para reflexionar sobre su «insatisfacción con la manera tradicional de desarrollar la docencia de la asignatura sin conexión con la realidad».

Tal y como explican, antes de implementar este proyecto, la puesta en práctica de los conocimientos y competencias adquiridas en esa materia se limitaba a simulaciones en clase. Desde entonces, le han dado un giro de 180 grados. Recientemente, la Universidad de La Laguna y la Fundación Ideo (ocupada de la gestión del CIEM) han firmado un convenio para que estos encuentros no dependan de las iniciativas personales, sino que se desarrollen cada año como parte de los programas educativos.

Aunque ambos profesores se muestran satisfechos con los resultados, y motivados para seguir mejorando el proyecto año tras año, confiesan que los inicios fueron complicados. Todo comenzó cuando el educador y tutor Jaime Cabezas Marrero se puso en contacto con ellos para que impartiesen cursos formativos al equipo de monitores del Centro. «Queríamos dar contenido a esos espacios de ocio, a la gestión del tiempo libre y del deporte» para mejorar la convivencia y la cooperación, comenta Jaime.

Dentro de ese programa de formación, se celebró un encuentro con Mercedes Ríos Hernández, doctora en Ciencias de la Educación. Su experiencia y reconocida trayectoria en el ApS y las actividades deportivas en centros penitenciarios sirvió de inspiración para el proyecto de Francisco Jiménez y Miguel Hernández. En los estudios y artículos que han elaborado a partir del proyecto, se constata el efecto positivo de este tipo de experiencias, tanto para el alumnado universitario como el del Centro.

Trabajo cooperativo en «relaciones simétricas»


Quienes participan en los encuentros sociodeportivos deben enfrentar una serie de retos enfocados a conseguir objetivos comunes a través de la cooperación y la interacción. Comienzan con unos juegos de presentación en los que deben identificar al resto de jugadores a través de ciertas tareas. Por ejemplo, colocándose en fila según su apellido, para lo que deben comunicarse y ponerse de acuerdo. Después, siguen las actividades de activación, en las que trabajan distintos aspectos motrices y, finalmente, las de vuelta a la calma.

Una de las muchas propuestas factibles pasa por la expresión corporal. Además de buscar la cooperación, pueden potenciar la confianza y la desinhibición: coreografías grupales, mímica, escenificación de películas u objetos para que el resto los adivinen, etc. Lo importante, destacan Miguel y Francisco, es que exista implicación y compromiso para resolver retos comunes.

La cooperación e intercambio de sensaciones son fundamentales en estos encuentros. Foto: PULL

Tanto el alumnado del Máster como el del CIEM tiene la tarea de estructurar, organizar y proponer dichas actividades. En ellas, se mezclan los dos grupos de estudiantes para que trabajen conjuntamente, y no por separado. Tal y como recalca el docente Francisco, es importante que «no sea una relación asimétrica donde el experto propone las tareas y el colectivo vulnerado las realiza, sino que nos ponemos en un plano de iguales».

Así, no solo deben enfrentar la tarea de crear y completar una actividad enfocada a la convivencia, sino que también se les abren vías para «sentirse protagonistas», relata Miguel. Ese rol se prolonga durante la merienda que organizan después de cada encuentro, en la que «expresan lo que han sentido. Algunos te dicen “yo brindo por volver a encontrarnos”, “yo brindo por que esta actividad no se acabe nunca” o “yo brindo por que nos volvamos a ver otra vez”. Eso nos hace ver que estamos en el camino».

Más allá de las paredes


El planteamiento actual consiste en realizar, en cada curso académico, un encuentro en el Valle Tabares y otro en las instalaciones de la Universidad, con una preparación previa en las aulas. Aunque los profesionales a cargo son conscientes de las limitaciones del proyecto, también han comprobado que es beneficioso para los dos colectivos implicados.

Por un lado, el alumnado del Máster conecta con una realidad que podrá encontrarse en su futuro profesional, mientras refuerza los conocimientos y desmiente sus propios prejuicios respecto al grupo de internos. Así lo explica Miguel: «Eso busca el Aprendizaje-Servicio, romper los muros de las aulas y hacer que el alumnado conviva con los problemas a partir de su aprendizaje».

Por otro lado, los menores con medidas judiciales se encuentran, según explica Jaime, «en una desconexión casi total de la sociedad». Esta se acentúa aún más por la localización del centro y porque solo un número muy reducido de personas internas tiene permitido salir de las instalaciones de forma habitual. Por ello, no son muchas las oportunidades que tienen de relacionarse y establecer contacto con el exterior.

Los estereotipos calan en ambos sentidos


La interacción y mezcla de los dos grupos es un pilar fundamental en los encuentros. El estudiantado universitario puede tener prejuicios y reticencias antes de trabajar con este colectivo por el miedo o la incertidumbre que existe respecto a su conducta. No obstante, suelen superar esos estigmas una vez comienzan a desarrollar las actividades. Se dan cuenta de que, muchas veces, los menores con medidas judiciales han cometido errores o han atravesado circunstancias complicadas en sus vidas, pero no por ello son diferentes al resto de personas.

A su vez, los menores internos conviven con «un contexto de pérdida de libertad, desorientación absoluta y categorización negativa de quiénes son», explica Jaime. Para este grupo social, «el nombre de universitario sigue calando», y este tipo de interacción les permite «ver que pueden compartir, estar de igual a igual y que sus experiencias tienen valor».

Reflexionar sobre las contradicciones: «No queremos que esto sea como un espejismo»


Además de la Universidad de La Laguna, Valle Tabares colabora con entidades como el Cabildo de Tenerife, el Gobierno de Canarias, bibliotecas y museos, entre otras. Las actividades que realizan incluyen exposiciones del Museo de la Naturaleza y Arqueología; proyectos de coral; talleres de cocina en los que preparan las comidas para algunos eventos; Danza en Comunidad; iniciativas de lectura con bibliotecas públicas, etc.

«Se han hecho muchas cosas. Cuantas más, mejor», resume Jaime. «Consideramos que cuanto más estable sea el contacto con la sociedad, más oportunidades habrá de que acumulen experiencias positivas» que favorezcan su reinserción y aprendizaje de sus errores. No obstante, recalca: «No queremos que esto sea como un espejismo y, cuando terminen su medida judicial, crean que la vida es como aquel encuentro sociodeportivo». Por ello, el tutor y educador explica que trabajan también para que los menores lleguen a contradicciones a partir de las que puedan aprender, crecer y evolucionar.

Sin embargo, no se puede medir con exactitud el impacto que tienen estas experiencias en cada persona, menos aún cuando el Centro tiene una «población cambiante», a lo largo de todo el año, que se encuentra en distintos estadios de su medida judicial y su proceso de maduración. Los efectos tienen incidencia con el paso del tiempo, además de que, al ser una ciencia social, no tiene unos parámetros o resultados definidos con exactitud.

Se pueden incluir diversos objetos que simbolicen la unión para desarrollar las actividades. Foto: PULL

Investigaciones del ámbito de la Criminología respaldan el hecho de que el deporte abre vías de reinserción en los centros privativos de libertad. Los vínculos sociales, el reconocimiento y la apertura de alternativas de vida «influyen positivamente en la construcción de la nueva identidad que requieren», sentencia el educador.

En Canarias apenas hay estudios al respecto, pero Jaime se mantiene relativamente optimista: «¿Cuándo rescatarán eso para sus vidas? No lo sabemos. Quizás algún día podamos saber algo más del tema, cuando tengamos tiempo de investigarlo. Yo creo que el balance siempre es muy positivo. Al estar encerrados, agradecen mucho este tipo de cuestiones. Todas esas cosas sirven para que desplieguen, vuelvan a reconocerse y vean qué capacidades tienen que no han reconocido antes».

Un ejemplo de ruptura con los estigmas


El estudiantado del Máster de Profesorado agradece la oportunidad que este proyecto le brinda en los planos personal y profesional, intrínsecamente relacionados. La exalumna Andrea Delgado Márquez reconoce que, al principio, no quiso participar, pero no tardó en cambiar de idea: «Me planteé no ir. Te da mucha impresión, porque es verdad que son menores, pero están ahí por algo y da un poco de miedo. Al final me animé y, la verdad, todo genial. Me gustó mucho la experiencia».

Al preguntarle si le ha servido para vislumbrar nuevas vías y oportunidades para su profesión, responde con un rotundo «totalmente». Andrea destaca, sobre todo, la respuesta positiva que recibieron por parte del grupo de menores y el aprendizaje que se llevó para su desempeño laboral. Incluso, asegura que le hubiese gustado prolongar el proyecto.

Así pues, decidió hacer su TFM a partir de otra experiencia de Aprendizaje-Servicio en la educación física. Abordó, durante un mes, el aprendizaje cooperativo a través de juegos con un grupo de secundaria con dificultades específicas, como hipoacusia, TDAH o actitudes disruptivas, entre otras. Después de haber trabajado en algunas ocasiones con la metodología de ApS, ha reflexionado sobre los beneficios que podría aportar a su forma de enseñar cuando ejerza como profesora. Por ello, asegura convencida que, en el futuro, aplicará esta herramienta a su docencia.

«La universidad no puede estar al margen de los problemas sociales»


Para Miguel y Francisco, este proyecto forma parte de la «responsabilidad social» que asumen como docentes. Miguel lo visualiza como una «responsabilidad compartida», pero también como un «beneficio compartido» entre todas las partes implicadas: «Nuestro alumnado tiene que ser capaz de enfrentarse a distintos contextos y atender a la diversidad de cada grupo. Es una sociedad en miniatura compuesta por personas que piensan y actúan diferente. Deben tener las herramientas para adaptarse a eso».

Precisamente por su percepción del compromiso social, los profesores se salen de las fronteras físicas de la Universidad. «El conocimiento tiene que tener una dimensión social, más allá de los beneficios individuales que le puede aportar a la persona que lo posee. Saber mucho de algo implica también un compromiso, salir de una visión más egocéntrica de logros personales y entender el conocimiento como algo a compartir socialmente y que cumpla una función desinteresada», insiste Francisco.

«Tenemos que cuestionarnos desde nuestra disciplina qué podemos hacer para transformar una situación de vulnerabilidad»


Ambos concuerdan en que, «a veces, las universidades tienen muros que cuesta mucho romper», y que separan la institución del resto de la sociedad. «La Universidad tiene que estar al servicio de la realidad, no al revés. No puede estar al margen de los problemas sociales», recalca Miguel, remitiéndose a la «sensibilidad» que identifica Francisco cuando habla de la importancia de reconocer a los colectivos vulnerados del entorno.

«Tampoco sería real crease expectativas», insiste Francisco, y es que no es posible lograr una evolución positiva inmediata. Consideran que su iniciativa es «una más», y que es el efecto de todas juntas el que contribuye, en la medida de lo posible, a la convivencia, la asunción de hábitos y responsabilidades, el empoderamiento y la reinserción social.

En este sentido, el docente cree que «sería interesante que hubiera más asignaturas que trabajen con esta metodología» y que hay que «abrir las puertas de la Universidad a cualquier tipo de colectivo». Aunque ellos trabajan el ámbito del deporte, Francisco recuerda que existen muchas otras especialidades con una «potencialidad amplísima» de desarrollar iniciativas muy diversas. Así, los docentes invitan a cada persona a cuestionarse qué puede aportar desde su disciplina «para transformar esa situación de vulnerabilidad».

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El Aprendizaje-Servicio para prevenir el abandono escolar temprano https://periodismopre.ull.es/la-prevencion-del-abandono-escolar-a-traves-del-aprendizaje-servicio/ Mon, 18 Jul 2022 06:01:49 +0000 https://periodismo.ull.es/?p=217103 La tasa de abandono escolar temprano en Canarias fue del 18’2 % en 2020. Lejos de ser una cifra deseable (por encima de la media nacional), ha habido una considerable disminución paulatina desde 2007, año en que el porcentaje se situaba en 36’4. Algunas zonas del Archipiélago destacan en las estadísticas. Una de ellas, en Tenerife, es Ofra – Costa Sur, un distrito de Santa Cruz con un número elevado de personas sin estudios o con un nivel básico. En esa zona se sitúa el IES Tomás de Iriarte, en el que imparte clases la profesora de Filosofía Isabel Barandiarán. Con más de 120 estudiantes, emprendió en este último curso académico su proyecto de Aprendizaje-Servicio No lo dejes, para la prevención del abandono escolar.

El alumnado de Segundo, Tercero y Cuarto de la ESO realizó una serie de encuestas para detectar esa problemática social en su barrio. En ellas, se identificó el nivel de estudios de las personas encuestadas y los motivos por los que dejaron de formarse. Barandiarán explica que se trata de un asunto «multifactorial», que puede deberse a «la falta de hábitos de estudio» propia o familiar, así como a «la situación socioeconómica empobrecida y la abundancia de problemas sociofamiliares».

Tras recopilar, analizar y comparar los datos recogidos con fuentes oficiales, el estudiantado elaboró unos informes finales en los que aportaron posibles soluciones. Entre ellas, jornadas de concienciación para la juventud, similares a las que ya estaba preparando el alumnado del bachillerato para adultos bajo la tutela de la docente.

La dificultad de retomar los estudios en la adultez


Mientras los grupos de adolescentes de la ESO identificaban un problema y reflexionaban en torno a él, el grupo adulto preparaba talleres para la siguiente fase de reflexión. En una serie de charlas, les contaron las razones por las que dejaron de estudiar y, también, por qué decidieron volver a hacerlo. Narrando sus experiencias y las complicaciones de reintroducirse en el aprendizaje escolar, trataron de motivar e inspirar al alumnado para que termine sus estudios antes de llegar a la edad adulta.

Uno de sus argumentos incide en que la juventud «es momento ideal. Difícil es cuando tienes que trabajar y estudiar y tienes un niño, una casa y un perro». Además, concuerdan en lo mucho que puede mermar la autoestima y limitar las oportunidades vitales el tener solo estudios básicos: «Te ves con personas que son mucho más jóvenes que tú pero, como tienen un bachiller, te quedas estancada y ellos avanzan».

Así, los objetivos de este proyecto no pasan solo por concienciar sobre la importancia de continuar la formación académica; también, pretende reforzar el autoconcepto de las personas que han decidido volver a las aulas, quienes declaran haberse «sentido útiles». Por un lado, haciéndoles ver que son capaces de inspirar a jóvenes mientras mejoran sus capacidades de expresión y oratoria. Por otro lado, tomando consciencia de que sus vivencias personales tienen valor.

«Hay que aprovechar ahora que somos como esponjas»


Tanto el alumnado adulto como el adolescente ha recibido este proyecto de forma positiva. Para los distintos grupos de la ESO, fue una manera de darse cuenta de que los estudios no son una imposición del profesorado o los padres y las madres. Al contrario: «Te lo dicen personas que ya han pasado esos momentos».

Incluso, hay quienes aseguran que la experiencia les dio ganas de seguir estudiando, además de hacerles conscientes de la importancia de formarse «en lo que a uno le gusta» para «dedicarse a ello». Sobre todo, teniendo en mente que los años pasan con rapidez, por lo que «hay que aprovechar ahora, que somos jóvenes, y somos como esponjas».

Barandiarán se muestra ampliamente satisfecha con este primer año del proyecto. Especialmente, porque ha sido capaz de ver una transformación real en su alumnado, que en un principio no era capaz de articular una «reflexión profunda en relación a las causas del abandono escolar de su entorno». Ahora, además de contar con datos y testimonios, formulan razonamientos como que deben «aprovechar el tiempo» o «no perder la vida». En sus objetivos, han incluido el querer construir su propio futuro cuando todavía no tienen cargas de la vida adulta, así como optar a condiciones laborales dignas.

«Una de las herramientas más poderosas que existe es la información»


En el instituto, Barandiarán no solo detectó un problema-necesidad respecto al abandono escolar, sino que vio una oportunidad para contribuir a paliarlo. Compartir las distintas experiencias vitales entre estudiantes adolescentes y adultos es una dinámica que se adecúa al contexto del centro y que puede ser muy beneficiosa para ambas partes. Tanto, que Barandiarán llegó a preguntarse: «¿Cómo es posible que no se haya hecho esto antes?».

La docente destaca con énfasis «la claridad y honestidad en el discurso del alumnado adulto», lo cual, asegura, «hace que el mensaje llegue» y contribuya a «abrirles los ojos a una realidad que desconocen por su juventud». Incluso, sirviendo a modo de impulso para ese alumnado que atraviesa dificultades familiares o personales y no encuentra motivación para estudiar. «Es importante hacerles ver que pueden salir de donde están, que no tienen por qué perpetuar roles familiares, y que también merecen un futuro mejor», sentencia.

Con esa idea en mente, Barandiarán planteó que el proyecto se prorrogue en el IES Tomás de Iriarte. Aunque el próximo curso 2022-23 no impartirá clases allí, explica que ya ha aportado al centro los recursos necesarios para ello, aprovechando la predisposición del estudiantado para continuar. También pretende trasladarlo al instituto en el que impartirá clases en Lanzarote, con las adaptaciones pertinentes de ese entorno.

En cualquier caso, asegura, es optimista respecto a los primeros resultados de No lo dejes. Está convencida de que «le damos al alumnado una de las herramientas más poderosas que existen: información».

 

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El barrio de Las Moraditas, aula viva de la ULL para el Aprendizaje-Servicio https://periodismopre.ull.es/el-barrio-de-las-moraditas-aula-viva-de-la-ull-para-el-aprendizaje-servicio/ Mon, 20 Jun 2022 14:11:04 +0000 https://periodismo.ull.es/?p=213687 «Vivimos en una montaña, pero nadie nos ve»: así recuerda Carlos Jiménez, docente en el Grado en Diseño de la ULL, las palabras de un vecino de Las Moraditas, Taco. Se trata de «un barrio situado en una curva, oculto por carteles publicitarios» que dan a la autopista. Caracterizado por largas escaleras que conectan las viviendas, prácticamente no tiene bancos o espacios comunes para hacer vida en las calles. En ese contexto, nació hace seis años Amoraditas, dirigido por Carlos Jiménez en colaboración con Alicia Morales, en su día estudiante y hoy doctoranda. Incorporando la metodología de Aprendizaje-Servicio, busca la dignificación y embellecimiento de la zona a través de la recuperación de su memoria oral.

Amoraditas comenzó a funcionar en 2016, durante la Tenerife Design Week, para la transformación ecosocial mediante procesos participativos. Posteriormente, también estuvo vinculada a ICI Taco y CONvive. Incorporando esta iniciativa a la docencia, que se traslada hasta la actualidad, el alumnado comienza por entrevistar a personas de la comunidad para saber cuáles son sus necesidades. Después, en base a esas conversaciones, se encargan de diseñar espacios, productos o servicios para poner en práctica con esa misma gente.

Recuperación de la memoria oral desde la colectividad


Las Moraditas, un lugar periférico y autoconstruido, posee un amplio conocimiento oral. En este barrio se asentaron migrantes provenientes de La Gomera, que llegaron en la década de los sesenta, durante el Desarrollismo, para trabajar en la construcción y el turismo. Según relata el profesor, «cuenta una parte fundamental de la historia de Canarias».

El reto de esta labor está en «la humildad y la escucha», puesto que hay que identificar las emociones y necesidades que verbalizan las personas para analizar a qué cuestiones profundas están conectadas. Entre ellas, el sentimiento de pertenencia o de abandono, los estereotipos asociados al barrio -pobreza, marginación o drogadicción-, cómo perciben la calidad de la gestión, etc. Por ello, «cada sitio necesita de un conocimiento situado» que no es aplicable a otros territorios. En este trabajo de documentación, «las vecinas y vecinos son las catedráticas y catedráticos».

Una de las muchas escaleras pintadas por alumnado de Diseño de la ULL. Foto: NBDV
Escaleras pintadas junto al vecindario, hace años, en el marco de ICI Taco. Foto: NBDV

Reconocimiento entre la vecindad


Sentados en un banco de la plaza, dos jóvenes conversan al lado de una pequeña biblioteca comunitaria, repleta de libros, colocada por Amoraditas. Al preguntarles por la iniciativa, en seguida saben de qué se trata. «Sí, claro. Pintaron las escaleras de mi casa. Subiendo por esa calle, a la derecha, también hicieron un mural», explica uno de ellos.

El propietario del bar situado enfrente, conocido por todos como Dani, ha tenido una larga implicación con Amoraditas. Sin pensárselo, asegura que le parece «algo maravilloso». Según comenta, este proceso contribuye a dar vida a la zona, en la que lamenta ver que los espacios están vacíos y desaprovechados. Para él, «es fantástico que venga gente de fuera a preocuparse por el barrio».

Parte del mural pintado por estudiantes de Diseño de la ULL junto a la vecindad. Foto: NBDV
El mural se encuentra en la plaza de Las Moraditas. Foto: NBDV

Sonia Rodríguez, además de vecina, es portavoz de la Plataforma Vecinal Unidas por Las Moraditas. Para ella y la comunidad a la que representa, Amoraditas ha supuesto un cambio para bien gracias a «la voluntad, la integración con la gente, la implicación y la iniciativa del alumnado». Según explica, este proceso ha ayudado a la población del barrio «a verlo de otra manera», dándose cuenta de que no todas las acciones deben pasar por las instituciones. Para ella, ha supuesto una motivación a la hora de darle continuidad a las iniciativas y «un aire fresco» para las personas mayores.

Entre los éxitos de Amoraditas, se encuentra la pequeña biblioteca callejera y una mesa urbana comunitaria donde conversar, leer o jugar. La estantería repleta de libros, debido al desgaste que ocasiona el estar al aire libre, sufrió algunos daños tiempo después de su instalación.

Gabriel, vecino del barrio y padre de Sonia, decidió no solo arreglarla, sino ampliarla para poder colocar más libros y de mayor tamaño. Para ello, recogió dos cajoneras de madera que encontró en la calle, las unió y las pintó de verde, dando como resultado una nueva estantería que colocar junto a la pequeña biblioteca reparada.

El docente Carlos explica con emoción el gran valor que tiene que «personas no diseñadoras, manitas y ciudadanas, decidan no esperar a que vengan de fuera a arreglarles las cosas y solucionarles ciertas carencias y anhelos». Para él, es un ejemplo de «evolución» en el diseño comunitario, gracias a la labor cumplida por el estudiantado, que ha incentivado el paso a la acción.

La biblioteca está situada al lado de la plaza, bajo una pérgola. Foto: NBDV
Gabriel terminando las últimas reparaciones. Foto: PULL
El resultado tras la aportación de Gabriel. Foto: PULL

Telecafecitos, una oportunidad en tiempos de confinamiento


La llegada de la pandemia supuso un punto y seguido para muchos proyectos y actividades. En el caso de Amoraditas, Alicia y Carlos lo identifican como un cambio de dinámica o de fase que no hubiera sido posible de otra forma. Cada año, CONvive Taco organizaba encuentros convivenciales con música y comida. 2020 fue el turno de Las Moraditas, y aunque no pudo celebrarse, se sustituyó por diálogos telemáticos que llamaron Telecafecitos.

Con un total de diez sesiones que han quedado grabadas, se generó un archivo de memoria cotidiana oral que antes no existía. En cada encuentro virtual, se hablaba de un tema concreto en el que las voces protagonistas contaban sus historias: las mujeres, los comercios y la vecindad en general.

Se trataron temáticas desde el barrio como lugar de acogida hasta las Fiestas de Mayo, pasando por las primeras migraciones y la identidad comunitaria o la cooperación y la unión, entre otros que pueden visualizarse en el canal de YouTube Yo Soy Taco. Además, a ello se sumó la recopilación de fotografías antiguas que también constituyeron un archivo.

Aprender en contacto con entornos reales


Debido a la flexibilidad de los tiempos necesarios y las acciones posibles, el profesor Carlos quiere evitar el encorsetamiento. Si bien en la primera mitad del curso académico se enmarca en la asignatura optativa de Diseño para el sector turístico, no es extraño que se vincule, durante el segundo cuatrimestre, a Imagen corporativa.

Es más, Carlos recalca que su idea es que no se quede en una asignatura, sino que se hagan TFG, TFM o tesis doctorales, como es el caso de Alicia Morales. Incluso, cree que es posible llegar a otros Grados. «Lo hemos iniciado con la intención de que sea un espacio de construcción y experimentación colectiva, como si fuera una aula viva. No es patrimonio de una sola disciplina», resume.

Aura Sánchez es una de las estudiantes que formó parte de Amoraditas. El año pasado desarrolló, junto a su compañera Paula Franco, un proyecto de diseño en un solar abandonado, para el que también organizaron una recogida de residuos. Además de esas acciones, enumera distintos proyectos implementados de forma paralela por otras personas de su clase: «Un huerto comunitario, murales, varias rutas por el barrio…».

En 2021, el total de habitantes de Las Moraditas era de 120. Foto: NBDV
Existen espacios desaprovechados y una carencia de zonas comunes. Foto: NBDV

Para Aura, esa experiencia significó poder ver sus conocimientos y formación reflejados en algo real. «Fue la primera asignatura que me vinculó directamente con lo que es el diseño más allá del ordenador; la parte práctica de todo lo que planteas e idealizas en clase», reflexiona. Además, llegó a darse cuenta de que el verdadero foco del diseño no es quien crea un objeto o servicio, sino las personas para las que se está creando.

Alicia Morales, de alumna a coorganizadora


La doctoranda Alicia Morales está actualmente desarrollando su tesis por la ULL, tutorizada por Carlos Jiménez. En ella, ha colocado el enfoque en el diseño participativo y el codiseño para ser implementado en procesos comunitarios, con la base puesta en Las Moraditas. En definitiva, «el diseño como herramienta de cambio social», una perspectiva que, según señala, no se suele contemplar de igual forma que el trabajo social o la psicología, a pesar del potencial que tiene.

Alicia llegó a realizar tanto su TFG como dos de sus TFM en relación al barrio de Las Moraditas y al proceso que se desarrolla en él. Así, todavía cuando era alumna del Grado, se convirtió también en coorganizadora. Actualmente, lleva dos años impartiendo docencia con una Venia Docendi y es responsable de comunicación en la Cooperativa OFIC (Oficina de Innovación Cívica) para el diseño cívico y urbanismo participativo. Ambos puestos guardan una estrecha relación con su implicación y participación en Amoraditas.

La doctoranda destaca, sobre todo, la importancia de lograr que «el barrio cuente su propia historia». Entre otros métodos, habla de la posibilidad de hacerlo «a través de sus muros», en los que narrar «aquellos hitos que lo definen». Lo ejemplifica con un mural en el que representaron elementos icónicos que trasladan la memoria de Las Moraditas al campo visual.

Alicia plantea la posibilidad de que se incluya una leyenda en el mural para complementarlo. Foto: NBDV

Relatos olvidados, «historias con h minúscula»


Tanto Alicia como Carlos coinciden en que es importante recalcar que este proceso no consiste en «hacer para, sino hacer con», es decir, «diseñar con y por la comunidad». Especialmente, para abrir vías de empoderamiento, incentivando que sea la vecindad quien tome las riendas de una labor de reflexión y mejora de sus propios espacios.

«Las demandas son legítimas, pero a veces infravaloramos nuestra propia capacidad de cambio», la cual, en palabras de Carlos, se impulsa cuanto mayor es la capacidad de organización, autogestión e innovación social.

En este caso, para el objetivo concreto de dignificar y embellecer, decidieron construir relatos y narrativas que se lleven al campo visual para que la gente pueda reconocerse en ellos. Sobre todo porque un barrio como Las Moraditas, periférico y autoconstruido, «no es el centro histórico de Santa Cruz o La Laguna, ni es patrimonio de la humanidad según la UNESCO; es un relato de historias con h minúscula, queda olvidado».

De ahí extrae el docente la vinculación con la asignatura de Diseño para el sector turístico: «Que Canarias esté a 20 o 25 grados o que el Teide exista no es mérito nuestro». En su lugar, habla de poner en valor «lo bueno, bonito y valioso que hay en un proceso de desarrollo endógeno, desde la comunidad que habita aquí y tiene unas necesidades». A partir de ahí, habiendo valorizado lo propio, será mucho más fácil darlo a conocer para un público turista.

«Los procesos de turistificación pueden generar muchas desigualdades»


No obstante, Carlos insiste en que la intención no es turistificar Las Moraditas, «sino darnos cuenta de que hay una cuestión que está antes, que es dignificar». Considera que, una vez conseguida esa labor, «también podremos dignificar lo que queramos promocionar para el turismo, sin que eso suponga sacrificarlo al servicio del mejor postor, como está pasando ahora en el Puertito de Adeje o con las personas en las viviendas que querían desocupar«.

De hecho, destaca una cuestión que considera problemática, y es que «hemos comprado el discurso de la identidad canaria y lo que somos como si se lo estuviéramos contando a un turista», cayendo en discursos publicitarios y estereotipos que no son fieles a la realidad. En gran medida porque, dice, «los procesos de turistificación pueden generar muchas desigualdades sociales».

Una experiencia de intercambio enriquecedora


Los aprendizajes que obtiene el alumnado que participa en Amoraditas son aplicables a muchas destrezas laborales. Carlos enumera algunas de ellas: «Saber moverse en entornos; trabajar con multiactores, complejidad y contextos de incertidumbre; coger rodaje con personas reales y, sobre todo, la experiencia de intercambio».

De hecho, Alicia considera que esta ha sido una experiencia «vital» para su desarrollo, tanto durante la carrera como después, por lo que recalca que este tipo de formación es «muy importante» en la formación universitaria. También lo cree Carlos, y es que asegura que, a pesar de ser docente, aún le queda mucho por aprender.

Para él, es necesario admitir que no se pueden tener todas las respuestas y certezas, incluso siendo ya catedrático. El alumnado también tiene que interiorizar que esa incertidumbre, complejidad y multifactorialidad son parte del trabajo. Esta es una de las cuestiones que, según su experiencia, cuesta más a sus estudiantes. Por ello, cree que es fundamental para la formación universitaria «sacarles del ordenador y del aula, romper esa burbuja invisible», para que investiguen por su cuenta e interactúen con los elementos que les permitirán tomar decisiones.

De cualquier forma, el mayor énfasis lo coloca en la devolución a la sociedad. «Tenemos la costumbre de tomar información y tiempo, hacemos nuestra historia, y nos olvidamos de que ese conocimiento generado vuelva al barrio», asegura. Ese acto no solo aporta riqueza, sino que, además, contribuye a la creación de vínculos emotivos con el territorio, al tiempo que cambia las dinámicas profesorado-alumnado que Carlos identifica como una «transacción de oficina, de cajero automático», para dar o recibir una nota.

Con esta forma de trabajo, la percepción del alumnado se transforma mientras aporta valor a una comunidad. En ese sentido, Alicia resume el papel que juega la comunidad: «Hablamos en colectivo, el trabajo no es posible sin la vecindad y las organizaciones que colaboran».

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De los prejuicios a la empatía: un cambio de perspectiva sobre la migración https://periodismopre.ull.es/de-los-prejuicios-a-la-empatia/ Mon, 16 May 2022 06:01:19 +0000 https://periodismo.ull.es/?p=208956 El desarrollo de la capacidad crítica sobre los problemas estructurales de la sociedad es una asignatura aún pendiente en la educación primaria y secundaria. Rosa Hernández, docente en el IES Mencey Bencomo, trabaja con el objetivo de que su grupo de estudiantes de PMAR (Programa de Mejora del Aprendizaje y Rendimiento) integre esas competencias para transformarse en ciudadanía activa e implicada. Uno de sus proyectos educativos más notorios es Enraizando, puesto en práctica el pasado curso escolar, en el que el alumnado aprendió los motivos que llevan a las personas a migrar y desmintió prejuicios asimilados a través de diversas actividades de Aprendizaje-Servicio.

Tras la búsqueda y contraste de información para elaborar infografías y lapbooks sobre conflictos bélicos y desigualdad, organizaron una campaña de concienciación dirigida al resto del instituto. En ella, planificaron y presentaron un espacio radiofónico, un vídeo divulgativo, carteles y contenidos para redes sociales.

Entre otras acciones, el proyecto incluyó charlas y conversaciones con los periodistas José Naranjo y Nicolás Castellano, así como el activista Abdou Kane. Terminaron con una recolecta solidaria destinada al macrocampamento de Las Raíces, organizada en el centro, y que duplicó sus expectativas.

