Alberto Marín Martín fue cabeza de la candidatura de Comisiones Obreras (CCOO) en las últimas elecciones a la Junta del Personal de Administración y Servicios (PAS) Funcionario. Con años de experiencia en labores sindicales, ha sido presidente de dicho órgano de representación de 2014 hasta este año, cuando el Candidato Independiente (CIPAS) le ganó el pulso electoral, siendo la actual presidenta Cecilia Loaisa Lara. El sindicalista forma ahora parte del grupo como vocal.
“Sí, ya llevo ocho años, por desgracia”, afirma. Así empieza la entrevista, seguido de la sonrisa de Marín. Ante recordatorio de su candidatura para las elecciones de la Junta del PAS Funcionario, el aspirante por Comisiones Obreras defiende que era necesario dotar de experiencia una lista que debe enfrentar negociaciones arduas durante el próximo ciclo.
Especialmente, entiende que se deben materializar los acuerdos de Madrid. Sobre el proceso de formación de un grupo para presentarse a los comicios, no esconde que es difícil encontrar a gente con ganas de “ir a la guerra” de las negociaciones. “Siempre hay muchas candidaturas cuando las cosas van bien, pero, cuando hay posibilidad de conflicto, la gente lo rehúye”, aclara.
«Los gerentes son elegidos por su capacidad para la negociación y la pelea»
Estas complicaciones nacen de las situaciones complicadas a las que se enfrentan los diferentes grupos laborales para conseguir mantener o aumentar sus derechos. Sobre todo, Marín aprecia que, con la crisis y los recortes, se ha aumentado la tensión y «los gerentes son elegidos con capacidad para la negociación y la pelea”.
A su vez, no cree que haya problemas con la gerente actual. Los inconvenientes que hay son con la Universidad. El expresidente de la Junta destaca que intentan no personalizar a los administrativos, quienes, al final, “son funcionarios que hacen su trabajo”. La falta de acuerdo no es culpa de la gerencia, esta solo es la cara visible. Destaca que «los contratiempos en las acuerdos vienen cuando las propuestas implican cambios en normativas, o modificaciones presupuestarias».
Sin embargo, Marín cree que lo más complejo de tratar son los retrasos. Esto influyen a toda la administración, al estudiantado y al personal docente. “En tres años de rectorado, ha habido tres jefes de recursos humanos diferentes”, critica. «Para la gestión supone un problema serio, con demoras en convocatorias de profesorado, por lo pronto», prosigue.
El cabeza de la candidatura de CCOO en los comicios cree que ahora mismo es fundamental el planteamiento frente a la precariedad laboral. A parte del trabajo para con los derechos de los funcionarios con plaza, como el de promoción o el de mejora de calificación; cree que es importante acabar con el alto porcentaje de interinidad que tiene la Universidad en el PAS Funcionario, siendo este uno de los punto esenciales de los acuerdos de Madrid, que buscan conseguir convocatorias de oposiciones. Entiende que este objetivo es esencial en las organizaciones sindicales.
“Siempre llevamos una posición consensuada a las negociaciones”
Sobre el funcionamiento de la Junta, destaca que no se trabaja como en la política. No hay mayoría y oposición, sino que las decisiones se toman conjuntamente, pese a las dificultades de este sistema, y se lleva una postura consensuada a las negociaciones, sostiene. Pone de ejemplo el Claustro, donde todos los grupos claustrales asociados al Personal de Administración Funcionario critican que “el rector ignora al PAS”.
Sobre las contrataciones llevadas a cabo desde la Fundación ULL, Marín argumenta que el problema no viene directamente de estas, sino de que la Universidad no busca financiación para generar su propio empleo. “No tienen dinero, dicen, y es cierto. Pero porque no se preocupan en buscarlo. Es una pescadilla que se muerde la cola”, declara.
Comenta también su preocupación porque tanto la ULL como la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria estén entre las cinco últimas Universidades en cuando a Personal de Administración y Servicios, todo por una negociación muy mala, y que supone a día de hoy obstáculos para la gestión. Por esto, entiende que se termina contratando por medio de la Fundación, y que ahora están en el momento de negociar para conseguir una mejora de las condiciones laborales, y un aumento de plantilla.
«Es el momento adecuado para la negociación»
“Con la mejora de la situación económica, es el momento adecuado para la negociación. No pedimos un aumento salarial, sino un mayor número de empleados con los que cumplir con los servicios necesarios”, sentencia. Cree que la poca fiabilidad de los puestos interinos en la ULL termina llevando a muchos funcionarios a aceptar plazas en ayuntamientos y administraciones diferentes, lo que hace que su puesto lo ocupe una persona sin experiencia. Y con esto se acaba consiguiendo una mejora presupuestaria que ya es capital, según su criterio.
“Todos los problemas vienen del Equipo de Gobierno. Ven el problema del PAS como algo menor, que se soluciona desde la Fundación”, sostiene, y cree que precisamente las dificultades administrativas vienen de estas soluciones cortoplacistas.
