Carmen Boza realizó un repaso por toda su discografía. Foto: Roberto Lomba

La Caja Negra de Carmen Boza, en el Búho Club

Música

Carmen Boza llegó a la sala del Búho Club de La Laguna en la noche de ayer viernes, 15 de marzo, con el cartel de sold out colgado en la puerta. El motivo principal de esta visita fue la presentación en el Archipiélago de su nuevo disco, La caja negra, aunque no haya ninguna gira oficial alrededor de este proyecto. Pese a esto, durante el concierto la cantante realizó un viaje no solo por su último trabajo, sino que hizo un recorrido breve pero intenso de todo su proyección discográfica. La intérprete estuvo acompañada por la bajista Estefanía Gómez en lo que fue un evento íntimo en conexión con el público asistente.

La noche arrancó con el local lleno, grandes clásicos del rock patrio sonaban por los altavoces, amortiguados por el murmullo de un público animado y expectante. Pisando el escenario con timidez pero con decisión se abrió camino entre el rumor de la gente la voz de Mariana H, telonera del bolo de esta noche. La cantautora tinerfeña se metió a los asistentes en el bolsillo con rapidez y ayudó a crear  la atmósfera requerida para la velada con varias canciones acompañadas de su guitarra acústica. Sin duda, fue el complemento necesario para dar comienzo al evento.

Unas vez acabada la pequeña selección de la artista, el escenario volvió a quedarse desierto, a la espera de la protagonista que por fortuna, no se hizo de rogar. La entrada en escena de Carmen Boza fue demoledora, el público estalló en vítores y aplausos, que llegaron incluso a dificultar las palabras de agradecimiento de la cantante ante tanta devoción. El comienzo fue algo difuso, con pequeñas versiones y temas de trabajos antiguos, ideales para crear ambiente, pero que dejaron un poco atrás al público. Esto cambió con la llegada de dos pilares de la discografía de esta música, los primeros acordes de Delirios y éxtasis  y con la entrada en escena del bajo en  Culpa y castigo.

Boza consiguió el efecto deseado, tenía toda la atención  del público que observaba atento. Tras un pequeño discurso abiertamente feminista y a favor del aborto, la cantante dio rienda suelta a las cuerdas de la guitarra, dejando caer algunos himnos antiguos como Desconocidos o el que fue uno de sus sencillos más famosos La mansión de los espejos. Tras esto, la grada se mostró a gusto, había recibido su ración de nostalgia demandada y era el momento de dejar salir a jugar a las nuevas. Boza hizo hincapié en como de duro fue sacar adelante el proyecto, en como tuvo que deshacer varias veces todo hasta quedar satisfecha y animó a los asistentes a luchar por sus objetivos.

La importancia de tomar decisiones


Durante esta parte del directo salieron a la tarima canciones pertenecientes a ese último disco, previamente mencionado, y de forma natural se sucedieron unas a otras. La artista comenzó con Intro, como es lógico, siguiendo después con el sonido alegre y vivo de canciones como Dámelo o Mantra. Llegó el momento de detenerse a hablar antes de que sonase Esparto, siendo este un tema que tuvo mucho peso a la salida del LP. En él, la cantautora quiso dejar constancia de la importancia de tomar las decisiones que nos llevan a cambiar nuestra vida, alegando que difícilmente nos vayan a llevar, a la larga a peor.

Con el público ya rendido a sus pies, llegó el momento de incidir en melodía más populares, bajo el aviso de que el concierto estaba llegando ya a su fin. Así fue como llegaron temas conocidos y que fueron sencillos de este último álbum como La vida moderna y por último Gran hermano.

Antes de tocar la última, ya la artista avisó de que el evento daba ya sus últimos coletazos, ante la lógica desaprobación de un público que, si por él fuese, estaría cantando el resto de la noche. Pero no fue así, tras los saludos y agradecimientos pertinentes, llegó el momento de los bises, donde Boza explicó que después de tocar Gran hermano, solo le nacía interpretar su propia versión de un clásico del cantante flamenco Camarón, El tango de la sultana. Así pues, finalizado este sorprendente final, la artista se despidió de su entregada audiencia y a la sala volvió el hilo musical de Fito, Leiva y demás.

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