Al ver la gran cantidad de donativos, el grupo de estudiantes prolongó la recolecta una semana más de lo previsto. Foto: PULL

Esta labor hizo que el grupo se convirtiera en ganador del Premio Nacional en Inmigración y Convivencia de los Premios Aprendizaje-Servicio 2021. Poco después, también recibió un galardón de solidaridad otorgado por el Ayuntamiento de Los Realejos. Pero los reconocimientos solo fueron una parte de lo conseguido. Así lo reflexiona el alumnado: «Hemos aprendido empatía y a no juzgar. Nos sentimos mejores personas».

Una toma de consciencia sobre los bulos


Pero desaprender conlleva un largo proceso, sobre todo si se trata de estigmas socialmente muy arraigados. «De aquí salía cada burrada…», admite uno de los alumnos, de origen alemán, refiriéndose a antes de empezar el proyecto Enraizando. Curiosamente, cuatro estudiantes de la clase fueron, en su momento, migrantes provenientes de El Salvador, Colombia, Argentina y Alemania. En parte, eso les ha ayudado a darse cuenta de ciertos prejuicios que tenían y a formarse una opinión diferente para intervenir en caso de escuchar un dato incorrecto o prejuicioso.

Una de las alumnas, cuyo padre y madre migraron a Canarias desde Latinoamérica, ha podido darse cuenta de que las personas migrantes de África también pueden ser el padre o la madre de alguien. «No me gustaría que los tratasen mal», concluye.

No solo se han percatado de que hay informaciones falsas generalizadas, sino que, también, esta experiencia de Aprendizaje-Servicio les ha servido para ver las situaciones desde nuevas perspectivas, conocer contextos actuales de los que no sabían nada y ver los problemas de su entorno.

Entre ellos, el del propio campamento de Las Raíces, del que una parte de la clase desconocía incluso su existencia. Además, al comenzar un proceso de razonamiento y contraste, se han dado cuenta de que no todas las fuentes son válidas, sobre todo las que exageran las cifras y el supuesto impacto negativo de la migración.

El alumnado creó y dirigió su propio guion de radio para mejorar la expresión oral y la planificación. Foto: PULL
También elaboraron trabajos sobre diversos fenómenos de desigualdad en el mundo. Foto: NBDV

Pudieron experimentar de primera mano el daño que hacen las informaciones falsas mientras trabajaban en su campaña de concienciación para el resto del centro. Esta culminó en la recogida solidaria de alimentos y productos de higiene que, posteriormente, fueron donados al campamento de Las Raíces. A pesar de enorgullecerse de llevar a cabo una iniciativa como esa, recibieron algunos comentarios en Instagram, a través de la cuenta del instituto, que criticaron que se destinen las ayudas a personas llegadas de otros países y no a la ciudadanía canaria.

Inicialmente, no supieron cómo reaccionar. Sobre todo porque, aseguran, «eso es mentira». Según explican, el IES Mencey Bencomo ha realizado en numerosas ocasiones recogidas de alimentos para familias canarias desfavorecidas. Recolectas como la que organizaron, por el contrario, no son tan frecuentes. En cualquier caso, esta experiencia dio lugar a un debate dentro del aula y a una reflexión colectiva sobre los bulos en redes sociales, lo cual terminó por enriquecer el proyecto educativo.

Los grupos PMAR, sometidos a estigmatización


Según la legislación actual, se establecen dos cursos académicos (segundo y tercero de la ESO) en los que el alumnado repetidor, o que no esté en condiciones de promocionar a cursos superiores, pase a un grupo PMAR. Estas clases, con cupos reducidos, permiten que el estudiantado reciba una «atención personalizada y adaptada a sus necesidades», según explica Rosa Hernández.

La profesora de Lengua castellana es actualmente tutora del grupo que participó en el proyecto. Foto: NBDV

La docente decidió emprender en 2021 el proyecto Enraizando en segundo de PMAR, con el que pasaba muchas horas diarias, lo cual le permitió «crear un vínculo» e «impartir contenidos de forma transversal». Explica que es habitual que estos grupos presenten una baja autoestima en relación al resto del centro, además de dificultades en el rendimiento académico. Incluso, una estigmatización respecto a lo que pueden logar, lo cual reduce su motivación de formarse académicamente.

Con este tipo de iniciativas, el alumnado reconoce haber ganado entusiasmo porque «tiene más sentido aprender ayudando que haciendo algo que no sirva. Todo esfuerzo tiene su recompensa». Rosa Hernández corrobora ese cambio en sus estudiantes, y es que asegura que la metodología de Aprendizaje-Servicio ha hecho posible que ganen autonomía y capacidad de decisión. También, ha notado un potenciamiento en las competencias tanto escritas como orales y el rendimiento, además de mejorar la relación general en el aula.

Respecto al avance del proyecto, la docente insiste: «Nunca lo hicimos pensando en un premio». No obstante, admite que ganarlo «ha servido para darles un lugar en el centro, autoestima y orgullo». Y no solo por el galardón en sí mismo, sino porque también les ha permitido ver resultados en su trabajo y aplicarlos a la vida diaria.

Una alumna lo ejemplifica con lo que aprendieron en relación a la explotación infantil y la Revolución Industrial, puesto que le impactó saber que niñas de su edad, o incluso menores, son quienes le confeccionan la ropa. Sus compañeros lo resumen: «Gastamos como nos da la gana y otra gente tiene una vida muy difícil. Lo tenemos todo y no nos damos cuenta, nos quejamos por tonterías».

Aprender en contacto con expertos


A lo largo del proyecto, pudieron escuchar de primera mano la experiencia y conocimientos de Abdou Kane, migrante y activista, y los periodistas José Naranjo y Nicolás Castellano, ambos con una dilatada experiencia en materia de migraciones y diversos países africanos.

Abdou Kane es uno de los activistas más implicados en materia de migración en el Archipiélago. Él mismo llegó hace más de 15 años a Canarias y, actualmente, compagina su trabajo con labores de concienciación, acogida e integración de personas migrantes. A lo largo de los años, ha impartido múltiples charlas en festivales, colegios, institutos e, incluso, en la Universidad de La Laguna, en distintos grados. Entre estos encuentros está el que organizó en 2021, junto a Rosa Hernández, para el proyecto Enraizando.

En ese contexto, encontró «un grupo que estaba intentando romper barreras», asegura. Según su experiencia, también como padre, en los colegios hay mucha diversidad, por lo que considera necesario que se emprendan este tipo de iniciativas «para que el mensaje llegue más». Asimismo, cree que es fundamental que se incluyan estos contenidos de forma transversal.

«Si conocemos mejor el mundo y sus mecanismos, vamos a entender que el racismo no tiene sentido»


Una opinión similar tiene el periodista José Naranjo, quien cree que «la escuela debe ser un reflejo del entorno», adaptado a las circunstancias de cada isla, municipio y barrio. Desde su punto de vista, «en Canarias tenemos una asignatura pendiente sobre quiénes somos», puesto que el aporte de las distintas poblaciones que han habitado el Archipiélago ha dado como resultado una gran mezcla cultural y genética.

Sus conclusiones radican en varias preguntas que él mismo responde: «¿Qué es fuera y qué es dentro? ¿Qué es ser canario? Pues el producto de una mezcla espectacular que se sigue produciendo hoy». Por ello, considera que renegar del aporte de la migración significa anclarse y perder una evolución en positivo.

Con su experiencia como reportero en África, sobre todo los países occidentales, destaca la importancia de conocer historias vitales, qué empuja a las personas a migrar y qué papel tienen Europa y España en ello. «De manera intrínseca, si conocemos mejor el mundo y sus mecanismos, necesariamente vamos a entender que el racismo no tiene ningún sentido», resume.

«Los colegios e institutos no pueden estar ajenos a un modelo de sociedad que ya es diverso»


El periodista Nicolás Castellano, con una larga trayectoria en el continente africano y diversos países del mundo, coincide en que es fundamental «apostar por la educación como manera para concienciar sobre la diversidad de la población y la riqueza que aportan». Además, destaca que la población joven debe estar concienciada de que los movimientos migratorios existen «desde el inicio de los tiempos».

Incluso, considera que ese tipo de proyectos son «la llave fundamental» para acabar con los prejuicios y estereotipos. Por ello, cree que estos contenidos no deberían nacer a voluntad del profesorado, sino estar incluidos en los currículums educativos. Especialmente en el contexto actual, producto de las mezclas de identidades sociales y culturales. «La sociedad ya es así», recalca, para añadir que «los colegios e institutos no pueden estar ajenos a un modelo de sociedad que ya es diverso».

 

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El arte y la mediación artística como herramientas de empoderamiento https://periodismopre.ull.es/la-mediacion-artistica-como-herramienta-de-empoderamiento/ Mon, 18 Apr 2022 06:45:54 +0000 https://periodismo.ull.es/?p=204926 La mediación artística, lejos de pretender la obtención de una obra, busca empoderar y dar herramientas para que las personas que la reciben puedan desenvolverse en sus contextos particulares. Así la describen Rosa Cubillo López y Noemí Peña Sánchez, profesoras en el Grado en Bellas Artes de la Universidad de La Laguna. Comparten la asignatura de Teorías y contextos de la educación artística, en la que no solo enseñan qué es la mediación y distintas formas de realizarla; también, a través de la metodología de Aprendizaje-Servicio, desarrollan varios proyectos en los que el alumnado ejerce de mediador con colectivos sociales vulnerables.

La mediación «se nutre de la educación artística, la Arteterapia y la educación social», explica Cubillo, para añadir que «nuestros proyectos siempre están orientados a población que, por una razón u otra, está en riesgo de exclusión». Peña recalca que no se trata de crear cuadros, esculturas o fotografías, puesto que «no hay ningún tipo de limitación disciplinar. El resultado es algo que no recae en el “yo”, sino en lo que el proceso creativo que vives puede ofrecer».

Para cumplir este objetivo, el trabajo se construye a partir de metáforas, de modo que lo que sucede durante la creación de una pieza se puede trasladar a la vida. Por tanto, la transformación personal de cada individuo no depende de conseguir «un objeto más o menos artístico, sino del trabajo que se hace en el proceso», aclara Cubillo.

Un compromiso desde 2006


Sus proyectos de mediación artística con personas en situación de vulnerabilidad tienen una larga trayectoria. Todo comenzó en 2006 con los talleres de Arteterapia de Rosa Cubillo, que estuvieron en funcionamiento durante más de una década. En ellos, grupos de aproximadamente ocho estudiantes ejercían de arteterapeutas bajo la supervisión de la profesora. Aunque la pandemia les ha puesto el freno, su proyección se ha trasladado hasta la actualidad en distintas formas.

Por un lado, Noemí Peña, tras incorporarse al equipo docente de la ULL en 2018, abrió una nueva vía al estudiantado para que participase voluntariamente en CONvive, enmarcado en el proyecto de Intervención Comunitaria Intercultural (ICI) de Taco. Esta iniciativa de «arte comunitario o arte comprometido no es mediación artística, pero está comprometida con ella», recalca la docente. Consiste en involucrar a la población del barrio y al alumnado para generar una convivencia positiva, que se materializa en creaciones artísticas en lugares públicos.

Por otro lado, también cuentan, desde hace años, con unos proyectos paralelos que el estudiantado de la asignatura debe realizar. Consisten en identificar un grupo social en situación de vulnerabilidad con el que deseen trabajar y buscar las vías para hacerlo entre asociaciones que se dediquen a ello. A partir de entonces, deben diseñar un taller y ponerlo en práctica, mientras ambas profesoras realizan un seguimiento semanal. No obstante, es el alumnado el que tiene las riendas de la iniciativa.

Trabajar con personas concretas


Como explica Peña, esta labor requiere no solo de documentación previa sobre la realidad que vive el colectivo, sino, también, de una toma de consciencia sobre «las subjetividades de las situaciones». Tanto ella como Cubillo recalcan que «trabajamos con personas concretas, no pensamos en un grupo abstracto», por lo que cada una tiene unas necesidades específicas.

Lo ejemplifican con un posible taller impartido a un grupo de mujeres migrantes: «Cómo se desarrolla un taller de mediación con una sería diferente a cómo se desarrolla con otra», a pesar de compartir una misma realidad, porque la viven de forma diferente. «Podemos ver cuáles son las características generales, pero hasta que no pongas el pie en ese contexto, no vas a saber cómo son las personas, qué les preocupa o cómo te puedes relacionar con ellas», concluye Peña.

Los colectivos con los que han trabajado van desde jóvenes para la prevención de trastornos alimenticios hasta personas mayores, pasando por migrantes. Las intervenciones, además, dependen de los contextos concretos en los que se encuentra cada grupo. Por ejemplo, en el caso de la tercera edad, variará en función de si se encuentran en una residencia, en situación de dependencia o si acuden a un centro de día.

El proceso creativo durante un taller para prevenir trastornos de la conducta alimentaria en jóvenes. Foto: PULL

Al tratarse de «personas que no se consideran artistas y no se están formando para ser profesionales de las artes», Cubillo apunta que recibir este tipo de talleres puede ser beneficioso en múltiples facetas. Sobre todo, teniendo en cuenta que «es probable que el sistema educativo les haya descartado, de una u otra forma, o no haya potenciado realmente sus capacidades. En estos contextos, redescubren sus aptitudes». Así, al mismo tiempo, se empoderan y ganan confianza, autoestima o autonomía, entre otras cualidades.

Potencial transformador, también en el alumnado


Este tipo de iniciativas «son interesantes dentro del contexto de una Facultad de Bellas Artes», según destaca Peña, puesto que «esta es la única materia, dentro de la formación artística, que está estrechamente vinculada con una vía profesional, a parte de la de artista». Por tanto, pueden conocer «la practicidad y utilidad social» que tienen las artes, no tanto en su resultado, sino en su proceso creativo.

Para desarrollar este tipo de sesiones, la figura de la persona mediadora es clave, ya que que el alumnado «se da cuenta de las posibilidades de transformación social que tienen las artes, de las que, quizás, no eran conscientes antes de entrar». De hecho, ambas recalcan que esta disciplina tiene mucho poder para incentivar el cambio social, ya no solo por el impacto que puede generar una obra terminada, sino el propio proceso de creación artística.

Normalmente, el estudiantado, cuando comienza a cursar la asignatura, cree que su labor va a consistir en enseñar técnicas de arte, puesto que la mediación artística es bastante novedosa y, por tanto, desconocida. No obstante, cuando la descubren y se familiarizan con ella, «experimentan una transformación. Quieren continuar trabajando en ello porque ven que concuerda con lo que están estudiando y les satisface. Les hace sensibles a los problemas sociales», resume Cubillo.

Pero su potencial transformador también va, desde la percepción de Peña, por el camino de ganar madurez y autonomía, ya que «tienen que hacer la búsqueda, la gestión y, sobre todo, estar en un grupo en el que asumir una responsabilidad y un compromiso». Por tanto, considera, el empoderamiento va en dos direcciones. Por un lado, para el grupo que recibe el taller de mediación. Por otro lado, para el estudiantado que se forma en mediación artística, mientras aporta un servicio a la comunidad, y adquiere consciencia social sobre un colectivo vulnerable.

«He aprendido a valorar y ver las cosas de otra manera»


Algunas de las asociaciones con las que el alumnado ha colaborado son Apedeca, para personas dependientes; Con P de Párkinson, exclusivamente para mujeres; el Centro de Día de San Lázaro, o la Asociación Club de Mayores Pensionistas de Ravelo. En esta última impartieron talleres, a lo largo del cuatrimestre pasado, el grupo de estudiantes de Dámaris Pérez Fernández, Anabel Hernández Rodríguez y Marcelino Padrino Acosta.

Entre noviembre y enero, su labor se enfocó en trabajar el amor propio, ya que, en palabras de Marcelino, «cuando hicimos las primeras sesiones, analizamos que lo que más necesitaban estas personas era reforzar su autoestima, que estaba bastante dañada». Así, pusieron en marcha una serie de actividades con las mujeres que decidieron participar. Una de ellas consistió en mostrar cuánto daño puede hacer el lenguaje y de qué manera hiere a las personas, incluso dirigiéndose a una misma.

Para ello, dieron a cada participante un espejo que tenían que manchar con pintura cada vez que escuchasen un comentario dañino. «Pronunciamos afirmaciones negativas que les habíamos escuchado anteriormente, en otras sesiones», explica Marcelino. Al final, resume, «les dijimos que volvieran a mirar el espejo para que vieran cómo la pintura no las dejaba verse en su totalidad. Intentamos que entendieran que estos comentarios crean manchas en las personas y no nos dejan ser cómo somos de verdad. Crean miedos que no nos permiten mostrarnos».

Las usuarias del taller hacían una mancha por cada comentario que considerasen negativo o hiriente. Foto: PULL

En la siguiente sesión, invirtieron la actividad. Las usuarias tuvieron que limpiar sus espejos cada vez que escucharan una afirmación que considerasen positiva. El objetivo, en este caso, era hacerles ver lo complicado que puede ser eliminar esas manchas para poder verse a sí mismas. «Nos sorprendió que estas personas vean tan pocas cosas positivas, excusándose en la edad», reflexiona el alumno.

En otra sesión, quisieron darles libertad de creación y soltura, a través de un mural abstracto, aunque «al principio estaban bastante negativas. No entendían qué hacíamos manchando una tela sin que saliera una imagen clara». No obstante, al terminar, Marcelino recuerda que se sentían tan orgullosas que querían mostrar su obra a otras personas.

Las participantes pintan un mural colectivo. Foto: PULL

Marcelino asegura llevarse muchos aprendizajes, no solo a nivel educativo, sino también personal: «Estas actividades me removieron muchas cosas que no sabía que tenía. Te enseñan a valorar y ver las cosas de otra manera». Entre otros aspectos, asegura haberse dado cuenta de la carga emocional que lleva la gente, pensando que es algo normal, sin ser conscientes del daño que hace. También, considera que la sociedad debe dedicarles más tiempo a las personas mayores, que «todavía tienen su espacio y sus ganas. Es importante escucharlas, no solo para aprender de su experiencia, sino para que se sientan escuchadas. El sentimiento de soledad que tienen es muy fuerte».

Nuevas oportunidades de la mano de ApS-ULL


La asignatura de Teorías y contextos de la educación artística, en la que se enmarcan los proyectos de Cubillo y Peña, es actualmente optativa. Sin embargo, para el próximo curso académico 2022-2023, con la modificación del Grado en Bellas Artes, pasará a ser obligatoria. Por tanto, a partir de entonces, contarán con, aproximadamente, entre 90 y 100 estudiantes por año.

Si bien las docentes aseguran que en los últimos cursos han aumentado las matrículas en su materia, el próximo año habrá un incremento mucho más marcado. Por ello, pretenden beneficiarse del programa ApS-ULL, creado en septiembre de 2021, para establecer y afianzar relaciones con entidades que quieran colaborar en el desarrollo de sus proyectos de mediación artística.

Con ese compromiso por parte de otras organizaciones, y de ellas mismas, consideran que podrán impulsar y estabilizar sus iniciativas. Además, ya han obtenido formación en Aprendizaje-Servicio, de la mano de ApS-ULL, que les ha servido para sistematizar e introducir mejoras en sus propuestas educativas.

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ApS-ULL, el programa para visibilizar y dinamizar el Aprendizaje-Servicio https://periodismopre.ull.es/aps-ull-el-programa-para-visibilizar-y-dinamizar-el-aprendizaje-servicio/ Mon, 04 Apr 2022 16:01:53 +0000 https://periodismo.ull.es/?p=200530 El Aprendizaje-Servicio (ApS) es una metodología que, paulatinamente, está ganando fuerza y reconocimiento en todos los niveles educativos. Entre ellos se incluye el universitario y, en concreto, la Universidad de La Laguna, que cuenta con el programa ApS-ULL para impulsar esta herramienta desde septiembre de 2021. Su director y coordinador, Francisco Javier Amador Morera, señala que va mucho más allá de «aprender prestando un servicio a la comunidad», puesto que, «siendo útil a la sociedad, se crea una conexión que permite reforzar conocimientos y aprender de otra manera».

Tanto él como Yennifer Ravelo González, dinamizadora del programa, consideran que uno de los ingredientes esenciales de la metodología es su capacidad transformadora. Cada proyecto, en su diseño y ejecución, tiene un determinado grado de potencial para conseguir que sus participantes se conviertan en ciudadanía concienciada, comprometida, participativa e implicada con su entorno.

Así, el objetivo final no es solo aprender, como es el caso de las prácticas externas, sino llegar a ser personas con autonomía e intención de aportar mejoras para solucionar problemas y necesidades sociales. Como explica Amador, esta forma de aprender propicia que el alumnado «asuma los proyectos como propios», porque «su implicación va más allá del mínimo exigido» cuando son capaces de detectar problemas sociales a los que pueden dar solución.

Mucho más que voluntariado


La diferencia del ApS con el voluntariado radica, sobre todo, en su contribución a la formación académica. Aunque ambos guardan relación con el compromiso social, el ApS es curricular y forma parte del aprendizaje necesario dentro de las competencias que se ponen en práctica cursando una asignatura. El alumnado, además, adquiere la capacidad de decidir sobre el proyecto y aportar desde su perspectiva al entrar en contacto directo con una problemática social.

Normalmente, para desarrollar un proyecto de ApS, se colabora con una entidad conectada y conocedora de la realidad sobre la que se quiere actuar. En la medida en que un proyecto tenga una mayor conexión e interacción con un determinado problema, mayor será la sensibilización y capacidad transformadora a nivel personal. Por ello, cuando la metodología funciona plenamente, se traduce en una toma de consciencia y una reflexión que se prolonga más allá de la duración del proyecto, llevando a la acción autónoma por iniciativa propia.

I Jornada de Aprendizaje-Servicio, el 1 de junio


Hasta septiembre del año pasado, la Universidad no contaba con un programa que apoyase y tratase de incentivar la metodología. Por ello, ApS-ULL pretende impulsar y animar al profesorado de la institución a que desarrolle nuevos proyectos mediante la visibilización de iniciativas que ya están en marcha. En la I Jornada de Aprendizaje-Servicio, que se celebrará el 1 de junio de este año, se darán a conocer alrededor de una decena de proyectos a través de píldoras audiovisuales, conferencias, coloquios y otros encuentros.

Este evento, aún pendiente de ser anunciado públicamente, cuenta con el apoyo de Tenerife joven y educa del Cabildo de Tenerife y del Fondo de Desarrollo de Canarias del Gobierno Autonómico.

Yennifer Ravelo es becaria en Investigación sobre el Aprendizaje-Servicio y Francisco Amador es profesor de Economía especializado en microeconomía. Foto: NBDV

El programa también ofrece diversos catálogos de oportunidades y formación específica para el alumnado, profesorado o entidades colaboradoras, así como una recopilación de recursos dentro de su página web. Además, pretende actuar como facilitador o mediador entre el profesorado y las organizaciones, o la propia Universidad, para conseguir los medios materiales y financiación necesaria. A pequeña escala, ya se está estableciendo contacto entre docentes y organismos interesados en participar.

Para ello, el programa cuenta con el apoyo del Vicerrectorado de Innovación Docente de la ULL. Además, está financiado por el Cabildo de Tenerife, con una dotación total de 45 000 €. Este amparo cristaliza en la composición de su consejo asesor, en el que se encuentran Ángela González Bello, técnica del servicio de Juventud y Educación del Cabildo, y Néstor Torres Darias, vicerrector de Innovación Docente de la Universidad.

Acompañamiento a las iniciativas previas


Otra de las labores que ya ha desarrollado ApS-ULL es la contabilización de proyectos activos dentro de la Universidad que ya ponen en práctica esta herramienta educativa. Francisco Amador y Yennifer Ravelo los cifran en una veintena. La detección de estos, a pesar de tener ya su propia trayectoria independiente, permite al programa acompañarlos, darles soporte y gestionar la obtención de recursos que puedan necesitar en el futuro.

Una de ellas es la iniciativa desarrollada por Rosa Cubillo López, docente en el Grado en Bellas Artes. Su Taller de Arteterapia se enfoca en la rehabilitación psicosocial de personas con historial de trastorno mental severo. Ha estado en funcionamiento desde abril de 2006, formando parte, primero, de la asignatura optativa de Teorías y metodologías de la educación artística en la Licenciatura en Bellas Artes y, después, de Teorías y contextos de la educación artística, en el Grado en Bellas Artes. Aunque ha sido ininterrumpido en más de una década, se encuentra actualmente parado a causa de la pandemia.

A pesar de ese parón, tanto ella como su compañera de asignatura, la profesora Noemí Peña Sánchez, han emprendido otros proyectos de ApS que aplican a la enseñanza, en colaboración con el proyecto de Intervención Comunitaria Intercultural (ICI) de Taco.

Entre ellos, Cubillo menciona «la mediación artística dirigida a jóvenes para la prevención de trastornos alimenticios, pacientes de Párkinson, mujeres mayores o personas migrantes», entre otros. Además, las docentes ya se han beneficiado de la formación que ofrece ApS-ULL para el profesorado, pudiendo sistematizar e introducir mejoras en sus propuestas.

Francisco Jiménez Jiménez y Jorge Miguel Fernández Cabrera son otro ejemplo de profesores que ya tienen cierto recorrido con el Aprendizaje-Servicio. En su caso, colaboran con el Centro de Internamiento Educativo de Menores Valle Tabares desde el curso académico de 2017-2018. Su iniciativa consiste en que el alumnado de la asignatura de Aprendizaje y enseñanza en la educación física, del Máster de Profesorado, organice unos encuentros sociodeportivos dirigidos a las personas de dicho centro, privadas de libertad con medidas judiciales.

Según comentan, decidieron plantear este proyecto debido a una «insatisfacción con la manera tradicional de desarrollar nuestra docencia de la asignatura, sin conexión con la realidad». De esta forma, el alumnado tiene, desde hace años, «la posibilidad de aplicar sus aprendizajes en un contexto real, a la vez que se aporta un servicio a un colectivo vulnerado, y se genera una conciencia de responsabilidad y compromiso social».

Enseñanza y servicio público, también en la comunicación


La profesora María Auxiliadora Gabino Campos, de la Facultad de Ciencias Sociales y de la Comunicación, tiene dos proyectos de ApS en el Máster en Innovación Comunicativa en las Organizaciones, y dos, aún pendientes de implementar, en el Grado en Periodismo. Considera que esta metodología es óptima para conseguir el objetivo de que «todas mis asignaturas tengan un reflejo social».

Uno de los proyectos del Máster consiste en desarrollar un plan estratégico de comunicación para un barrio de Guía de Isora con el fin de incentivar la participación ciudadana. El otro, en elaborar un protocolo y ponerlo en práctica en la Jornada de Aprendizaje-Servicio del próximo mes.

Su proyecto para la asignatura de Documentación informativa, del Grado en Periodismo, ya ha sido aprobado para el próximo curso académico. Consistirá en crear una base de datos de recursos de Aprendizaje-Servicio de diversas universidades para que pueda ser consultada en el portal de ApS-ULL. Por otro lado, su intención es que el alumnado de Teoría y estructura de la comunicación investigue cuáles son los colectivos sociales silenciados por los medios de comunicación y se implique en su visibilización, interactuando con ellos.

Gabino destaca la importancia del silencio dentro de la comunicación, así como la necesidad de saber de qué manera transmitir los mensajes. Según explica, los silencios son capaces de hablar por sí mismos y, dependiendo de qué cuestiones se visibilicen y cuáles no, se creará una u otra realidad social que afectará a colectividades como las personas mayoresmigrantes, entre otras.

Referentes en otras universidades


Algunas universidades españolas ya cuentan con una Oficina de Aprendizaje-Servicio, puesto que se trata de una metodología en auge. En ellas, «se ofrecen recursos de la institución para dar información, divulgación y validar proyectos», según explica Amador. La Universitat Rovira i Virgili, en Tarragona, es un referente en esta materia.

Su oficina ya cuenta con más de diez años de funcionamiento, la cual organiza anualmente un encuentro conocido como Mercado de Proyectos Sociales. En él, diversas entidades ofrecen oportunidades de colaboración al profesorado. También, el estudiantado puede acudir para identificar oportunidades en el desarrollo y propuesta de su TFG o TFM, en relación al Aprendizaje-Servicio.

Por otro lado, el compromiso con esta herramienta educativa va un paso más lejos en la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad Pontificia de Comillas, en Madrid. En su caso, el plan de estudios incluye la realización de un proyecto de ApS como asignatura obligatoria de cierre de carrera, de modo que «no solo lo impulsan, sino que lo introducen para que todo el alumnado tenga que pasar por ahí», recalca Amador, para añadir que «es un sueño para quienes creemos en esta metodología».

Un compromiso con la Agenda 2030


El interés de Amador por incentivar esta forma de aprender en la Universidad de La Laguna comenzó cuando entró en contacto con la responsabilidad social universitaria, «un concepto desconocido o mal entendido. La gente cree que es el voluntariado, pero tiene bastante que ver con cómo se hace la docencia y la investigación». A partir de entonces, dice, conoció esta propuesta educativa que responde a las necesidades y carencias que tiene la formación universitaria, según las Naciones Unidas.

Además, señala que, a partir del surgimiento de la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible, una serie de informes indican que la docencia debe dirigirse hacia el aprendizaje experiencial y en contacto con los agentes sociales. Es decir, dentro de la comunidad y en colaboración con ella, para hacer del estudiantado una ciudadanía implicada y comprometida. «La manera de enseñar y aprender que tiene el Aprendizaje-Servicio, sin duda, reúne todos esos criterios», concluye Amador.

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Un ‘Objetivo Violeta’ insuficiente en el II Congreso Audiovisual y Digital de Canarias https://periodismopre.ull.es/objetivo-violeta-aun-por-perfeccionar-en-el-ii-congreso-audiovisual-y-digital-de-canarias/ Sat, 19 Mar 2022 08:00:46 +0000 https://periodismo.ull.es/?p=197367 Sucede con frecuencia en grandes festivales y eventos. Intentando abarcar el cupo femenino, abogando por una supuesta igualdad, se cometen errores que reflejan que todavía queda un largo camino por andar. Ocurrió esta semana en el II Congreso Audiovisual y Digital de Canarias, en la mesa redonda que, paradójicamente, recibió el nombre de Objetivo violeta: la imagen a través de la mirada de la mujer, en la que participaron las fotógrafas Carla Henríquez, María Pisaca y María Novo. Y aunque las intenciones de la organización fueron las mejores, la ejecución podría haberse hecho de tal forma que realmente garantizase igualdad de condiciones entre hombres y mujeres.

Lo que más llama la atención es que el programa del Congreso, con ponencias y talleres desde el pasado lunes, 14 de marzo, hasta ayer, viernes 18, no cuenta con la ponencia de ninguna mujer más allá de la mesa redonda. Ciertamente, eso no significa que no hablaran otras mujeres. Debe ser mencionada la intervención, el pasado lunes, de Vanesa Bocanegra, junto a Daniel Fumero, como representantes de Isla Calavera; así como la de Genoveva Ayala, junto a Jairo López, en representación del Clúster Audiovisual de Canarias.

No obstante, no escapa a la vista el hecho de que, de martes a viernes, con un total de once actos, solo uno fue protagonizado por mujeres. Mujeres, en plural, puesto que el resto de las ponencias y talleres fueron individuales, impartidos por un solo hombre cada uno. Pero eso no es todo, y es que tampoco se mostró en pantalla el trabajo de ninguna de las tres fotógrafas, cosa que sí se hizo en otras ponencias protagonizadas por hombres fotógrafos. Ello se debe a que, todavía, el énfasis se pone en que son mujeres por encima de profesionales.

Un sector tradicionalmente masculinizado


Henríquez, Pisaca y Novo, sin embargo, concuerdan en que no se han sentido discriminadas a la hora de hacer su trabajo. Como destacó Pisaca, «tienes que ir mostrando tu valía profesional. Si tú trabajas, te esfuerzas y ofreces un trabajo lo más exquisito posible, al final te conocen a ti como profesional». Este aspecto lo recalcó Novo: «Yo tenía que demostrar mi valía con mis resultados, independientemente de que fuese mujer u hombre. Demostrar si vales es cuestión de hasta dónde quieres llegar con tu trabajo».

