No es una dieta, es un protocolo

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En los últimos años ha ido ganando fuerza una nueva forma de organizar las comidas a lo largo del día. El ayuno intermitente es un protocolo alimenticio consistente en pasar por largos periodos de ayuno, y, por lo tanto, reducir el número de horas en las que ingerimos alimentos. Es decir, consiste en alternar periodos de abstinencia de comida con «ventanas de alimentación». Existen varias formas de llevar a cabo esta práctica, desde el 16/8 (16 horas sin comer y  8 donde sí), hasta otras modalidades donde la privación de comida no es tan duradera. Realmente en  los periodos de ayuno se pueden consumir alimentos sin calorías como el agua o el café, por consiguiente, durante este tramo de tiempo no se debe consumir ninguna caloría.

Lo recomendable es no empezar con el 16/8 dese el principio si no se está acostumbrado a periodos de ayuno, lo mejor es hacerlo de forma paulatina, como por ejemplo, con un 14/10, para que los niveles de leptina (hormona reguladora del hambre) se vaya adaptando.

¿Cuáles son las ventajas de este protocolo?


Esta práctica tiene numerosos beneficios, no solo relacionados con la salud, sino también en la vida cotidiana. Por ejemplo, el hecho de no tener que estar planificando tantas comidas a lo largo del día provoca que el calendario se «descomprima» y que se pueda dedicar más tiempo a otras actividades diarias.

También es muy recomendable en dietas de perdida de grasa, ya que al tener menos comidas diarias, se pueden hacer platos más copiosos, lo que en muchos casos ayuda a controlar el hambre y tener una mayor sensación de saciedad. Cabe destacar que, quizás, no sea muy recomendable si el objetivo es ganar peso, ya que existiría la obligación de consumir muchas calorías en un tiempo más limitado.

Foto: José Camoes Silva

Podría existir una relación entre el ayuno intermitente y la evolución del ser humano. Hay que recordar que durante la mayor parte de la existencia de los humanos no hubo tanta accesibilidad a los alimentos, por lo general, conseguir comida era algo complicado, y no era normal tener la posibilidad de alimentarse varias veces al día, lo frecuente era pasar por largos periodos de ayuno donde se buscaba y alternarlos con pequeñas ventanas de alimentación con los víveres conseguidos.

Aunque muchos de los estudios relacionados se elaboraron en animales, los resultados de estos son prometedores. Al ayuno se le atribuyen numerosos beneficios para la salud. Según un artículo de Roger Coller publicado en la Canadian Medical Association Journal que analizó varias investigaciones donde se determinaba que esta práctica ayudaba a preservar la memoria, la capacidad de aprendizaje, y mejoras en el sistema sensorial. Además de otras ventajas que todavía no se confirmaron al 100%, como la prevención del Alzheimer o una mayor longevidad.

Alrededor de este protocolo se han instalado numerosos mitos. La perdida de masa muscular debido al catabolismo, al pasar «demasiadas» horas entre comidas, esto ya está desmentido por la ciencia. Lo peligroso de hacer actividad física en ayuno, que, de igual forma, se demostró que no genera ningún efecto negativo en la salud.

Quiero ser periodista deportivo y aunque conozco todos los obstáculos que tendré que atravesar para currar en esta profesión, me excita saber que estoy yendo a por lo que quiero. Tengo más ganas que destreza. Supongo que se necesita lo primero para tener lo segundo.

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