‘X-men. Apocalipsis’: digno broche de oro

Opinión

Hace ya dos años del estreno de X-men: Días del futuro pasado, la película más exitosa de la franquicia de los mutantes (hasta el estreno de Deadpool este año)  y que volvía a contar con el padre de la misma, Bryan Singer. Este año nos llega X-men: Apocalipsis  para contarnos el siguiente capítulo de la historia de la Patrulla-X (como se les ha conocido siempre en España). El film se estrenó en nuestro país el pasado viernes y ayer miércoles, 25 de mayo, se presentó en versión original subtitulada, en el Aula de Cine de la Universidad de La Laguna.

La historia de la película nos cuenta que hace miles de años, el primer mutante, conocido como En Sabah Nur, fue traicionado y sepultado. Hasta que en 1983 resurge dispuesto a destruir nuestra civilización para crear una a su imagen. Se trata de una propuesta novedosa en esta franquicia, el problema es que Bryan Singer recurre a temas ya tratados previamente en la saga tratando de darle una vuelta de tuerca pero que se queda a medio gas, dando la sensación de que en varios aspectos, estamos viendo más de lo mismo. La trama de la película es bastante simple, no tiene ningún giro de guión que sorprenda, carece de la carga emotiva con la que contaban las anteriores entregas y no es demasiado original, las cosas como son, pero sí que estamos ante un guión competente dentro de sus limitaciones. Está bien escrito y no tiene agujeros de guión, al menos que sean importantes.

Sin embargo, la película tiene una serie de virtudes que compensan con creces sus errores. Si bien es cierto que a diferencia de las anteriores, esta apuesta más por el espectáculo y da menos cancha al drama y a los conflictos, los pocos que tiene son magníficos, especialmente en lo que se refiere a la trama de Magneto, quien una vez más se beneficia del talento del actor Michael Fassbender, que recupera la intensidad que mostró en X-men: Primera Generación después de que estuviera simplemente correcto en Días del futuro pasado.

Las escenas de acción en general cumplen con nota, ya que pese a que ciertas peleas estén considerablemente mal rodadas, tiene otras que son puro cómic, espectaculares (como la protagonizada por un viejo conocido de la saga que realiza un cameo inesperado) y otras son, en opinión del que suscribe, de lo mejorcito que ha dado el género. Me refiero en concreto a la escena protagonizada por el actor Evan Peters en su papel de Peter Maximoff (también conocido como Mercurio) quien al son de Sweet Dreams  (Are Made of This)  nos da la mejor escena de la película, brillantemente rodada y coreografiada. El humor de la cinta también está muy bien llevado, tiene el justo y necesario para rebajar la tensión en ciertos momentos y nunca está fuera de lugar.

El peso de la cinta vuelve a recaer en el trío protagonista de esta nueva trilogía. James McAvoy sigue muy convincente como el profesor Charles Xavier, al igual que el ya antes mencionado Michael Fassbender. Sin embargo a Jennifer Lawrence se la ve muy desganada, da la sensación de que hizo lo justo para que le pagaran el cheque y poco más, algo muy desafortunado dado el gran protagonismo que le han dado a la actriz y que ha sido muy criticado por los fans, así como el poco tiempo que aparece caracterizada como Mística, que es explicado en la película a través de un flojo diálogo explicativo.

En el terreno de las nuevas incorporaciones las impresiones son mejores. Sophie Turner le toma el relevo a Famke Jansen como Jean Grey y no decepciona en absoluto, dejando con muchas ganas de ver el devenir de su personaje en la ya anunciada secuela. Por su parte, Tye Sheridan recoge el testigo de James Marsters como Cíclope y nos brinda la mejor versión cinematográfica del personaje. En lo que respecta al villano, mucho se criticó en su día el aspecto de este personaje, pero en la hora de la verdad se ha destapado con un villano bastante potente. Tal vez le falte profundidad y sea tópico hasta cierto punto, pero tiene mucha presencia en pantalla, es poderoso y en definitiva, un villano atractivo. El resto del reparto hace un trabajo correcto, pero ninguno llega a relucir, especialmente los acólitos de Apocalipsis que están muy desaprovechados.

De la banda sonora se vuelve a encargar John Ottman y lo hace de forma muy contundente. Desde el minuto uno nos ofrece una partitura muy potente, incluyendo su ya mítico tema inicial que se ha convertido por derecho propio en uno de los temas más emblemáticos del género.

En resumen, X-men: Apocalipsis baja el nivel de las dos entregas precedentes, con una historia que se nota desfasada. Peca de cierta falta de originalidad y se percibe cierto desgaste en la saga. Sin embargo, en conjunto, estamos ante un blockbuster muy entretenido y espectacular, que supone un digo broche de oro para este ¿final? de trilogía.

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