A este respecto, Henríquez quiso añadir que nunca se ha sentido discriminada entre compañeros, pero, en ocasiones, sí con sus clientes, quienes «tienden a infantilizarte por ser una mujer, quieren dirigir tu trabajo». Y es que ya lo recalcaba Lucas Morales, el moderador de la mesa, al principio de la misma: «Una de las realidades que nos encontramos en el mundo de la fotografía es que es un sector que, hasta hace unos años, estaba tradicionalmente masculinizado».

Las tres invitadas también están de acuerdo en este aspecto. Sin embargo, consideran que cada vez hay mayor presencia femenina en el mundo de la fotografía. Pisaca asegura congratularse por ello, al tiempo que reivindica que «tenemos que luchar por la igualdad». Así mismo, Henríquez no duda al afirmar que «es muy positivo que haya mucha gente trabajando en este sector. Cuando seamos más personas y nos apoyemos, mejorará».

Las redes sociales frente a las exposiciones fotográficas


Otro de los temas sobre los que giró el debate fue la posibilidad de difusión y visibilidad que otorgan las redes sociales en relación a las exposiciones. «Las fotografías en redes caducan rápido. Tienes que ser constante y tener muchísimo material», reflexiona Henríquez, para añadir que «cuando se exponen, dedicas el tiempo que se merecen a mirarlas, a explicar su contexto o a interpretarlas». Además, razona que todo el mundo está exponiendo en redes, por lo que resulta complicado hacerse un hueco.

Sin embargo, encuentra ciertas ventajas como no necesitar dinero, financiación o depender de la aprobación de terceros. Por otro lado, Pisaca incide en el hecho de que «las redes sociales tienen más proyección que las salas de exposiciones» porque «los tiempos van cambiando».

Sea como fuere, no ignoran el hecho de que las fotografías «transmiten más en papel que en redes sociales», según razona Novo, a pesar de que «no es lo mismo exponer en Nueva York u Holanda que en España. Tenemos una costumbre de fotografía más comercial. Allí, eres artista. A mí, sin embargo, me dicen en casa que me dedico al mundo de la farándula», bromea.

Aunque admite que las redes sociales la han ayudado, puesto que «un 80 % de mi trabajo entra por redes», también cree que la visualización a través de pantallas es un impedimento. Dependiendo del modelo y marca de teléfono móvil, los colores se ven de una manera u otra. «Tú has trabajado en esa obra de arte para que la gente sepa el color que has utilizado, porque todo tiene un sentido», concluye, mientras explica que hay matices importantes, como la profundidad o la textura, que se pierden en las redes.

El dilema de ser autónoma o asalariada


Respecto al trabajo autónomo, Pisaca y Novo coinciden de nuevo ante el planteamiento de Henríquez: «Sabemos que en este país tenemos unas cuotas muy altas que pagar». De hecho, Novo remarca que eso le impone limitaciones a la hora de enfermar y ponerse de baja. De esto sabe bastante Pisaca, quien, al revés que sus compañeras, dejó de ser autónoma hasta hace poco para convertirse en asalariada. «Reconozco que, al principio, no tenía vida. Para mí, lo importante era la fotografía», declara.

Henríquez, por otro lado, decidió hacerse autónoma después de trabajar un tiempo como asalariada. Lo mismo hizo Novo, quien dejó un puesto como profesora universitaria de Psicología para dedicarse a «lo que me da vida». Admite que duerme pocas horas, pero asegura que todo es cuestión de saber organizarse. «Hay que pelearlo, pero no cobramos mal. Se puede vivir de la fotografía perfectamente», subraya. Por ello, Henríquez recomienda a quien quiera probar que lo haga, sobre todo aprovechando los dos primeros años, en los que las condiciones son más favorables.

La conciliación, un obstáculo todavía asociado a las mujeres


Los razonamientos que expusieron las fotógrafas a lo largo del diálogo resultaron esclarecedores para cualquiera, hombre o mujer, que quiera adentrarse en el sector. Sin embargo, la única pregunta que emanó del público expuso, una vez más, los estigmas que van asociados a las mujeres trabajadoras y, en este caso, autónomas.

La cuestión, planteada por un hombre, expresaba dudas sobre cómo conseguían conciliar su vida personal con la laboral. Cabe preguntarse si esa misma pregunta se la hubiesen planteado a un hombre. A este respecto, Henríquez cree que lo más importante es saber pedir ayuda. Pisaca, por su parte, aunque no tiene descendencia, argumentó que hace falta tener madurez y saber poner límites.

Por su parte, Novo hizo referencia a uno de sus embarazos. Recordó entre risas la vez que se puso de parto en medio de una sesión fotográfica. Sin embargo, terminó su trabajo antes de irse. «Ser una mujer no es un hándicap. A veces parece que se ponen trabas porque nos podemos quedar embarazadas. Pero cualquiera puede tener una lumbalgia o una depresión y quitarle el trabajo todo el año», finaliza, convencida de que lo más importante es seguir formándose y poniéndose nuevas metas.

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Los porqués de las restricciones de publicidad alimentaria para menores https://periodismopre.ull.es/los-porques-de-las-restricciones-de-publicidad-alimentaria-dirigida-a-menores/ Mon, 14 Feb 2022 07:00:33 +0000 https://periodismo.ull.es/?p=190610

El ministro de Consumo, Alberto Garzón, anunció en octubre de 2021 una nueva ley, según la cual quedará prohibido anunciar alimentos insanos a menores de edad en cualquier tipo de plataforma, en palabras del ministro, para proteger a un grupo social especialmente vulnerable e influenciable. El decreto que lo establece entrará en vigor este año, aunque todavía no existe una fecha concreta para su aplicación.

Los sectores afectados aseguraron recibir esta medida con «sorpresa», además de calificarla de «excesiva» y, en algunos casos, incluso «criminalizadora». No obstante, Garzón considera que es en pro de la salud pública, para garantizar la protección de la infancia y prevenir enfermedades asociadas al mal comer, como la diabetes, los problemas dentales o el sobrepeso, superior al 40 % entre la infancia española.

Normativa actual y futura


Hasta la fecha, la publicidad alimentaria se ha autorregulado a través del Código PAOS y el sistema Nutri-Score, que divide los alimentos en grupos de la A a la E, siendo la A la mejor calificación en cuanto a salubridad. Especialistas en diversas materias, como Nutrición, Pediatría o Publicidad, llevan décadas hablando de la laxitud del sistema actual, que consideran «insuficiente» a la hora de proteger a la infancia, un sector especialmente vulnerable e influenciable por los anuncios.

Por ese motivo, la propuesta de Consumo pasa por cambiar este sistema por uno más restrictivo. Sin embargo, no impone otras medidas más allá de la prohibición publicitaria, que se aplicará no solo a la televisión, sino también a foros, aplicaciones infantiles y todo tipo de contenido destinado a menores.

La nueva regulación seguirá las pautas de los perfiles nutricionales de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que separa los alimentos en grupos y subgrupos en función de su composición. De entre esos grupos, hay cinco que no pueden publicitarse a menores de edad, que son los que incluyen repostería, helados, jugos procesados, bollería, confitería o chocolates, entre otros. La fruta, verdura, pescado y carne, ya sea fresca o congelada, no tendrá restricciones. El resto de grupos podrán o no publicitarse en función de la composición de cada producto y marca en concreto.

Esta clasificación afectará también al etiquetado de los alimentos, que será obligatorio y frontal, a diferencia de Nutri-Score. Este, además de ser voluntario, ha recibido numerosas críticas por tener unos criterios dudosos a la hora de categorizar la comida. Por ejemplo, penalizando los alimentos con aceite de oliva y dando buenas calificaciones a algunos ultraprocesados.

Opiniones de expertas


La nutricionista infantil Naila Martínez se posiciona a favor del nuevo sistema y en contra del precedente, puesto que considera que la infancia no es capaz de elegir conscientemente lo que va a consumir. Además, añade que la influencia que ejerce la publicidad sobre las niñas y niños condiciona sus preferencias. A su vez, esas preferencias adquiridas en los primeros años de vida generan hábitos en la vida adulta que serán cada vez más difíciles de corregir.

No obstante, al igual que Emilia Martínez Tallo, especialista en Neuromarketing y CEO de NeuroYes, opina que los estímulos condicionantes se encuentran en muchos otros aspectos de la vida, además de la publicidad. La disposición de los alimentos en los supermercados, los envoltorios -con personajes de dibujos animados y colores vivos- y lo que ven en su entorno y su familia, son factores que marcan las pautas de consumo de la infancia.

Por ello, las expertas apuestan por, además de la regulación publicitaria, adoptar otras medidas. Una mayor neutralidad en los empaquetados, la intervención en los precios o la educación alimentaria son algunas de las que, a su juicio, podrían contribuir a mejorar la salud colectiva y generar hábitos de consumo más saludables.

A este respecto, insiste Naila Martínez, es importante no inculcar miedos o restricciones, ni tampoco pesar constantemente a los menores para hacer un seguimiento de su peso y talla como único parámetro para medir su salud. Por un lado, para que aprendan a autorregularse y comer con moderación. Por otro lado, para no caer en los hábitos propios de la cultura de la dieta y la gordofobia, que pueden desembocar en trastornos alimenticios.

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Asha Ismail: de víctima a activista contra la Mutilación Genital Femenina https://periodismopre.ull.es/asha-ismail-y-su-lucha-por-erradicar-la-mutilacion-genital-femenina/ Sun, 06 Feb 2022 07:00:42 +0000 https://periodismo.ull.es/?p=190419 Hoy domingo, 6 de febrero, se celebra el Día Internacional de Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina (MGF). Sin embargo, no existe en la actualidad una cuantificación de víctimas que la han sufrido. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que la cifra de mujeres y niñas vivas que han sido sometidas a esta práctica oscila entre 100 y 140 millones. En esos datos estimados no entran las «niñas fantasma», quienes han muerto desangradas o a causa de infecciones y otros efectos colaterales. De ellas se acuerda Asha Ismail, fundadora de la organización Save a Girl Save a Generation.

La activista somalí, nacida en Kenia, fue infibulada cuando tenía aproximadamente cinco años. Se trata del tercer tipo de MGF, el más agresivo de todos. Consiste en extirpar la totalidad de los labios mayores y menores, así como el clítoris, para después coser, dejando tan solo un orificio muy pequeño para expulsar orina y sangre menstrual. Cuando la mujer que la cortó y la cosió hubo terminado, Ismail tuvo que pasar un mes atada, sin apenas moverse, para que las heridas pudieran cicatrizar.

Durante gran parte de su vida, el dolor y las complicaciones para ir al baño fueron su rutina. No tardaron en aflorar otros traumas e inseguridades que todavía hoy perduran. Todo ello fue a peor cuando, siendo aún muy joven, la vendieron al que fue su primer marido. Todavía recuerda cómo, en la noche de bodas, mientras su familia celebraba, su marido llamó a una mujer para que cortara las costuras de su vulva. Y, sin dejar tiempo para que cerrasen las heridas, la violó.

«Activista por accidente»


Entonces no lo sabía, pero ya estaba comenzando a gestar a su primera hija. Y con ella, la semilla del que sería el activismo que ya lleva muchos años practicando. Ismail se declara «activista por accidente», y es que nunca pensó que dedicaría su vida a luchar contra la MGF. Pero, con el nacimiento de su hija Hayat, quien hoy tiene 32 años, decidió que ella no pasaría por lo mismo.

Al principio, charlaba con otras mujeres para intentar que no sometieran a sus hijas a la MGF. En la actualidad, Save a Girl Save a Generation cumple esa misma misión. En la organización, acompañan, asesoran y ofrecen educación sanitaria y sexual a mujeres para que no perpetúen esta práctica que deja secuelas durante toda la vida. Entre ellas, infecciones cíclicas, traumas, complicaciones en el parto, muerte del bebé, dolor al orinar, menstruar o mantener relaciones sexuales, inseguridades, etc.

Ismail explica que el único sentido que tiene la mutilación es el sometimiento de la mujer al hombre. Aunque los hombres no son quienes la practican, afirma que solo se continúa haciendo para que las niñas puedan casarse, a menudo para salir de la pobreza o cumplir el rol social que les corresponde. Es más, asegura que, si se tratase de un asunto masculino «ya se hubiera acabado».

Su madre, aunque en su momento pagó para que las infibularan a ella y a sus hermanas, también practica un activismo similar, a través de la conversación «de tú a tú» con otras mujeres. Ismail considera que es su forma de pedirle disculpas, aunque ya hace tiempo que la perdonó. «Ninguna madre quiere hacer daño a su hija», razona, para añadir que tan solo lo hizo porque era lo que se esperaba de ella y para evitar la exclusión de sus hijas.

La MGF se practica en 92 países, no solo africanos


Parte de los conocimientos que Ismail quiere expandir con su activismo tienen que ver con el antirracismo y la eliminación de estigmas hacia África o la religión musulmana. A menudo, se considera que la MGF solo se practica en el continente africano y por motivos religiosos. No obstante, quiere dejar claro que el Islam no la contempla. Es más, según explica, solo la realizan ciertas etnias concretas, y no el continente entero.

Pero esto va más allá de África. La Mutilación Genital Femenina, con diversas variantes y por distintos motivos, se practica también en Asia, América e incluso Europa, en un total de 92 países. En el pasado, en la historia reciente y en la actualidad. Por ejemplo, durante los siglos XVIII y XIX, se creía que una cura médica para la histeria consistía en la extirpación del clítoris.

La pobreza causada por la pandemia podría generar unas 2 millones de víctimas adicionales de MGF


Resulta muy complicado arrojar una cifra concreta sobre el número total de casos de MGF, tanto pasados como presentes. En palabras de Ismail, es porque «no interesa» contabilizarlas o llevar un control, debido a que se trata de un asunto de salud femenina. Aunque esta práctica está prohibida en casi todos los países, se sigue haciendo desde la clandestinidad debido a la falta de educación, lo cual se traduce en más víctimas mortales.

La pandemia por la Covid-19 ha causado, entre otras cosas, un importante aumento de la pobreza. Muchas veces, la única salida que se le puede dar a las niñas en esa situación es casarlas. Y, a pesar de que algunas familias no tuvieran pensado mutilarlas, decidieron hacerlo por ese motivo. También, aprovechando el cierre prolongado de las escuelas, sabiendo que no detectarían que las habían mutilado.

Unicef estima que, a causa de la pandemia, podrían darse unos 2 millones de casos adicionales de MGF que, sin la pobreza asociada al coronavirus, no se hubieran producido.

Con el panorama general, Ismail considera «complicado» que la MGF pueda erradicarse en pocos años, según establecen los objetivos de la Agenda 2030. No obstante, se declara «optimista» pero «no loca». La educación, el acceso que permiten las tecnologías a la información y la eliminación progresiva de ciertos tabúes son, a su modo de ver, importantes agentes del cambio.

De hecho, asegura que tanto en su entorno como en el de otras mujeres que acuden a su organización, ha habido una modificación en el pensamiento. Cada vez más mujeres se niegan a mutilar a sus hijas. Eso, para ella, es esperanza puesta en el futuro. Un futuro en el que la Mutilación Genital Femenina forme parte del pasado. Y así, algún día, tan solo se recordará porque fue una práctica que sufrieron las abuelas, quienes decidieron cortar el ciclo.

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Un TFM de la ULL busca empoderar a las niñas de un colegio senegalés https://periodismopre.ull.es/un-tfm-de-la-ull-busca-empoderar-a-las-ninas-de-un-colegio-senegales/ Mon, 03 Jan 2022 07:00:40 +0000 https://periodismo.ull.es/?p=189672 El abandono escolar es una problemática social muy extendida entre la infancia senegalesa, que afecta, sobre todo, a la población rural. En gran medida, por la inexistencia de infraestructuras educativas sólidas y porque es común comenzar a trabajar en edades muy tempranas. Según Unicef, alrededor de 1 500 000 menores en Senegal no van al colegio. Las niñas son las que más abandonan sus estudios a causa del rol social y familiar que deben cumplir. Saida Chemlal El Yamani, graduada en Educación Infantil por la ULL, realiza su Trabajo de Fin de Máster (TFM) en Intervención Psicopedagógica en Contextos de Educación Formal y No Formal para tratar de cambiar esta realidad.

Bajo la tutorización de la docente y vicerrectora de Internacionalización de la ULL, Lidia Cabrera Pérez, Chemlal desarrolla una metodología que combina el aprendizaje cooperativo y la resolución de problemas. A través de cuentos, elaborados por ella misma, el alumnado debe encontrar soluciones para las situaciones que se plantean y escribir su desenlace. Una vez cerrado el TFM, se implementará por primera vez en la escuela elemental del barrio pesquero de Hydrobase, Senegal.

Dicho centro educativo, rehabilitado este año por la ULL, es el único que hay en la zona, sobrepoblada y con altas tasas de analfabetismo. Además de servir como lugar para la educación en el barrio senegalés, sus instalaciones se utilizarán para que una parte del estudiantado universitario realice allí sus prácticas, a través de acuerdos establecidos entre ambas instituciones.

Escribir su propio final


Chemlal explica que su programa educativo «no actúa sobre lo superficial, sino que se centra en lo más profundo», es decir, en las raíces de la desescolarización. Los cuentos que escribió, dice, sirven como medio para «liberar los miedos y las ataduras mentales que han sido transmitidas de generación en generación. Es un círculo que siempre se repite hasta que no sea ‘liberado’ de la opresión de la cultura».

Por ese motivo, insiste en que debe haber «cooperación familiar y entre el alumnado para poder solventar los problemas que se plantean en las historias». En cada capítulo de su obra, «se aborda un tema distinto acerca de la educación y del abandono escolar», como son la motivación, la drogodependencia o la pobreza. Según afirma, son una serie de cuestiones en las que no se incide dentro del sistema educativo, pero, aun así, influyen directamente en el abandono escolar.

En relación a esos temas, las historias plantean distintos problemas que el alumnado ha de resolver con el resto de la clase o con sus familias, de modo que aprendan a razonar y solucionar los obstáculos que aparecen en sus vidas. Al final, tienen que escribir cómo desenlaza la historia y de qué modo se resuelve una dificultad para que lo implementen en su día a día. «No quiero que se quede solamente en el pensamiento, en la idea y ya está», comenta Chemlal, para añadir: «Quiero que pasen a la acción».

Reducir la estereotipación femenina


El proyecto educativo innovador de Chemlal, además de intentar reducir el abandono escolar, pone un foco especial en las niñas. Por un lado, debido a que son quienes más perjudicadas se ven por tener que dejar sus estudios. Por otro lado, porque el impacto social y la herencia cultural crean unos estereotipos muy arraigados en sus mentes sobre quiénes pueden llegar a ser. Por ello, pretende contribuir al empoderamiento de las niñas, en su imaginario y en el seno de sus familias, para que sean capaces de decidir qué caminos tomar.

En concreto, Chemlal asegura que sus intenciones van hacia «hacer una reivindicación del papel de las mujeres, que siempre está reprimido y relegado, no a un segundo plano, sino a un tercero».

Además, su origen africano y amazigh la llevó a querer desarrollar este TFM. Se trata, pues, de un proyecto con el que se siente fuertemente implicada, aunque lo haya estado trabajando desde la distancia. A razón de ello, «siempre estoy pensando en un plan B, C o D. He escrito alternativas por si no se puede realizar por algún motivo o por si surgen dificultades».

Empezar desde cero


Chemlal es consciente de que «el impacto que pueden tener los cuentos, tanto a largo como a corto plazo, va a depender de la implicación real a la hora de llevarlos a cabo». No obstante, se la percibe moderadamente optimista. El equipo docente senegalés que recibe su propuesta educativa «se muestra con muchas ganas debido a las carencias y necesidades que existen. Es importante que haya un cambio», declara.

A la espera de que su TFM esté definitivamente cerrado y comience a implementarse, Chemlal admite que le gustaría ser capaz de trasladarlo también a otras escuelas del país «y, si es posible, a muchos otros lugares. Se trata de empezar desde lo más bajo y, poco a poco, ir subiendo para poder abarcar muchos más países. Pero, para llegar a ello, hay que empezar desde cero».

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Envejecer en soledad, una lacra que afecta a unas 60 000 personas en Canarias https://periodismopre.ull.es/envejecer-en-soledad-una-lacra-que-afecta-a-60-000-personas-en-canarias/ Mon, 27 Dec 2021 06:00:23 +0000 https://periodismo.ull.es/?p=189683 Teresa, de 77 años, es viuda y no tiene descendencia. Se encontró sola tras la muerte de su marido, hace años, a causa de una artritis reumatoide que lo hizo pasar por quirófano más de veinte veces. Después de una depresión que la bloqueó durante un tiempo, Teresa se sumergió en el trabajo como vía de escape. Estando ocupada, con mucho que hacer en los distintos empleos que encadenó, se sentía contenta. Pero años más tarde, cuando la fibromialgia se empezó a apoderar poco a poco de su vida, tuvo que desprenderse de esa ocupación que la ayudaba a seguir adelante.

Hoy, su sobrina la acompaña con el tiempo que le deja su profesión de astrónoma. Ella le procura los cuidados médicos y domésticos que necesita, pero sigue experimentando problemas de salud mental asociados a vivir sola, y que se acentúan por la fibromialgia. Tanto es así que, a pesar de que a Teresa siempre le ha encantado leer, todavía le cuesta encontrar las ganas.

La soledad es un sentimiento que, con los acelerados ritmos de la vida actual, nos acompaña cada vez más. En esta problemática social, las personas mayores, y sobre todo las mujeres, debido a una mayor esperanza de vida, son un grupo especialmente vulnerable. Un grupo que no para de crecer ante el envejecimiento de la población.

Índice de envejecimiento en España desde 1975 hasta 2021. Fuente: INE
Índice de envejecimiento en Canarias desde 1975 hasta 2021. Fuente: INE

En Canarias, el sector de la tercera edad engloba a unas 350 000 personas, de las cuales, según el Gobierno Autonómico, unas 60 000 se encuentran en soledad no deseada. Jacqueline Rodríguez, técnico sociosanitaria enfocada en el cuidado de mayores, lo achaca principalmente a cuatro motivos: familiares ausentes que no hacen visitas, inexistencia de familia cercana, distanciamiento familiar y migración a otros países o internamiento del cónyuge en un centro o residencia.

Olegaria Cuesta, doctora en Sociología y profesora de Sociología de las Edades en la Universidad de La Laguna, añade una quinta razón: «Fundamentalmente, se debe a que están fuera del ámbito laboral, que es lo que mantiene la unión a nivel social. Cuando entran en el periodo de jubilación, suelen aislarse». También la lentitud y la disminución de las capacidades físicas conducen a un alejamiento de la sociedad, puesto que esta «marca un ritmo rápido como algo natural, cuando, en realidad, no debería serlo».

Teresa identifica estas dinámicas en su experiencia, y no solo porque lo vive en su propio cuerpo. Durante dos años y medio, trabajó como directora de una residencia para la tercera edad. Reconoce que había ciertas conductas que, aunque entendía y respetaba, la ponían nerviosa: «las personas mayores iban más despacio, tenían la cama llena de pañuelos, escondían cosas en el armario…». Hoy, se sorprende a sí misma reproduciendo esos comportamientos que la hacen darse cuenta de que, al final, todo el mundo envejece.

Es por ello que Jacqueline Rodríguez establece como pautas fundamentales para su oficio la empatía, el cariño y la búsqueda de la autonomía y autodeterminación. «Debemos incentivar que tengan relaciones sociales y que conversen. Hacer que sean parte de las actividades de la vida diaria y que decidan lo que quieren hacer», razona.

Depresión, ansiedad y pobreza: factores ligados a la soledad


Rodríguez declara que hacen falta más posibilidades de ocio adaptado a las necesidades diversas que presentan sus usuarios. Sobre todo porque no todos tienen la posibilidad de desplazarse a hacer actividades fuera de casa, como las que se realizan en los centros de día. En este sentido, considera fundamental que puedan conocerse entre sí y trabar amistad. Afirma que así, al mismo tiempo, pueden aliviar la soledad, depresión y ansiedad que «muchas veces no les permite dormir la noche completa».

El deterioro psicológico es uno de los múltiples efectos negativos que tiene la soledad no deseada. También caen en detrimento las capacidades físicas y cognitivas. Además, es habitual que quienes se encuentran en esta situación presenten una peor nutrición que, a menudo, conduce a problemas de obesidad. Generalmente, el nivel de incidencia de estos factores guarda relación con los recursos económicos de los que se dispone.

Canarias es una de las comunidades más empobrecidas de España, con una renta neta media por hogar de 25 855 euros, la segunda más baja de todo el territorio, solo por encima de Extremadura. El paro, a su vez, se situaba en el 23,89 % en el tercer trimestre de 2021, solo por debajo de Ceuta, con un 27,7 %.

Tasa de paro por CCAA. Fuente: INE

A pesar de que las Islas tienen una población menos envejecida que la media nacional, la socióloga Olegaria Cuesta identifica que la soledad de mayores está más acentuada en Canarias. Según explica, esta problemática «no es ajena a las clases sociales. Cuanto más vulnerable, más presente está ese sentimiento porque puedes salir menos y te aíslas más».

El patrón se reproduce a nivel internacional cuando se compara España con el resto de Europa. «En muchos casos, los abuelos y abuelas se han convertido en la única fuente de salario, es decir, mediante sus pensiones vive toda la familia. Acaban viviendo en casa de sus hijos e hijas, pero eso no necesariamente mitiga la soledad porque la independencia es menor y no se relacionan con otras personas de su misma edad», concluye.

A pesar de que existen alternativas para evitar una vejez sin compañía, Cuesta considera que «van muy asociadas a la clase social», de modo que solo se las pueden permitir las clases media-alta o alta. Algunas de ellas «se encuentran en auge» en diversos países europeos y están en vías de desarrollo en el Archipiélago. Es el caso de la cohabitación o los apartamentos adaptados con comedores, gimnasios y otros espacios comunes.

Políticas específicas en Canarias


Antes de la pandemia, el Gobierno Autonómico ya proponía fomentar la jubilación activa e impulsar ayudas para este sector poblacional, aunque todavía no ponía medidas específicas sobre la mesa. A partir de este año ha comenzado a funcionar el Plan Canarias Te Cuida, para el cuidado de personas en distintos tramos de su vida, dotado de 205 millones de euros provenientes de los fondos europeos.

Noemí Santana, consejera de Derechos Sociales, explica que la idea central es «modernizar la política de cuidados de las Islas» y fomentar «la autonomía de las personas». Para ello, el plan tendrá una duración de seis años, partiendo de 2021, hasta 2027.

Entre las medidas destinadas específicamente a paliar la soledad de mayores, se encuentra la implementación del programa La Casa Cuidadora, de vivienda compartida, que seguirá el modelo de edificios intergeneracionales. Con una dotación de seis millones de euros, Santana recalca que «este programa cuenta con teleasistencia, que permite más autonomía y evita la necesidad de abandonar el entorno a las personas que necesitan cuidados».

Apunta que también «se impulsarán viviendas colaborativas», a través del modelo de cohabitación, con «espacios públicos adaptados a las personas mayores o en situación de dependencia». Destaca que se destinarán 72 millones de euros a la creación de nuevas plazas sociosanitarias, puesto que se trata de «una de las grandes carencias que tenemos que afrontar».

El 2 de septiembre se firmó un convenio entre Canarias y el Estado para la ejecución de los fondos europeos. Foto: PULL

En La Laguna, Tenerife, también en 2021, comenzó a funcionar La Laguna Cuida. Se trata de un «programa hermano» de Canarias Te Cuida, que cuenta con «una filosofía muy similar», según comenta Rubens Ascanio, Concejal de Bienestar Social del Ayuntamiento de La Laguna. Con un presupuesto de 650 000 euros provenientes del Cabildo, se ha realizado un «diagnóstico municipal detallado y amplio para intervenir más y mejor».

Ascanio afirma que se ha podido conocer «qué demandan las personas que más sufren la soledad no deseada y los problemas vinculados a la dependencia». Además, comenta que es «cuestión de días» que puedan fijar los protocolos. Por el momento, adelanta que «debemos reforzar el apoyo a las personas cuidadoras, que sufren un desgaste físico y emocional enorme», así como «ampliar las ayudas y mejorar las acciones comunitarias contra la soledad». Las medidas específicas se concretarán en 2022.

Un asunto estructural: Reino Unido y Japón crean un Ministerio de la Soledad


Por el momento, los proyectos se limitan a lugares y tiempos específicos sin una proyección a largo plazo porque no existen infraestructuras para atender de forma completa la salud mental colectiva. La soledad, en las últimas décadas, se ha convertido en un problema social con gran incidencia en los países desarrollados. Un problema que se ha visto agravado directamente a causa de la pandemia.

El Centro Común de Investigación publicó un informe en 2020 que revelaba que uno de cada cuatro habitantes de Europa experimenta a menudo este sentimiento. En comparación con un estudio similar desarrollado en 2016, la cifra se había duplicado. Esta problemática, que lleva décadas creciendo paulatinamente debido a los acelerados ritmos de vida, ha experimentado un repunte a causa del confinamiento y distanciamiento social por la Covid-19.

Soledad en Europa. Fuente: Centro Común de Investigación

Reino Unido fue pionero en el tratamiento de esta materia. En 2018 creó un Ministerio de la Soledad a raíz de un informe que diagnosticó que nueve millones de habitantes, entre sus 67 millones, sentían soledad. Japón siguió sus pasos con la creación de un ministerio homólogo en febrero de 2021.

En el caso nipón, un informe de 2017 del Instituto Nacional de Investigación sobre Población y Seguridad Social concluyó que la sociedad japonesa, en general, apenas se relaciona ni tiene personas de confianza. No obstante, lo que llevó al gobierno a tomar la decisión fue un aumento en los suicidios en el país, que en 2020 superaron los 20 000. Si bien Japón es una nación con una alta incidencia de suicidios en general, el año pasado experimentó su primer repunte en 11 años.

Ello es un claro reflejo de la necesidad de invertir en salud mental, también en España. 2020 se saldó con un total de 3941 suicidios en el territorio nacional, 270 más que el año anterior. De ellos, 1281 fueron de personas mayores de 65 años. Canarias tuvo un total de 208, colocándose como la sexta comunidad autónoma con más casos en cifras absolutas. 52 fueron de personas de más de 65 años.

Voluntariado intergeneracional


Teresa explica que, en cierto momento de su vida, se había «dado permiso para morir». Aunque hoy sigue combatiendo la depresión, y hace tiempo que no encuentra las ganas de leer, dice convencida que quiere engancharse de nuevo. Asegura que, al estar centrada en sí misma y su salud, va recuperando la motivación, por lo que quiere sumergirse en nuevas lecturas para hacer «gimnasia mental» y mantenerse activa. En parte, esa ilusión se debe a que hace poco comenzó a ser usuaria del proyecto Nunca Solo.

Se trata de una iniciativa que nació en julio de 2020, de la mano del alumnado de Enfermería de la Universidad de La Laguna (ULL), como parte del programa Ingenia. Desde entonces, ha crecido de forma «totalmente inesperada» para sus integrantes. En su labor, no solo acompañan al conjunto de usuarios con quienes entran en contacto; también organizan actividades y talleres colectivos, asesoran en hábitos de vida saludable e impulsan su autonomía y vida fuera de casa.

Con una financiación inicial de 1000 euros y un grupo de 19 estudiantes, se propusieron brindar acompañamiento a las personas mayores de Tenerife que se encontraban en soledad no deseada. Empezó como un proyecto pequeño en el que pretendían atender las necesidades de un grupo social especialmente vulnerable, según declara su equipo promotor.

Sin embargo, en un año y medio de andadura, han recibido el galardón de Voluntariado Universitario en la XVII edición de los Premios ABC Solidario, en mayo de este año, y el Premio Especial de Enfermería en Desarrollo 2021, en noviembre.

La ministra de Sanidad estuvo presente en la entrega de premios. Foto: PULL

Celia Paz Hernández es una de las voluntarias que forma parte de Nunca Solo y comparte tiempo con Teresa. Incluso antes de unirse, dice que ya se sentía orgullosa de la iniciativa, y quiso formar parte para «aportar su granito de arena». Desde entonces, asegura que le está transmitiendo «muchísima positividad» por las «ganas de salir adelante» de todas las personas e historias que está conociendo.

