«La investigación está creciendo en la ULL, pero el ritmo es cuestionable»

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La carrera profesional de Francisco Carmelo Almeida ha estado íntimamente ligada a las Matemáticas y la Informática. Catedrático de la institución lagunera desde 2011, ha invertido gran parte de su vida investigando, no solo en el ámbito regional, también en el nacional e, incluso, en el internacional. Almeida Rodríguez es coordinador del Grupo de Investigación de Computación de Altas Prestaciones y ahora, además de profesor en el Departamento de Ingeniería Informática y Sistemas, se encarga de dirigir un área de vital importancia para la Universidad de La Laguna como vicerrector de Investigación.

¿Cómo llegó a ser vicerrector de Investigación? «Llegué a ser vicerrector porque el candidato a rector, Antonio Martinón, me planteó unirme a un proyecto que él estaba desarrollando. Este me pareció interesante, ya que proponía un cambio de rumbo en la ULL. Decidí unirme. Él se presentó a las elecciones, las ganó y, desde entonces, formo parte de su equipo».

¿De qué se encarga usted dentro del Vicerrectorado? «Realmente nos encargamos de lo que es la política y gestión de la investigación. Es decir, marcar qué se va a seguir en la ULL en lo referente a esta materia. Digamos que hay una parte de de captación de fondos, de negociación con otras entidades a nivel nacional, regional e insular. Hay una parte de generación de planes de promoción, incentivación…».

«La Universidad de La Laguna tiene un potencial tremendo»


¿Hay bastante participación en proyectos de investigación? ¿Se fomenta? «Digamos que la Universidad de La Laguna  tiene un potencial tremendo en investigación. En general, cuando uno se compara con otros centros, lo que vemos es que estamos, yo diría, sin mirar datos específicos, quizás por encima de la media nacional. En cuanto a lo referido a publicaciones, claramente estamos por encima, pero en captación de fondos no. En colaboración internacional también porque los indicadores son buenos».

Según el Observatorio IUNE, en 2016 la ULL se encuentra en el número uno en base al porcentaje de publicaciones en colaboración internacional. «Sí, es lo que te comentaba. En lo que se refiere a publicaciones conjuntas con otras universidades extranjeras, digamos que oscilamos entre el puesto número uno y número dos».

«Oscilamos entre el puesto número uno y número dos en publicaciones con colaboración internacional»


Pero en 2017, el informe del IUNE demuestra que ese mismo año descendió al puesto número diez en publicaciones internacionales. «No tengo yo ese dato de bajada al número 10…».

También dice que se encuentra en el puesto 28 de 48 centros en el número de tesis defendidas. ¿Quiere decir esto que no se presentan las suficientes ? «No. Vamos por partes. Cuando en un ranking de ese estilo se produce una bajada de ese nivel, es decir, se han bajado diez puestos, ¿hay algo extraño, o bien el indicador no es estable? Porque no es normal que en un año seas bueno y en el otro no seas bueno, es decir, hay un recorrido. O bien se ha cambiado el criterio por el cual se mide como se considera que estamos publicando en colaboración internacional. Pero nuestra investigación sigue siendo buena, de calidad, y está creciendo. El ritmo de crecimiento, podemos cuestionarlo. Respecto a las tesis doctorales, no, no es que no se estén leyendo, lo que pasa es que otras universidades leen más tesis que nosotros».

¿Y eso a qué se debe? «Quizás este asunto te lo puede explicar mejor el director de la Escuela de Doctorado. Yo no sé de cuando es el dato ese de que estamos en el puesto 28…».

Este dato es del año 2017. «Pero es que en los últimos años se ha producido una distorsión en los datos relativos a las tesis. Hubo un cambio de normativa, por decirlo de algún modo, que obligó a que las atrasadas se tuvieran que leer antes de una fecha específica. Eso hizo que se produjera un boom de tesis doctorales».

«Uno tiene que garantizar que todo se hace siguiendo unos parámetros éticos»


Una de sus competencias dice que se dedica al “comité de ética, de investigación y del bienestar animal”. ¿A qué se refiere? «En general, uno tiene que garantizar que todo se hace siguiendo unos parámetros digamos que éticos. Y que aquellas investigaciones, donde intervienen animales, se hacen también siguiendo las normas internacionales. Entonces, cuando se solicita una indagación o se solicita financiación, el organismo financiador requiere que se garantice que en la Universidad se van a seguir los patrones relativos a éticas. Lo mismo sucede con la cuestiones de bienestar animal».

¿Ha habido alguna vez en la que se haya echado para atrás una investigación por incumplir ese perfil? «En el periodo que yo estoy aquí no tengo mucha constancia. De todas formas, hay un comité que es el que lleva a cabo ese tipo de análisis».

Otra competencia que llama la atención dice que usted «autoriza gastos de hasta 30 000 euros sin prejuicios de aquellos que se atribuyan de forma específica a otros vicerrectores». «Generalmente, para hacer gastos, el que firma la factura siempre es el rector. Piensa que aquí se están gestionando a lo mejor en un año un volumen importante de financiación. Entonces, si se quiere acelerar el proceso, lo que ocurre es que el rector delega que los gastos de investigación los valide yo. Podemos estar hablando de un volumen, a lo mejor, de miles de facturas. Lo que está diciendo eso es que todo lo que sea inferior a 30 000 euros lo puedo gestionar. Si, por ejemplo, hay que montar un laboratorio que cuesta 50 000 euros, yo no puedo. Se lo paso al rector y le digo: ‘mira, esto te toca gestionarlo a ti'».

«Tenemos un espacio de mejora en lo que es la transferencia de conocimientos, en la generación de patentes y spin off»


¿Algo que desde el vicerrectorado se esté haciendo bien? «¿Qué se esté haciendo bien? Yo creo que… Es que es complicado. Yo te voy a decir cuestiones en las que creo que hemos avanzado. A lo mejor no se está haciendo bien del todo, pero creo que hemos avanzado en el apoyo a la gente joven. Por ejemplo, la política de contratos pre-doctorales. Ahora mismo tenemos en torno a casi 100 contratos pre-doctorales y va a haber 20 contratos más ¿Se está haciendo bien? Pues no lo sé, porque a lo mejor tendríamos que estar en el rango de los 200, pero es que veníamos de otro inferior».

¿Y algo que se esté haciendo mal? «Creo que tenemos un espacio importantísimo de mejora en lo que es la transferencia de conocimientos, en la generación de patentes y spin off. No es que lo estemos haciendo mal, pero no estamos avanzando todo lo que querríamos avanzar».

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