Néstor Javier de la Cruz nació hace 19 años en Sancti Spiritus, Cuba. Abandonó su isla a los dos, y desde entonces radica en Tenerife, donde con siete comenzó a jugar al fútbol. Empezó en la Unión Deportiva Ibarra, el equipo de su barrio y, tras ser el mejor jugador del Campeonato de Canarias en la categoría de alevín en 2011, pasó a la cantera del Club Deportivo Tenerife. Allí estuvo cuatro años para recalar en el Club Deportivo Laguna, con el que actualmente está disputando la División de Honor en juvenil. Asimismo, compagina su gran pasión con la carrera de Pedagogía, y sigue soñando con llegar a ser profesional del deporte, pero sin dejar de lado sus estudios.
¿Por qué empezaste a jugar? «Empecé a jugar en el Ibarra, el equipo del pueblo, a los siete años. Cuando comencé simplemente lo hice por divertirme, era lo que me gustaba, dedicar mucho tiempo a ello, porque era feliz así».
¿Esa percepción cambió a lo largo de los años? «Sí, claro. A medida que pasaron los años, el fútbol adquirió más importancia. Ya no era solo una diversión, se fue convirtiendo en algo más serio. Veía que podía llegar a algo, y cuando me llamaron del Tenerife no me lo pensé».
¿Qué sentiste en ese momento? «Pues que siendo un cadete, un equipo como ese estuviera interesado en mí, fue como un premio. Por ese entonces estaba haciendo las cosas muy bien, jugando incluso con gente dos años mayor que yo. Además, con el plus de que desde pequeño había seguido al Tenerife, por lo que lo afronté con muchísima ilusión».
«En el fútbol a ciertas edades es básica la educación»
¿Es difícil complementar el deporte y los estudios? «La verdad es que no. Todo se basa en la organización: si te planificas bien se puede compaginar sin problemas. Hay que buscar la manera de no agobiarse y mantener siempre la calma. Tener claro que esto es una carrera de fondo, que no hay que desesperarse si las cosas no salen bien en un momento determinado».
¿Ves vínculo entre la Pedagogía y el fútbol? «Sí, mucho. Eso me condicionó a la hora de escoger la carrera. En el fútbol a ciertas edades es básica la educación. A los 7, 8 y 9 años considero que es más importante formar a la persona que enseñar conceptos futbolísticos o imprimir un espíritu competitivo demasiado fuerte. Claro que el fútbol es una competición, pero a esa edad lo que más beneficia al niño es tener a su lado un educador y no solamente a un entrenador. Por eso veo mucha relación entre ambas cosas».
«Convivir con una lesión es muy duro para un futbolista»
¿Te gustaría dedicarte a la pedagogía deportiva? «Sí, la verdad es que sería algo muy bonito, me encantaría. Enseñar valores a los deportistas del mañana y formar a través del deporte sería algo que me daría bastante satisfacción. Ojalá pueda hacer eso en un futuro».
¿Cuál es el momento más difícil de un futbolista? «Convivir con una lesión es muy duro para un futbolista, ya que es un bache en el que ves todo negativo y de lo que es difícil salir. Si te deja mucho tiempo alejado te puede llegar a afectar bastante. Eso es lo peor, sin duda».
¿Cómo es este deporte en tu tierra natal, Cuba? «La verdad es que no está pasando por un buen momento. En la actualidad, el deporte número uno es el béisbol, y el Gobierno cubano no pone interés en el fútbol. Sin embargo, la gente está cada vez más interesada en él gracias a la televisión y la retransmisión de partidos de ligas europeas. Cada vez hay más seguidores, y eso es bueno, ya que la situación del fútbol allí puede ir a mejor. Estoy convencido de que con trabajo se podrían obtener muy buenos resultados, ya que el cubano se caracteriza por ser un gran atleta y destaca en muchos deportes. Se podría conseguir un buen rendimiento en el futuro».
¿Qué te ha aportado el fútbol? «El fútbol me ha aportado muchas cosas. Empecé desde muy pequeño y me ha dejado valores que voy a tener siempre. Me he divertido mucho con este deporte, y todas las experiencias por las que he pasado me han permitido aprender, y me han dejado vivencias y amigos para toda la vida. También me ha permitido conocer a gente que me ha enseñado cosas increíbles, y a la que siempre estaré agradecido».