Teresa, en concreto, le está descubriendo todo un mundo de música. Después del paseo por el parque y de tomarse un café en el bar de siempre, van a su casa para disfrutar de un concierto de Stjepan Hauser, uno de los músicos favoritos de Teresa. Para ambas, se trata de un intercambio enriquecedor. Celia está aprendiendo «lo que es la lucha contra la fibromialgia y a sacar fuerzas», pero también gustos musicales y literarios.

Celia y John forman parte de Nunca Solo y acompañan a Teresa. Foto: PULL

Por su parte, Teresa está «encantada» formando parte de este proyecto. Asegura que es justo lo que necesitaba cuando, en una feria de voluntariado que visitó con su sobrina, lo descubrió. Además de aprender y pasar buenos ratos, «también me va bien tratar con gente joven. Todas las personas mayores hablan de que algo les duele y dónde», explica riendo. Y aunque tiene un par de amigas de su misma edad con las que también disfruta, está convencida de que esas tardes de intercambio le dan buena parte de los ánimos que necesita.

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Arquitectura ecofeminista: colocar las vidas en el centro del diseño urbano https://periodismopre.ull.es/arquitectura-ecofeminista-colocar-las-vidas-en-el-centro-del-diseno-urbano/ Mon, 29 Nov 2021 07:00:15 +0000 https://periodismo.ull.es/?p=188964 La participación ciudadana es para las arquitectas ecofeministas Elena Vega y Marta Vega un punto prioritario en el diseño urbano. Y es que, según argumentan, nadie sabe qué necesita un barrio mejor que quienes viven en él. Sus principios incluyen colocar las vidas en el centro de las decisiones, haciendo que los espacios públicos sean habitables para todas las personas de forma segura, libre y autónoma. También, considerando que las plantas y los animales no son accesorios, sino partes fundamentales dentro de los ecosistemas en los que la gente se desenvuelve.

En esa tónica de trabajo, desarrollan el servicio De Raíz, en el que colaboran con administraciones públicas para lograr los objetivos de inclusión e igualdad partiendo de una perspectiva urbanística. Además, imparten talleres y charlas participativas para concienciar sobre cómo se puede mejorar la calidad de vida desde el urbanismo.

Recientemente, formaron parte de las invitadas del I Festival Voces de Mujeres, organizado por el Ayuntamiento de Santa Úrsula y el Instituto Canario de Igualdad y producido por Karmala Cultura, con el apoyo de Canarias Crea. Allí emprendieron una marcha exploratoria por varios lugares del municipio en los que analizaron los fallos y los puntos a favor de su diseño. Con tizas, incitaron al grupo de participantes a dibujar propuestas de mejora, que se pudieron debatir posteriormente.

Desde la perspectiva ecofeminista, emplean cinco indicadores para realizar sus diagnósticos, interrelacionados y complementarios. Estos son la diversidad, vitalidad, representatividad, autonomía y proximidad. Incorporando una visión más desarrollada al respecto, añaden un sexto indicador: el ecosistema sano. A partir de este, pretenden dar a entender que la humanidad, siendo ecodependiente, no es la única que habita y merece los espacios.

Hacer las calles habitables para todo el mundo


Empezando por la diversidad, las arquitectas analizan el número de personas de diferente edad, raza, género, condición socioeconómica, etc. que se pueden encontrar en un lugar a cualquier hora del día. En esto, el diseño urbano tiene mucho que hacer, ya que configura qué perfiles pueden habitar cada espacio.

Por ejemplo, en el caso de una plaza, para que pueda existir esa diversidad, deberá haber columpios, mesas para jugar al ajedrez, accesos para personas con movilidad reducida o bancos de reunión. También, árboles que den sombra o fuentes públicas para que animales y personas puedan beber agua sin necesidad de comprar una botella o traerla de casa. Lejos de conformarse con su mera presencia, también se busca que la gente se sienta segura e identificada en dicho espacio.

Autocuidados en comunidad para fomentar la seguridad


El siguiente punto de análisis es la vitalidad, donde el foco se coloca en los cuidados comunitarios. En este sentido, se debe fomentar el sentimiento de pertenencia a una agrupación humana para que cualquier persona pueda hacer sus recorridos diarios de forma segura y autónoma.

Las condiciones óptimas se logran cuando los espacios públicos tienen vida. Desde el diseño urbano, esto se consigue a través de la creación de lugares de encuentro, buena iluminación, ventanas que den a la calle, zonas peatonales o parques públicos. En la medida de lo posible, evitando lugares que queden vacíos y oscuros. Estas características, además, propician que la vecindad se conozca y cree lazos en los que sentir familiaridad.

Las arquitectas aplican el lema «volviendo a casa queremos ser libres, no valientes» a su forma de evaluar y diseñar espacios públicos. Foto: PULL

La representatividad guarda relación con los referentes visibles en las zonas públicas. Estos son los nombres de las calles y plazas, monumentos o iconos presentes. Un buen método de representación consiste en nombrar zonas públicas a partir de mujeres importantes en el ámbito científico o literario. También es positivo dotar los barrios de figuras que representen la memoria e identidad colectiva, como son las plantas autóctonas o esculturas que ensalcen la historia y tradiciones canarias.

Dotar los espacios para las personas y no para los coches


El indicador de la autonomía examina que todas las personas, al margen de sus capacidades, puedan acceder a todos los lugares y hacer su vida con total independencia. Esto es, es muchos casos, una tarea complicada cuando las aceras tienen escaleras y desniveles, son estrechas o, incluso, inexistentes. Para gente con movilidad reducida, menores o carritos para bebés, son verdaderos impedimentos. En muchos casos, se traduce en que haya personas que no pueden salir de casa, aunque el sitio al que quieren ir esté justo al lado, porque no pueden hacerlo sin la compañía de alguien que les ayude.

La forma de evitarlo consiste en priorizar a la gente por encima de los coches. Ofreciendo accesos universales y amplios, así como puntos de descanso con árboles y bancos, entre otras medidas. Así, se fomenta que las calles sean para todo el mundo.

Las arquitectas recalcan que los espacios no están hechos para toda la gente, sino para personas con movilidad, dinero y una posición social privilegiada. Foto: PULL

Accesibilidad y respeto a la naturaleza


La proximidad, aunque parezca referirse a lo cercanos que están los lugares que frecuentamos, se refiere, sobre todo, al tiempo que se tarda en hacer las actividades cotidianas. Por ejemplo, ir a la frutería o coger la guagua para ir a clase. Si los lugares de paso no tienen los accesos correctos, o los pasos de peatones están muy lejos del lugar de destino, el tiempo que se tiene que emplear se multiplica. Además, el trayecto se hace mucho más cansado y complicado. Esto, de nuevo, se relaciona con el indicador de la autonomía. Si los espacios se hacen accesibles, poniendo a la gente en el centro, el tiempo y esfuerzo dedicado al recorrido se reduce considerablemente.

Los animales y las plantas, al formar parte relevante de los ecosistemas en que nos movemos, deben ser tenidos en cuenta desde una perspectiva ecofeminista. Así, el último indicador, el ecosistema sano, pone todas las vidas, y no solo humanas, como base del diseño urbano. Por ejemplo, introduce la idea de que los árboles no solo sirven para dar sombra, sino que son seres vivos que deben ser cuidados y ubicados adecuadamente. Además, al estar sanos, se convertirán en espacios donde distintos animales, como los pájaros, puedan vivir.

Las propuestas de la ciudadanía como punto de partida


Pese a que la participación ciudadana es un aspecto que las arquitectas consideran fundamental, también recalcan que es un proceso que requiere mucho tiempo. No solo a la hora de recabar las opiniones y mejoras que propone la población, sino porque es una cuestión que apenas acaba de comenzar a hacerse. Por tanto, ni la gente tiene la costumbre de participar, ni las administraciones de dar los plazos necesarios para que lo haga. No obstante, Vega y Vega creen que es algo esencial para conocer en qué medida se pueden mejorar unos espacios que, aseguran, no están diseñados para todas las personas.

Con el empoderamiento que brinda la oportunidad de poder participar en la configuración urbana, pretenden que los lugares públicos sean habitables para cualquiera. Así, invitan a que la gente se coloque las gafas verdes y violetas para, de forma crítica y constructiva, arrojar una mirada ecofeminista en la configuración de los espacios. Y, de este modo, transformar, y no destruir, las estructuras urbanísticas.

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Mucho más que arte y activismo en el I Festival Voces de Mujeres https://periodismopre.ull.es/mucho-mas-que-arte-y-activismo-en-el-i-festival-voces-de-mujeres/ Mon, 15 Nov 2021 07:00:36 +0000 https://periodismo.ull.es/?p=188464 Arte, debate, reflexión, interculturalidad, feminismo y activismo, más que de la mano, unidos en uno solo. Desde este pasado viernes 12 de noviembre hasta ayer, domingo 14, la Casona de San Luis en Santa Úrsula acogió el I Festival Voces de Mujeres con una programación cargada de actividades tan diversas como quienes las prepararon. Cantantes, escritoras, activistas, arquitectas, abogadas y muchas más profesionales en su ámbito se reunieron para, en un evento tanto artístico como reivindicativo, dar voz a mujeres con mucho que decir.

La organización corrió a cargo del Instituto Canario de Igualdad y el Ayuntamiento de Santa Úrsula, con el apoyo de Canarias Crea Canarias y la producción de Karmala Cultura. Representantes de dichas instituciones inauguraron las jornadas en la tarde del viernes con una pequeña presentación que dio paso a una mujer que se define por su carisma, fuerza y potencia. Ella es Asha Ismail, activista contra la Mutilación Genital Femenina (MGF) tras haberla sufrido, y fundadora de la asociación Save a Girl Save a Generation.

Ismail ha vivido casi cinco décadas con secuelas físicas y emocionales de la MGF, lo cual utiliza en su activismo. Foto: NBDV

Al haber sido infibulada -tercer tipo de MGF, el más agresivo- a los cinco años, relató cómo todavía hoy ese trauma continúa teniendo efectos en su vida. No obstante, eso no le quita las fuerzas y ganas de luchar para que, en un futuro, esta práctica pase a ser parte de la historia.

Algo parecido le sucede a Loueila Mint El Mamy, abogada especializada en extranjería, quien fue la siguiente ponente. Ella, siendo consciente de los privilegios que tiene por haber podido entrar en los mecanismos de la sociedad blanca y europea, persigue que las personas migrantes tengan los mismos derechos que ella y cualquier otra persona. Por ello, se vuelca en trabajar con inmigrantes en situación irregular que han llegado por vía marítima. En concreto, a través de la peligrosa Ruta Canaria.

La tarde tomó un rumbo diferente con un taller impartido por la escritora Ana Vidal, donde los autocuidados se convirtieron en el foco reivindicativo. En él, las participantes se escribieron cartas de amor a sí mismas a partir de tres pautas: definir pequeñas rarezas que las hacen únicas, recordar momentos en que se hicieron felices sin mediación de segundas personas y planes de futuro que vivir consigo mismas. Con esos elementos, redactaron textos que les puedan servir de apoyo en momentos duros en los que necesiten amor.

Para cerrar la noche, la cantautora Tata Zirga dio un concierto, inicialmente a solas con su ukelele, y más tarde acompañada de un clarinetista y un guitarrista. Antes de empezar, destacó que, a pesar de ser feminista, el empoderamiento ha sido y sigue siendo un proceso largo para ella. Es más, en su caso, siente que se empapa de él cuanto más se junta con otras feministas.

La cantautora compartió algunas canciones que creó en base a experiencias de su vida. Foto: NBDV

El Festival, como no podía ser de otra forma, pretendía incluir a todas las personas que quisieran formar parte. Bajo esta premisa, también hubo dos espacios de cuentacuentos, durante la mañana del sábado y el domingo, bajo la voz experta de Bonaí Capote. La narradora oral de tradición bubi narró y escenificó una serie de historias dirigidas a la infancia, en las que también hubo canciones, juegos, humor e interacción con el público.

Capote trata las historias con mucho humor y escenificaciones corporales. Foto: NBDV

Para sus padres, madres y demás personas adultas, hubo dos charlas paralelas. El sábado fue el turno de Belén Galmar y Jessica Barrios, dos empresarias que deconstruyeron mitos sobre el emprendimiento. El domingo, el de la artista y tejedora de derechos Verónica Silva, con una charla y acción colectiva.

Galmar y Barrios, entre otros aspectos, ofrecieron a la audiencia distintas claves para emprender con conocimiento de causa y sabiendo que este modelo de trabajo no está hecho para todo el mundo, y que no por ello se es menos. También comentaron una serie de consejos dirigidos a quienes sí quieren emprender su propio negocio, como la importancia de diferenciarse a partir de una etiqueta personal, así como saber reconocer las oportunidades.

Después, prosiguieron las intervenciones de las trabajadoras sociales Laia García, Laura Nieto y Mary Puerma. A través de una charla-taller, desmintieron mitos y verificaron información sobre la trata de personas, sufrida por más de 3 de cada 1000 personas. El 50 % de las víctimas son también explotadas sexualmente, cifra que va a asociada a la prostitución, que solo en España mueve cinco millones de euros cada día. Esta práctica, además, va ligada a la vulnerabilidad y al desconocimiento de los propios derechos.

Transcurridas algunas horas, las arquitectas Elena Vega y Marta Vega emprendieron una pequeña marcha exploratoria por Santa Úrsula en la que mostraron a la asistencia cómo fomentar la inclusividad, la diversidad y los espacios seguros a través del diseño urbano. Con las claves necesarias para analizar críticamente las estructuras, abrieron un debate de propuestas sobre cómo mejorar los entornos públicos para que quepa en ellos toda la ciudadanía y pueda sentirse representada e incluida.

Las arquitectas centran su trabajo en el ecofeminismo y la importancia de la participación ciudadana en la configuración urbanística. Foto: NBDV

Tras la marcha exploratoria en la ciudad tinerfeña, con la que la gente comenzó a ver el diseño urbano con otros ojos, el público se trasladó al campo de refugiadas de Al-Roj a bordo del documental El retorno: la vida después del ISIS de Alba Sotorra. En él, se cuenta la historia de mujeres occidentales de distintos países que se unieron a la organización terrorista y viajaron a Siria sin conocer las acciones que realizaba. Habían sido captadas y engañadas por algunos de sus miembros. Sus vidas dan ahí un vuelco irreparable y, tras varios años en medio de la guerra, desean regresar a casa para rehacerse, pero sus naciones las consideran terroristas y no las quieren de vuelta.

Al terminar la proyección, la asistencia se quedó momentáneamente en shock, sin saber cómo expresar todo lo que el largometraje le había removido por dentro. Pero la poesía logró cambiar la tónica de la noche de la mano de las escritoras Ana Vidal, Patricia Figuero y Paloma Chen. Con la moderación de Izaskun Legarza, directora de la Librería de Mujeres, recitaron algunos de sus trabajos. Con ellos, manifestaron rabia, dolor, humor y amor. Y cada una, con un toque y un tono especiales y diversos. Ana Vidal desde la serenidad y un humor rebelde; Patricia Figuero con palabras rotas y emocionales; Paloma Chen, reivindicativa, con fuerza e ironía.

Paloma Chen, poeta y periodista, actualmente se centra en la exploración de la identidad como chino-española. Foto: NBDV

Al día siguiente, durante el cuentacuentos de Capote en la mañana, Verónica Silva puso en valor el papel del arte textil a través de una charla y acción colectiva. Al tratarse históricamente de una tarea femenina que no tenía cabida en los museos, mujeres como ella llevan años emprendiendo proyectos reivindicativos en los que recontextualizar esta labor con un mensaje político. A través de múltiples iniciativas como Tejiendo Derechos, Tejedoras Subversivas, Las Penélopes y diversas exposiciones, las formas y motivos que crean con hilos mandan potentes mensajes feministas.

Las personas participantes aprendieron a tejer después de una charla sobre feminismo desde el arte textil. Foto: NBDV

Las últimas horas del Festival se presentaron como espacios en los que reflexionar y dar a conocer realidades diversas. La primera de ellas, La voz como territorio, exploró la identidad, la fuerza personal y los distintos mecanismos que contribuyen a la expresión. En esta participaron Vicky Fotabon, docente afrodescendiente y activista queer, por la diversidad corporal y el antirracismo; Farhana Mahamud, abogada saharaui especializada en extranjería, y Paloma Chen, periodista y poeta de ascendencia china.

En la siguiente mesa de debate también participó Farhana Mahamud bajo el contexto de la migración de mujeres africanas hacia el Archipiélago. Junto con Sukeina Ndiaye, activista y representante de la mujer saharaui en Canarias, y Awa Diop Pathe Ndiaye, presidenta de la Asociación Senegalesa DIAPO, abordaron el fenómeno migratorio africano con perspectiva de género desde su experiencia trabajando en primera fila como abogada e intérpretes.

Entre otros temas, se habló de los muchos motivos que las llevan a migrar (opresión y prácticas machistas, expolio de recursos, catástrofes naturales, aspiraciones de vida, etc.) o de las violencias a las que están expuestas en el trayecto y la llegada a Canarias por falta de protocolos y de consideración de su vulnerabilidad y necesidades específicas como mujeres.

La artista Sara Fratini fue la moderadora de la primera mesa de debate. Foto: NBDV

La noche prosiguió de la mano de la periodista Ruth de Frutos, quien, de forma interactiva, reflexionó sobre la cobertura mediática de la violencia machista. A través de casos actuales, propuso varios puntos de análisis. Uno de ellos fue la excesiva mediatización que se hace de las víctimas en vez de poner el foco en sus agresores, lo cual contribuye a la revictimización en múltiples contextos sociales. No obstante, no centró su intervención en los crímenes, puesto que el machismo se detecta en manifestaciones comunicacionales muy diversas pero, al no señalarlos, se neutraliza la violencia.

Destacó algunas prácticas que pueden ser útiles para hacer frente a ello. Por ejemplo, generar narrativas alternativas desde la contrarrepresentación y utilizar la alegría como arma política para crear redes y fomentar los autocuidados. También, para el tratamiento correcto de asesinatos o agresiones, quiso remarcar que cada caso es un mundo, por lo que se debe analizar el contexto más que la situación concreta de la víctima.

Una vez claras ciertas claves, y con mucha información nueva en la mochila después de tres días intensos, la cantautora tinerfeña Mariana colocó el broche de cierre a este primer Festival Voces de Mujeres. Aunque, según auguran las asociaciones organizadoras, habrá muchas más. Con una sensibilidad hipnotizante, transmitiendo emociones contagiosas al público, Mariana interpretó una serie de canciones nuevas, de creación propia, acompañada por su guitarra. Entre melancolía y amor, su última canción la escribió para su abuela y, en general, todas las mujeres de nuestras vidas.

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El festival cultural Voces de Mujeres, del 12 al 14 de noviembre https://periodismopre.ull.es/el-festival-cultural-voces-de-mujeres-del-12-al-14-de-noviembre/ Mon, 08 Nov 2021 07:00:46 +0000 https://periodismo.ull.es/?p=188055 Diálogo y expresiones culturales en torno a figuras femeninas. Debate y activismo partiendo del arte. La asociación Karmala Cultura organiza esta semana la primera edición del Festival Voces de Mujeres, en Tenerife. Desde el próximo viernes 12 hasta el domingo 14, la Casona de San Luis, en Santa Úrsula, servirá de espacio de diálogo e intercambio cultural, profesional y artístico a través charlas, conversatorios y talleres con perspectiva multicultural. Además, se podrá disfrutar de proyecciones cinematográficas, un recital de poesía y dos conciertos.

Esta iniciativa nace de las jornadas La Voz de la Mujer, celebradas en La Palma de la mano de Karmala Cultura, y que próximamente anunciarán nuevos eventos. En esta primera edición tinerfeña participarán mujeres como Asha Ismail, Paloma Chen, Loueila Mint El Mamy, Izaskun Legarza, Sukeina Ndiaye o Ana Vidal entre sus muchas invitadas. Se podrá acceder a todas las actividades de forma gratuita y sin reserva previa.

Programación de actividades


El programa de los tres días se podrá consultar esta semana en el Instagram de la asociación organizadora. El Festival arrancará el viernes 12 a las 17.00 horas con la charla Mi camino hacia el activismo, a cargo de Asha Ismail, fundadora de Save a Girl Save a Generation. La seguirá Loueila Mint El Mamy, abogada especializada en extranjería, con una conferencia sobre derechos femeninos. A continuación, la escritora Ana Vidal impartirá un taller de cartas de amor propio.

El mismo día, a las 20.30 horas, comenzará la proyección de la película Destello Bravío, dirigida por Ainhoa Rodríguez. Estrenada en febrero de este año, narra la historia de un grupo de mujeres que vive en una pequeña y despoblada localidad rural con ansias de romper la monotonía a través de nuevas vivencias. Los créditos finales darán paso a Tata Zirga y su banda, quienes tocarán un concierto para cerrar la primera jornada.

La película ha recibido críticas muy positivas en la prensa. Foto: PULL

Bonaí Capote, narradora oral de cuentos de la tradición bubi, inaugurará la mañana del sábado con el espacio infantil Cuentos del bosque sagrado a las 11.00 horas. Paralelamente, Belén Galmar y Jessica Barrios darán una charla enfocada en deconstruir la imagen que tiene el emprendimiento femenino. Posteriormente, las trabajadoras sociales Laia García, Laura Nieto y Mary Puerma realizarán un taller sobre la mirada de las mujeres víctimas de trata, en el cual pretenden ofrecer una perspectiva cercana de sus realidades.

Las actividades se reanudarán a las 17.00 horas con una acción dinamizada por las arquitectas Elena Vega y Marta Vega, en la que explorarán cómo arrojar una mirada ecofeminista a las construcciones de la ciudad. Seguidamente, se proyectará el documental El retorno: la vida después del ISIS, dirigido por Alba Sotorra. En él se narra la historia de mujeres occidentales que, al radicalizarse, dedicaron sus años de juventud al ISIS. Fueron a parar al campo de detención de Al-Roj, pero desean rehacer sus vidas de vuelta en casa.

La cineasta tuvo acceso exclusivo al campo de detención de Al-Roj. Foto: PULL

La programación de la noche, a partir de las 20.00 horas, estará a cargo de Izaskun Legarza, directora de la Librería de Mujeres, y las escritoras Patricia Figuero, Ana Vidal y Paloma Chen. De manera conjunta, ofrecerán un recital de poesía, bajo el título Voces de mujeres, en el que darán a conocer piezas poéticas de autoría femenina.

La narradora Bonaí Capote también abrirá la última jornada, el domingo 14, con un espacio dedicado a la infancia a través del cuentacuentos Los secretos del bosque. Al mismo tiempo, la artista Verónica Silva será la responsable de la charla Tejiendo derechos contra la violencia, que dará pie a una acción colectiva organizada por ella misma.

Por la tarde, a partir de las 17.00 horas, se encadenarán dos mesas de debate. La primera de ellas, La voz como territorio, será moderada por la artista Sara Fratini y contará con la participación de Paloma Chen, periodista, escritora y poeta; Vicky Fotabon, educadora y activista antirracista, y Farhana Mahamud Dich, abogada y vicepresidenta de la Asociación de Mujeres Africanas en Canarias.

Awa Diop, Farhana Mahamud y Sukeina Ndiaye en ediciones anteriores de La Voz de La Mujer en La Palma. Foto: PULL

Una hora más tarde, la temática de la mesa girará en torno a las mujeres migrantes en Canarias. Junto a la moderadora Ángeles Jurado, periodista y comunicadora en Casa África, volverá a intervenir Farhana Mahamud Dich. Se les sumarán Sukeina Ndiaye, activista y representante de la mujer saharaui en Canarias, y Awa Diop Pathe Ndiaye, presidenta de la Asociación Senegalesa DIAPO.

La tarde de reflexiones tocará un último tema de la mano de la periodista Ruth de Frutos, quien abordará cómo se debe comunicar sobre la violencia machista, justo antes del acto que colocará el broche de cierre. Este dará comienzo a las 20.00 horas, momento en que, junto a su guitarra, la cantautora Mariana interpretará un concierto con el que despedir esta primera edición del Festival Voces de Mujeres.

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El Festival Anual de Tunas Universitarias, en beneficio de La Palma https://periodismopre.ull.es/el-festival-anual-de-tunas-universitarias-este-viernes-en-beneficio-de-la-palma/ Wed, 03 Nov 2021 06:59:47 +0000 https://periodismo.ull.es/?p=187693 El Paraninfo de la ULL acogerá este viernes 5 de noviembre el Festival Anual de Tunas Universitarias, cuya recaudación estará íntegramente destinada a las personas afectadas por la erupción volcánica de La Palma, ya sea por la pérdida de sus hogares, propiedades o lugares de trabajo. Actuarán la Tuna Femenina de Distrito La Laguna, la de Medicina y la de Informática. El espectáculo comenzará a las 19.30 horas, y las entradas, a 5 euros por persona, se pueden adquirir a través de la plataforma Tomaticket.

Actuarán tres tunas en la noche del viernes. Foto: PULL

El evento está organizado por Alumni ULL en colaboración con la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de La Laguna y la propia Universidad. Sin embargo, no es la primera iniciativa en solidaridad con La Palma que se impulsa desde de la institución.

Distintos grupos de profesorado y alumnado han colaborado con la causa a través de pequeños proyectos de recaudación. Algunos de ellos son la venta de libros y prints, por parte de la Delegación de Logopedia y Psicología, o la recolecta de objetos de primera necesidad, en la Facultad de Ciencias Sociales y de la Comunicación, a iniciativa de la ONG Balanced World en colaboración con profesoras de Trabajo Social.

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Acercar la cultura africana y potenciar la escucha en el Festival Touki Bouki https://periodismopre.ull.es/acercar-la-cultura-africana-y-potenciar-la-escucha-en-el-festival-touki-bouki/ Wed, 27 Oct 2021 07:00:04 +0000 https://periodismo.ull.es/?p=187288 Promover el intercambio y el acercamiento al continente africano desde el respeto son los objetivos fundamentales que persigue el festival cultural Touki Bouki, celebrado esta semana en el Centro Ciudadano El Tranvía de La Cuesta. Desde este pasado lunes, 25 de octubre, hasta el próximo sábado, día 30, hay programadas actividades, charlas y proyecciones cinematográficas dirigidas a la ciudadanía. Paralelamente, se celebran una serie de encuentros y diálogos para jóvenes migrantes que han llegado a Canarias en patera, y que ya participan en dos proyectos de formación para aprender español y un oficio.

Se trata de una iniciativa a cargo de Karmala Cultura, el Ayuntamiento de La Laguna, el Cabildo de Tenerife y la Dirección General de Juventud del Gobierno de Canarias.

Ayer martes, 26 de octubre, tuvo lugar el primer conversatorio para migrantes, guiado por Sani Ladan, mediador intercultural y conferenciante; Thimbo Samb, actor, y Keybis Keba Danso, fotógrafo, gestor de Karmala Cultura y agitador cultural. Los tres, además de ser activistas, migraron hace años desde África hasta España, donde residen actualmente.

Según declararon al principio del encuentro, pretendían que ese primer contacto consistiera más en escuchar que en dar una charla convencional. Es por ello que, después de una introducción, se organizaron en varios grupos para que los asistentes pudieran intercambiar experiencias y darles a conocer sus situaciones actuales. Todo ello, con el fin último de crear lazos con profesionales que trabajan en el ámbito de la migración y con el propio colectivo migrante para saber de qué formar colaborar.

Empoderando a la juventud a través de referentes que han enfrentado «los mismos obstáculos del sistema»


Tras media hora de conversación, Ladan ya remarcaba que las irregularidades que pudo detectar eran muchas: «Ni siquiera se cumple lo básico. Cuando alguien llega, lo primero que se debe hacer es decirle sus derechos, sus obligaciones, cuánto tiempo va a estar. Así, la persona no va desgastándose por la eterna espera».

Además, reconoce que «nos hemos dado cuenta de que nada ha cambiado desde que pasamos por ese mismo proceso hace diez años». En parte, es por ello que, aunque él no tuvo referentes, considera importante darle a las juventudes que migran uno en el que puedan fijarse. Y, de ese modo, potenciar un «sentimiento de empoderamiento, de que pueden llegar a hacer las cosas a pesar de la dificultad y los obstáculos del sistema».

Ese es el objetivo al que aspiraba Keybis Keba Danso cuando invitó tanto a Thimbo Samb como a Sani Ladan a formar parte de este festival, entre otro gran número de participantes. Al ser dos hombres jóvenes que, como él, lograron alcanzar sus metas después de migrar en situaciones peligrosas y complicadas, hoy pueden ayudar a otros jóvenes a abrirse para compartir sus experiencias y, además, ser una potente fuente de inspiración. También lo son mujeres como Louelia Mint El Mamy o Farhana Mahamoud, ambas abogadas, quienes hoy impartirán una charla sobre asuntos legales al mismo grupo de personas.

Un programa transversal


Keba Danso destaca otro diálogo, bajo el nombre de Del sueño a la realidad, en el que pretenden romper mitos y acercarse de forma consciente y responsable a los motivos que llevan a la juventud a migrar hacia otro país. Asimismo, con una perspectiva transversal que incluya a toda la sociedad, quieren dar otra visión de África al pueblo canario, no exclusivamente a través de la música, sino de cuestiones que vayan mucho más allá de los estereotipos que abarcan «solo tambores y gente bailando», incide Ladan.

Para consolidar esta labor, las actividades que ofrece el festival son muy numerosas: talleres de máscaras, literatura o cuentos africanos; exposiciones fotográficas; proyecciones de películas y cortometrajes y charlas con periodistas como Lucía Mbomio y Txema Santana, abogadas como Louelia Mint El Mamy o Farhana Mahamoud y demás personas expertas en migración y relaciones con el continente africano.

Además, como plato final, el día 30 se elaborará un manifiesto colectivo sobre la convivencia, dinamizado por Susana Moliner, que dará pie a diversos espacios de intercambio literario para toda la familia. Para cerrar la semana plagada de actividades, se dará paso a la proyección cinematográfica de Supa Modo, película del keniano Likarion Wainaina.

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Noelia Guerra Fumero renueva la guía de lenguaje inclusivo de la ULL para su TFM https://periodismopre.ull.es/una-exalumna-de-periodismo-renueva-la-guia-de-lenguaje-inclusivo-de-la-ull/ Mon, 25 Oct 2021 07:00:55 +0000 https://periodismo.ull.es/?p=187046

Promover la igualdad en el habla y ofrecer herramientas lingüísticas para evitar la discriminación son algunas de las metas que Noelia Guerra Fumero persigue con la realización de su Trabajo de Fin de Máster (TFM). Dirigido por la profesora del Grado en Periodismo María Sonnia Chinea Rodríguez, actualmente se encuentra en proceso de matización para una futura publicación. El objetivo último es el de establecer una guía de lenguaje inclusivo con perspectiva de género para la Universidad de La Laguna. Aunque lo ideal, dice Guerra Fumero, sería aunar una a nivel nacional para las universidades del país.

Graduada en Periodismo por la ULL en 2020, hizo el Máster en Innovación Comunicativa en las Organizaciones a través de la misma institución en el curso 2020-21. Cuando se planteó la temática de su TFM, quiso crear una guía de lenguaje inclusivo para la Universidad, aunque su labor tomó un giro inesperado cuando descubrió que ya existía una.

Esta fue elaborada por Manuel Almeida Suárez en 2016, bajo el título de El sexismo en el lenguaje. Guía para una práctica no sexista de la lengua, pero no se encontraba abierta a la comunidad universitaria para su uso y consulta.

Necesidad de actualización ante la naturaleza cambiante de la comunicación


De este modo, su investigación tomó diversas vertientes. Por un lado, estudiar la guía actual de Almeida Suárez y averiguar por qué su acceso está limitado, aunque este segundo aspecto no logró una respuesta clara. Es por ello que Guerra Fumero invita a que, cuando se publique su TFM, «cada persona saque las conclusiones que considere oportunas» a partir de la información recabada.

