El estudio del Cosmos requiere del avance constante de la tecnología. Se necesitan telescopios de mayor diámetro, equipados con instrumentos potentes y precisos para observar el Universo con más profundidad. En el Observatorio del Roque de los Muchachos, tocando el cielo de La Palma, se encuentra el mayor telescopio óptico e infrarrojo del mundo, el Gran Telescopio Canarias (GTC). Cuenta con un espejo primario de 10,4 metros de diámetro, compuesto por 36 piezas hexagonales, y está a punto de cumplir 10 años.
A lo largo de la próxima década, se construirá una nueva generación de grandes telescopios que superará con creces el tamaño de GTC. Rafael Rebolo López, director del IAC y Premio Nacional de Investigación 2018, habla con PERIODISMO ULL sobre el futuro de este telescopio, los nuevos proyectos en los que trabaja el Instituto y la transferencia de tecnología a la sociedad.
Tras una década en funcionamiento, ¿cómo será el futuro del Gran Telescopio Canarias? «Se trata de un telescopio que ha logrado una notable madurez, aunque aún es joven. Calculamos que todavía necesita unos cuatro o cinco años más para poder alcanzar todo su potencial. Gracias a él se han generado más de 400 artículos científicos en las mejores revistas. De ellos, 8 en Nature y 2 en Science, ambas publicaciones de carácter multidisciplinar que van más allá del ámbito de la Astrofísica».
¿Cuál será el papel del GTC cuando empiece a funcionar la nueva generación de grandes telescopios? «Calculamos que va a seguir siendo el telescopio óptico e infrarrojo más grande del mundo en funcionamiento al menos 8 o 10 años más. Después, convivirá con otros más potentes que él, realizando una investigación que será complementaria, importante y necesaria. Estará vigente durante muchas más décadas».
«Campos de investigación que, hoy por hoy, son impensables»
El Thirty Meter Telescope (TMT) formará parte de la nueva generación de grandes telescopios. Si se terminara instalando en el Observatorio del Roque de los Muchachos, ¿qué beneficios aportaría? «Un telescopio como el TMT traería capacidades científicas extraordinarias al IAC y, por supuesto, a la comunidad científica nacional. Será 10 veces más potente que nuestro GTC y abrirá campos de investigación que, hoy por hoy, son impensables. Producirá un avance extraordinario».
¿Qué supondría para La Palma? «Crearía un potencial ecosistema económico que multiplicaría casi por 2 el del Observatorio del Roque de los Muchachos. Un flujo continuo de puestos de trabajo de alto nivel y cualificación elevada que se podría mantener durante décadas y décadas. Tanto en el proceso de construcción, de unos 7 años, como durante las operaciones científicas, que se estima que superen los 60 años. Se traduciría en más de 100 empleos directos y 500 indirectos para la Isla».
El Telescopio Solar Europeo, proyecto estrella
Al margen de que el TMT se instale o no en La Palma, ¿qué otros proyectos tiene el IAC para mantenerse en la ciencia de más alto nivel durante los próximos años? «Los principales son la Red de Telescopios Cherenkov, el telescopio robótico Liverpool 2 y, como proyecto estrella, el Telescopio Solar Europeo. Este último contará con la participación de instituciones de quince países, lideradas por el IAC. Por ahora, se encuentra en fase de diseño. Una vez se complete esta etapa, y se tenga una estimación necesaria del coste que generará, se procederá a una firma de acuerdo de construcción y de operación científica para muchos años».
La sede de los telescopios Cherenkov en el hemisferio norte es el Observatorio del Roque de los Muchachos. ¿Cómo avanza su construcción? «Se está ensamblando el primer telescopio de 23 metros y se establecerán otros 3 más, que ya están financiados. También se instalarán algunos telescopios de menor diámetro. Se pensaba que estos podrían llegar a ser 15, el máximo autorizado, pero los condicionantes económicos del proyecto parecen limitarlos a menos de 10».
Ecosistema de empresas tecnológicas en Canarias
¿En qué fase se encuentra el proyecto del telescopio Liverpool 2? «Será el mayor telescopio robótico del mundo, con un diámetro de 4 metros, y contará con una capacidad de reacción ultra rápida, para determinar con celeridad las propiedades de los fenómenos más violentos y explosivos del Universo. Es un proyecto en fase de diseño, que estamos desarrollando con la Universidad John Moores de Liverpool. Puede tener un largo recorrido por la tecnología que incorpora. Incluso podría dar lugar a una industria de telescopios robóticos en Canarias, en conexión con nuestros socios, encargada de suministrar este tipo de equipamiento a otras universidades o centros de investigación».
¿Cómo planea el IAC trasladar a la sociedad la ciencia y la tecnología que genera? «La Ciencia siempre supone el avance del conocimiento y abre nuevas oportunidades. El desarrollo de proyectos de tecnología avanzada en Canarias puede ayudar a crear un ecosistema de empresas que tenga un largo recorrido. Vamos a intentar potenciar ese ecosistema desde IACTec, el espacio de colaboración tecnológico y empresarial del IAC. Buscamos que nuestras tecnologías puedan aplicarse a la sociedad. Son caminos que estamos empezando a recorrer y que tendrán un trayecto de años, pero al final revertirán en beneficios sustanciales para la sociedad».