Keaton Jones, Marta, Diego, Yaiza, Edgar, Joel, Alex Estivill, Daniel Zamudio… Todos víctimas de algún tipo de bullying, algunos de ellos incluso muertos por asesinato o suicidio. Durante el 2016, según un estudio del Ministerio de Interior, se produjeron 1272 casos registrados de delito de odio: 230 fueron por acoso relacionado con la orientación sexual, 416 referentes al racismo, 262 hacia personas discapacitadas, 47 por causas religiosas, 7 debido a actitudes antisemitas, 10 por aporofobia, 259 debido a la ideología y 41 fuente de discriminación de género. En total, el 9,3 % de la población fue protagonista de acoso, conforme mostró una investigación de El País.
El motivo por el cual alguien experimenta estos casos es debido, principalmente, a ser diferente o débil. Vivimos en un mundo donde ser distinto parece ser malo. ¿Por qué no podemos salir del cuadrado de la sociedad y destacar en algo?
Pedimos libertad, pero somos los primeros que a la hora de ver algo nuevo ya estamos buscando el punto bueno o malo. Continuamente se está criticando al resto por cualquier cosa. A la mínima estamos ahí, para mostrar que no estamos de acuerdo con algo sin conocer, en la mayoría de los casos, a la otra persona, solo por cómo se ve. Hablamos sin saber, sin pensar que ese puede ser el punto débil del otro y causarle un gran daño.
¿Por qué hay seres humanos que se sienten bien lastimando a los demás?
Cada vez son más los comentarios despectivos, sobre todo en Internet. Está bien que mostremos nuestra opinión, pero con respeto y de forma constructiva sin llegar a los insultos y sin ofender a la otra persona.
Incluso, se ha llegado al extremo de no atrevernos a hacer ciertas actividades por pensar en el qué dirán los demás, si nos reprocharán, pero “quien no arriesga no gana”, lucha por tus sueños y por lo que te gusta, además sé como eres realmente. Aceptemos lo que no es igual, hagamos una civilización donde cada uno sea independiente, donde se pueda ser y hacer lo que uno quiera. ¿Dónde está la autonomía a la hora de que cada uno sea peculiar? Aprobemos la divergencia. Abre los ojos y deja que cada uno tenga su propia chispa.