Por otro lado, también se volcó en la elaboración de un nuevo manual de normas para suplir las carencias que detectó en el precedente, puesto que le «falta actualización» porque «el lenguaje evoluciona a medida que lo hace la sociedad», según explica Guerra Fumero.

Algunas de ellas tienen que ver con el uso de los morfemas -e y -x, los cuales, aunque no se encuentran oficialmente reconocidos, «están en auge y los utilizan diversos colectivos, como las personas no binarias, para sentirse identificados». Y es que Guerra Fumero incide en que una parte de la comunidad universitaria, y también de la sociedad en general, no se siente incluida dentro del lenguaje común.

No obstante, aclara que «una de las excusas que pone la población para no hacer uso del lenguaje inclusivo es que no sabe cuáles pueden ser las herramientas para no discriminar a la hora de hablar y escribir. Es más fácil de lo que parece, pero hay que poner a su disposición unas herramientas que puedan consultar».

Una metodología de investigación mixta


Para elaborar su TFM, utilizó un método de investigación tanto cualitativo como cuantitativo. Consultó documentos archivados por el Gobierno de Canarias, en concreto por el Instituto Canario de Igualdad, en los que halló guías de lenguaje ya publicadas y más actualizadas que pudo comparar con el manual de Almeida Suárez.

Además, Guerra Fumero realizó una serie de entrevistas personales que «no estaban previstas en un principio, pero a las que vimos necesario recurrir durante el desarrollo de la investigación». Entre ellas, se encuentra la que concertó con Kika Fumero, directora del Instituto Canario de Igualdad. También, con las personas que ocuparon la dirección de la Unidad de Género desde 2016 hasta la actualidad, así como la rectora de la ULL, Rosa Aguilar, y el propio autor de la guía con la que cuenta hoy la Institución, Manuel Almeida Suárez.

Aunque no se puede adelantar el contenido de su trabajo para que sea publicable, Guerra Fumero sí comenta que Kika Fumero hace bastante hincapié en el uso del morfema -e, a pesar de que no cree que vaya a normalizarse en un futuro, y prefiere optar por otro tipo de mecanismos para utilizar un lenguaje inclusivo. «Pero yo, personalmente, creo que puede ser una buena herramienta hasta que se encuentre otra con la que incluir al género no binario», concluye Guerra Fumero.

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La cultura de la dieta, una herencia social que incita trastornos alimenticios https://periodismopre.ull.es/la-cultura-de-la-dieta-una-herencia-que-incita-trastornos-alimenticios/ Mon, 18 Oct 2021 07:00:59 +0000 https://periodismo.ull.es/?p=186700 «¿He cometido algún error que haga que no merezca almorzar?» o «¿soy lo suficiente buena persona como para merecer comer?» son algunas de las preguntas que Sara Delrieu, a sus 20 años, reconoce tener integradas en su cotidianidad. Como ella, unas 80 000 personas en las Islas sufren algún tipo de Trastorno de la Conducta Alimentaria (TCA) según los datos recogidos en el Plan de Salud Mental 2019-2023 del Gobierno de Canarias. Lejos de tratarse de un fenómeno generacional o aislado, está estrechamente relacionado con la conocida como cultura de la dieta.

Aunque por su nombre puede parecer que consiste en reducir las comidas a ensaladas, kiwis y yogures desnatados, lo cierto es que es todo un estilo de vida que condiciona cada una de las facetas de una persona, dañando incluso sus oportunidades vitales y relaciones sociales.

No solo premia la delgadez, la alimentación escasa o privarse de todo placer a la hora de comer; también oprime los cuerpos no normativos, ya sea por motivo de vello corporal, tonalidad de la piel, discapacidades o por ser trans. Además, establece la pérdida de peso como el fin último para obtener la felicidad, al tiempo que clasifica de insano todo cuerpo que se salga de unos estándares definidos de flaqueza.

Un daño socialmente transmitido e interiorizado


La psicóloga sanitaria y experta en psiconutrición Cristina Martín Reina opina que en torno a la cultura de la dieta existen unos hábitos «que la mayoría de las personas tienen asimilados y los manifiestan en su propia forma de ser o de actuar». Ya sea con el comienzo de septiembre, cuando se llenan los gimnasios, o a la hora de salir a comer, emitiendo unos comentarios u otros y teniendo ciertos pensamientos en función del plato que se elija.

Admite que es cierto que las generaciones más jóvenes están especialmente marcadas por los cánones y estereotipos de belleza que se reflejan en los medios de comunicación, publicidad, redes sociales y, en general, por toda la información a la que están expuestas. No obstante, cree que nadie queda al margen de la cultura de la dieta. «Una persona de 60-70 años te puede decir que lleva toda su vida probando dietas y con variaciones de peso. Lo verbaliza con normalidad, sin mucha carga emocional. No quita que le haya afectado, pero es algo normalizado en su vida», concluye.

Una vida marcada por el TCA


A este respecto, Martín suele hablar de los conceptos de permisión y restricción que Sara identifica con su comportamiento: «Lo que comía tenía que ser perfecto, saludable, tener el menor número de calorías, comerlo siempre a las mismas horas. Tenía que ganármelo o compensarlo». Explica que esto comenzó cuando tenía nueve o diez años, y su alimentación estaba cada vez menos supervisada. «Empecé a saltarme la cena, a comer por motivos emocionales y a sentir cambios en mi cuerpo. Se debían únicamente al crecimiento natural, pero sentía que tenía que detenerlos mediante dietas o controlar estrictamente lo que comía», recuerda.

Tanto su infancia como su adolescencia estuvieron marcadas por estereotipos de lo que son los cuerpos bellos, que para ella siempre fueron equivalente de «delgadez extrema y piernas kilométricas. Es lo único que ves en televisión, revistas y música. Es lo que se espera de ti porque la sociedad te bombardea con información sobre cómo perder esos kilitos de más», un concepto normalizado que encierra un potente componente violento.

Hoy, pese a que Sara continúa luchando contra su TCA, «soy consciente de que la belleza es única en cada cuerpo y no un objetivo final, aunque me sigue siendo difícil aplicar esa teoría a mí misma». De hecho, asegura que su relación con su aspecto «ha sido siempre una montaña rusa. Todo se debe al estado mental en el que te encuentras cada día y el control que tiene sobre ti tu trastorno en ese momento».

Es por ello que la psiconutricionista considera de suma importancia normalizar y visibilizar todo tipo de cuerpos. «Es muy frustrante entrar a redes sociales y estar expuesta continuamente a ver cuerpos ‘ideales’, pieles ‘perfectas’, pelos ‘perfectos’…», señala. Ante esta situación, Martín apela a que la gente se fije en su entorno cercano, en la variedad y en los distintos tipos de belleza reales que emanan de personas con un aspecto «diverso, válido y respetable».

Un movimiento reivindicativo en redes


La visibilización, normalización y empoderamiento de físicos no normativos se ha ido convirtiendo, poco a poco, en una parte de la realidad dentro de las redes sociales. Un ejemplo de ello es Mara Jiménez, quien expone situaciones que ha enfrentado y sigue enfrentando debido a su TCA y su aspecto. Lo hace a través de múltiples vías, siendo una de ellas el humor, y que canaliza en series de vídeos como Gente gorda haciendo cosas.

Mara Jiménez denuncia la gordofobia y promueve el amor propio. Foto: PULL

Al igual que otras influencers enfocadas en el mismo ámbito, comparte experiencias, desmiente información falsa sobre salud y trata de dar a entender que cada individuo es un mundo, por lo que los cuerpos sanos e insanos se manifiestan de múltiples formas. Otro ejemplo de ello es Astrid Herrera, cuyas imposiciones con la comida la llevaron a tal punto de delgadez que dejó de tener la menstruación durante dos años, según explica. Después de más de un año progresando con su TCA, logró recuperarla. Hoy, comparte consejos y mensajes positivos a través de Instagram.

Astrid Herrera dedica sus redes sociales al bienestar y la salud mental y física en relación a la comida. Foto: PULL

Aunque este tipo de perfiles son cada vez más abundantes y crecen en seguidores, la lucha contra la cultura de la dieta en todas sus vertientes tiene aún mucho camino por delante. De hecho, Sara Delrieu afirma que uno de los motivos por los que llegó a asimilar y normalizar ciertos comportamientos nocivos fue porque veía que muchas otras personas, sobre todo chicas, también los llevaban a cabo abiertamente. Incluso, dice, «los glorificaban».

«Intentaba convencerme de la satisfacción que puede ofrecerme sentir hambre y me imponía muchas normas absurdas para comer»


Además de contar calorías constantemente y no poder parar de pensar en la comida, destaca otros hábitos muy presentes en su vida: «Intentar convencerme de la satisfacción que puede ofrecerme sentir hambre; ponerme normas como no comer antes de las 16.00 o después de las 18.00; comer un día sí y dos días no; no pasar las 500 calorías por día; modificar los alimentos para que tengan menos calorías, como bebiendo agua con Colacao, etc.». Incluso, añade, aunque con menor frecuencia, provocarse el vómito «o llegar más lejos» para evitar el sentimiento de culpa.

Cristina Martín incide en que «hay que tener mucho cuidado» con las restricciones autoimpuestas, puesto que «cuando comenzamos a restringirnos algo que nos gusta, cada vez lo vamos a desear más. Así, se puede entrar en un círculo vicioso de restricción-sobreingesta» con el que Sara se identifica.

El apoyo y el cambio de enfoque como medios para mejorar


No obstante, poco a poco, va haciendo progresos. Siente que algo que la ayuda es compartir sus experiencias con amigas que también padecen o podrían padecer algún tipo de TCA. «Prácticamente todas mis amigas y compañeras sufren una relación difícil con la comida y su cuerpo», asegura, añadiendo que «la mayoría muestra signos de poder padecer un trastorno alimenticio sin ser conscientes».

Una de esas experiencias que comparte con ellas, y que fue especialmente impactante para ella, consistió en ver fotografías antiguas, de momentos de su vida en que estaba convencida de que tenía sobrepeso, y darse cuenta de que no era así. Hoy, siendo consciente de su diagnóstico, «me asusta porque confirma que he perdido el control de lo que como y de cómo lo gestiono, pero me tranquiliza saber que no me estoy inventando esa voz que lucha contra mí».

Llegar a superar este tipo de trastornos conlleva un proceso muy personal y complejo, en el que se pueden intercalar pasos hacia delante y hacia detrás. No obstante, Cristina Martín considera que se puede comenzar por tratar de eliminar los prejuicios que clasifican los alimentos en «buenos» o «malos», así como cambiar el motivo por el que se hace deporte o se cuida la alimentación. En lugar de enfocarse en la pérdida de peso, apunta al objetivo de abogar por la satisfacción propia y las buenas sensaciones que pueden emanar de ello.

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Isora Mesa, activista: «Menos heroicidad. Más hermandad» https://periodismopre.ull.es/la-activista-isora-mesa-demanda-menos-heroicidad-y-mas-hermandad/ Mon, 11 Oct 2021 07:30:42 +0000 http://periodismo.ull.es/?p=186185 Desde abrir su casa a migrantes sin hogar o hacerles el empadronamiento, hasta pasar días en las grúas de La Tejita para evitar la construcción hotelera en la costa. Comprar productos locales en mercadillos en lugar de acudir a grandes superficies y manifestarse por los derechos estudiantiles. Tras años de implicación social y acciones directas, Isora Mesa, de 24 años, admite que «hasta hace uno o dos meses no me consideraba activista porque entendía que tenía que estar dedicada a serlo las 24 horas, todos los días de la semana, durante todo el año».

No obstante, aclara, fue una publicación de Afroféminas la que le hizo darse cuenta de que «la acción directa se hace a diario, incluso si me voy a echar un cortado al bar local o adopto a un perro en una perrera. Es hacer las cosas, desde tu entorno, de otra manera». Actualmente, compaginándolo con sus estudios de Antropología Social y Cultural en la ULL, se centra en el apoyo a las personas migrantes.

Una autocrítica constante


«Antes también les daba ropa y alimento, pero ahora ya no tanto», comenta Mesa, reconociendo haberse dado cuenta de que «hacen más falta los derechos. Comida pueden conseguirla de otra manera y ya hay gente que se está dedicando a eso». Por ello, ha enfocado su activismo en la acogida y tramitación de papeles, que son labores más difíciles de asumir para otras personas.

Explica que se implicó significativamente con la migración desde diciembre de 2020, cuando comenzó a impartir clases de español en un hotel de Santa Cruz. «Ahí me empecé a enterar de todo lo que es la racialización y me interesé más todavía en los feminismos anticoloniales», añade. No obstante, es plenamente consciente de que su deconstrucción como persona blanca hacia las personas racializadas es un proceso de autocrítica constante.

«Todo el rato estoy mirándome», apunta, para reflexionar: «¿Qué es lo que tengo yo de racista?». Ha tomado por hábito preguntar a las personas racializadas de su entorno sobre ciertos comportamientos «y me van diciendo, sobre todo a mi pareja, qué cosas son racistas que yo no me daba cuenta». Por ejemplo, algunas actitudes que ha detectado, incluso dentro del activismo, son el colorismo (mayor discriminación cuanto más oscuro es el tono de una piel oscura); la infantilización de su capacidad organizativa o de raciocinio y la sexualización de sus cuerpos.

La activista lleva desde finales de 2020 implicada en movimientos antirracistas y por la libre circulación. Foto: NBDV

De hecho, explica que el tono infantil con que a veces las personas blancas se dirigen a las negras es solo una pequeña parte del paternalismo que sufren. Se manifiesta, según apunta, en prácticas muy diversas: «Muchas veces llegamos de la nada a preguntarles si tienen pasaporte, si tienen familia. ¿Qué, cómo y por qué te tengo que decir mi vida personal a ti? No te conozco de nada. Eso, entre personas blancas, solo lo hace alguien que tiene más poder hacia otra que tiene menos, como la Policía».

Siendo esta un arma de doble filo, añade que «si su vida privada no se hace pública, nadie les hace caso. Nadie les valora. Eso pasa mucho cuando les hacen entrevistas: cuánta familia tienen, si perdieron a alguien, cómo murieron… si fuera a personas blancas, nos daría vergüenza preguntar lo que les preguntan», concluye.

«El patriarcado se da de maneras diferentes. No es lo mismo en Europa o África, y las mujeres han desarrollado estrategias distintas para luchar»


Las asunciones desde una perspectiva europea y blanca son otra muestra de racismo asimilado, y que perjudican, por ejemplo, a las mujeres que usan velos o hiyabs. Mesa recuerda con aprecio a una amiga suya que decidió ponérselo, quitárselo y volvérselo a poner. Explica que, en su caso, son etapas de la vida, «como cuando a nosotras nos da por raparnos la cabeza y expresarnos con nuestro pelo».

Además, insiste en que el hecho de cubrir el cuerpo no debe ser entendido como una opresión machista. «El patriarcado se da en culturas diferentes de manera diferente. No es lo mismo el patriarcado en Europa que en África, y las mujeres han desarrollado estrategias distintas para luchar contra este», razona. Así, establece la comparación con distintos mecanismos, siendo ambos válidos: «Una estrategia es mostrar mi cuerpo. Yo enseño mi cuerpo porque es mío. Otra, que yo tapo mi cuerpo porque es mío y no quiero que nadie lo vea. No tengo porqué enseñarlo».

«Me da igual que asesinen a alguien por ser migrante o por ser LGBTIQ+. La cuestión es que un sistema de opresión está asesinando»


A pesar de que actualmente sus acciones se centran en las personas migrantes, Mesa está convencida de que «las distintas luchas están unidas en un mismo cuerpo». No obstante, admite que se encuentran divididas, por lo general, en el pensamiento de la sociedad, «en vez de pensar que estamos en distintos frentes luchando contra distintas formas de opresión, como son el capitalismo, el patriarcado o el colonialismo». Lo cual, considera, sería lo ideal.

En su caso, lo tiene claro: «Me da igual que asesinen a alguien por ser migrante o por ser LGBTIQ+. La cuestión es que un sistema de opresión está asesinando». Por ello, cree que hace falta generar unión entre los movimientos, bajo la consideración de que lo que afecta a un colectivo, afecta al resto.

Ese es el motivo por el que ha estado presente en múltiples protestas, siendo algunas de las más destacables las del Campamento de Las Raíces o las de La Tejita, esta última contra la construcción hotelera en la costa. Su fuerte implicación hizo que pasara días subida a las grúas, razón por la cual fue relacionada con una figura de heroicidad. Sin embargo, no se siente cómoda con esa narrativa, ya que «a mí me subían la comida los bomberos. A lo mejor me pegaba tres días, sí, pero comiendo. Héroes quienes llegan en patera, que no han comido ni bebido agua en días y nadie va a aplaudirles al puerto cuando llegan. Heroína la señora mayor que está comiendo de la basura».

En verano de 2020, Mesa participó en las protestas por las construcciones hoteleras en la playa de La Tejita. Foto: PULL

«Si históricamente ya nos lo han quitado todo, ¿qué más nos da? No hay que tener miedo»


Es más, a pesar de que «la gente cree que nadie sería capaz de hacer lo que yo hice», ella insiste en que «cualquiera puede si lo ve como algo realmente necesario». Lo ejemplifica con las luchas feministas, en las que hubo mujeres que se jugaron su trabajo, su integridad y su vida para conseguir un futuro para las demás.

En cualquier caso, hay ocasiones en que la constancia se hace cuesta arriba, especialmente cuando, además, se acumulan las responsabilidades de los estudios universitarios. En conversaciones con gente que lleva décadas luchando por lo mismo que hoy lucha ella, uno de sus mayores aprendizajes es «la paciencia, saber que esto no se va a cambiar mañana», actuar con calma y no querer abarcar demasiado de golpe para evitar el desgaste. Pero, sobre todo, «no tener miedo. Si históricamente ya nos lo han quitado todo, ¿qué más nos da?».

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Aquí Estamos: un clamor migrante en forma de festival solidario, en Tenerife https://periodismopre.ull.es/aqui-estamos-un-clamor-migrante-en-forma-de-festival-solidario-en-tenerife/ Wed, 06 Oct 2021 06:00:16 +0000 http://periodismo.ull.es/?p=186060 «Boca a boca, corazón a corazón». Así comenzó a gestarse, según afirman sus organizadores, el festival Aquí Estamos, que se celebra esta semana en La Laguna y La Orotava. Su finalidad es sensibilizar sobre las causas y consecuencias de la migración africana mientras se potencia el intercambio cultural y se recaudan fondos para un proyecto de desarrollo en Diogo, Senegal. Lo que en un principio fue una iniciativa para recolectar ropa de abrigo destinada a inmigrantes evolucionó hasta concebir este evento, que consta de proyecciones cinematográficas, talleres, una exposición y espacios de diálogo, programados del 4 al 9 de octubre.

La exposición Las Raíces, en la Plaza de la Constitución de La Orotava, está compuesta por una serie fotográfica elaborada por Luz Sosa, Paula Fernández y un grupo de migrantes que vivió en el Campamento de Las Raíces. Junto con sus rostros, hay unos textos en los que se narran sus historias y unos mapas que muestran las rutas migratorias. Está disponible desde este pasado lunes como preludio del acto de apertura del festival, celebrado horas más tarde ese mismo día en el Paraninfo de la ULL.

La exposición pretende acercar la realidad de las personas migrantes africanas a la ciudadanía canaria. Foto: PULL

Allí se proyectó el vídeo Aquí estamos, de Juan Carlos Martín, y el documental Stolen fish, de Gosia Juszczak, seguido de un diálogo entre Loueila Mint El Mamy, Abou Saine y Armando Hernández, moderado por Marina Barreto. En el evento de ayer, también en el Paraninfo, se proyectó el documental Aquí estamos, de Javier Ríos, para dar paso a un diálogo moderado por Natalia Vargas entre Abdou Kane, Patricia Fernández y David Melián.

Jornadas similares tendrán lugar desde hoy miércoles hasta el viernes, en las que participarán otras personalidades como Sukeina Ndiaye, Jorge Berastegui o Natalia Oldano, entre otras. Se celebrarán en el Auditorio Teobaldo Power, en La Orotava, donde también se proyectará el documental Sueños de Senegal el día 8, después de un pasacalle con la batucada Dautaka.

El primer diálogo del festival tuvo lugar el pasado lunes, 4 de octubre, en el Paraninfo de la ULL. Foto: PULL

El próximo sábado, 9 de octubre, estará cargado de actividades en La Orotava: una ruta turística, talleres de muñecas Ndelebe y telares, la proyección de la película-documental Cartas mojadas de Paula Palacios y un concierto a modo de acto de clausura. Lo presentará Carlos Pedrós, de Abubukaka, quien ya ha formado parte de muchas otras iniciativas en solidaridad con la inmigración. En ella actuarán un conjunto de artistas del Archipiélago, entre quienes se encuentran Caracoles, Rogelio Botanz, Andrés Molina e Ida Susal.

El programa completo de la semana se puede consultar en la cuenta de Instagram del festival. Las entradas para los eventos que no han tenido lugar todavía se pueden adquirir a través de la plataforma tickety.es.

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Andrés Gutiérrez: «El fotoperiodismo tiene que ser una mano que ayuda» https://periodismopre.ull.es/andres-gutierrez-el-fotoperiodismo-tiene-que-ser-una-mano-que-ayuda/ Mon, 04 Oct 2021 07:00:31 +0000 http://periodismo.ull.es/?p=185996 Cámaras por extremidades, chaleco negro, mirada atenta. Un ojo en el visor y miles de historias por contar a través de la lente. Cada fotografía con un mimo especial. Tras más de una década en el fotoperiodismo, Andrés Gutiérrez, siendo la práctica su única maestra, se posiciona como un reconocido profesional en su ámbito. No en vano, fue nombrado este pasado julio fotógrafo del año en el I Certamen fotográfico Cristóbal García. Natural de Venezuela, actualmente trabaja con medios como El Día, La Provincia, Associated Press, Anadolu o Solapix. Además, ha colaborado con otras publicaciones como El País, The Guardian, Le Monde o Libération.

Estos últimos días cubrió la erupción volcánica de La Palma. En Buenos Días Canarias lo describió como un shock, en el que pasó de cubrir un fenómeno volcánico a un drama humano. ¿Cómo recuerda ahora lo ocurrido? «Me pilló aquí, comiendo con mi familia, y en una hora y media me metí dentro de un avión. Al principio estaba tan sorprendido por el espectáculo visual que se me olvidaba lo que viene después. Pero te dura dos o tres horas, hasta que se te baja la emoción de verlo tan de cerca, y empiezas a ver la lava comerse casas. Estás constantemente viendo y escuchando a gente que lo ha perdido todo; yo creo que eso es lo que peor llevamos al estar allí. En mi caso, ya me había olvidado del volcán. Ya teníamos sus fotos escupiendo lava y fuego; es brutal, espectacular, súper alto, bonito, lo que tú quieras. Pero, al final, te quedas cubriendo sus efectos. Los últimos cuatro o cinco días de trabajo estuvieron focalizados en la devastación y los testimonios de las personas».

Las zonas residenciales cercanas fueron evacuadas. Foto: Andrés Gutiérrez

¿Cómo siente lo que todavía está ocurriendo en La Palma? «Vivirlo a distancia me fastidia enormemente. Me encantaría estar allí y contar lo que sucede en la Isla, porque hay un montón de gente que va a necesitar ayuda. Y eso que todavía no tenemos ni idea de la magnitud. Lo que quieres en esta profesión es intentar transmitir ese caos al país y al mundo y que se den cuenta de lo que está pasando. Ese es nuestro trabajo. Dar a conocer a la opinión pública para que la gente haga cosas».

«Pakistán es un país que siempre he querido conocer. Abrieron una escuela para transexuales y una de boxeo femenino. Quiero traerme algunas historias»


Justo después de la cobertura en La Palma, hoy viajará durante casi un mes rumbo a Pakistán. ¿Cree que el movimiento constante y la inquietud son partes fundamentales para su trabajo? «Sí, tanto para el fotoperiodismo como para el periodismo en general. Tenemos que ser unos culos inquietos, nos tiene que gustar movernos, meternos en sitios complejos… No creo en periodistas que se sientan frente a un ordenador y no salen de ahí, aunque entiendo que hay algunos puestos que van de eso. Pero al final, para tener algo valioso, tienes que mojarte. Si quieres una foto del volcán, vas a tener que meterte ahí, en un sitio del que te van a echar, donde vas a estar tragando ceniza y vas a ver dramas brutales. En mi caso, y en el del fotoperiodismo, hay que intentar que lo que haces tenga un fin. Inquietudes, miles».

El fotoperiodista ha realizado previamente otros trabajos en países de Asia y Oriente Medio. Foto: Andrés Gutiérrez

¿Qué tipo de trabajo pretende conseguir este mes en Pakistán? «Es un país que siempre he querido conocer. Es más, yo tenía pensado ir antes de lo que ha pasado en Afganistán. Por encima de lo que parece, siendo un país islámico, son bastante más tolerantes de lo que podemos pensar. Es curioso. Por ejemplo, en Islamabad abrieron una escuela para transexuales. En Karachi hay una de boxeo solo para mujeres, para que se defiendan de posibles agresiones. Hay un tipo que está decidido a enseñarles cómo pegar guantazos por si reciben una agresión. ¡En Pakistán, ños, qué interesante! También hay un campo de refugiados desde hace décadas por la guerra con la Unión Soviética en Afganistán, y puede haber un tema allí. Me encantará hacer uno de personas afganas, pero no me quiero volver loco porque, quieras que no, son mis vacaciones. Se trata de hacer algo, pero con filosofía».

¿Cómo va a llevarlo a cabo? ¿De qué medios dispone? «Quiero ir a hacer fotos, conocer la cultura, disfrutar mis vacaciones y traerme algunas historias. En mi caso es complicado porque voy solo. No voy con una infraestructura detrás, ni un medio de comunicación que me proporcione financiación o un fixer. Yo voy a Pakistán y, a partir de ahí, empiezo a tirar del hilito. Sí que tengo algún contactito que me puede ayudar, pero poco más. Por ejemplo, tengo un compañero que es cámara de Salvados, que está en Afganistán. Estaba hablando hace poco con él y me dijo que viajar con el programa es brutal por los contactos. En mi caso no es así».

«Tenemos que darle visibilidad a las injusticias, que lo que hacemos sirva de algo. Para trabajar en esto, es necesario ser buena persona»


Además del viaje que hará a Pakistán, ha hecho coberturas periodísticas en otros países como Irán, Myanmar, Vietnam, India o Turquía. ¿De dónde viene ese interés por Oriente Medio y Asia? «De la sensación de ir a un sitio con una cultura totalmente distinta. Cuando notes que estás en un lugar perdido, donde sabes que nadie te entiende y que tus normas y reglas no funcionan, entonces sentirás que has viajado. Cuando tengas esa sensación, luego te dicen de ir a Alemania y dirás chos, qué dices, ¿Alemania, en serio? Alemania es como el patio de mi casa. Yo he viajado por Europa y Sudamérica, pero allí tienen nuestros modos de Occidente. La primera vez que fui a la India, solo, en 2010, llegué a Bombay y me sentí como en la Luna. Esa sensación es la que busco repetir todos los años».

‘Vivir del metal, morir por el metal’, Vietnam. Una serie fotográfica publicada en El País. Foto: Andrés Gutiérrez

También ha estado durante meses cubriendo con profundidad la inmigración africana en Canarias. ¿Cómo vivió ese drama humano y cómo se implicó en él? «Mis imágenes tienen que contar historias que, de alguna forma, ayuden. Cuando puedo elegir implicarme más en un tema, voy con eso en la cabeza. Con la inmigración pasó. Tenemos que darle visibilidad a toda esa injusticia que ocurre aquí, en el primer mundo, y eso hicimos. Además, yo soy inmigrante. Vine huyendo de Venezuela, en 2001, aunque en mejores condiciones; más bien, me trajeron. Desde luego, no es nada comparable. Llegas, aunque sea hablando el mismo idioma y teniendo el mismo tono de piel, y es una putada. Imagínate quienes hablan otra cosa y tienen otro color de piel. No dudé en ningún momento en implicarme todo lo que pudiera en contar sus historias. Y creo que, en general, hicimos un buen trabajo. Lo poquitito que pudo cambiar a mejor, igual fue gracias a darle tanta visibilidad porque, seguramente, si no hubieran estado ahí tantas cámaras y periodistas, un montón de personas que han podido viajar seguirían en la misma situación».

El fotoperiodista cubrió la inmigración en múltiples vertientes: llegada, acogida, manifestaciones, etc. Foto: Andrés Gutiérrez

Su trabajo fotográfico va acompañado del compromiso social. Suele documentar protestas muy diversas: estudiantiles, contra los desahucios, prosaharauis, por los derechos LGBTIQ+, etc. ¿Se trata de un asunto de principios morales o de un sentimiento de deber social por estar ahí para contar? «Creo que son las dos cosas. El fotoperiodismo tiene que ser una mano que ayuda. Necesito sentir que sirvo para algo y que mi trabajo sirve. Debe tener un fin productivo y no contar solo tonterías. Por eso, aunque lo respeto, y es solo mi punto de vista, el periodismo deportivo me parece cutre. Además, creo que para trabajar en esto y ser buen fotoperiodista es necesario ser buena persona y tener sensibilidad con quienes lo necesitan. Y las buenas personas quieren ayudar, independientemente de que tengas una cámara o un caldero de sopa».

«Falta cultura y sensibilidad de lo importante que es documentar eventos. Nuestras fotos quedan para las futuras generaciones»


¿Qué destacaría de su trabajo durante los momentos más intensos de la pandemia por la Covid-19? «Queríamos enseñar el drama que estaba sucediendo en los hospitales, pero no nos dejaban. No nos dejaron hasta 240 y pico días después del Estado de Alarma. Lo que destacaría, no solo de mí, sino de mis compañeras y compañeros, son las ganas de enfrentarnos a algo que no conocíamos. En esos primeros días de confinamiento, andando solo, te cruzabas con un compañero y no sabías qué hacer. Lo toco, me acerco, hago así con la mano… dudas. Ante esas dudas nos enfrentamos, les echamos cara, entereza y valentía. No sabíamos si íbamos a llegar a casa y contagiar a nuestras familias. Pero las ganas de trabajar bien y de contar lo que pasaba son superiores a eso. Le echamos valentía ante una situación que desconocíamos, eso destacaría».

El acceso de la prensa a los hospitales fue muy limitado durante los inicios de la pandemia. Foto: Andrés Gutiérrez

A la hora de acceder a ciertos lugares, es habitual tener problemas con las fuerzas de seguridad, quienes despejan las zonas y hacen que tengan que saltarse restricciones para poder fotografiar. ¿Cómo se puede trabajar así? «No solo las fuerzas de seguridad del Estado, Policía y demás; en general, lo que suelen hacer es bloquearnos todo el tiempo, de forma automática, en todos los momentos de crisis. Sea riesgoso o no. Yo entiendo que en la profesión hay mucho pesado que viene a molestar, y que es más sencillo cortar a toda la prensa por cómo actúa una persona. Eso es más fácil que seleccionar. Solo te dejan pasar cuando eres muy colega de quien está en el control o, de forma puntual, si conoces al jefe jefazo. No hay otra forma de hacerlo, es a base de picaresca».

¿Habría que crear protocolos para que periodistas y fotoperiodistas puedan hacer su trabajo en momentos y lugares de crisis? «Es importantísimo. Si hubiera gabinetes especializados en gestionar a la prensa en momentos de crisis, sería ideal. Si hicieran eso, no tendríamos que estar colándonos y molestando, sabrían dónde estamos en todo momento. O, por lo menos, debería existir una cultura de lo importante que es documentar los eventos. Con el coronavirus, los equipos de enfermería estuvieron luchando, dejándose la piel para salvar a un montón de gente. Y nadie lo vio. Ya después nos dejaron entrar, pero si no, nadie lo hubiera visto. Todos esos documentos se quedan para las generaciones que vienen, y van a buscar fotos y vídeos hechos por profesionales. Con el volcán es igual. No falta solo un protocolo de actuación; falta cultura y sensibilidad de lo importante que es documentar. Es historia. Como hace la Casa Real, habría que acreditar a ciertos medios y periodistas, y no dejar entrar a cualquiera. Que den acreditaciones a los medios que son responsables. Y, si se usan mal, te las quitan y no entras en tu vida a cubrir un incendio ni a ninguna parte».

