“Siento un gran subidón de adrenalina cuando voy bajando con la bicicleta”

Deportes

Desde muy pequeño, a Lázaro González le han llamado mucho la atención las bicicletas, a pesar de que la mayoría de los niños prefiriera jugar al fútbol. A los 12 años, comenzó a practicar descenso, una modalidad del ciclismo que consiste en recorrer circuitos escarpados a toda velocidad. Actualmente, cursa el tercer año de Ingeniería Industrial Mecánica en la ULL, y compagina sus estudios con los entrenamientos. Fue campeón de Tenerife en 2014 en la categoría Júnior, y entre ese año y 2015 logró medallas en las carreras de San José de El Suculum, La montaña, Tierra del Trigo y en el Downtown de La Gomera.

Vadebicis fue el primer equipo al que perteneció González y con el que consiguió subirse al podio en varias ocasiones. Sin embargo, hace un año fichó por un club que acababa de conformarse: el C.D. Gravity Team Tenerife.

Al preguntarle la frecuencia con la que entrena, se lamenta de que últimamente solo pueda hacerlo los fines de semana. “Cada vez tengo menos tiempo para los entrenamientos. El mismo año que entré en la universidad me federé. Ya al siguiente no lo pude volver a hacer», admite. Asimismo, comenta que este año no ha entrenado mucho, porque aparte del poco tiempo que tiene, ha sufrido alguna que otra lesión que se lo ha impedido.

Lázaro González compitiendo en la carrera de Tierra del Trigo. Foto: Lucía GE

Que el descenso es un deporte poco conocido es una realidad. González opina que se debe a la poca aceptación por parte de las entidades públicas. El ciclista expresa que “debe ser porque no ven beneficios, o porque hay poca representación a nivel nacional”.

Lo que muchos no saben es que entre esos escasos deportistas que han destacado en esta disciplina, se encuentra Edgar Carballo, un tinerfeño que se proclamó campeón de España de Descenso en 2016. Entonces, ¿por qué no hay suficiente difusión? “Realmente, las personas que están interesadas por este deporte pueden encontrar información en redes sociales o en las tiendas de bicicletas. Para ellos sí es fácil conocer las carreras o eventos que se van a celebrar”, señala el estudiante.

“Es importante tener buen fondo físico porque, aunque la gente no lo crea, también se pedalea” 


Se aprecia fácilmente cuando a alguien le apasiona lo que hace y a Lázaro se le nota a kilómetros. “Para practicar descenso lo esencial es una bicicleta y un casco, pero no se usan las mismas bicicletas de carretera. Es recomendable usar unas específicas porque son más cómodas y seguras. Tienen hasta 20 centímetros de suspensión para soportar mejor los impactos”, destaca.

Junto a una correcta equipación, también es fundamental la preparación física. En este sentido, indica que “es necesario un poco de fondo, porque, aunque la gente no lo crea, sí se pedalea con la bicicleta de descenso”. El joven hace énfasis en esta idea, ya que, según él, algunas personas tienen una concepción equívoca de la disciplina. «Es importante estar bien entrenado y saber hasta cómo caer, ya que si te lesionas, suele ser algo grave, como una fractura”. El alumno de Ingeniería relata que todavía sufre una luxación de hombro, la cual le ha impedido volver a las competiciones. A pesar de ello, asegura haber tenido suerte, porque muchos de sus compañeros han quedado inconscientes por el golpe.

Lázaro González compitiendo en la carrera de Suculum. Foto: Lucía GE

“Es una ventaja estar federado. Tienes un seguro que te cubre cualquier lesión que sufras en los entrenamientos o en las carreras”, destaca. Aun así, añade que “si no corres habitualmente, no es rentable, ya que tienes que pagar más de 100 euros al año”. Las caídas son un ejercicio más dentro de esta disciplina, algo que se puede comprender después de ver cómo son los lugares donde bajan a más de 50 kilómetros por hora. Las pruebas suelen ser en zonas urbanas, donde tienen que superar obstáculos, curvas y escaleras, así como en barrancos acondicionados para las competiciones.

“Si no eres bueno, es difícil que salgas del Archipiélago” 


Para este año hay programados seis campeonatos por la Federación Canaria de Ciclismo. Por lo tanto, si algún deportista desea competir más, tiene que desplazarse hasta la Península. González argumenta que “para eso tienes que dedicarte profesionalmente y, si no eres bueno, es difícil que salgas del Archipiélago”. No solo lo dice por las habilidades que debe poseer el atleta, sino que también necesitan cubrir todos sus gastos. «Si no tienes patrocinadores propios, te lo tienes que pagar todo”.

Por otra parte, la organización de los eventos en Tenerife no es muy efectiva, ya que según el propio estudiante, varias carreras se han cancelado en último momento por no contar con los permisos del Cabildo. «Es una faena porque nos preparamos durante mucho tiempo», asegura.

“Se convierte en un vicio y acabas entrenando a diario”


Ante la duda de si cualquiera puede practicarlo, el ciclista no duda un segundo: “Sí claro, no importa la edad. Tengo conocidos con 40 y 50 años que entrenan sin problemas. Cada uno corre a su nivel, cada uno se pone sus límites”. En este sentido, cuenta que en su conjunto son 12 chicos y ninguna mujer. «Hay muy pocas chicas que practican descenso. Tampoco hay que ser hombre para montar en bicicleta, pero, tal vez, en Canarias las mujeres prefieren otros tipos de disciplinas. A nivel mundial creo que está más igualado”.

A todos aquellos que les llame la atención el descenso, el primer paso a dar es probarlo. “Si les gusta, es como un vicio, acaban comprándose más bicicletas o equipación, y terminarán practicando a diario”, asevera González. Hay que tener en cuenta que se trata de una modalidad que se recomienda practicar acompañado, por motivos de seguridad.

El descenso le ha permitido a Lázaro González conocer a nuevos amigos que comparten con él ese entusiasmo por querer superarse y mejorar sus marcas. “Tienes un gran subidón de adrenalina cada vez que vas bajando con la bici”, dice con una sonrisa.

A pesar de sus numerosos logros, lo que hace que este joven vuelva a subir a la bicicleta tras una caída es su pasión por el deporte.

Estudiante de Periodismo en la Universidad de La Laguna. Prefiero escuchar antes de hablar. Amante del deporte y la danza, donde se consigue transmitir lo que no pueden las palabras.

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