El Auditorio de Tenerife Adán Martín recibe a una de las obras más importantes de Gaetano Donizetti, reputado compositor italiano del siglo XIX. Así, los próximos días 20, 22 y 24 de noviembre, Lucía de Lammermoor sonará en la Sala Sinfónica del recinto cultural santacrucero a partir de las 19.30 horas. El precio de las entradas oscila entre los 20 y 55 euros, dependiendo de la zona escogida. Además, la cuantía que deberán abonar los menores de 27 años, desempleados o miembros de familias numerosas será inferior, debido a un descuento.
Esta ópera, dividida en tres actos, es un drama trágico escrito en 1835 y ambientado en la novela The Bride of Lammermoor, de Sir Walter Scott. Con música original de Donizetti y libreto de Salvatore Cammarano, la pieza final conjuga varios elementos de la sociedad de aquella época, como la historia de amor imposible entre dos jóvenes, las adversidades del destino y los constantes problemas entre dos familias. El momento clave, sin embargo, surge en la noche de bodas de un matrimonio de conveniencia.
El camino que impulsó al autor italiano al éxito
Donizetti llegó a lo más alto de la composición operística de su época gracias a una serie de factores particulares. Cuando la escribió, grandes maestros de la cultura musical ya no estaban en activo, por lo que le dejaron el camino libre para poder brillar con plenitud: Gioachino Rossini se había retirado y Vincenzo Bellini falleció poco después del estreno de Lucía de Lammermoor.
En esta ocasión, la dirección musical estará a cargo del norteamericano Christopher Franklin, experto en lírica italiana. Tras una larga trayectoria internacional, ahora debutará de la mano de Ópera de Tenerife. Por su parte, el responsable de la escenografía será Nicola Berloffa, quien ha sido recientemente galardonado por Fórum Ópera como Mejor Director de Escena Novel. Gracias a él, los asistentes se verán inmersos en el ambiente de posguerra y desolación de finales de la década de los cuarenta del pasado siglo en Escocia, así como podrán sentir en sus propias carnes la tristeza propia de aquellos años.