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La ONG Balanced World organiza donaciones para La Palma en la ULL https://periodismopre.ull.es/la-ong-balanced-world-organiza-donaciones-para-la-palma-en-la-ull/ Thu, 30 Sep 2021 07:00:11 +0000 http://periodismo.ull.es/?p=185709 En su teléfono móvil, Amanda Negrín lee estremecida el testimonio de una de las muchas personas que escriben a la ONG Balanced World sobre cómo las recientes erupciones volcánicas de La Palma han afectado a sus vidas. Ella es una de las profesoras de Trabajo Social que secundó la iniciativa de esta organización sin ánimo de lucro, colaborando con la habilitación de puntos de donaciones en la ULL para las familias afectadas. Concretamente, se ubican en la Facultad de Ciencias Sociales y de la Comunicación, en los edificios de Derecho y Periodismo.

También hay otros cuatro espacios repartidos por Tenerife, establecidos por la ONG, a los que se puede ir a donar. Estos son Servymaq Santana, las Pirámides de Güímar, el Centro de Estética y Bienestar Kalon y la Multitienda Parque de La Higuerita. Otra posibilidad es realizar aportaciones económicas a través de su página web.

Desde productos de higiene hasta alimentos no perecederos y vajillas, pasando por ropa, toallas, calzado y medicamentos, las cajas con donaciones se almacenan provisionalmente en un aula de la Pirámide para ser enviadas a las familias afectadas de la Isla. Allí, los bienes se clasifican y empaquetan para, posteriormente, trasladarlos y repartirlos.

Desde su cuenta de Instagram, Balanced World informa sobre cuáles son las necesidades más apremiantes y recuerda la necesidad de que las personas damnificadas no caigan en el olvido, porque, según afirma Amanda Negrín, se verán duramente afectadas durante mucho tiempo.

Además, la docente destaca que, como ocurre con muchas causas solidarias, estas tienen un impacto social relevante cuando son recientes y están mediatizadas. No obstante, con el paso del tiempo y la irrupción de otros temas de interés, pasan a un segundo plano. Considera, por tanto, que no se debe dejar de colaborar, aunque poco a poco pueda parecer que la erupción y sus consecuencias se van quedando en el pasado.

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«En mi caso, perder la tercera convocatoria sería una reforma clasista» https://periodismopre.ull.es/en-casos-como-el-mio-perder-la-tercera-convocatoria-seria-una-reforma-clasista/ Mon, 27 Sep 2021 06:00:04 +0000 http://periodismo.ull.es/?p=185611 Trabajar y estudiar al mismo tiempo no es nada fuera de lo común entre el alumnado universitario, que a menudo utiliza su sueldo para pagarse los estudios. Al tratarse de unos horarios difíciles de compaginar, buena parte de ese estudiantado acude a la convocatoria extraordinaria de septiembre para superar algunas asignaturas. Esta es la realidad de Marcelino Padrino Acosta, alumno de cuarto año del Grado en Bellas Artes de la ULL. Considera que la eliminación de esta convocatoria, con la aprobación de los nuevos Estatutos el pasado 16 de septiembre, supone una dificultad añadida para la comunidad universitaria.

¿Crees que es un error eliminar la convocatoria de septiembre? «Sí, porque dependo de ella para algunas materias. Muchas personas la utilizamos para poder superar el curso y no ir arrastrando asignaturas de otros años. En mi caso, si no trabajara, no podría seguir estudiando. Me dedico a la hostelería, soy camarero. Trabajo los fines de semana, desde el viernes, con horarios de 13.00 a 16.00 y de 20.00 a 00.00 horas».

¿Sueles contar con esta convocatoria para organizar el curso académico? ¿Cómo lo haces? «Cuento con ella para las asignaturas de mayor dificultad. Así tengo mucho más tiempo para preparármelas con calma y presentarme seguro».

«La he aprovechado muchas veces. No porque no le dedico tiempo a la carrera, sino porque le dedico el que tengo»


¿En qué te afecta su pérdida? «Tendría que organizarme con menos tiempo. No tendría tanto margen para estar listo para algunos exámenes. Estando en cuarto, he aprovechado esta convocatoria muchas veces para superar asignaturas. Y no es porque no les dedico tiempo, es porque les dedico el que tengo».

¿Qué te parece la opción para evaluar al alumnado que contemplan los nuevos Estatutos? (Una evaluación continua y dos convocatorias antes de finalizar julio con un solo llamamiento cada una). «Creo que este tipo de evaluación no favorece en nada al estudiantado que, como en mi caso, tiene que compaginar la vida laboral con la estudiantil. No tenemos el tiempo suficiente para poder prepararnos las asignaturas, ya sea para aprobarlas o sacar mejor nota».

¿Crees que esta reforma mejorará la organización del calendario académico al no solapar un curso con otro? «No, no creo que suponga ningún problema que tengamos una convocatoria en septiembre. No entiendo en qué afecta a nada que tenga que ver con el siguiente año académico, ni tampoco en qué mejorará si la eliminan».

«Mi carrera tiene un proceso de aprendizaje lento. Pero si no trabajo, no me puedo permitir estudiar»


¿Consideras que suprimir la tercera convocatoria es una desventaja en comparación al estudiantado que tiene una posición económica que le permite estudiar sin trabajar? «Sí, pero creo que afectará a todo el alumnado. No sé cómo es en las demás carreras, pero en Bellas Artes tenemos una saturación que no nos permite hacer trabajos y obras de forma que no sean solo meras entregas, sino hacer que transmitan algo. Es un proceso de aprendizaje lento, en el que se nos exige que demostremos mucho más de lo que podemos alcanzar en un periodo de tiempo reducido. Por eso creo que muchas personas utilizan septiembre para poder superarse a sí mismas en los trabajos que realizan. No se trata solo de cumplir unos objetivos, sino de sentir satisfacción con los proyectos que hacemos».

Algunas agrupaciones estudiantiles han tachado esta reforma de clasista. ¿La identificas como tal? «Si ponemos de ejemplo casos como el mío, sí sería una reforma clasista. Si no trabajo, no me puedo permitir estudiar, y si no tengo este tiempo que nos pretenden quitar, me será mucho más difícil conseguir la carrera. Tener que acabar abandonando no me parece nada justo».

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‘Nuestra alma con La Palma’, un espectáculo benéfico el 8 de octubre https://periodismopre.ull.es/nuestra-alma-con-la-palma-un-espectaculo-benefico-el-8-de-octubre/ Sat, 25 Sep 2021 06:00:54 +0000 http://periodismo.ull.es/?p=185619 El volcán de La Palma, en erupción desde el pasado 19 de septiembre, sigue causando unos daños materiales cuyo coste asciende a cifras muy elevadas. Así lo destacó Ángel Víctor Torres, presidente del gobierno de Canarias, en declaraciones hechas esta semana, asegurando que supondrá mucho más de 400 millones de euros. Tanto el Cabildo de La Palma como numerosas organizaciones han abierto la posibilidad de hacer donaciones monetarias y de objetos. Con el mismo fin, y concretamente para ayudar a las personas afectadas, Futurcan, Asaoye y Futurismo Canarias se unen el próximo 8 de octubre en un espectáculo benéfico en Tenerife.

La función, bajo el nombre Nuestra alma con La Palma, se celebrará en el Hotel GF Victoria, en la Sala Las Olas, a partir de las 17.00 horas. Durará, aproximadamente, hasta las 19.30. Según han anunciado las agrupaciones organizadoras, en ella participarán artistas de renombre del Archipiélago que se han implicado con iniciativas solidarias con La Palma, cuyos nombres están todavía pendientes de ser revelados.

Las entradas, ya a la venta en la plataforma de Tomaticket.es, tienen un coste de 10 euros cada una. Al tratarse de un evento benéfico, y teniendo en cuenta las restricciones de aforo por la Covid-19, se ha habilitado la posibilidad de comprar simbólicamente un pase para la fila 0. De este modo, se puede contribuir a la causa en caso de no poder asistir o de que se agoten las entradas. También es posible realizar un pago por Bizum al número 676 76 86 56.

La recaudación irá íntegramente destinada a Cruz Roja La Palma, que trabaja actualmente con las personas damnificadas, quienes han sido desalojadas o han perdido sus casas a causa de la actividad volcánica.

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CIMPI, un proyecto por la igualdad en universidades canarias y africanas https://periodismopre.ull.es/red-cimpi-un-proyecto-por-la-igualdad-en-universidades-canarias-y-africanas/ Mon, 20 Sep 2021 07:00:35 +0000 http://periodismo.ull.es/?p=185466 Crear lazos interuniversitarios para fomentar la cooperación y la búsqueda de la igualdad son algunos de los objetivos básicos de la Red CIMPI. En ella participan la Universidad de La Laguna y la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) junto con otras cuatro del continente africano. Estas son la Universidad de Cabo Verde, la Universidad de Letras y Ciencias Humanas de Bamako (Malí), la Universidad de Nouakchott Al-Aasriya (Mauritania) y la Universidad Hassan II Casablanca (Marruecos). Mediante reuniones y debates, se pretende reflexionar sobre las fortalezas y debilidades de cada institución para diagnosticar deficiencias, necesidades y planes de acción.

El comienzo del funcionamiento de la Red CIMPI se remonta a 2019. Desde entonces, ha puesto en marcha talleres, cursos, charlas y jornadas de investigación, además de elaborar una página web y una red intranet para sus participantes en las fases iniciales. La irrupción de la Covid-19 obligó a un cambio en la actividad del proyecto, que se fundamentó temporalmente en la divulgación de vídeos y documentos de interés.

En el proyecto colaboran personas de las seis universidades implicadas. Foto: PULL

Las estadísticas muestran una mayor presencia femenina entre el estudiantado y menor entre el profesorado y los órganos de poder


Según los diagnósticos elaborados en cada una de las universidades, las canarias tienen un mayor número de mujeres estudiantes que hombres. Sin embargo, el patrón se reproduce a la inversa en el caso del profesorado, con una menor proporción de profesoras que profesores en ambas instituciones. La ULL cuenta con un 55,91 % de alumnas sobre el total y un 40,6 % de docentes femeninas. En cuanto a la ULPGC, las mujeres suponen el 56,83 % del alumnado y el 38,26 % del personal docente.

Las estudiantes y tituladas en la Universidad Hassan II Casablanca superan por un margen entre el 2 % y el 4 % a los hombres. Sin embargo, la docencia sigue siendo dominada por ellos, con cifras alrededor del 65 %. Aun así, las estadísticas nacionales reflejan que esta institución tiene unos rangos de igualdad superiores a la media, situada en el 74 %. En cuanto a los órganos de decisión, la representación femenina es del 16 %, es decir, 12 mujeres entre 77 miembros.

La Universidad de Cabo Verde también tiene un mayor número de alumnas, rozando el 70 % del total y el 60 % en nuevas matrículas. En cuanto a los órganos de poder y de toma de decisiones, existe un ligero repunte en cuanto a representación masculina.

La Universidad de Letras y Ciencias Humanas de Bamako, en Malí, tiene más del doble de alumnos que alumnas en todas las modalidades y disciplinas. Esto se acentúa todavía más en el caso del profesorado, en el que la presencia femenina es casi inexistente, con 20 mujeres entre 209 docentes.

En la Universidad de Nouakchott Al-Aasriya, Mauritania, la ausencia de mujeres se hace muy notoria, tanto entre el estudiantado (33 %), como el profesorado (7,1 %), con un total de 30 profesoras entre 436 docentes.

La necesidad de mejorar los mecanismos e infraestructuras para la igualdad


Algo que tienen en común las universidades analizadas es que todas ellas han experimentado en los últimos años un aumento paulatino en cuanto a presencia y representación femenina, aunque los datos reflejan que aún no es posible hablar en términos de igualdad. Además, un aspecto a mejorar según los análisis son las infraestructuras actuales y su correcto funcionamiento para garantizar el no acoso en las aulas, así como una igualdad real y efectiva.

A corto plazo, algunos de los objetivos de la Red CIMPI en Canarias son la correcta aplicación y seguimiento de los protocolos contra el acoso aprobados en la ULL y la ULPGC, así como lograr un compromiso real de los gobiernos en esta materia. Asimismo, pretende otorgar recursos a los centros, como la OPRAS en la ULL, y proceder a la modificación del reglamento para la apertura de expedientes, sanciones y otras medidas cautelares. También, dotar de un equipo y una representante estable a las Unidades de Igualdad, además de diseñar una campaña publicitaria capaz de dar a conocer estas acciones y ayudar a la toma de consciencia.

A través del debate, se diagnostican necesidades y planes de acción. Foto: PULL

Samara Ascanio: «He decidido formar parte en el activismo universitario, no solo como alumna, sino como mujer»


Entre su equipo de integrantes se encuentra Samara Ascanio, que se incorporó en mayo de este año como una de las representantes del alumnado de la ULL. Aunque su implicación «prácticamente acaba de comenzar, no puedo estar más contenta de participar en un proyecto de esta magnitud». A esto añade que «como estudiante he decidido formar parte en el activismo estudiantil universitario, ya no solo como alumna, sino como mujer».

Según explica, uno de los retos más importantes a los que se enfrentan, y que también tilda de evidente, «es el cambio de formato a la hora de participar y divulgar la información de la Red CIMPI en las universidades». Por ejemplo, comenta que el último foro, realizado el pasado 3 de junio, tuvo que realizarse exclusivamente a través del formato online.

Es por ello, y por la importancia que le otorga a conseguir una igualdad real y efectiva, que considera «necesaria una mayor participación e implicación del estudiantado en iniciativas como esta. Mi intención es seguir formando parte y ayudar a su visibilización», concluye.

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La vuelta a la docencia presencial divide las opiniones del estudiantado https://periodismopre.ull.es/la-vuelta-a-la-docencia-presencial-divide-las-opiniones-del-estudiantado/ Mon, 06 Sep 2021 06:00:52 +0000 http://periodismo.ull.es/?p=183572 Desde hace meses, la posibilidad de volver o no a las aulas, de forma parcial o completa, ha generado un clima de incertidumbre entre la comunidad universitaria. En gran medida, las opiniones respecto a cómo serán las clases se han decantado de un lado u otro según avanzaban los niveles de contagios y de vacunación contra la Covid-19. El pasado 23 de agosto, Libertad Estudiantil (LE) publicó en un tweet que ese mismo día se reuniría el equipo de dirección de la ULL para decidir la modalidad de los exámenes de septiembre y del curso 2021-22, asegurando que sería, casi seguro, completamente presencial.

Horas más tarde, la Rectora envió un comunicado aclarando que la tercera convocatoria se llevaría a cabo de acuerdo con el escenario 1 de presencialidad adaptada. No obstante, el pasado viernes, 3 de septiembre, tanto LE como la Asociación Canaria de Estudiantes (ACE) y el Consejo de Estudiantes de la ULL confirmaron que las clases comenzarán este mes de forma 100 % presencial, según estableció la Junta de Gobierno de la Universidad en una reunión informativa celebrada el mismo viernes. En caso de empeorar la situación pandémica, se podría dar un paso atrás y retomar el modelo mixto que se ha seguido hasta el momento.

Brian Trujillo, de LE: «Tenemos que aprender a convivir con el virus. La ULL es una universidad presencial»


Brian Trujillo, actual presidente de Libertad Estudiantil, asegura que «desde el primer día nos pusimos en contacto con la Rectora, y nos informó de que esa iba a ser la postura que se iba a plantear en el Comité de Dirección de la ULL». Por ese motivo, su agrupación tomó la decisión de informar con antelación al estudiantado de la posibilidad de una incorporación total para que «pudiera organizarse de cara al nuevo curso y a la convocatoria extraordinaria de septiembre».

A lo largo del pasado año académico mantuvieron el posicionamiento de que lo más acertado era adaptarse a la docencia online y, también, evitar las masificaciones que se producen en las protestas y concentraciones estudiantiles. A pesar de ello, su percepción ha cambiado en la actualidad: «Compartimos totalmente la decisión. Tenemos que aprender a convivir con el virus. Se ha vuelto a la normalidad en los colegios, ¿por qué no en la universidad? La ULL es una universidad presencial».

Samara Ascanio, de ACE: «Estamos de acuerdo en una vuelta paulatina, pero esta es una decisión arriesgada»


ACE, que sí fue partícipe de algunas manifestaciones con ciertas prevenciones sanitarias, prefiere mantener «una postura cautelosa con respecto al inicio de curso presencial», según expresa Samara Ascanio, miembro y claustral de la agrupación. Afirma que están de acuerdo con volver a las aulas paulatinamente, pero «incluso siendo conscientes del gran porcentaje de jóvenes que se han vacunado, no compartimos la decisión del equipo de gobierno de no garantizar la distancia interpersonal de seguridad».

Por ahora, las medidas que se han establecido para el regreso a las aulas se limitan al uso de mascarillas, lavado de manos y ventilación de los espacios, sin respetar las distancias interpersonales, los aforos reducidos o los grupos burbuja. También se contempla el cambio de una clase a otra, en caso de que no cumpla con ciertos requisitos, o la adquisición de medidores de CO2 en el aire. Ascanio insiste en que no todas las instalaciones de la Universidad están preparadas para una vuelta segura, razón por la que, considera, es «una decisión arriesgada».

Elías Pestano, del Consejo de Estudiantes: «Hay división de opiniones, casi un 50/50»


El Consejo de Estudiantes, por su parte, aún no se ha posicionado, pendiente de reunirse en pleno a lo largo de esta semana. Mientras, a través de Instagram, ha llevado a cabo una consulta para conocer cuál es la opinión de la comunidad universitaria, aunque no ha llegado a un resultado concluyente. Como explica Elías Pestano, viceportavoz de comunicación, «hay división entre el estudiantado. Casi un 50 % está de acuerdo y un 50 %, en desacuerdo. Estamos analizando y viendo todas las opiniones para saber qué medida tomar, ya sea apoyar el plan de gobierno o adoptar otra postura».

Entre las preocupaciones expresadas por el alumnado, destacan algunas incógnitas: si alguien se contagia y no puede acudir a clase, ¿se le facilitará una opción online? Sobre todo, lo que prima es la incertidumbre respecto a cómo se evitarán masificaciones y cómo se adaptarán las aulas para grupos numerosos. En cualquier caso, hay quienes piensan que el formato semipresencial es complicado para ciertas carreras, por lo que se manifiestan a favor de la modalidad presencial. Mientras, otras personas creen que las mayores afluencias y el tener que compartir piso para quienes vienen de otras islas conllevarán un aumento de los contagios.

Plataforma de Estudiantes de Tenerife: «Estamos a favor de la presencialidad, pero sin olvidar los problemas previos a la pandemia»


Miembros de la Plataforma de Estudiantes de Tenerife (PET) se reiteran en que «hemos defendido desde un principio tratar de llegar al máximo de presencialidad posible. Estamos a favor de ella, pero sin olvidar los problemas previos a la pandemia», de entre los que destacan la necesidad de contratar profesorado, la habilitación de espacios en desuso y el seguimiento correcto y contundente de los protocolos contra el acoso.

Consideran que volver a la presencialidad completa es «razonable siempre que se respeten las medidas de seguridad», aunque recalcan que «sería mejor una menor cantidad de personas por aula». Este, no obstante, es un problema que opinan que se resolvería atendiendo a las cuestiones antes planteadas, y que tildan de errores estructurales que la institución viene años arrastrando.

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Años sabáticos: un descanso de la presión para velar por la salud mental https://periodismopre.ull.es/anos-sabaticos-un-descanso-de-la-presion-para-velar-por-la-salud-mental/ Mon, 30 Aug 2021 06:01:11 +0000 http://periodismo.ull.es/?p=182946 Viajar, reflexionar, trabajar para ahorrar, hacer voluntariado… o, simplemente, darse un pequeño respiro de los estudios. Los años sabáticos pueden servir para metas muy diversas entre el estudiantado universitario, aunque aún hoy perdura una imagen negativa de ellos. Luz Marina Rodríguez, psicóloga graduada por la ULL especializada en orientación educativa, opina que pueden ser beneficiosos en algunos casos, en función de las necesidades individuales: «El sistema educativo español es muy rígido en todos los sentidos y busca que cumplamos con lo que se supone que tenemos que cumplir sin tener en cuenta muchísimos factores personales, sociales, etc.».

A este respecto, añade que «no es lo mismo parar porque el trabajo te sobrepasa que porque no encuentras ninguna vocación». Uno de los motivos que considera que pueden llevar a tomar la decisión de hacer un parón es la presión económica, social o personal que sufre el alumnado en diferente medida. «Los cambios pueden ser buenos o malos y dependerá solo y exclusivamente de lo que entiendas tú que es bueno o malo», añade.

En ello está de acuerdo Sara Carrillo, estudiante de Biología de los Organismos, las Poblaciones y los Ecosistemas en la Universidad de Toulouse. Comenzó la carrera en el curso 2018-19, en Brest, una ciudad que no la convenció. Tras finalizar primero, «sentía que si seguía al año siguiente me iba a poner mala. Lo sentía de verdad. Me vi encerrada en mi vida» porque, según explica, esta giraba casi exclusivamente alrededor de los estudios. Pese a que al finalizar bachillerato era consciente de que quería tomarse un año sabático, confiesa que no se atrevió a hacerlo por la presión del entorno y el sistema.

Una decisión difícil pero acertada


No obstante, después de hablar con distintas personas sobre ese primer curso, que fue mentalmente muy duro para ella, decidió tomarse un tiempo para «pensar y despejarme». Está convencida de que cada persona es distinta, por lo que no pretende atribuir a los años sabáticos la etiqueta de remedio universal. Sin embargo, en su situación, fue algo necesario, puesto que antes «sentía que no me gustaba tanto una carrera que en verdad me fascina, que la universidad no era para mí, que me había metido demasiado rápido y que no había tenido ese descanso que mi cuerpo me demandaba».

A día de hoy, está preparada para comenzar este próximo septiembre el tercer y último curso, mientras participa en un proyecto de voluntariado en Italia con el Cuerpo Solidario Europeo sobre monitorización de la fauna salvaje. «Ese periodo me sirvió para reafirmar mi carrera. Hay gente que dice que si lo haces nunca vuelves a estudiar. En mi caso, sabía que no era verdad. Noté un cambio al entrar a segundo porque me flipaba todo y lo cogí con más fuerza. Disfrutaba estudiando. Para mí, fue un acierto absoluto», asegura con convicción.

Uno de sus objetivos era participar en proyectos relacionados con su carrera para saber si era lo que le apasionaba. Foto: PULL

Carrillo, al ser estudiante en Francia, pudo optar por pedir un année de césure, en el que viajó, hizo voluntariado con Workaway, se informó sobre otras opciones de estudio y exprimió el tiempo con su familia y amistades. El procedimiento es sencillo: se solicita, se explican los motivos, la universidad guarda la inscripción durante un año «y no pasa absolutamente nada. Es totalmente comprensible y hay un montón de países europeos que lo tienen normalizadísimo. Francia no es en el que mejor se ve, pero hay muchas más opciones que aquí. Yo no sé por qué España le tiene tanto miedo», concluye.

La normativa española y canaria, todavía muy por detrás


Aunque existe la posibilidad de tomarse un año de descanso en las universidades españolas, no se contempla ni se ofrece al estudiantado, al margen de la excepcionalidad de permanencia por causa sobrevenida, como es la muerte de algún familiar, entre otras. En la ULL, para optar a un periodo sabático, basta con no matricularse un año y hacerlo al siguiente. Pero, al no tener una regulación propia, no se suele considerar como una opción.

La mayor complicación llegaría si durante ese tiempo se produjera algún cambio en el plan de estudios. En cuyo caso, habría que solicitar un reingreso. De no querer correr ese riesgo, también cabe la posibilidad de pedir, si se cumple con ciertos requisitos, las modalidades de tiempo parcial o reducido para, así, tener menos asignaturas y menor carga de trabajo.

Si bien no existe una normativa específica que regule los periodos sabáticos para el alumnado, existen algunos esbozos referentes al profesorado. Según el Boletín Oficial de Canarias, en la Resolución del 13 de junio de 2012, este permiso quedará reservado para el personal docente con contrato indefinido de las universidades públicas canarias.

Aunque su implementación es un proyecto que la Universidad viene tiempo arrastrando, y una reivindicación histórica de Comisiones Obreras, entre otras agrupaciones, actualmente no existe una regulación interna en la institución de la ULL. No obstante, el programa presentado por Rosa Aguilar a las Elecciones a Rectora de 2019 incluía su introducción y regulación para el profesorado.

«No se puede parar. Si paras, has fracasado. Esa es la presión del sistema educativo»


Al igual que Carrillo, Rodríguez coincide en que existe un estigma social respecto a hacer un parón durante los estudios universitarios. La psicóloga lo atribuye a «las expectativas y al rápido ritmo de vida que lleva actualmente la sociedad. No se puede parar. Si paras, has fracasado». Por ello, lanza la pregunta: «Imagínate a una persona cercana a ti que ha decidido parar por el motivo que sea. ¿Qué crees que sería lo primero que pensarías?».

Una posible respuesta reside en la experiencia de Carrillo como estudiante. Explica que su año sin estudiar «empezó con una persona muy importante para mí diciéndome que era la peor decisión que había tomado en mi vida. Estaba dudando a tope y me afectó un montón».

Rodríguez está convencida de que el apoyo del entorno juega un papel muy importante a la hora de emprender este tipo de iniciativas. Sin embargo, también es consciente de que, precisamente por el fuerte encorsetamiento de la enseñanza y los prejuicios sociales, «seguramente tengas una respuesta instantánea e inconsciente, aunque después, objetivamente, no estés de acuerdo. Esa es la presión del sistema educativo».

«No ha sido un año perdido, sino ganado. Sé lo que quiero y cómo tomarme la universidad»


Para ambas, la conclusión es que todas las personas y sus enfoques son diferentes. Carrillo, en concreto, tenía una «necesidad de vivir, de descubrir cosas nuevas, de aprender sobre mí, de tener un cambio en mi vida, de descubrir mundo», lo que, al final, la ayudó a disfrutar más de su carrera. Por ello, anima a cualquiera que esté planteándose esa posibilidad ya que, según afirma, «contrariamente a lo que se dice, un año sabático se puede hacer sin bastante dinero».

Durante el tiempo que aparcó los estudios, Carrillo pudo reconectar con los caballos, una de sus pasiones. Foto: PULL

Además, considera que equivocarse de carrera es de lo más normal, sobre todo con 17 o 18 años, habiendo terminado la EBAU y con muchas expectativas detrás. «Eso pasa muy a menudo, y ahí, creo yo, sí que sientes que has perdido un año», añade Carrillo. Aunque ahora tiene sus metas mucho más claras, comenta que la presión por acabar rápido no se ha desvanecido. No obstante, algo que la reconforta es ver que mucha gente cercana a ella ha tomado caminos muy diversos en su vida profesional sin desencadenar en problemas o inconvenientes.

Así, por todo lo aprendido y disfrutado, lo tiene claro: «No ha sido un año perdido, sino ganado. Un año no importa nada, no se nota. He visto un cambio brutal en mi motivación y en cómo quiero hacer las cosas. Soy más madura para estudiar, sé lo que quiero y cómo tomarme la universidad».

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La edición 2021 de RollFestival se celebrará en Punta del Hidalgo https://periodismopre.ull.es/la-edicion-2021-de-rollfestival-se-celebrara-en-punta-del-hidalgo/ Mon, 23 Aug 2021 06:00:33 +0000 http://periodismo.ull.es/?p=181820 RollFestival, el festival internacional de cine al aire libre, estrenará su tercera edición en Punta del Hidalgo, del 10 al 12 de septiembre. La temática de sus piezas audiovisuales gira en torno a los deportes extremos y de riesgo, entre los que se incluyen modalidades relacionadas con el agua como el surf, el rafting y el kitesurf; o con el aire, como el paracaidismo, el wingsuiting y el parapente. No se quedan de lado los de montaña, incluyendo alpinismo, puenting o rápel, ni tampoco los urbanos, siendo el caso del parkour, el skateboarding o el BMX, entre muchas otras prácticas deportivas.

Bajo la organización del Organismo Autónomo de Deportes de La Laguna, los trabajos presentados a concurso, con inscripciones aún abiertas hasta las 14.00 horas del próximo miércoles, 25 de agosto, se proyectarán a lo largo de los tres días que durará el festival. Los premios constarán de 2000 euros para la mejor obra y 1000 para la mejor obra rodada en las Islas o con autoría canaria.

También se realizarán otras actividades complementarias relacionadas con el deporte, sus valores y el cuidado del medioambiente, al igual que en anteriores ediciones, llevadas a cabo en el Puerto de la Cruz. No obstante, según anuncia el festival en su página web y redes sociales, los eventos de este año traerán «novedades que iremos desvelando».

Paralelamente, con el nombre de RollMarket, se colocarán puestos de venta e información de futuras propuestas deportivas que tendrán lugar en la ciudad lagunera. Todavía es posible participar en el mismo solicitando información a través del correo electrónico info@rollfestival.com.

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‘Mil soles espléndidos’, una obra sobre sororidad en un Afganistán en guerra https://periodismopre.ull.es/mil-soles-esplendidos-una-obra-sobre-sororidad-en-un-afganistan-en-guerra/ Mon, 16 Aug 2021 06:00:30 +0000 http://periodismo.ull.es/?p=181416 Harami, bastarda. Esa es la palabra que, incluso antes de nacer, marcó la vida de Mariam, una de las coprotagonistas de la novela histórica Mil soles espléndidos, de Khaled Hosseini, que recibe su nombre por el poema Kabul de Saib-e-Tabrizi. Mariam nació en 1959 en la ciudad de Herat, Afganistán, en una aislada casita a las afueras. Allí vivía junto a su madre, quien no dudaba en que «como la aguja de una brújula apunta siempre al Norte, así el dedo acusador de un hombre encuentra siempre a una mujer». Sin embargo, la admiración de Mariam por su padre, al que solo veía una vez por semana, parecía ser inquebrantable.

Al cumplir los 15 años, su cotidianidad y percepción de la realidad dieron un vuelco tan inesperado como traumático. A partir de ese momento, durante casi dos décadas, su mundo permaneció inmóvil, solo cargado de sufrimiento silencioso. Los desastres de una guerra interminable en territorio afgano, causada por el intervencionismo de otros países y un conflicto étnico-histórico e ideológico entre la propia población, acabaron trayendo a su vida a la joven Laila, de 14 años, cuando Mariam ya tenía algo más de 30.

Tazas de té entre la violencia dentro y fuera de casa


Sus experiencias vitales son radicalmente distintas: Laila se había criado en Kabul, la capital del país, en un entorno progresista. Su padre, cuyas prioridades eran la seguridad y educación de Laila, aseguraba que «ahora es un buen momento para ser mujer en Afganistán», debido a la ocupación soviética, que comenzó el mismo día del nacimiento de Laila, y que contribuyó a la adquisición de derechos y libertades femeninas, como la escolarización. Al margen de ese razonamiento, aunque él lo tenía presente, quedaba la guerra que se libraba en el país, en la que participaban sus otros dos hijos en el bando muyahidín, y que no cesaba de acumular víctimas.

Tras la derrota de las tropas de la Unión Soviética, las imposiciones de las facciones muyahidines más conservadoras, y posteriormente la aplicación de la sharia (estrictas leyes islámicas) con la toma del poder de los talibanes, esos tiempos de avances feministas fueron arrancados de raíz.

Lo que comenzó siendo una relación de rivalidad, hostilidad, e incluso puede que odio, terminó por forjar una amistad entre las dos mujeres capaz de hacer frente a la opresión patriarcal que las quería enemigas. Mariam y Laila, cuyos destinos se unieron por la desgracia, se presentan en esta obra como una poderosa muestra de sororidad. Y así, un acto tan trivial como tomar un par de tazas de té se convirtió en una vía de escape de la violencia que asolaba sus vidas con bombas, golpes, miedo y el conocimiento del mundo solo a través de un hombre.

