El Aula Cultural de Enoturismo y Turismo Gastronómico de la Universidad de La Laguna, conjuntamente con el Área de Agricultura del Cabildo de Lanzarote, y la colaboración de la Fundación Cajamar de Canarias, celebraron el pasado sábado en Arrecife un nuevo encuentro REWINE donde se dieron cita jóvenes bodegueros y viticultores del Archipiélago para hablar sobre su situación y el futuro del sector. En el evento se ofrecieron datos como que las hectáreas de viñedo han descendido un 63 %, contando hoy en día con 7182 o, por otro lado, que en el año 2017 habían 257 bodegas inscritas, 65 menos que en 2016.
«A pesar del buen nivel y calidad de los vinos canarios, reconocidos a nivel local, nacional e internacional, así como el aumento del consumo de vino, las cifras son bastante alarmantes», comentó Cesar Martín, director de Agricultura del gobierno regional. El dirigente en su intervención también quiso destacar que de las doscientas once iniciativas empresariales solicitadas por jóvenes que han querido incorporarse al sector primario, solo seis estaban relacionadas con la viticultura.
Junto a Martín, contaron su experiencia en Bodegas Barbarot y Puro Rofe, la bodeguera riojana Bárbara Palacios y el lanzaroteño Vicente Torres. Tras estas dos ponencias, el consejero de la corporación conejera, Antonio Morales, defendió la idea de la rentabilidad: «el precio de la uva tiene que ser lo suficientemente interesante para que el viticultor pueda vivir de su trabajo», argumentó. Además, el subdirector del aula universitaria, Gabriel Santos, destacó el enorme potencial que tiene el enoturismo en la Isla.
«Los sueños deben ser rentables»
Uno de los momentos más esperados de la cita fue la mesa de debate que contó con la participación de el grancanario Alberto Santana, de bodegas Tunte; el herreño Alejandro Padrón, de bodegas Padrón; el gomero Alejandro Rodríguez, de bodega Montoro; de La Palma David Rodríguez Pérez, de bodega Viñarda, la tinerfeña Fátima Hernández, de bodegas Loher; y Jorge Rodríguez Alonso, de bodegas La Mareta en Lanzarote.
Todos ellos, coincidieron que los sueños deben ser rentables en este mundo, el cual, según los bodegueros, pasa por una potenciación de la profesionalización, la innovación conjunta y el convencimiento de que es una actividad digna y rentable. Asimismo, para concluir la jornada, resaltaron los obstáculos existentes para crear empresas y subrayaron que el relevo generacional no solo pasa por el campo o las bodegas, sino también por los instrumentos y entidades que gestionan este subsector.
