Anna R. Costa es directora, guionista y dramaturga. Ella misma afirma que ha tenido momentos de mayor o menor visibilidad en el ámbito laboral, pero cree, de manera firme, que «nunca ha dejado de estar al pie del cañón». Tras trabajar en varios proyectos de cine y televisión, el pasado mes de diciembre estrenó Fácil, su primera serie en solitario. La historia gira en torno a la vida de cuatro mujeres con diversidad funcional que viven juntas en un piso tutelado en Barcelona y que se enfrentan de lleno a las barreras y miradas que impone la sociedad.
¿Cómo empezó en este mundo? «Pues comencé estudiando Filología y, después, ingresé en una escuela de teatro para formarme en dirección y dramaturgia. A partir de entonces, trabajé como ayudante de teatro y escribí mis primeros textos. Luego, llegué a la televisión y sentía que no encajaba mucho ya que tenía que adaptarme a las normas de las series y no tenía tanta libertad creativa».
El pasado mes de diciembre estrenó Fácil, su primera serie, inspirada en la novela Lectura Fácil. ¿Cómo nace el proyecto? «Fue todo por mi amiga y actriz Pilar Gómez, que me conoce mucho. Leyó el texto de Cristina Morales y me dijo que tenía que hacer una serie. Luego la leí y me inspiró muchísimo, Enseguida le pedí una entrevista a la autora, le solicité los derechos y comenzó el viaje».
¿Qué dificultades tuvo a la hora de adaptar el libro a la serie? «El proceso de escritura fue muy duro. La novela da voz a cuatro mujeres que no interactúan entre ellas. Lo único común es lo que cuentan, en un punto determinado. Entonces, era complicado porque las protagonistas no tenían trama conjunta ni ningún tipo de vínculo. Otro gran reto fue crear un universo de personajes que no estaban en la novela, para crear un contexto audiovisual.
«Con el rodaje me he dado cuenta de los errores que cometía»
¿Qué le ha aportado Fácil, tanto a nivel personal como laboral? «Sin duda, lo más bonito de este viaje ha sido poder conocer a mucha gente con discapacidad y darme cuenta de los errores que yo misma cometía en cuanto a poner la discapacidad antes que la persona. Creo que esto es un problema social. También ha cambiado bastante mi visión como creadora».
¿Siempre estuvo presente el objetivo de hacerle llegar un mensaje a la sociedad? «Por supuesto, aunque el toque de crítica social lo quise suavizar. Me interesaba más contar la historia de cuatro mujeres. La cuestión es que están tuteladas y privadas de libertad y no pueden desarrollarse. La crítica está ahí».
La serie esta protagonizada por Anna Marchesi, Coria Castillo, Natalia de Molina y Anna Castillo. ¿Cómo ha sido trabajar con ellas y con el resto del reparto? «Ha sido fantástico. Al principio tuvimos numerosos ensayos porque los personajes son muy delicados y había que verlos de manera individual y en conjunto. Asimismo, hubo un proceso de búsqueda de qué tipo de discapacidad podrían tener, sobre todo las de Natalia y Anna Castillo que eran las actrices más reconocidas y las que más vulnerables se han sentido».
Lo que trae consigo una mayor preparación del personaje… «Eso está claro. Hicimos una piña y ellas trabajaron mucho. Conocieron a personas con discapacidad para poder interpretar, desde el respeto siempre. Por ejemplo, Natalia de Molina tuvo la oportunidad de conocer a Alma, una chica con el mismo grado de discapacidad que Marga, su personaje. Después de esto, lo más importante fue ver que todo funcionase a nivel humano que era lo que más me interesaba».
A la hora de seleccionar las actrices, ¿tenía los nombres claros desde un primer momento? «Mi primera idea era que no fuesen actrices conocidas para evitar ese primer impacto que podría tener la gente viendo a Anna Castillo o a Natalia interpretando a un personaje con discapacidad. Luego, Movistar+ me pidió que por lo menos la mitad de las protas fueran reconocidas para que el proyecto tuviese otro tipo de interés».
«Creo que Fácil ha hecho pensar»
¿Cómo valora la acogida de la serie en sus primeros meses? «Creo que hemos hecho un gran trabajo, estoy muy contenta. Hemos puesto en el audiovisual un tema que nunca se había tratado. Ellas son las verdaderas protagonistas y vemos el mundo a través de sus ojos. Aunque también hemos estado expuestos a críticas».
¿De dónde cree que proviene ese rechazo? «La mayoría de comentarios negativos giran en torno a que actrices sin discapacidad interpreten estos personajes. También, mucha gente me ha dicho que no la ha visto porque el tema no le apetece y eso me lleva a pensar que la discapacidad no está tan integrada como pensamos. Supongo que será porque no les apetece que desde una serie le cuestionen ciertos temas y actitudes».
Comentaba que hacer la serie le ha cambiado su visión como persona y creadora. ¿Cree que ha podido también cambiar la de la gente que la haya visto? «Me han escrito muchas personas diciéndome que la serie funciona como un bofetón de realidad. Creo que hace pensar que las personas, en mayor o menor medida, podemos estar en un saco que trata a las personas discapacitadas con desdén, con un tono de compadecencia y con intención de infantilizarles y esto debería cambiar. Creo que, pese a todo lo malo que podamos haber hecho, lo bueno, también esta ahí».