De refugiado a médico y novelista


En 1980, a sus 15 años, y un año después de la invasión soviética en Afganistán, Khaled Hosseini, autor de Mil soles espléndidos (2007), obtuvo asilo político en Estados Unidos. Allí estudió Medicina y, en 2003, lanzó su primera obra, Cometas en el cielo, cuyo abrumador éxito le valió su adaptación cinematográfica. En ella, narra la historia ficticia de dos padres y dos hijos afganos con un abismo social entre ellos, de su amistad, y de cómo les afecta una larga e injusta guerra, profundamente marcada por la opresión étnico-histórica.

Además, Hosseini es autor de la novela Y las montañas hablaron (2013) y el poemario Súplica a la mar (2018), este último ilustrado por Dan Williams, y cuyos beneficios están destinados a proyectos de ACNUR para personas refugiadas. El libro publicado en 2013 examina, desde cierta lejanía, las secuelas de la guerra. Trata temas como el amor, el sacrificio, el sufrimiento y el vacío de las promesas que se esconden detrás del conflicto bélico, no solo desde Afganistán, sino también una vez fuera del país, tras huir, llegando a lugares como París, Tinos y San Francisco.

Además de los cuatro libros, el autor ha escrito muchos otros relatos cortos. Foto: NBDV

Una mirada femenina afgana


En sus tres novelas, el escritor explora lo que en un principio puede parecer, básicamente, lo mismo: un Afganistán destrozado y dividido, historias de dolor y, en ocasiones, de superación. Nada más lejos de la realidad, Hosseini es capaz de ofrecer múltiples lecturas y perspectivas de la realidad, creando no uno, sino muchos relatos que no se complementan, ya que constituyen una totalidad individual por sí mismos. Todo ello, con un riguroso y detallado telón histórico que arroja luz sobre lo que es la guerra actualmente en el país de Oriente Medio.

La implicación del autor con las personas refugiadas, sobre todo afganas, va más allá de su obra. Creó la Fundación Khaled Hosseini, para la asistencia humanitaria en Afganistán; es embajador de buena voluntad de ACNUR y utiliza sus redes sociales para dar a conocer la situación de su país de origen, a pesar de residir en California desde hace décadas. Este pasado viernes, 13 de agosto, se hizo eco de su preocupación por las recientes ocupaciones talibanas. En sus declaraciones, puso especial énfasis en el caso de las mujeres, quienes, según expresó, «tienen que perder más que cualquier otro grupo».

En Mil soles espléndidos, el autor logra adquirir una mirada femenina afgana y retratar vívidamente la violencia y sufrimiento tan específicos que sufren. Con sutileza pero crudeza, las duras historias de Mariam y Laila reflejan la habilidad que Nana, la madre de Mariam, identificaba como la única necesaria para ellas: tahamul, resistir. Aunque, gracias a la fuerza acumulada tras toda una vida como harami, nutrida con el amor que le dio Laila, Mariam consigue marcar un punto de inflexión que conduce a un final agridulce, pero con cierto consuelo. Real, doloroso y esperanzador.

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La Asamblea de Apoyo a Migrantes inicia una recopilación de datos de 2021 https://periodismopre.ull.es/la-asamblea-de-apoyo-a-migrantes-inicia-una-recopilacion-de-datos-de-2021/ Mon, 09 Aug 2021 06:00:40 +0000 http://periodismo.ull.es/?p=180734 La Asamblea de Apoyo a Migrantes de Tenerife lanzó este pasado sábado, 7 de agosto, un cuestionario que puede rellenar la gente que haya cooperado con la misma en los últimos meses, o que haya ofrecido algún tipo de ayuda a los colectivos migrantes. Con ello, se pretende realizar una recopilación de datos sobre las formas en que la población tinerfeña y no residente ha colaborado, y cómo lo sigue haciendo, para apoyar a la inmigración africana llegada en patera a la Isla. Las respuestas obtenidas se utilizarán, entre otros fines, para saber de qué manera es más conveniente contribuir a su causa y cómo continuar haciéndolo de cara al futuro.

El cuestionario consta de 40 preguntas, en su mayoría de respuesta múltiple, en las que se solicita información referente al tipo de ayuda brindada (económica, sanitaria, legal, etc.) y la implicación con la Asamblea u otras plataformas. También, respecto a las zonas de Tenerife en que cada persona se implicó, aunque las acciones con mayor resonancia mediática y social hayan acontecido en el Campamento de Las Raíces.

Durante la primera mitad de 2021, la cuestión migratoria se posicionó con contundencia en la opinión pública debido al bloqueo fronterizo, las muertes y desapariciones en el mar, el aumento del flujo migratorio y las condiciones de acogida en Canarias. Según Caminando Fronteras, amparándose en datos que publicó en un informe el pasado mes de julio, la situación actual es equiparable a la Crisis de los Cayucos de 2006, en la que se batieron récords de fallecimientos y personas desaparecidas.

Nacimiento de la Asamblea


En ese contexto se organizó la Asamblea de Apoyo a Migrantes de Tenerife, en febrero de 2021, con el fin de denunciar las políticas migratorias, tanto nacionales como internacionales. Pero, sobre todo, para cubrir las necesidades de la inmigración recién llegada, ya fueran cuestiones físicas y psicológicas como legales o administrativas. También, en gran medida, con la intención de darles herramientas para alzar la voz en favor de sus consignas.

De ese modo, quienes decidieron implicarse crearon una serie de comisiones en las que participar en función de su disponibilidad. Entre ellas se encuentran las de traducción, acción directa, salud, ocio, comidas o escuelita. En esta última, el voluntariado da clases de español atendiendo a las necesidades comunicativas más inmediatas, como realizar gestiones con la Policía o las administraciones.

A causa del impacto social y mediático de la cuestión migratoria y de las acciones que se sucedieron en señal de denuncia, la implicación ciudadana no solo se extendió por la Isla, sino que llegó a todo el Archipiélago e, incluso, aunque en menor medida, a la Península y al plano internacional. Así, las colaboraciones se realizaron y se siguen llevando a cabo de múltiples formas: a través de organizaciones o a título individual, telemática o presencialmente, directa o indirectamente, etc.

Por ello, y considerando la complicación de coordinar a un gran número de personas, la Asamblea pretende comenzar a trabajar a partir de los datos extraídos de sus primeros meses de andadura para optimizar la atención ofrecida y saber cuáles son los métodos más convenientes.

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Motoristas de Tenerife organizan una colecta benéfica para la infancia https://periodismopre.ull.es/un-aceleron-en-beneficio-de-la-infancia/ Mon, 02 Aug 2021 06:00:56 +0000 http://periodismo.ull.es/?p=179751 Este próximo sábado, 7 de agosto, 14 agrupaciones moteras tinerfeñas se unirán con el objetivo de cubrir parte de las necesidades básicas de familias desfavorecidas de la Isla. Lo harán a través de una recolecta que tendrá lugar en el parking del supermercado Tu Trébol de Hoya Fría, en Santa Cruz. Allí, se espera que más de 200 motocicletas participen con sus aportaciones de alimentos no perecederos, juguetes y material escolar.

Para ello, cuentan con la colaboración y labor organizativa de la Asociación Solidaria El Buzoncito Feliz y la ONG Sonrisas del Suroeste. Ambas, desde su concepción, se han dedicado al propósito de atender a la infancia mediante la donación de comida, ropa y otras carencias que pueda tener. También, a través de diversas acciones enfocadas a su bienestar psicológico y social.

Para sumarse a esta iniciativa no hace falta contribución económica o inscripción previa; tan solo es necesario presentarse en el lugar, entre las 9.00 y 15.00 horas, con los donativos que vayan a hacerse. Los colectivos a cargo, con el objetivo de conseguir el mayor número posible de aportaciones, quieren apelar a la solidaridad, «una palabra que llevamos escuchando mucho tiempo, y en la que pocas personas participan». Así, hacen un llamamiento a no limitarse a ser oyente y pasar a la participación activa.

Canarias, una comunidad precaria y empobrecida


Datos recogidos por European Anti-Poverty Network (EAPN) revelan que un 28,5 % de la población de las Islas, en 2019, se encontraba por debajo del umbral de pobreza. Se trata de una cifra que, además, no contempla a aquellas personas que se encuentran cerca del mismo o en riesgo de exclusión social.

Estos indicadores sufrieron alarmantes aumentos a causa de la crisis asociada a la Covid-19, que sigue incidiendo en la comunidad canaria, una de por sí especialmente precaria y expuesta a las fluctuaciones de la economía en comparación a otras del Estado. Ante dicha situación de necesidad, nacen iniciativas como esta que pretenden, en parte, aliviar la falta de recursos en los sectores más vulnerables, como es el de la infancia.

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Finaliza la Caravana Canarias 2021 con un acto de autocrítica, música y baile https://periodismopre.ull.es/finaliza-la-caravana-canarias-2021-con-un-acto-de-autocritica-musica-y-baile/ Sun, 25 Jul 2021 06:00:17 +0000 http://periodismo.ull.es/?p=179607 Tras ocho días de protestas por las políticas migratorias y las muertes en la Ruta Canaria, tanto en Gran Canaria como en Tenerife, la sexta edición de la Caravana Abriendo Fronteras dio paso a su acto de clausura ayer sábado, 24 de julio. A lo largo de la tarde, en la Plaza del Cristo, las personas que formaron parte de ella llevaron a cabo una asamblea de reflexión, autocrítica y futuros planteamientos. Para concluir, varios grupos de artistas interpretaron un repertorio de canciones de diversos estilos, durante dos horas, que hicieron bailar y aplaudir a toda la asistencia con un entusiasmo digno de festival de verano.

Es necesario seguir trabajando en la deconstrucción, aunque se parta de un ideario antirracista. Así lo explicó en la asamblea una de las organizadoras de la Caravana, y es que, según comentó un grupo de activistas en el mismo acto, varias personas migrantes presenciaron actitudes racistas y paternalistas en los días que duraron las acciones. Además, comentó que, a menudo, a las personas blancas les cuesta admitir que hayan podido tener tales comportamientos.

Así lo confirmó más tarde Aboubakar Aminou, un andaluz que emigró desde Camerún y que lleva años implicado en la plataforma. Un claro ejemplo que ofreció de la necesidad de continuar deconstruyéndose tiene que ver con fotografiar y grabar a migrantes sin su consentimiento. Más aún cuando es para compartirlo en redes sociales y se muestran condiciones claramente degradantes. Quiso, además, recalcar el caso de menores de edad, a quienes, en ocasiones, se les priva de su derecho a la propia imagen.

Aboubakar Aminou es un artista de origen camerunés. Foto: NBDV

Esta vulneración de derechos, como bien manifestó Aminou, puede tener consecuencias negativas cuando se les puede identificar en las imágenes, sobre todo para quienes viven en centros de menores. Cerró la argumentación alegando que es una práctica impensable con la infancia blanca o española y que, de hecho, no querríamos que nadie lo hiciera. Por ello, tampoco debería hacerse con niñas y niños negros o provenientes de África. También, varias activistas incidieron en que faltó una perspectiva feminista y una mayor presencia de mujeres inmigrantes durante los días de protestas.

«No venimos a consumir, sino a construir»


No obstante, también hubo un intercambio de impresiones positivas que recalcaron la importancia de establecer espacios y redes de apoyo. Es decir, que los valores y la lucha que se transmiten en cada edición perduren y no se queden en una mera semana de acciones. Precisamente por ese motivo se insistió en que la Caravana es «un acto político, no un acto de beneficencia», en el que también se denunció la criminalización de los barcos de rescate y de las prácticas de cuidados mutuos, así como la militarización de las fronteras.

En la intervención de personas canarias, se hizo hincapié en que, en este tipo de reivindicaciones, también es importante cuidar el territorio y a la gente que vive en él: «No venimos a consumir, sino a construir», reflexionaron. Finalmente, para destacar una vez más la empatía y la hermandad, justo antes de comenzar con las actuaciones, se concluyó con que «la humanidad se pierde toda o se salva toda».

Sin más dilación, la música se apoderó de la plaza. Voces, tambores y guitarras, entre otros instrumentos, hicieron que poco a poco el público se fuera animando hasta que todo el mundo estuvo en pie bailando. En la actuación de cada grupo y solista, un timbre y una sensibilidad únicos, no exentos de alegría y energía, retumbaron en todos los rincones del lugar a lo largo de dos horas.

El talento y el arte, en sus múltiples vertientes, pudieron saborearse mezclados con el aire. Canciones que reivindicaron el activismo canario, denunciaron el racismo en sus distintas variantes o ensalzaron la cultura africana llenaron el lugar y reprodujeron un espíritu de lucha y hermandad.

Aunque con géneros musicales muy diversos, cada artista coincidió, y así lo expresaron, en que la música es la herramienta que usan con el fin de transmitir un mismo mensaje de solidaridad y de «que siga la lucha». Con un final por todo lo alto, que se prolongó varias veces al grito de «otra», el último grupo, que interpretó canciones de percusión, cerró la velada con un regusto a retumbar de tambores en el pecho y, quizás, dolor en los pies de puro bailar.

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Carlos Ramírez: la jubilación como una oportunidad para volver a la universidad https://periodismopre.ull.es/carlos-ramirez-la-jubilacion-como-una-oportunidad-para-volver-a-la-universidad/ Mon, 19 Jul 2021 06:00:08 +0000 http://periodismo.ull.es/?p=178737 Retomar el Grado en Historia y terminarlo siempre fue una aspiración a la que Carlos Ramírez Márquez no quiso renunciar. Comenzó a cursarlo en el 77, un año enmarcado en fuertes protestas sociales y estudiantiles, pero tuvo que dejarlo debido a circunstancias familiares habiendo completado el primer curso. A partir de ese momento, se dedicó a trabajar e hizo el Servicio Militar. Décadas más tarde, ya prejubilado, se matriculó en la ULL para el curso 2018-19. A sus casi 63 años, preparado para empezar Cuarto en pocos meses, su experiencia en la carrera es más que positiva.

Con energía y recién salido del gimnasio, Ramírez expresa que tras la jubilación «no buscas solo ocupar tu tiempo, sino vivir una vida que te vaya enriqueciendo diariamente. Estudiar, hacer deporte… a mí, por ejemplo, me encanta la cocina». Además, está convencido de que, después de más de 35 años trabajando en el comercio, se deben aprovechar y disfrutar las oportunidades que van surgiendo. «Si te respetan las enfermedades, todavía te quedan muchos años por delante. No es cuestión de vivirlos en un sillón consumiendo telebasura», reflexiona.

El reto y el placer de formarse


Se decantó por volver a estudiar Historia ya que, para él, era un proyecto por terminar. Admite que a cierta edad es más complicado retomar el hábito de estudio y se necesita más concentración porque «es como si tu cerebro se hubiera quedado vacío y tienes que empezar a llenarlo de nuevo. Es un corte y, digamos, cuando vuelves a conectar el enchufe y vuelve la electricidad, hay que tener cuidado porque te puede dar un calambrazo».

Pese a ello, a Ramírez le gusta mantenerse activo y exponerse al reto, que también identifica como un placer, de aprender. Además, considera que «los cursos de la Universidad para mayores son muy light. Creo que la Universidad no está incentivando que ese grupo de gente se matricule en una carrera normal». En parte, opina que puede deberse a que la institución está orientada sobre todo a quienes acaban de salir de la EBAU y buscan salidas profesionales casi inmediatas.

Recuerda que, en varias ocasiones, fue un choque encontrarse en una aula con personas mucho más jóvenes que él. «El primer día, al entrar a clase, me preguntaron si yo era el profesor. Al principio la gente se queda un poco extrañada, pero luego nos vamos conociendo, se van viendo las circunstancias y todo es una normalidad» en la que es capaz de aprender del resto y viceversa, creando un ambiente de retroalimentación.

«Tenemos inquietudes y es una manera de eliminar el prejuicio de que ya no se hace nada al dejar de trabajar»


Según manifiesta, y también porque tiene amistades que, como él, deciden estudiar pasados los 55 años, la Universidad debería dirigirse con más ahínco a ese sector poblacional y atraerlo. «Es una segunda juventud que tenemos. No existe la meta de que esa carrera tenga una proyección profesional, pero en la dimensión personal sí. Tenemos inquietudes y es una manera de eliminar el prejuicio de que ya no se hace nada al dejar de trabajar».

Si bien es cierto que en su momento quiso dedicarse profesionalmente a la Historia, hoy piensa que será algo positivo y enriquecedor para su vida y formación, al margen del trabajo. Sus metas actuales son alimentar su curiosidad, bagaje cultural e, incluso, sus conversaciones, que se limitan cada vez menos a temas banales.

Desde su punto de vista, es posible que otras personas de su edad no se acerquen tanto a la Universidad «porque les da un poco de miedo matricularse, sentarse con gente joven y sentirse como de otro mundo, eso les echa atrás». También, debido a que, a menudo, disponen de menos tiempo para dedicarse íntegramente al estudio, ya sea porque trabajan, tienen personas a su cargo o deben ocuparse de atender la casa. Es por ello que, aunque recomienda que cualquiera que quiera estudiar a una edad avanzada lo haga, considera importante que los estudios no supongan un motivo de estrés añadido, y que se comiencen partiendo de la estabilidad.

«No es cuestión de admiración, sino de ilusión e interés»


En su caso, aunque tiene una situación económica estable, su hija ya es mayor y su esposa sigue trabajando, sucede algo parecido entre la actividad física y el cuidado del hogar. «Yo ahora tengo menos tiempo que cuando trabajaba, mucho menos. Es maravilloso levantarse por la mañana y decir: bueno, hoy tengo clase, tengo un examen, tengo que hacer un trabajo. Coger libros, leer, entrar en Internet. Estar continuamente en actividad. Mi vida es así, afortunadamente».

Ramírez insiste en que comenzar una carrera después de los 50 «no te va a aportar nada negativo, sino todo lo contrario. El tiempo que tardes da igual entre comillas, pero sí hay que ir con ilusión a clase». De hecho, explica que muchas personas de su círculo se sorprenden para bien de que continúe estudiando. «El comentario siempre es el mismo: jo, fabuloso, genial. Hay quienes hasta te dicen: fua, te admiro. No es una cuestión de admiración, es que, si quieres, lo puedes hacer, siempre y cuando tengas interés».

El movimiento estudiantil de los setenta


Aunque fuera durante un año, Ramírez pudo vivir el ambiente universitario del curso 77-78, que se enmarcó en un periodo muy convulso, cargado de protestas sociales. «Había un movimiento estudiantil muy fuerte, muy potente, muy aglutinador. Tirabas y si había que hacer una manifestación, una huelga o lo que fuera, vamos, tenía una capacidad de convocatoria brutal. En aquella época había una rama que estaba muy influida también por el Movimiento Para la Autodeterminación e Independencia del Archipiélago Canario (MPAIAC)», rememora.

Es por ello que, al compararlo con el contexto actual, encuentra que «el espíritu universitario ha desaparecido. No existe una mentalidad universitaria, solo gente que está matriculada». Es más, opina que «el estudiantado hoy, en la Universidad, no tiene una representación real. Está todo muy disperso. Al final resulta que el alumnado no tiene la capacidad de elección. Hay un corporativismo que hace que montones de planteamientos y necesidades se mueran ahí. Cuando llega el momento, existe una mayoría aplastante por parte del profesorado y de los claustros, que solo se nos acercan en periodo de elecciones».

«Hablando de tiros… ¿te suena un chaval que se llamaba Javier Quesada?»


No obstante, encuentra que es algo normal, debido a que durante su primera etapa universitaria se vivió el contexto de la Transición, el cual propició que el alumnado se movilizara y protestara con más fuerza y unidad. En la actualidad, la Universidad se ha descentralizado, mientras que antes «La Laguna era un hervidero de estudiantes en los bares. Había un ambiente muy universitario en la Heraclio Sánchez y en la Trinidad. Eran todo negocios de fotocopiadoras, bares, lavanderías. Por ahí iban los tiros. Hablando de tiros… ¿te suena un chaval que se llamaba Javier Quesada?».

Quesada, un joven que estudiaba Biología en la ULL, fue asesinado en 1977 por la Guardia Civil durante una protesta dentro del Campus Central. Ramírez, que vivía al lado del lugar, se encontraba «a 100 metros de él. Vi el momento en que entró la Policía Nacional y, después, la Guardia Civil. Vi el momento en que mataron a Javier. Entraron por la puerta trasera del colegio mayor San Fernando, pusieron la rodilla y abrieron fuego con los fusiles que utilizaba el ejército en aquel momento. Dispararon aproximadamente a unos 50 metros. No sé si fue un rebote de bala, pero no era para ir ahí a pegar tiros, eso está claro».

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‘Pose’, empoderamiento en la pequeña pantalla haciendo historia https://periodismopre.ull.es/pose-visibilizacion-y-empoderamiento-en-la-pequena-pantalla-haciendo-historia/ Wed, 14 Jul 2021 06:00:40 +0000 http://periodismo.ull.es/?p=178492 El entretenimiento está cambiando, y lo está haciendo para bien. Las nominaciones a los Premios Emmy, publicadas ayer martes, 13 de julio, lo evidenciaron nuevamente. Pose, que optará al título de mejor serie de drama, ha demostrado en sus tres temporadas la importancia y necesidad de la representación positiva de las mujeres trans racializadas. No en vano, se puede decir que ha hecho historia, y es que MJ Rodriguez, por su papel como Blanca, es la primera mujer trans nominada a mejor actriz protagonista de drama. También, Billy Porter, por su personaje como Pray Tell, competirá por el puesto de mejor actor protagonista de drama.

La septuagésimo tercera entrega de los galardones, que se celebrará el 19 de septiembre, ha puesto el foco en una creación que su público ya había recibido con entusiasmo desde su episodio piloto, lanzado en 2018. Y no resulta de extrañar, ya que la industria del entretenimiento rara vez representa con fidelidad, dignidad y sin eufemismos al colectivo LGTBIQ+ como lo ha hecho esta serie. Más aún, como es el caso, cuando se trata de mujeres trans no blancas que luchan contra el VIH, la violencia, los estigmas sociales y la prostitución como única manera de ganarse la vida en el Nueva York de los ochenta y noventa.

Dignidad y autorrepresentación


Pose ha vuelto a poner sobre la mesa la importancia de visibilizar y empoderar a los colectivos socialmente marginados y vulnerables. Las pocas veces que se les da un papel suele ser a través de personajes secundarios, tremendamente estereotipados, y cuya personalidad y vivencias giran exclusivamente alrededor de su identidad de género u orientación sexual. No obstante, en esta historia lo que se muestra son personajes dignos, complejos y protagonistas de sus propias vidas.

La serie explora la peligrosidad y exclusión diarias en diversos ámbitos por ser una persona LGTBIQ+ que, además, van ligados a entornos de pobreza y marginalidad. Sin embargo, lo hace lejos de un tono lúgubre y dramático que suele ir aparejado al típico enfoque que se le da al colectivo en pantalla. Así, Pose gira en torno a la cultura del baile vogue y de los ballrooms, eventos nocturnos clandestinos en los que el colectivo, sobre todo latino y afrodescendiente, iba a bailar y desfilar para expresarse libremente y ganar trofeos.

Ello se desarrolla en el contexto de las Casas, en los que una Madre acoge a personas a las que han echado de sus hogares por su identidad u orientación sexual. Formando una nueva familia, compiten contra otras para hacerse con premios en distintas categorías. Blanca, una joven trans negra que fue acogida años atrás por Elektra, otra mujer trans negra, decide luchar por independizarse y fundar su Casa.

Cuantos más trofeos consigue una Casa, mayor es su prestigio entre la comunidad. Foto: PULL

A lo largo de las tres temporadas, a pesar de todos los duelos y batallas contra una dura realidad, se muestra a personajes empoderados y reivindicativos que luchan por prosperar. Buscan la superación y dejar un legado para que las futuras generaciones puedan vivir, expresarse y ser quienes son con libertad. Poco a poco, subiendo escalones, logran construir sus propias vidas, su presente y su futuro.

Derecho a existir y a la felicidad


El gran éxito de la serie reside, sobre todo, en la ruptura con una cultura cinematográfica cisheteronormativa. Sus protagonistas reclaman sus derechos, y la felicidad o el amor se convierten en aspiraciones realistas. En este caso, la ficción va mucho más allá: la representación positiva de colectivos históricamente discriminados es fundamental para que el público pueda identificarse con lo que ve y proyectarlo en la realidad. Más aún cuando el colectivo se representa a sí mismo, cosa que no es habitual, y es que Pose cuenta con el elenco trans más amplio jamás visto.

Racialización, prostitución, LGBTIQfobia y VIH son algunos de los temas que están presentes desde el principio hasta el final. A lo largo de los episodios, otros igualmente relevantes van aflorando. Sororidad, drogadicción, sexualización de las mujeres con pene o deconstrucción de la masculinidad son algunos de ellos. Siempre con un trasfondo de lucha y fuerza para continuar, pero sufrimiento y dolor por lo vivido y lo perdido.

Por todo ello, Pose se convierte en un imprescindible. No es una serie feliz, y tampoco pretende serlo. Es una serie cruda y real, pero bonita y empoderante, que puede hacer sonreír y llorar en pocos minutos. Y lo que es más importante, demuestra que esas personas marginadas y excluidas, a las que se les ha negado incluso el derecho a existir, merecen un futuro feliz.

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La Caravana Abriendo Fronteras, en las Islas del 17 al 24 de julio https://periodismopre.ull.es/la-caravana-abriendo-fronteras-recorrera-canarias-del-17-al-24-de-julio/ Mon, 12 Jul 2021 06:01:20 +0000 http://periodismo.ull.es/?p=177955 La Caravana Abriendo Fronteras es una plataforma conformada por diversas organizaciones y colectivos del Estado español. Nació en 2016 con el objetivo de denunciar la gestión griega y europea de la llegada de personas refugiadas, sobre todo sirias, a Grecia. Su mensaje, en aquella ocasión, criticaba las mismas acciones políticas por las que viaja a Canarias del 17 al 24 de julio: bloqueo migratorio, vulneración de los derechos humanos y hacinamiento en macrocampamentos con condiciones indignas e insalubres. En sus años de andadura, ha llevado a cabo otras cinco giras por distintos puntos de España y Europa.

Con el hashtag #CanariasNiCárcelNiTumba y el manifiesto De la sal a la tierra. Sin vida y sin nombre, este nuevo viaje a las Islas se centrará en denunciar públicamente las desapariciones y muertes que se han producido en los últimos meses en la Ruta Canaria, conocida por su peligrosidad. Una ruta a la que se sigue recurriendo debido al aumento de los controles fronterizos y cierre de otros límites con Europa más seguros.

1922 muertes en seis meses en la Ruta Canaria


Según Caminando Fronteras, 2087 personas murieron durante el primer semestre de 2021, de enero a junio, tratando de llegar a España. Dicha cifra supone un 526 % más de fallecimientos que durante el mismo periodo de 2020. De ellas, 1922 fallecieron en la Ruta Canaria. Solo el 4,17 % de los cuerpos llegan a ser recuperados, mientras que el resto desaparecen en el mar, al igual que ocurre con las 42 embarcaciones desaparecidas en esta etapa de 2021 y de las que no se encuentra ningún cadáver.

Las reivindicaciones y manifestaciones de esta plataforma pasarán por Gran Canaria y Tenerife. Foto: Caravana AF

Las denuncias de la Caravana también van enfocadas a las políticas migratorias y al racismo institucional. La vulneración de los derechos humanos, el expolio de recursos naturales y la venta de armas, así como la participación activa de Europa en guerras del continente africano, son fuertemente denunciadas. Además, critica la externalización de fronteras y la repetición de un modelo migratorio que, según expresa su manifiesto, fomentan el racismo y los discursos de odio.

Por ello, su lista de demandas es larga: asunción de responsabilidades por parte de los gobiernos, apertura de vías legales y seguras para migrar, regularizaciones, cierre de los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE) y garantías específicas para colectivos migrantes vulnerables, entre otras. Todo ello, resaltando la solidaridad de la sociedad canaria y el empoderamiento y resistencia de los pueblos africanos que deciden migrar.

Una semana cargada de reivindicaciones


350 participantes de distintos puntos de España se han sumado a la Caravana, que llevará a cabo multitud de actividades. Su programa, sujeto todavía a posibles cambios, contará con dos etapas. La primera se desarrollará en Gran Canaria, del 17 al 20 de julio. La segunda, en Tenerife, a partir del día 21 y con fecha de cierre cuatro días después. Ambas Islas llevan meses inmersas en protestas migratorias por la libre circulación y unas condiciones de vida dignas de las que se ha hecho eco una buena parte de la sociedad canaria.

El acto de apertura de la Caravana será en La Isleta, Gran Canaria, el próximo sábado, 17 de julio, donde se llevará a cabo un acto reivindicativo-festivo con actuaciones y piezas artísticas. Al día siguiente se hará una manifestación en la playa de Las Canteras, seguida de la proyección del documental Mujeres de sal, hombres de humo de Iris Carballo sobre migraciones a Cuba. La tercera jornada estará cargada de concentraciones en varios puntos: el centro Canarias 50, la sede grancanaria de Frontex, el CIE de Barranco Seco y la Subdelegación del Gobierno.

El último día en la Isla, y para finalizar el primer periodo, se reavivarán las movilizaciones comenzando por, una vez más, la Subdelegación del Gobierno. También, la Caravana pasará por la sede del diario La Provincia, San Fernando, el Puerto de Arguineguín -donde se ha concentrado a migrantes en malas condiciones durante meses-, y el Cementerio Agüimes, en el que hay un importante número de tumbas anónimas de inmigrantes que murieron durante la travesía por el mar.

Una vez en Tenerife, el plan comienza con una manifestación antifranquista y contra la militarización que terminará en la Plaza Weyler. Después, se llevarán a cabo actos culturales en El Fraile de la mano de artistas del continente africano. Al día siguiente, se realizará otra protesta partiendo de Las Américas hasta Los Cristianos. Desde allí se irá a unas concentraciones en un CIE y en la prisión que se utiliza como recurso alojativo. Para acabar la jornada, se harán actividades en el Campamento de Las Raíces junto con los grupos de inmigrantes allí alojados.

El 23 de julio comenzará con una doble marcha que partirá simultáneamente del Campamento de Las Raíces y del de Las Canteras hasta confluir en la Plaza del Adelantado para hacer un acto, donde anteriormente ya se han llevado a cabo otras protestas con la misma causa. Las actividades cerrarán al día siguiente con una manifestación antirracista que empezará en Taco y concluirá en el Parque de La Granja a través de un acto especial de clausura. Así, el 25 de julio, tras haber pasado la última noche en Canarias, y según el programa, se plantea que sea el día de «vuelta a casa… o no».

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Donar el cabello para ayudar a una persona a afrontar su enfermedad https://periodismopre.ull.es/donar-el-cabello-para-ayudar-a-una-persona-a-afrontar-su-enfermedad/ Mon, 05 Jul 2021 07:00:35 +0000 http://periodismo.ull.es/?p=177537 ¿Cuánto cuesta un mechón de pelo natural? Habrá quienes respondan que depende del largo, la calidad o el color, pero que puede superar los 50 euros por 100 gramos. Más aún cuando se trata de uno bien cuidado, con una longitud considerable y de una tonalidad difícil de encontrar. Sin embargo, en Mechones Solidarios, el pelo tiene el valor intangible e incalculable de recuperar una parte perdida de la identidad y la imagen. Es por ello que esta fundación, nacida en octubre de 2013, se dedica a elaborar pelucas naturales destinadas a personas con enfermedades que ocasionan la pérdida del cabello.

El proceso comienza con el envío y recepción de las donaciones, de un mínimo de 30 centímetros, provenientes de toda España e, incluso, de países como Andorra o Francia. Esta labor la pueden facilitar las distintas peluquerías solidarias que colaboran con la entidad. Es el caso de One Pelu, situada en La Laguna, Tenerife, donde por nueve euros se puede hacer la donación, incluyendo un lavado y corte estilizado.

Una vez recibido en Málaga, donde se encuentra la sede de Mechones Solidarios, comienza el proceso de elaboración. Para ello, el cabello es desinfectado, hidratado y secado. Se clasifica según los largos y se confeccionan las distintas cortinas. Para imitar el cuero cabelludo, se hace un picado. Después, se confecciona la base, se monta la peluca y se le da un corte y peinado personalizados según los deseos de su solicitante que, normalmente, consisten en recuperar su aspecto de antes de enfermar.

