Raúl Afonso Suárez es el alcalde de la Villa de Moya, en la isla de Gran Canaria, y el presidente de la Comisión de Cultura y Deportes de la Federación Canaria de Municipios (Fecam). En junio del año pasado esta entidad y la Universidad de La Laguna firmaron un convenio de colaboración para poner en marcha la Cátedra Cultural de Gestión y Políticas Culturales, que tiene el objetivo de promocionar, desarrollar y potenciar el sector cultural en el archipiélago canario. Para Afonso es necesario que todas las localidades puedan contar con un servicio de apoyo y asesoramiento que les permita trabajar en una misma dirección.
¿Qué lleva a la Fecam a fusionarse con el entorno académico? «En la Comisión detectamos que los ayuntamientos son los que más suelen apoyar la cultura en términos económicos, pero había una falta de coordinación que nos hacía pensar que algo debía cambiar. Desde la Universidad de La Laguna nos propusieron crear una cátedra, la cual se aprobó por unanimidad en el comité ejecutivo de la Fecam, para aconsejar a los municipios en esta cuestión y lograr una administración del presupuesto óptima. Gastar mucho dinero y no hacerlo de una forma que permita aprovecharlo bien es una práctica defectuosa».
¿Cuáles son los objetivos principales de la Cátedra? «Buscamos mejorar la gestión en cultura e invertir con acierto. Queremos trabajar en las estructuras organizativas que tienen los ayuntamientos, en el análisis de las propias políticas a través de cada uno de los planes estratégicos, en la función del conjunto de agentes culturales, etcétera. También tenemos que examinar los resultados que se obtienen después de la implementación de las recomendaciones que ofrece la Cátedra, además de ahondar en distintos ámbitos como el patrimonio, la comunicación, las artes escénicas y la lectura».
«A veces no es que las cosas se hagan mal, sino que no se tiene la información necesaria para hacerlas bien»
¿Cómo recibe el municipalismo las recomendaciones universitarias? «Estar todos de acuerdo con todo es complejo. Lo que se pretende es que nos cuenten lo que no se realiza adecuadamente para que los equipos de gobierno de cada pueblo o ciudad puedan definir un buen plan de actuación. Debemos buscar una uniformidad y evitar que hoy se haga una cosa en un sitio y mañana en otro cercano porque no se tenía conocimiento, ya que eso podría hacer que alguno de los dos espectáculos, o lo que fuera, no funcionara».
¿Cuál fue el resultado tras inaugurar los Encuentros de Gestión y Políticas Culturales Municipales? «Las primeras impresiones fueron muy buenas. Hubo una acogida fantástica por parte de las concejalías de cultura de todos los ayuntamientos. Antes daba la sensación de que cada municipio estaba en un mundo diferente, pero hemos avanzado. A veces no es que las cosas se hagan mal, sino que no se tiene la información necesaria para hacerlas bien. Teniendo una sola guía, la Fecam a través del asesoramiento de la Cátedra, podemos ser más eficientes para la ciudadanía».
¿Cómo se presenta el futuro? «Estamos trabajando en una página web, una revista y más encuentros, pese a que los medios que tenemos son limitados. En estos tiempos es más fácil optar por las videoconferencias, que tanto se han puesto de moda, para unir a las 88 personas que componen el área de cultura en Canarias y debatir. También sería interesante celebrar unas jornadas donde expongamos el trabajo realizado, cómo está funcionando y cómo queremos seguir».
¿Qué le hizo embarcarse en este proyecto? «La primera vez que nos presentaron la propuesta mi compromiso fue absoluto. La percibimos como un instrumento esencial para progresar en la gestión cultural de todos los ayuntamientos y fue relativamente fácil empezar. Nos seguimos esforzando porque queremos que la Cátedra funcione al cien por cien y que se cumplan los objetivos con quienes quieren subirse al barco».
Políticas culturales y ciudades creativas fue el segundo encuentro que nació de la unión entre la ULL y la Fecam. Se celebró el viernes, 1 de abril, en el Castillo de la Luz, en Las Palmas de Gran Canaria. Este evento es una de las iniciativas que impulsan la candidatura de esta ciudad para convertirse en Capital Europea de la Cultura en 2031.