Donar el pelo abarata el coste de las pelucas en un 70 %


Aunque parezca sencillo, Sebastián Quattrocchio, trabajador de la organización que se encarga «un poco de todo», explica que, en realidad, la elaboración entraña mucho tiempo y gastos de los que no se suele ser consciente. Hacer una sola peluca conlleva 40 horas de trabajo y requiere de ocho a veinte donaciones, a lo que hay que sumar el precio del resto de materiales necesarios. Además, «es una labor que no puede realizar el voluntariado. Hay que contratar personal tejedor, formarlo y pagarle un sueldo».

Así, el coste de la fabricación de cada una, restándole alrededor de un 70 % gracias a que el pelo haya sido donado, asciende a entre 400 y 600 euros. «Es un producto muy exclusivo, ni siquiera la gente que tiene dinero las suele comprar», aclara. De hecho, su oferta es muy escasa en España, sobre todo si son personalizadas. Quattrocchio añade que otros artículos de las mismas características y calidad llegan a valer unos 3700 euros o más, sin incluir los costes de mantenimiento.

Con todo, Mechones Solidarios es capaz de autofinanciarse y llegar a cientos de personas. Solo en 2016, se hicieron y entregaron cien pelucas, cifra que casi se duplica al año siguiente, ascendiendo a 172. En 2018, el total anual fue de 192, hasta que, en 2019, alcanzaron las 202. Aunque era inevitable que la pandemia tuviera efectos negativos, el trabajo no cesó, y se cerró 2020 con la producción y entrega de 153 unidades.

La entidad consigue el pelo a través de donaciones en peluquerías, eventos o envíos directos. Foto: PULL

«Nos gustaría llegar al punto en que podamos hacerlas todas gratis»


«Creo que tener una peluca ayuda muchísimo a que una persona esté contenta, se vea mejor y afronte su enfermedad de otra manera», insiste Quattrocchio. «A la gente le cuesta asimilar que va a perder el pelo, aunque se lo diga su médico». Según relata, quienes acuden a la entidad, mayoritariamente, tienen escasos recursos. Incluso una peluca sintética puede suponer un gasto difícil de abordar. Es por ello que, en función del poder adquisitivo de cada quien, justificado con una serie de documentos, pagará o no una parte de su precio. No obstante, las que van destinadas a menores de 14 años siempre son gratuitas independientemente de la economía de su familia. En cualquier caso, es necesario presentar un documento médico que pruebe alguna enfermedad que provoque la caída del cabello.

Al comentar que «nuestra intención siempre ha sido hacer pelucas de la más alta calidad al menor coste posible», no duda en que «nadie quiere hacerlas tan buenas con tan baja recompensa. No hay competencia y, desde luego, este no es un negocio rentable para las empresas». Por ese motivo, uno de sus objetivos principales en la actualidad es la recaudación de fondos a través de donativos, campañas personalizadas en redes sociales o la venta de merchandising.

Antes, los muchos eventos que realizaban permitían recaudar cantidades importantes con las que financiarse. En 2019, se llegaron a celebrar 58. El contexto pandémico actual ha impuesto grandes limitaciones a su celebración por todo el país. No obstante, Quattrocchio no renuncia a sus metas: «Nos gustaría llegar al punto en que podamos hacerlas todas gratis».

Asimismo, expresa que cuentan con las donaciones y colaboraciones de diversas empresas, aunque no reciben ayudas estatales. Considera que son necesarias mientras exista una problemática en relación a la pérdida del pelo o, al menos, hasta que se pueda optar a tratamientos menos agresivos -en el caso del cáncer, que es la enfermedad que padecen la mayoría de sus solicitantes-. Como mínimo, dice, le gustaría que el Estado pagase una parte de las pelucas o diera pequeñas subvenciones para que la gente tuviera más facilidades a la hora de adquirirlas. Sin embargo, es consciente de que, en la actualidad, es complicado que ese dinero vaya destinado a solventar un problema estético.

«Nos estamos peleando todos los días con las aduanas, pero también queremos que las pelucas lleguen a las Islas»


Con orgullo, expresa que el resultado de su trabajo llega a todos los puntos de España, incluyendo Canarias, pese a los problemas que ello presenta. «Nos estamos peleando todos los días con las aduanas, pero también queremos que las pelucas lleguen a las Islas». Del mismo modo, un porcentaje de las donaciones de cabello sale de Canarias. Repartidas en el Archipiélago hay 24 peluquerías solidarias, de las que One Pelu forma parte. Su dueña, Oneida Martín Fernández, explica que lleva cuatro años colaborando con la organización, motivo por el que se siente «súper contenta porque tengo un montón de vivencias y experiencias vitales que, de otra forma, no las tendría».

Entre ellas, recuerda a una niña que acudió al local para tomarse las medidas del cráneo. Semanas más tarde, la madre le mandó fotografías con su nuevo aspecto y «parecía otra niña. Es impresionante lo que consiguen». Con el mismo cariño rememora a su donante más joven, de tres años, y a la más longeva, de 80, quien se dejó crecer el cabello expresamente para cortárselo y donarlo.

Cada mes, la peluquería cuenta con una media de entre ocho y quince donaciones. Con esas cifras, Martín expresa que le parece «súper sorprendente que sean capaces de llegar a tantas personas con lo poquito que damos. A mí me parece poco lo que hago, simplemente corto pelo, que es mi profesión, y a veces traigo algo de merchandising que venden en su página web para autofinanciarse».

Una de sus fuentes de financiación es la venta de productos como camisetas, peines o pulseras, entre otros. Foto: PULL

«A veces lo comparo con donar sangre. El pelo sigue creciendo y no nos cuesta tanto»


Martín comenta con entusiasmo que Mechones Solidarios no se centra exclusivamente en la afección más común y llamativa causante de la caída del cabello: «No solo abarcan el sector del cáncer, sino otras enfermedades», como la alopecia, «de las que parece que en ocasiones nos olvidamos».

Pese a que la clientela se siente entusiasmada con este tipo de iniciativas, que apenas requieren esfuerzo pero suponen una gran ayuda, también es cierto que, a menudo, la gente siente cierta reticencia a la hora de cortarse el pelo. Al haber un mínimo de 30 centímetros, necesario para que cada mechón pueda ser de utilidad, muchas personas tienden a creer que «eso es mucho y van a perder la melena, pero en realidad no es así».

De hecho, Martín insiste en que el cabello crece, y que incluso su clientela se sorprende de la rapidez con que lo hace. «Yo a veces lo comparo con la donación de sangre. Tú puedes donarla cada seis meses porque generas sangre nueva. El pelo es igual. Puedes donarlo una vez al año, año y poco, porque sigue creciendo. No nos cuesta tanto».

Las casualidades como motor de despegue


Mechones Solidarios empezó como una pequeña iniciativa en 2013 por parte de la Asociación de Peluquería Internacional Arte e Imagen, cuando «se decidió hacer una peluca para alguien que lo necesitase, sin más», según señala Quattrocchio. A partir de muchas coincidencias, y después de haber visto las secuelas del cáncer y la quimioterapia en familiares del personal del negocio, el proyecto fue creciendo de forma orgánica.

«La directora de Mechones Solidarios, Estela, es peluquera desde pequeña, y también su madre, quien de mayor tuvo cáncer. Se hizo una peluca igual que su pelo, iba a la quimio y todo el mundo flipaba. ¿Cómo no se te cae el pelo a ti?, le decían». Recuerda cómo, antes de fallecer, decía que era una pena que la gente sufriera por la caída del cabello. «Para ella fue muy fácil porque estuvo toda la vida haciéndolas, pero claro, son inalcanzables para otras personas por el precio y por la complicación de conseguirlas», añade.

En esos momentos, llegó a la peluquería una chica con una larga melena para donarla. «Me dijo: córtamela y úsala para algo que haga feliz a alguien». Entonces, todo cuajó. Estela Guerisoli, quien hoy es directora de la organización, recordó las palabras de su madre sobre el derecho de las personas enfermas a tener una buena peluca al perder el pelo por diversas enfermedades. Sobre todo debido a que pueden estar atravesando momentos muy duros tanto física como psicológicamente.

Desde ese punto de partida, y dándose a conocer a través de eventos y redes sociales, surgió la necesidad de dedicarle más tiempo y un espacio propio. «Nuestra iniciativa ha creado la conciencia de la donación de cabello en España. Fue algo muy rápido y todavía sigue creciendo», resume Quattrocchio. Con mucho trabajo a las espaldas y un futuro lleno de dedicación, hoy Mechones Solidarios se posiciona como una entidad con vistas a ser declarada de interés público por la labor social que cumple.

 

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«Las personas LGTBIQ+ debemos tener el sentimiento de orgullo todo el año» https://periodismopre.ull.es/las-personas-lgbtiq-debemos-tener-el-sentimiento-de-orgullo-todo-el-ano/ Mon, 28 Jun 2021 06:01:18 +0000 http://periodismo.ull.es/?p=176367 Anthony Juan Carballo Díaz es médico graduado por la ULL. A sus 25 años, trabaja en Diversas coordinando el proyecto Espacio Cero, un servicio de salud sexual y detección precoz de VIH, sífilis y hepatitis C. Esta entidad nace en 2015 para ofrecer servicios sanitarios, acompañamiento y educación en relación a la comunidad LGTBIQ+ en Tenerife, sobre todo en el Norte. Además, Diversas participa en reivindicaciones y trabajo institucional, y forma parte de la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans y Bisexuales (FELGTB). Hoy, Día del Orgullo, Carballo expone su punto de vista respecto a la celebración, la violencia del lenguaje y las realidades del colectivo.

¿La celebración del Orgullo está mercantilizada? «Sí. Las empresas, desde los bancos hasta las tiendas de ropa, utilizan al colectivo y lo mercantilizan para aumentar sus ganancias a fin de mes. Al final, somos gente que quiere lucir ropas y visibilizar quiénes somos, pero si no hay un trabajo social, un reconocimiento y programas de inclusión en esas empresas, entonces falla el enfoque».

¿Cómo se puede hacer frente a esa mercantilización? «Hay que tener mente crítica. El Orgullo no es solo publicar en Instagram o comprarte una camisa. Es una reivindicación en la que no hace falta ser parte de la causa para defenderla. También, la cuestión está en cómo trabajan las empresas, en su base social. Por ejemplo, la FELGTB lleva un programa que se llama Yes we trans. Trabaja junto con entidades contratadoras en la inclusión de las personas trans, que tienen actualmente la mayor tasa de desempleo y discriminación dentro del colectivo».

«Deconstruirse y ser consciente de los privilegios trae como consecuencia tener que ceder espacios»


¿Las perspectivas interculturales, interraciales e interseccionales deben ser una base mínima en los movimientos LGTBIQ+? «Creo que es importante, principalmente porque todas las personas somos como una matrioshka. Las discriminaciones inciden de tal forma que una mujer trans migrante se verá afectada por su condición mujer, pero además por ser trans y, encima, migrante. Esa triple segregación debe tenerse en cuenta a la hora de hacer reivindicaciones el 28J. No dejar a nadie atrás. Debemos enfocarnos en la lucha conjunta, pero siempre sabiendo quién debe ser protagonista. Al igual que en el 8M son las mujeres quienes deben abanderar los discursos, aquí también tiene que haber un grupo que lidere, que es el colectivo LGTBIQ+. El resto, apoyar, no acaparar ni ocupar espacios que no les pertenecen».

¿Qué opinión le merece la consideración de un día del orgullo cisexual o hetero? «Cuando hablo con mis amistades sobre esto, siempre digo lo mismo: hagamos un ejercicio de empatía. Pongámonos en la piel de una persona LGTBIQ+ que va al instituto y que sufre acoso en el aula. En la de una mujer trans con una expresión socialmente masculina. ¿Cómo se sienten? ¿Cuánto sufren? Al lograr empatizar, reculan y se dan cuenta del error. Un día del orgullo heterosexual no hace falta por el simple hecho de que, a fecha de hoy, las personas heterosexuales no sufren discriminación, cosa que sí le ha sucedido al colectivo a lo largo de toda la historia».

¿El hombre medio blanco, hetero y cisexual se siente amenazado por el Día del Orgullo? ¿Por qué? «Yo creo que sí. Deconstruirse y ser consciente de los privilegios que tiene trae como consecuencia el tener que ceder espacios. Vivimos en una sociedad cisheteropatriarcial en la que, desde la infancia, se nos ha inoculado a través de la educación cuál es nuestro lugar y que no podemos cederlo. Es en esa pérdida de privilegios donde los hombres suelen presentar dificultades a la hora avanzar, tomándoselo a la defensiva».

¿El Orgullo se centra demasiado en la perspectiva masculina y gay, generando cierta invisibilización, o existe un balance equilibrado? «Eso lo vemos mucho. En este caso, los gais son los que más acaparan. Es una autocrítica que debemos hacernos, porque eso se ha traducido en que, hasta hace poco, habláramos solo del Orgullo Gay, la fiesta de los gais. Esto, afortunadamente, ha cambiado. Cada vez más, se habla del Orgullo LGTBIQ+, pero sí es cierto que los hombres, dentro del colectivo y de toda la población, tenemos que ser conscientes de nuestros privilegios y actuar en función de ellos. No podemos permitirnos hablar de una colectividad LGTBIQ+ y no abanderar la lucha de las mujeres trans, sobre todo cuando son ellas las que lucharon para que hoy podamos ir de la mano por la calle o decir te quiero sin miedo. Hay que hacer una reflexión interna e introspectiva, pero no dejarlo ahí, sino llevarlo a la acción y a la deconstrucción para ser mejores personas».

El habla como arma segregadora


¿Cuál es la violencia que encierra el lenguaje? Si es más sutil en unos casos que en otros, ¿cómo se le hace frente? «El español es muy rico, con muchos términos y sinónimos, y eso es muy bonito. Creo que donde está la violencia es en la manera de transmitir los mensajes, en las formas, y no tanto en las palabras, ya que es la gente quien las dota de significados. Eso lo combatimos dándonos la oportunidad de aprender y escuchar. A lo mejor habría que tener mayor asertividad a la hora de decir las cosas y recibir los mensajes».

¿Cuáles son las generalizaciones o bulos más peligrosos para el colectivo LGTBIQ+ aún presentes a día de hoy? «Sobre todo los que están vinculados a la realidad trans. Creo que todavía encontramos mucha sexualización en las mujeres, en concreto. El hecho de que haya algunas que no lleven a cabo una reasignación genital genera morbo. No solo de puertas adentro, sino también entre la sociedad heterosexual, y es algo que muchas reivindican y sufren. Otra cosa que solemos escuchar todavía en los centros educativos es el mito de que las lesbianas lo son debido a que no han probado otra cosa. Sigue perviviendo ese estereotipo de que no eres lesbiana por sentir una atracción hacia las mujeres, sino porque, como no te has acostado con ningún hombre, no sabes lo que significa».

¿Perduran estereotipos vinculados al sida y otras enfermedades de transmisión sexual? «Sí. Ahora, en el instituto, la juventud insulta a otras personas diciendo que son sidosas. Es algo que me llama la atención e, incluso, le pregunté a un chico abiertamente por qué lo hacen. Es por un estereotipo homófobo que se vincula al sida, que no el VIH, para generar más discriminación y serofobia hacia otra gente. Lo usan de modo súper común. También destacaría el uso del término transformer en referencia a la gente trans. Esa violencia de la que hablábamos continúa en las nuevas generaciones, aunque busca nuevas formas de transmitir los mismos mensajes».

¿Qué piensa sobre la persistencia del uso del masculino genérico? «Creo que es un error. Lo que no se nombra, no existe. Hemos visto en medios de comunicación y en noticias la dificultad que está teniendo el empleo desglosado de sustantivos y adjetivos como chica/chico o guapo/guapa. De modo que seguimos manteniendo esa violencia en el lenguaje. A eso hay que añadir la no binariedad, es decir, quienes no se identifican ni como hombres ni como mujeres y emplean la e, término neutral, para identificarse. Creo que ahí reside la magia y la riqueza que tiene el español. Si generalizamos con la o, más de la mitad de la población queda invisibilizada».

¿Qué opina de la frase «el Orgullo es todo el año»? «Estoy totalmente de acuerdo. Creo que es una reivindicación que hay que llevar en el ADN, no solo entre integrantes del colectivo, sino en toda la sociedad. El orgullo es un sentimiento que como personas LGTBIQ+ debemos tener todo el año porque hemos vivido mucha discriminación. Aunque es verdad que se han dado pasos hacia adelante. Antes solo hablábamos del 28J, pero ahora hablamos del mes del Orgullo. Ya a ver cuándo hablamos de los meses del Orgullo, hasta que tengamos el año entero, los 365 días».

«Queríamos ir a por una ley de máximos que reconociera a todo el mundo y no dejase a nadie atrás. Hoy, Canarias es vanguardia»


¿Qué consecuencias sociales y políticas tiene la invisibilización de las personas no binarias y las trans que no se someten a modificaciones corporales? «La principal es que continuamos viviendo en una sociedad donde los estereotipos de género, a pesar de querer romper con ellos, continúan. Me refiero a quienes no quieren llevar a cabo todo el proceso de transición hormonal. A lo mejor solo quieren el cambio de nombre y ya con eso son felices. Entonces, ¿qué nos encontramos? Segregación dentro del propio colectivo. Hemos inoculado roles, estereotipos y expresiones físicas o conductuales binarias, de tal manera que una persona trans no binaria puede no querer tener una expresión socialmente vinculada a un género u otro, pero al no reconocerse lo que es el no binarismo, esa gente no se ve identificada y continúa con una necesidad de passing».

¿De dónde sale el miedo y la polémica a la Ley Trans? «Siempre que lo he comentado con mi círculo cercano he dicho que las leyes, en general, son para ampliar derechos. Nadie puede quedar en los márgenes cuando lo que queremos es legislar. Creo que lo que sucede es una falta de empatía. Desde los movimientos sociales, en particular del movimiento feminista, tenemos que hacer una retrospección hacia la discriminación que se ha vivido en relación a la identidad. Cuánto daño nos ha causado identificarnos como mujeres o como lesbianas y, a partir de ahí, llevar a cabo un ejercicio de empatía y sororidad. No entender que hay mujeres trans que siguen sufriendo segregación es lo que lleva a comentarios como el de que van a violar a otras en las cárceles o en los baños».

¿Qué se siente al haber conseguido la aprobación de esta ley en el Archipiélago antes que en el resto del país? «La verdad es que ha sido un trabajo complicado y duro que comenzó en 2018 a través de un proceso participativo entre las entidades sociales LGTBIQ+ de toda Canarias. Yo recuerdo dinamizar una de las sesiones en Fuerteventura y teníamos mucha ilusión en ese momento. Queríamos ir a por una ley de máximos que reconociera a todo el mundo y no dejase a nadie atrás. Hoy, podemos tener una ley que es la vanguardia de España. La Ministra de Igualdad, Irene Montero, lo expresaba en muchas ocasiones en el Congreso. Creo que podemos sentir mucho orgullo, esa Canarias orgullosa que lleva como lema el Gobierno autonómico. Por fin no vivimos con una hora menos, tenemos diez años de avance social. Es cierto que la materialización y ejecución de la ley costará un poco, pero ahí seguiremos para luchar y reivindicar».

¿Cómo le gustaría concluir? «Para terminar, me gustaría decir a todas esas personas LGTBIQ+ que puede que nos lean que no están solas. Que pueden contar con una entidad como Diversas si creen que están pasando por una situación complicada. Hay profesionales detrás que les pueden apoyar de forma totalmente gratuita. Al final, cuando lo pasas mal, lo que más necesitas es que te tiendan una mano. A mí me hubiera gustado recibir ayuda en ese sentido. Por eso, quiero mandar un mensaje de apoyo y acompañamiento a toda esa gente».

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Finaliza la Marcha por la Libertad del Pueblo Saharaui en Tenerife https://periodismopre.ull.es/finaliza-la-marcha-por-la-libertad-del-pueblo-saharaui-en-tenerife/ Sun, 20 Jun 2021 06:00:08 +0000 http://periodismo.ull.es/?p=175869 Con un comienzo por todo lo alto en el pico del Teide, la Marcha por la Libertad del Pueblo Saharaui concluyó ayer sábado, 19 de junio, tras un mes de reivindicaciones. A las 9.30 horas, las columnas Norte y Sur ya estaban preparadas en Taco y La Cuesta para salir caminando hasta el parque de La Granja. Allí, centenares de personas canarias y saharauis se reunieron para continuar una protesta que lleva viva décadas, desde la invasión marroquí del Sáhara Occidental en 1975 y la interrupción por parte de España de su proceso de descolonización.

Después de calentar motores con consignas, banderas, carteles y música, la manifestación se trasladó a la Subdelegación del Gobierno, pasando por la Plaza Weyler. En esta nueva ubicación, se quiso compartir una parte de la cultura saharaui a través de canciones, danza y boles con dátiles y leche. Además, un grupo de representantes pronunció una serie de pequeños discursos que sacaron a relucir un objetivo común: proseguir la lucha por la autodeterminación del pueblo saharaui.

Un grupo de manifestantes utilizó varios megáfonos para lanzar consignas en español y, a veces, en árabe. Foto: NBDV

Anselmo Fariña, miembro de la Asociación Canaria de Amistad con el Pueblo Saharaui, se encargó de decir algunas de las palabras que cerraron la Marcha. Destacó la importancia de que el Gobierno español «asuma sus responsabilidades como potencia administradora e impulse definitivamente una solución pacífica, que solo se puede dar sobre el derecho a la autodeterminación». Con contundencia, añadió que «sin justicia, no hay paz. Sin libertad, no hay justicia».

Soukaina Ndiaye, representante saharaui, incidió en que su pueblo se siente profundamente arropado por el canario. Mostró un agradecimiento que también expresó Hamdi Mansur, quien habló en representación del Frente Polisario. Según sus palabras, es la cultura, la historia y la geografía las que unen de manera clara y contundente a ambas poblaciones, y que ello se demuestra con la gran participación que tuvo la Marcha durante el mes que duró. Finalmente, recalcó que la lucha por la independencia continuará hasta que sea efectiva.

Algunos grupos de transeúntes y de la vecindad de Santa Cruz mostraron su apoyo con la causa de la manifestación. Foto: NBDV

Por toda Canarias y España


La movilización no se limitó a Tenerife, ni siquiera al Archipiélago. Todo el territorio español se involucró de muchas formas diversas en esta protesta multitudinaria. Columnas de caminantes procedentes de todas las zonas del país confluyeron en una marcha que llegó a Madrid, también ayer, para llevar a cabo una manifestación en la Puerta del Sol. Asimismo, otras marchas se llevaron a cabo en el resto de islas del Archipiélago.

A lo largo de este último mes, las reivindicaciones se han hecho notar mediante actuaciones musicales y humorísticas, pintura, literatura o actividades familiares, entre otras. Destaca la iniciativa llevada a cabo por un grupo de salto del pastor en La Palma, también ayer sábado. Este descendió el risco de La Concepción con banderas saharauis y con una pancarta que reclamaba su independencia, mezclando y fundiendo las culturas de ambos pueblos bajo lo que Mansur denominó «una bandera de solidaridad».

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Feminismos y migraciones: integración en la diversidad https://periodismopre.ull.es/feminismos-y-migraciones-integracion-en-la-diversidad/ Mon, 07 Jun 2021 11:40:38 +0000 http://periodismo.ull.es/?p=174650 El racismo, la xenofobia y la aporofobia «son conceptos que están muy relacionados», según explica Lucía González Rosas, agente de igualdad. Estos se agravan en el caso de las mujeres migrantes, ya que, como afirma la trabajadora social Cristina Luis Pérez, sufren violencias específicas por el hecho de serlo. Ambas trabajan en la asociación Mujeres Solidaridad y Cooperación, en la que, entre otros, desarrollan el proyecto de servicio especializado de prevención y atención a mujeres inmigrantes y menores en situación de violencia y de sensibilización social para la integración de mujeres inmigrantes. Está financiado por la dirección general de inclusión y atención humanitaria y los fondos FAMI.

Esta organización nace en el año 94, aunque ya existía previamente bajo la forma de fundación. La acción de la entidad abarca el ámbito archipelágico y nacional. Su vicepresidenta, Josefa Débora Hernández, enmarca la labor que cumplen en cuatro tipos: asesoramiento jurídico, social y psicológico; sensibilización y prevención con la población; actos reivindicativos y el piso tutelado para mujeres y menores a su cargo.

Este recurso busca ser la última etapa de su inserción sociolaboral y fomentar la independencia y vida normalizada. Por ello, es más flexible que otros centros específicos para aquellas con casos abiertos de violencia de género. El servicio especializado para inmigrantes, por su parte, se centra en las extracomunitarias en situación irregular o pendientes de obtención de documentación. No obstante, cuando llegan personas con otra situación particular, se trata de buscarles proyectos o entidades alternativas a las que acudir.

«En el proceso de migrar pueden pasar hasta ocho años»


Al hablar de migraciones, Rosas aclara que «son muy diversas. Solemos creer que son de Sur a Norte, pero, realmente, la mayoría son de Sur a Sur». Asimismo, no son un fenómeno actual, sino que son históricas y atemporales. Insiste, además, en que «no solo llegan, sino que también hemos sido migrantes», ejemplificando con la escritora Mercedes Pinto. Fue una canaria que emigró y sufrió violencia de género por parte de su marido, tal y como cuenta en su obra Él, antes de ser pionera en el divorcio.

A la hora de impartir charlas o talleres, lo hacen centrándose en la perspectiva de género, incluyendo lo que Rosas llama «los grandes motivos olvidados» que llevan a migrar. Estos son, a grandes rasgos, la mutilación genital femenina, el matrimonio forzoso, la violencia machista o la persecución por orientación sexual. Las pateras y cayucos suelen ser solo la fase final del trayecto, y la mayor parte de las migraciones se producen por otras vías, como son caminando, en tren o en avión.

«En el proceso de migrar pueden pasar hasta ocho años», añade. Este se divide en tres fragmentos: el motivo, el modo y la llegada. A menudo, las rutas a seguir son largas y se cuenta con pocos recursos para realizarlas. Algo a destacar es la peligrosidad de las fronteras, sobre todo para las mujeres, que a veces se quedan embarazadas sin quererlo tras haber sido violadas, obligadas a casarse o utilizadas como mercancía en la trata de personas y el mercado de la prostitución.

Al llegar al país de destino, pueden darse devoluciones en caliente o deportaciones. Sin embargo, también es posible recibir acogimiento entre la sociedad y, finalmente, lograr integrarse en ella. Sea como fuere, Rosas lo tiene claro: «Cualquiera puede ser migrante. Todo el mundo es potencialmente migrante» ya que, insiste, no sabemos lo que ocurrirá en el futuro.

«No hay un único feminismo hegemónico. Hay muchos muy diversos porque todas somos diferentes»


Las iniciativas que dirigen desde la asociación se enfocan sobre todo hacia la integración de las mujeres y, en función de las necesidades que presentan, se elaboran unas actividades u otras. Pérez explica que lo prioritario es que ganen independencia y «hacerlas protagonistas de sus procesos», pero en algunos casos necesitan asesoramiento personalizado. En parte, por la complicación de la burocracia de extranjería y la importante brecha digital.

Muchas usuarias llegan gracias al boca a boca, y su perfil es muy diverso. Pertenecen a cualquier rango de edad o nacionalidad. Hay quienes tienen estudios universitarios o descendencia y quienes no. Algunas llevan tan solo dos meses en la Isla y otras más de diez años, por lo que ya se han asentado, tienen una red de contactos, familia, amistades e, incluso, un trabajo no regularizado.

Rosas comenta que es precisamente esa diversidad la que hace que el feminismo se pueda concebir de múltiples formas distintas. Al igual que existen muchas mujeres diferentes, también puntos de vista, que están teñidos por los antecedentes culturales, las vivencias previas y otros factores condicionantes.

De cualquier forma, lo que no ponen en duda es que, como indica Débora, «se atiende a toda mujer que entre por la puerta, haya proyecto o no». Y una necesidad bastante común es la de aliviar la brecha digital, «especialmente ahora, con la Covid-19, que todo se ha vuelto telemático», afirma Pérez. Asimismo, otro taller muy demandado es el de la obtención de la nacionalidad, que si bien es un proceso muy largo y enrevesado, se ha agilizado ligeramente con la digitalización de las gestiones.

«Todas nuestras charlas tienen una perspectiva de género y una intercultural. Siempre tiene que haber esos mínimos»


La organización lleva a cabo todo tipo de proyectos de carácter social. En ellos, siempre se incluye una parte de sensibilización a la población, ya sea en forma de campañas, talleres o charlas. Su contenido y presentación difiere según el grupo al que vaya enfocado, como puede ser estudiantes de instituto, ayuntamientos, academias de formación, asociaciones de vecindad o centros penitenciarios. No obstante, todas ellas abarcan una perspectiva de género e intercultural como requisitos mínimos, sea cual sea su temática.

«El patriarcado se va renovando», explica Rosas, para añadir que «es muy camaleónico, como el capitalismo, y va entrando en todos lados. A lo mejor piensas en roles o colores, cosas súper antiguas, y está muy claro. Pero luego vas a los videojuegos, que son algo súper moderno, y es más de lo mismo». Sin embargo, es consciente de la complicación que entraña erradicar esas estructuras y estereotipos «porque son aspectos simbólicos de la cultura que están muy arraigados».

Pérez añade ejemplos de ello, como son los catálogos de navidad, las redes sociales, los menús de McDonald’s o las fiestas de revelación del sexo biológico de los bebés. «Ahí también entra el mito de la libre elección, como ocurre con los pendientes o la depilación. A veces cuesta comprender que, aunque sea una libre elección, está socialmente impuesta», recalca.

Una de sus actividades más demandadas está vinculada al machismo asociado a ciertos estilos musicales. «¿El reguetón es machista?», se pregunta Rosas, a lo que responde: «Sí, por supuesto. Como cualquier tipo de música. Esa es la crítica fácil. Al haber sido una música creada desde el Sur, con tintes de barrio, de ahí sale mucho racismo y clasismo. El reguetón feminista existe, porque puede sonar bien pero con otra letra».

Recuerda que el alumnado, a menudo, se siente agradecido por las charlas impartidas y «las herramientas que les damos para contrastar información y desmentir bulos. Nos dicen que gracias a ellos pueden argumentar frente a los comentarios que escuchan en la calle o en casa». Asimismo, las tres integrantes de la entidad concuerdan en que se nota mucho la diferencia entre los centros que llevan a cabo proyectos y se interesan en la igualdad y aquellos que no lo hacen. No solo a nivel de conocimientos previos, sino, además, respecto a las preguntas y debates que se plantean.

«Hay que trabajar con toda la población para sensibilizar y prevenir sobre violencia de género»


Para que la lucha contra las desigualdades sea efectiva, Rosas incide en que «independientemente de que se trabaje con la mujer a nivel social, jurídico o psicológico, hay que trabajar con toda la población para sensibilizar, concienciar y prevenir». A este respecto, Débora añade que es fundamental que no solo se sensibilice a la sociedad que acoge, sino que hay que incluir la misma labor dirigida hacia las instituciones. Lo ejemplifica con el Foro Canario de la Inmigración, en el que participa Mujeres Solidaridad y Cooperación, pero no hay representación de colectivos inmigrantes.

Además, remarca que, sobre todo en cuanto a racismo, aporofobia y xenofobia, «el trabajo se tiene que hacer con el profesorado, que son agentes socializadores». Y es que, por mucho que el mensaje se transmita y llegue correctamente, «desde la asociación vamos puntualmente, pero esos agentes están ahí en el día a día», por lo que son quienes, al final, transmiten y perpetúan los roles de forma inconsciente.

Aunque existe consenso en que todavía queda un largo camino por andar, y que las nuevas generaciones a veces dan pasos hacia atrás en la deconstrucción de estereotipos, también coinciden en que ha habido un avance. «En la lucha, en la calle, yo recuerdo que éramos cuatro cada vez que asesinaban a una señora», rememora Josefa Débora. «Ahora, nos acompaña mucha gente. Y eso, dentro de lo malo, que no es poco, nos da esperanza para seguir luchando».

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